martes, 14 de diciembre de 2021
La integración regional en América Latina. Lecciones de una experiencia compleja
lunes, 29 de noviembre de 2021
miércoles, 24 de noviembre de 2021
Trump y el declive de Estados Unidos
Trump y el declive de Estados Unidos
La transición hegemónica global ya se ha consumado, por más que la dirigencia estadounidense se resista a admitir esos cambios.
El presente texto es el prólogo al libro El legado de Trump en un mundo en crisis, de Siglo XXI Editores y CLACSO, compilado por Leandro Morgenfeld y Mariana Aparicio Ramírez.
En buena hora CLACSO publica esta magnífica compilación realizada por Leandro Morgenfeld y Mariana Aparicio Ramírez sobre el inquietante legado del paso de Donald Trump por la Casa Blanca. Y ha sido un acto de estricta justicia dedicar este libro a la memoria del sociólogo y politólogo panameño Marco A. Gandásegui (h.), uno de los miembros fundadores del Grupo de Trabajo: Estudios sobre Estados Unidos (CLACSO) y, sin duda, uno de sus principales animadores durante casi veinte años. Debido a la amplitud y la exhaustividad de las temáticas contempladas en la obra y a la calidad de las contribuciones, me atrevería a decir que este libro ofrece una de las radiografías más completas de la gestión de Donald Trump al frente del gobierno de Estados Unidos. Hay tres grandes temas que son abordados en este libro: uno, el impacto de las políticas del expresidente en el marco de la transición geopolítica global; dos, los resultados de sus políticas sobre los clivajes sociales y políticos de la sociedad estadounidense; tres, el impacto de la Administración Trump sobre las relaciones entre su país y los de Latinoamérica y el Caribe.
En relación con el primer tema, las diversas contribuciones de esa sección comprueban a lo largo de múltiples dimensiones de análisis que la declinación del poderío global de la superpotencia es un hecho irrefutable. Lo que está en discusión no es si Estados Unidos ha comenzado ya a percibir las primeras sombras del ocaso de su primacía absoluta, como fuera fugazmente experimentada luego de la implosión de la Unión Soviética dando pie a la infantil ilusión del “siglo americano”, sino cuál será la velocidad de esta trayectoria declinante. Como decíamos hace ya bastante tiempo, la discusión no es si la pax americana va a concluir, sino cuánto tiempo tomará ese proceso y qué grado de violencia internacional podría desencadenar la declinación del imperio americano.[1] Va de suyo que esto no significa que Washington deje de ser un actor de gran importancia en el nuevo orden mundial que ya se ha cristalizado en los últimos años. Pero lo que sí quiere decir es que ahora su predominio está compensado, a veces de modo desfavorable, por la arrolladora potencia económica de China y por el inesperado renacimiento de Rusia. El país asiático, convertido sin duda alguna en la locomotora de la economía mundial e inclusive llamado a superar (si no lo hizo ya) en tamaño al PIB de Estados Unidos, constituye un formidable contrapeso en la competencia económica global y en las áreas más sensibles de la frontera tecnológica actual, tales como la informática, la tecnología 5G y la inteligencia artificial. Y Moscú incidirá también en el fiel de la balanza porque, a su enorme dotación de recursos naturales (agua, gas, petróleo) y a su contigüidad geográfica con Europa Occidental, añade una tecnología militar que en ciertos rubros clave −misiles, por ejemplo− es más avanzada que la que dispone Estados Unidos.
De ahí que en diversas publicaciones realizadas por el Grupo de Trabajo: Estudios sobre Estados Unidos de CLACSO se haya planteado que la visión del sistema internacional que prevalece en el establishment diplomático y académico norteamericano es anacrónica. El espejo empañado por una enfermiza vocación imperial refleja una realidad que ya no existe y según la cual Washington seguiría dictando los términos y condiciones de funcionamiento del orden mundial mientras el resto de los países acepta sumiso sus mandatos. El actual presidente, Joe Biden, sigue prisionero de ese espejismo cuando escribe que una de las primeras iniciativas que tomaría una vez electo sería convocar a los principales líderes del mundo a sentarse en torno a una larga mesa y, desde su cabecera, restablecer el imperio de las reglas del viejo orden liberal de posguerra.[2] Ni Trump ni su sucesor parecen haber caído en la cuenta de que esa larga mesa rectangular del viejo orden mundial ya no existe más y de que fue reemplazada por otra de forma triangular en la cual la cabecera, el lugar donde residía el poder, ha desaparecido. La mesa tiene ahora tres lados y representa la triarquía dominante en el sistema internacional. No todos los que se sientan en esa mesa tienen idéntica gravitación, es cierto; pero ninguno puede prescindir de la opinión de los otros. Y hay dos que son aliados, China y Rusia, y uno, Estados Unidos, que sueña con restaurar un mundo que se ha desvanecido para siempre, que agotó su ciclo histórico y que está alumbrando uno nuevo. Un país que, ya lo venían advirtiendo sucesivos documentos oficiales, cuenta con aliados cada vez más remisos o vacilantes, y adversarios cada vez más resueltos y poderosos. La lectura de este magnífico libro ofrece suficientes elementos como para concluir que la transición hegemónica global ya se ha consumado, que ya hemos entrado en una nueva fase del sistema internacional y que el formato trilateral que hoy lo caracteriza se arraiga profundamente en las irreversibles transformaciones de la economía y la política mundiales, por más que la dirigencia estadounidense se resista a admitir esos cambios.
Convencido de que el extinto viejo orden podía resucitarse, Trump tropezó en más de una ocasión con las duras realidades de la nueva era. Pese a sus amenazas y bravatas, no pudo poner fin al programa nuclear de la República Popular Democrática de Corea y tampoco pudo hacerlo en la República Islámica de Irán. Además, tuvo que admitir el fracaso de algunas costosísimas operaciones militares lanzadas por los Demócratas (Afganistán y Siria, principalmente) y retirarse derrotado, militar y políticamente, lo cual explica la proliferación de artículos, informes y libros en Estados Unidos que se preguntan por qué la mayor potencia militar del planeta no puede ganar una guerra.[3] Tampoco pudo Trump contener económicamente a China o vetar la construcción del estratégico gasoducto que une Rusia con Alemania, esencial como suministro energético para numerosos países de Europa. Con sus caprichos, soberbia e insultos, debilitó a la Alianza Atlántica y se alienó el apoyo de sus socios europeos, un club de “potencias coloniales jubiladas” (como ácidamente lo recordara Zbigniew Brzezinski) incapaces de contener las arremetidas estadounidenses ni siquiera en su entorno inmediato del Oriente Medio y así evitar que las aventuras bélicas de Washington produjeran millones de refugiados que, lógicamente, no tenían otro lugar al cual dirigirse sino a Europa, exacerbando las tendencias xenófobas de su población y fascistizando a las fuerzas conservadoras de numerosos países. En resumen: con sus políticas Trump hizo que Estados Unidos perdiera posiciones en el Sudeste Asiático, en Asia Meridional, en Oriente Medio, en África y debilitara a sus tradicionales aliados europeos.
Como bien se señala en este libro, la única región del planeta en la cual Trump cosechó algunas victorias fue Latinoamérica y el Caribe. En Sudamérica, países como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia y Ecuador, amén de varios otros en Centro América y el Caribe, ratificaron su inserción como aliados incondicionales de Washington. Sin embargo, con la elección de Andrés Manuel López Obrador en México se puso en marcha un giro regional que luego se ratificaría, en Argentina, con la elección de Alberto Fernández y, más tarde, en Bolivia, con la de Luis Arce, previo golpe de Estado pergeñado para invalidar la legítima victoria de Evo Morales en las elecciones presidenciales de octubre del 2019. No obstante, en Uruguay, en las postrimerías del mandato de Trump, la rueda de la fortuna giraría en sentido inverso y un gobierno conservador vendría a desalojar al Frente Amplio luego de quince años de gobierno.
A pesar de ello, hay razones para pensar que este penoso legado de Trump en nuestros países está dando claras señales de agotamiento. En primer lugar, a causa de los cambios que se están viviendo en Chile, la ya hundida “nave insignia” del modelo neoliberal, cuya población repudió por una abrumadora mayoría la Constitución pinochetista y construyó una nueva correlación de fuerzas muy favorable a sectores progresistas y de izquierda. En segundo lugar, cabe agregar lo ocurrido en Perú con la sorpresiva victoria de Pedro Castillo en las recientes elecciones presidenciales. Victoria que, con el objeto de invalidar el veredicto de las urnas, ha movilizado todos los poderes fácticos e institucionales de ese país, los cuales contaban, además, con el apoyo del desacreditado (y desafinado) coro internacional de supuestos defensores de los Derechos Humanos y la Democracia, encabezados por Mario Vargas Llosa y los grandes medios de prensa del mundo hispanoparlante. Y, por último, agotamiento también en Colombia, escenario de grandes manifestaciones populares durante más de dos meses, cosa que no se veía en ese país desde los acontecimientos conocidos como El Bogotazo en 1948. Todo ello señala la progresiva frustración del proyecto económico-político que con tanto énfasis fuera impulsado por Washington en esta parte del mundo.
A lo anterior es preciso sumar un dato para nada menor: el estrepitoso fracaso del proyecto de impulsar un “cambio de régimen” en Cuba, Venezuela y Nicaragua. La intensificación de las sanciones económicas contra estos países, la renovada agresividad del criminal bloqueo en tiempos de pandemia en contra de Cuba y Venezuela, los ataques apelando a toda la artillería de las Guerras de Cuarta Generación en contra del Gobierno bolivariano no lograron conmover los cimientos de los países agredidos, sumando un nuevo revés para una política sostenida con singular saña y crueldad por la Casa Blanca por más de sesenta años en algunos casos como el cubano.
Tal como lo demuestra de modo contundente este libro, la herencia del trumpismo es sin duda alguna negativa, muy negativa, profundizando las “fracturas internas” que desgarran a la sociedad y a la política de Estados Unidos. Trump precipitó aún más la ruptura del entramado social de lo que en la sociología norteamericana de los años sesenta era exaltado como el modelo más acabado de una sociedad perfectamente integrada, en donde el consenso en torno a normas y valores fundamentales había puesto fin a la lucha de clases. Toda la obra de Talcott Parsons y sus discípulos, dentro y fuera de Estados Unidos, se asentaba sobre esa premisa a partir de la cual se derivaría la teoría de la modernización de las sociedades periféricas, torpemente pautada según el irrepetible modelo estadounidense. Pero al acentuar la distancia entre los “haves” y los “have-nots” y al concentrar escandalosamente la riqueza en el 1 % más rico de la población, Trump terminó de liquidar el consenso parsoniano, contribuyendo a la veloz evaporación del “American dream”, fogoneando la lucha de clases (discretamente caracterizada como una anodina “puja redistributiva” entre multimillonarios y la gente del común) e infligiendo graves lesiones a la legitimidad del capitalismo estadounidense.
En el terreno de la política, su administración, tanto por su contenido como por lo que el profesor mexicano Daniel Cosío Villegas llamaba “el estilo personal de gobernar”, fomentó hasta extremos poquísimas veces visto en la historia de Estados Unidos (a excepción de la Guerra Civil y los primeros años del New Deal de Franklin D. Roosevelt) la polarización y el encono entre las dos fuerzas políticas tradicionales, tornando cada vez más difícil alcanzar el tan necesario “consenso bipartidario”. Un legado adicional de su gestión aún más preocupante en el plano de la política doméstica de Estados Unidos es la alarmante reconstrucción que, en clave fascistizante, Trump hizo del partido Republicano. Aquí hay dos dimensiones a examinar: una, la radicalización de sus posturas de derecha y, dos, la dotación del partido de una base plebeya que nunca había tenido sino en magnitudes muy reducidas. Antes de Trump, el Republicano era un partido más bien elitista, refractario a los sindicatos y las organizaciones populares y con inocultables veleidades aristocráticas. Apelaba más bien al voto de las, por entonces, prósperas capas medias y, ocasionalmente, captaba alguna fracción pequeña de los elementos más conservadores entre los “blancos pobres”, los afroamericanos y los latinos. Pero aquellas sufrieron un progresivo empobrecimiento en los últimos cuarenta años, desde los dorados años ochenta del neoconservadurismo de Ronald Reagan, y sus lealtades políticas fueron lentamente mudando. Dotado de inadvertidas cualidades de demagogo, Trump cambió ciertos componentes del discurso de los republicanos y, con ello, la composición social del electorado y de parte de su militancia. Lo convirtió en un partido de derecha populista y en ese proceso barrió a todos sus oponentes dentro de esa fuerza política. Al día de hoy, mediados del 2021, Trump es la única figura nacional presidenciable de los republicanos. Una reciente encuesta de Reuters/IPSOS, por ejemplo, señala que el 63 % de los republicanos entrevistados cree que Joe Biden les robó la última elección y cerca de un 70 % opina que debería ser candidato en 2024.[4] Además, hay que recordar que Trump obtuvo la friolera cifra de 74.222.958 votos, o el 46,8 % de los votos emitidos. Eso es más de lo que cualquier otro candidato presidencial haya ganado en la historia de Estados Unidos, con la excepción de Biden.
No menos importante para el futuro de la democracia en Estados Unidos son los acontecimientos que tuvieron lugar el 6 de enero del 2021, cuando el Congreso debía proclamar a Joe Biden como el 46.º presidente de Estados Unidos. Para la ocasión, Trump llamó a sus seguidores a protestar en las afueras del Capitolio para expresar su repudio a lo que, según él, había sido un fenomenal “robo electoral” y evitar con su presencia que los congresistas legalizaran ese presunto atraco. El resultado fue una multitudinaria manifestación en la cual tanto quienes votaron por Trump como quienes jamás votaron en elección alguna (pero que ahora se sentían representados por el liderazgo mesiánico de Trump) apelaron a la violencia. Muy bien pertrechados con armas y dispositivos de comunicación, arrollaron a su paso a los cordones policiales dispuestos en la zona e ingresaron al Capitolio cometiendo toda clase de desmanes y poniendo en riesgo la vida de algunos de los congresistas más demonizados por esos fanáticos que solo pudieron salvarse gracias a una rápida evacuación del Senado y la Cámara de Representantes.
Entrevistas posteriores realizadas a algunos de los protagonistas de ese suceso son estremecedoras. Ni uno de ellos fue capaz de exponer un argumento racional, sino que eran interminables invocaciones a la necesidad de combatir al enemigo, ¡Satanás! (¡sic!), que estaba destruyendo a Estados Unidos con la complicidad de la clase política y, muy especialmente, de los demócratas. Otros decían que era la eterna lucha entre la luz y las tinieblas, o entre el bien y el mal, y que Trump representaba la única esperanza en ese decisivo combate. Varios decían que era imprescindible e impostergable recuperar al país que, debido a las infames maniobras de China y Rusia, había caído en las garras del comunismo internacional. Otros pregonaban que había que defenderlo de las hordas de narcotraficantes, violadores y criminales que invadían desde el sur, en clara alusión a la migración mexicana y centroamericana, y que, nuevamente, Donald Trump era el único capaz de realizar esa tarea. Delirantes predicadores, pastores de insólitas “iglesias”, estafadores expertos en recaudar fondos entre los fanatizados e ingenuos prosélitos, racistas, supremacistas, homófobos, misóginos, islamofóbicos, terraplanistas y millones de personas con sus mentes destruidas por la publicidad y la locura institucionalizada en una sociedad ganada por la violencia y el odio se juntaron para tomar por asalto al Capitolio. Se dieron allí cita los detritos humanos producto de la prolongada descomposición de la sociedad estadounidense, súbitamente irrumpiendo desde sus madrigueras convocados por un hábil e inescrupuloso demagogo que les confirió un sentido a sus alienadas y miserables existencias. Pero más allá de esta valoración, lo cierto es que esa multitud informe y desquiciada se aglutinó para conformar un enorme movimiento de masas alimentado en su odio y su fanatismo por un permanente bombardeo de mensajes disparados desde las redes sociales y los medios alternativos controlados por la extrema derecha. Nunca antes había existido en Estados Unidos un fenómeno sociopolítico y cultural de este tipo, tanto por su calidad como por su número.
Además, porque no solo hay votos, millones de votos, sino que también hay muchas armas, realiza entrenamientos militares y, en no pocos casos, cuenta con la aquiescencia de las autoridades locales. Según estimaciones del New York Times y The Guardian, esta fuerza de extrema derecha suma por lo menos unos 20.000 milicianos armados reclutados entre unos trescientos grupos de extrema derecha, la cuarta parte de los cuales está formada por veteranos de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.[5] Y, fieles al mensaje de su Führer idolatrado, siguen diciendo que les robaron la elección y que la historia recién comienza, prometiendo un ejemplar escarmiento a los enemigos de la patria una vez que su líder retorne a la Casa Blanca en 2024… ¡o antes! No exageran un ápice quienes aseguran, dentro y fuera de Estados Unidos, que su etérea y frágil democracia y su institucionalidad republicana están en grave peligro.
Dadas las reflexiones aquí expuestas, todas ellas producto de la lectura del libro que la lectora o el lector tienen en sus manos, se comprende la trascendental importancia que reviste el riguroso examen de la naturaleza del legado de Trump tanto en el plano doméstico como en el cambiante y turbulento tablero geopolítico internacional. Las páginas que siguen serán de gran utilidad en ese esfuerzo y, debido a ello, solo me resta felicitar muy sinceramente a quienes contribuyeron a redactar cada uno de sus capítulos y a CLACSO por haberlo publicado.
Referencias
Allen, Jonathan (2021), “Trump’s Back. here’s what his re-entry means for 2024”, NBC News, <https://www.nbcnews.com/politics/donald-trump/trump-s-back-here-s-what-his-re-entry-means-n1269136>.
Boron, Atilio (1994), Towards a post-hegemonic age? The end of the pax Americana, Security Dialogue, vol. 25, núm. 2, pp. 211-221.
Biden, R. Joseph (2020, marzo-abril), “Why America must lead again”, Foreign Affairs, vol. 99, núm. 2, pp. 64-76.
Hagopian, Joachim (2015, 13 de febrero), “Why US loses every war it starts and starts every war?”, The Bulletin- Journal of Downtown Toronto, <https://thebulletin.ca/why-us-loses-every-war-it-starts-and-starts-every-war>.
Isenbert, Davis (2019, 1 de febrero), “Why America can’t win wars”, Asia Times, <https://asiatimes.com/2019/02/why-america-cant-win-wars>.
Pilkington, Ed (2020), “’Our Worst Nightmare’: Will Militias Heed Trump’s Call to Watch the Polls?”, The Guardian, <https://www.theguardian.com./world/2020/oct/09/us-militias-trump-election-day-covid-guns>.
[1] Ver Atilio Boron, 1994, “Towards a post-hegemonic age? The end of the pax Americana”, Security Dialogue, vol. 25, núm. 2, pp. 211-221.
[2] Joseph R. Biden, 2020, marzo-abril, “Why America must lead again”, Foreign Affairs, vol. 99, núm. 2, pp. 64-76.
[3] Solo a título de ejemplo, ver: Davis Isenbert, 2019, 1 de febrero), “Why America can’t win wars?”, Asia Times, <https://asiatimes.com/2019/02/why-america-cant-win-wars>; Joachim Hagopian, 2015, 13 de febrero, “Why US loses every war it sarts and starts every war”, The Bulletin- Journal of Downtown Toronto, <https://thebulletin.ca/why-us-loses-every-war-it-starts-and-starts-every-war>.
[4] Jonathan Allen, 2021, “Trump’s Back. here’s what his re-entry means for 2024”, NBC News, <https://www.nbcnews.com/politics/donald-trump/trump-s-back-here-s-what-his-re-entry-means-n1269136>.
[5] Ed Pilkington, 2020, “’Our Worst Nightmare’: Will Militias heed Trump’s call to watch the polls?”, The Guardian, <https://www.theguardian.com./world/2020/oct/09/us-militias-trump-election-day-covid-guns>.
martes, 23 de noviembre de 2021
Boletín #6 Estados Unidos: Miradas críticas desde Nuestra América
Boletín #6 Estados Unidos: Miradas críticas desde Nuestra América
Grupo de Trabajo CLACSO Estudios sobre Estados Unidos
Boletín Estados Unidos: Miradas críticas desde Nuestra América
Año 3 – Número #6 Los claroscuros de Biden en América Latina y el Caribe
Noviembre 2021
Índice
Presentación. Los claroscuros de Biden en América Latina y el Caribe
Silvina Romano
Jaime Zuluaga Nieto
El enfrentamiento al cambio climático. Oportunidades para Estados Unidos en su búsqueda de liderazgo global
Lil María Pichs Hernández
Dilemas de la recuperación económica en los Estados Unidos
Gladys Cecilia Hernández Pedraza
Estados Unidos y la diplomacia de la vacuna COVID19
Tamara Lajtman
Aníbal García Fernández
Silvina Romano
Presidente Biden vs Texas. Inmigración, política exterior y división de poderes
Valeria L. Carbone
La Administración Biden y su política hacia Cuba ¿Apoyo al pueblo cubano u obstáculo a su desarrollo?
Raúl Rodríguez Rodríguez
Cuba en la Guerra no Convencional de Estados Unidos
Yazmín Bárbara Vázquez Ortiz
La proyección latinoamericana de Estados Unidos y la Revolución Cubana. Geopolítica y simbolismo sesenta años después
Jorge Hernández Martínez
Las utopías de AMLO. Algunas emociones y reflexiones
Luis Suárez Salazar
Relaciones Estados Unidos – Colombia ¿Más expectativas que cambios?
Jaime Zuluaga Nieto
lunes, 8 de noviembre de 2021
Mesa debate: "Estados Unidos y la Argentina en la era Biden" (Congreso SAAP, Rosario, 10/11/2021, 14hs)
Mesa Especial:
"Estados Unidos y la Argentina en la era Biden"
Congreso SAAP, Rosario, 10/11/2021, 14hs, Aulario CUR, Aula 5
Exponen:
Anabella Busso (UNR, CONICET)
Esteban Actis (UNR)
Leandro Morgenfeld (UBA, CONICET)
Bruno Binetti (Diálogo Interamericano)
Francisco de Santibañez (CARI, Willson Center)
Modera: Eduardo Diez (UBA, CARI)
domingo, 7 de noviembre de 2021
"La política comercial aperturista de Macri y la resistencia a las Cumbres de la OMC y el G20". Por Leandro Morgenfeld
Esta edición especial se corresponde a la segunda parte de la publicación de trabajos recibidos en el marco del III Congreso Nacional de Comercio Internacional, realizado en septiembre de 2020.
Este número cuenta con un total de cinco artículos que analizan temas de coyuntura del comercio y las finanzas internacionales junto con perspectivas geopolíticas. El primero de ellos es de Sebastián Schulz, cuyo título es "Crisis mundial y cambios geopolíticos post COVID-19. El (re) ascenso de China y sus impactos en el Sistema Mundial". En el mismo, el autor analiza el rol del país asiático y en qué medida esta pandemia generó un nuevo escenario que potenció su rol internacional.
Siguiendo esta línea, el segundo artículo es de Damián Caputo y bajo el título "El collar de perlas de China en el marco de la nueva ruta de la seda", pone el foco de la discusión en la propuesta de este país en una mega obra de infraestructura que permitiría una rápida interconexión geográfica en un punto neurálgico para el comercio mundial de mercancías y servicios. Esto coloca a toda la región en una posición geopolítica privilegiada frente al resto de los países.
El tercer artículo está en inglés y su título es "Contagion risk in global banking" sector a cargo de cuatro autores: Keven Daly, Jonathan Battern, Anil Mishra & Tonmoy Choudhury. En este caso, los escritores enfatizan la interconexión bancaria financiera y cómo se produce el contagio de una institución a la otra. Esto es argumentado con una serie de datos donde muestran el impacto en el desarrollo y crecimiento de los países con una metodología distinta a otros trabajos.
El cuarto trabajo es de Oscar Eduardo Fernández-Guillén, cuyo título es "Asean-Mercosur: integración y comercio en el sur global". Es el último en tener al sudeste asiático en el centro de discusión. El autor presenta un resumen de un trabajo que se encontraba en su fase final de publicación en donde analiza el rol de los procesos de integración y el comercio entre la ASEAN y el Mercosur; destacando el cumplimiento de los objetivos previstos y los resultados en la práctica en materia de regionalismo.
Y finalmente, el quinto artículo es de Leandro Morgenfeld y su título es "La política comercial aperturista de Macri y la resistencia a las Cumbres de la OMC y el G20". El conocido analista internacional realiza un análisis crítico a la gestión de Macri a partir de dos ejes: la OMC y el G20. En su texto describe la política adaptada por la cancillería argentina destacando los errores producidos y el impacto que esto ha tenido en el país como así también su postura acerca de las medidas adoptadas durante la gestión del PRO.
Para consultas y para participar de las publicaciones enviar un mail a bociunlu@gmail.com.
Se puede leer completo acá
miércoles, 3 de noviembre de 2021
Avance de "El legado de Trump en un mundo en crisis" (Revista Jacobin)
Revista Jacobin América Latina, 3 de noviembre de 2021
El legado de Trump en un mundo en crisis
En medio del escándalo tras la toma del Capitolio, en enero de 2021, terminó la convulsionada presidencia de Donald Trump. Sin embargo, no desapareció su influencia política e ideológica, ni en Estados Unidos ni en el resto del mundo. Es necesario analizar su legado.
En medio del escándalo tras la toma del Capitolio, en enero de 2021, terminó la convulsionada presidencia de Donald Trump. Sin embargo, no desapareció su influencia política e ideológica, ni en Estados Unidos ni en el resto del mundo. En momentos de crisis y de una transición hegemónica a nivel global, este libro presenta, desde América Latina y el Caribe, una mirada crítica. ¿Qué significaron sus cuatro años al frente de la Casa Blanca? ¿Cómo entender las contradicciones internas y externas que se manifestaron durante su presidencia? ¿Cuál será el futuro del trumpismo? ¿Se está gestando una nueva hegemonía que reemplace a la estadounidense o vamos hacia un “caos sistémico” o “desorden global”?
Esta obra colectiva del Grupo de Trabajo (GT): Estudios sobre Estados Unidos, del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), reúne estudios de diez investigadoras y dieciséis investigadores de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, México y España. Algunos de ellas y ellos han participado en el GT desde el inicio, mientras que otras/os forman parte de una nueva generación de investigadores que –en conjunto con los primeros− contribuyen a la construcción de una “red interdisciplinaria”, concebida para generar conocimientos actualizados, relevantes, comparados y rigurosos. Dicha red se desarrolla gracias al intercambio de ideas y de nuevas perspectivas de estudio, mediante la presentación de diversas publicaciones (como nuestro Boletín Estados Unidos: miradas críticas desde Nuestra América, que va ya por su número 5), discusiones en foros, seminarios, mesas redondas y redes sociales.
Desde su fundación en el año 2004, el GT (compuesto hoy por treinta y cinco académicos de doce países) concentró su análisis crítico en comprender –y a su vez explicar desde una perspectiva latinoamericana y caribeña crítica y descolonizada– el modus operandi de Estados Unidos a través de tres líneas o ejes de trabajo principales: i) la crisis de la hegemonía estadounidense y su impacto global; ii) las fracturas económicas, sociales, demográficas y culturales al interior de ese país; iii) los cambios y continuidades en la relación con los otros países y Gobiernos del continente americano.
Hasta ahora, el GT ha publicado cinco libros: Crisis de hegemonía de Estados Unidos (2007), Estados Unidos. La crisis sistémica y las nuevas formas de legitimación (2010), Estados Unidos más allá de la crisis (2012), Estados Unidos y la nueva correlación de fuerzas internacional (2016) y Estados Unidos contra el mundo. Trump y la nueva geopolítica (2018), coeditados por la editorial Siglo XXI de México y por CLACSO. Todos ellos están disponibles ‒en acceso abierto‒ en la página web de esta última institución.
Dando continuidad al trabajo del grupo, este sexto libro, El legado de Trump en un mundo en crisis, también se estructura a partir de las tres líneas ya mencionadas, analizando los cuatro años del presidente número 45 de Estados Unidos, desde que Trump asumió su cargo como Jefe del Ejecutivo, el 20 de enero de 2017, hasta su salida de la Casa Blanca, el 20 de enero de 2021.
El 24 de abril de 2020 falleció Marco A. Gandásegui (h.), fundador y coordinador del GT, a quien dedicamos esta obra colectiva como un gesto de amistad, compañerismo, lealtad y reconocimiento académico por su tenaz labor durante más de dieciséis años. En ese periodo este grupo se consolidó en torno a la hipótesis central de la crisis de hegemonía de Estados Unidos, cada vez más vigente en los debates académicos y políticos. Gandásegui (h.), con la sensibilidad, pericia, audacia y, sobre todo, el compromiso político que lo caracterizó a lo largo de su trayectoria académica, supo vislumbrar la importancia de crear este colectivo, en un contexto particularmente incierto, marcado, por un lado, por el inicio de la llamada “posguerra fría” y, por otro lado, por la “guerra contra el terrorismo” desatada por la administración de George W. Bush. Su liderazgo fue crucial para el GT en la definición de una agenda amplia de trabajo y de una estructura organizativa capaz de garantizar su desarrollo. Además, otorgó al grupo la conducción, dirección, disciplina y capacidad de trabajo necesarias para convertirlo en un espacio genuino de reflexión, investigación comprometida y análisis crítico sobre Estados Unidos, desde América Latina y el Caribe, con proyección, incidencia y reconocimiento académico en la región, en Estados Unidos y en otros países del mundo.
Por este motivo, y luego del “Prólogo” de Atilio Boron −quien durante su gestión como secretario ejecutivo de CLACSO promovió e incentivó la creación de este GT−, abre el libro un exhaustivo trabajo de Dídimo Castillo sobre la obra de Gandásegui (h.). Dicho estudio se detiene especialmente en el concepto de crisis de hegemonía, fundamental para comprender la complejidad del actual proceso de transición hegemónica a nivel global, con el declive de Estados Unidos y el ascenso de China como fenómenos destacados. Trump es una manifestación y a la vez acelerador del mismo, en tanto fue un representante de sectores de las clases dominantes (y dominadas) de Estados Unidos y de su maquinaria burocrático-militar y político-ideológica.
La contribución de Gandásegui (h.) al debate generado en torno del GT puede rastrearse en sus trabajos publicados en los cinco libros del grupo. El punto de partida de sus análisis fue la crisis del capitalismo global. No obstante, resulta notorio el hecho de privilegiar y enfatizar el examen de las condiciones internas del sistema estadounidense, colocando las contradicciones de clases, la estructura de poder y la singularidad del sistema político en el centro de sus preocupaciones. De ahí que, en particular, sus artículos “Sistema mundo, crisis económica y América Latina”, “Hegemonía, geopolítica y Estados Unidos”, “Los partidos políticos en Estados Unidos” y “La política de seguridad nacional de Trump” se destaquen como referentes fundamentales para el estudio y comprensión de la crisis de hegemonía de Estados Unidos planteada por el GT.
Desde su concepción, no obstante su carácter global, expresa el agotamiento de las estructuras creadas por la burguesía de aquel país durante el siglo XIX y principios del XX. Se trata de estructuras consolidadas durante la posguerra de la Segunda Guerra Mundial que hicieron posible la hegemonía internacional de Estados Unidos hasta mediados de la década de los setenta. De ahí que sus manifestaciones más nítidas tengan sus causas, consecuencias y efectos al interior de la formación social estadounidense.
Tal como enfatiza Dídimo Castillo en el trabajo inicial de este libro, la construcción y reconstrucción de los aportes de Marco Gandásegui (h.) al GT constituyen un insumo valioso y de primer orden para la reflexión crítica sobre el carácter de la crisis de hegemonía de Estados Unidos. En efecto, tales aportes permiten considerar esa crisis no solo desde la estructura de poder interna, sino también desde la disputa y la viabilidad de dos modelos económicos y de dos proyectos de nación como posibles salidas del entorno de incertidumbre y desconcierto global. Un entorno agravado por la crisis sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19, así como por sus consecuencias en la economía del país y del mundo y en la profundización de las desigualdades sociales.
El libro colectivo se compone de tres secciones. En la primera, los capítulos analizan la administración de Trump en el marco de la transición hegemónica global. Comienza con el trabajo de Gabriel E. Merino, titulado “La pandemia y la aceleración del declive de Estados Unidos. ¿Fracasó el intento de hacer a ‘Estados Unidos grande de nuevo’?”. El investigador argentino sugiere que la pandemia frustró las posibilidades de reelección del trumpismo (fenómeno propio de la crisis de hegemonía), al igual que fue catalizadora, en sus palabras, de “un conjunto de tendencias de la transición histórico-espacial contemporánea”. Merino propone cinco tendencias que, en su conjunto, modifican el mapa del poder mundial y producen un salto cualitativo en el proceso de ascenso de Asia Pacífico y de declive relativo de Occidente.
En el marco de este escenario, en las últimas décadas, sectores de la clase dominante de Estados Unidos han ensayado diversos cursos de acción que han resultado infructuosos para revertir su declive relativo y continúan tanteando esa resurrección. Este es el objeto de análisis de Claudio Katz en su trabajo “La recuperación imperial fallida de Estados Unidos”. El economista argentino desarrolla en su capítulo la idea de que el intento estadounidense de recuperar el dominio mundial puede considerarse como la característica principal del imperialismo del siglo XXI. La primera potencia ha perdido autoridad y capacidad de intervención, por lo cual busca contrarrestar la diseminación del poder mundial y la erosión de su liderazgo a nivel internacional.
En esta línea, Carlos Eduardo Martins desarrolla en su capítulo, titulado “Donald Trump e o projeto de um novo imperialismo estadunidense”, la noción de que, durante su administración, buscó reemplazar un imperialismo estadounidense neoliberal con pretensiones universalistas y hegemónicas por uno unilateral, basado en un capitalismo de estado de derecha, que pretendió colocar a Estados Unidos por encima del mercado mundial para imponer un nuevo orden y orientar las decisiones estadounidenses hacia los intereses de las corporaciones privadas. En este proceso, argumenta el analista brasileño, Trump impulsó conflictos internos y externos, y procuró movilizar una base neofascista nacional e internacional para apoyarlo.
Entre los diversos conflictos con el exterior, se destacan las disputas con el gigante asiático, objeto de análisis del capítulo de Gladys Cecilia Hernández Pedraza en su texto “Recrudecimiento de las tensiones entre China y Estados Unidos: actualidad y perspectivas”. La investigadora cubana argumenta que los desencuentros entre ambas potencias profundizaron la desconfianza y colocaron al mundo al borde de una nueva Guerra Fría. Las acciones y represalias de un lado y del otro produjeron tensiones que alcanzaron los niveles más elevados desde que ambos países normalizaran sus relaciones diplomáticas desde hace más de cuatro décadas.
En “Contradicciones socioeconómicas, desigualdades y declive hegemónico de Estados Unidos (2017-2021)”, Luis René Fernández Tabío sugiere que, al contrario del discurso conservador-populista de Trump que prometía hacer a Estados Unidos grande otra vez (Make America Great Again), su mandato incrementó las contradicciones económicas, sociales y políticas internas, y aceleró su declive hegemónico. Si bien las contradicciones sistémicas del capitalismo han empeorado en las últimas cuatro décadas, el autor cubano señala que es justo reconocer que ellas no son consecuencia solamente de las políticas del gobierno en los últimos cuatro años. Los viejos problemas sociales, económicos y políticos resurgen en la actualidad y alcanzan tal magnitud y complejidad que se manifiestan, incluso, en la falta de consenso al interior de la elite política respecto de las tendencias dominantes y el proyecto de país.
Finalmente, la primera sección se cierra con el trabajo de Adrián Sotelo Valencia, titulado “Imperialismo, neoproteccionismo y globalización en la era Trump”. El analista mexicano argumenta que, durante los cuatro años de su mandato, Estados Unidos no presentó un cambio en su esencia, sino la reafirmación del capitalismo global que surgió a mediados del siglo XIX. Desde su perspectiva, los problemas sociales, políticos, culturales, geoestratégicos y militares que rodean las prácticas del imperialismo a escala global no dependen de la persona que asume eventualmente el poder político de la mayor potencia occidental. Más bien, sugiere, son las condiciones histórico-estructurales, las relaciones y las determinaciones derivadas de las luchas de clases, de las crisis económicas y políticas, de las calamidades naturales, las que influyen en su acción y determinación. Fenómenos que entrelazan y sobredeterminan, a largo plazo, la acción de los gobernantes y la peculiar forma en que interfieren, o no, en el rumbo de su desarrollo.
La segunda sección del libro está dedicada al análisis de las fracturas internas en Estados Unidos durante la administración Trump. Comienza con el análisis de Alejandro I. Canales en su texto “Latinos y el nuevo dilema americano. Escenarios demográficos y políticos más allá de la era de Trump”, en el que muestra que Estados Unidos atraviesa una etapa inédita en sus casi 250 años de historia como nación independiente. Se trata de un proceso de reemplazo demográfico de la actual mayoría blanca por la población de origen latino y otras minorías étnicas, en donde ningún grupo étnico logra alcanzar los volúmenes necesarios para convertirse en una mayoría absoluta. En este marco de cambio demográfico, se presentan retos y desafíos, sobre todo, a partir del resurgimiento/recrudecimiento del racismo en dicho país.
Otra manifestación de las contradicciones internas se hace patente en las transformaciones ideológicas y dinámicas partidistas. En su capítulo, Jorge Hernández Martínez sugiere que Estados Unidos se encuentra en medio de una crisis, la cual es palpable en un grueso rango de contradicciones con las que relaciona la recesión económica, los daños provocados por la pandemia de COVID-19 (que la refuerza), la polarizada contienda electoral donde imperó la incertidumbre, la crisis de credibilidad y la legitimidad de los partidos y los candidatos a la presidencia. El texto aborda la secuela de esta situación y el desarrollo de ese proceso de transición, entre expresiones manifiestas y latentes.
Las relaciones entre el Gobierno Trump y los actores no estatales en temas de interés nacional fueron de gran relevancia durante su administración. Lil María Pichs Hernández, en su capítulo “Trump: un antes y un después para el gran lobby energético de Washington. Nuevas dimensiones de una alianza histórica”, aborda algunos elementos clave de su legado respecto a las relaciones del Gobierno con importantes empresas trasnacionales del sector energético. Se trata de relaciones que no solo poseen un gran peso económico y político en Estados Unidos, sino también en otros países, por lo cual condicionan parte de la política exterior del país.
Si bien los aspectos económicos son relevantes, el argumento de la promoción de la democracia en el exterior es parte de la instrumentación de la hegemonía estadounidense. Letícia Cristina Bizarro Barbosa, en su capítulo “As contradições na política de promoção da democracia e o papel da National Endowment for Democracy (NED) na administração Trump”, analiza esa dimensión de las estrategias estadounidenses y su papel en la defensa de la seguridad nacional de Estados Unidos. El texto busca comprender la posición de Trump hacia esta política a partir de sus declaraciones y relaciones diplomáticas y presentando los desafíos que enfrentó la NED para mantener su accionar frente al desdén de la presidencia.
Para cerrar la segunda sección del libro, el capítulo de Sonia Winer y Claudio Gallegos, “Estados Unidos y los Derechos Humanos durante el trumpismo (2017-2021)”, analiza las iniciativas estratégicas que, desde la perspectiva americanista-nacionalista republicana, buscan redefinir los derechos humanos y disputar sentidos e institucionalidades a aquellas culturas e instrumentos internacionales de protección edificados desde mediados del siglo XX. El texto identifica los cambios burocráticos impulsados al interior del Departamento de Estado y en el informe redactado por la Comisión de Derechos Inalienables, sobre todo en lo referido a diagnósticos asociados con una determinada resignificación de la libertad religiosa y a los intereses de la política exterior de Estados Unidos. Se da cuenta de tales cambios con algunos ejemplos discursivos y de iniciativas gubernamentales.
La tercera sección del libro está dedicada al análisis de la política de Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe, la cual forma parte de nuestra constante reflexión como GT. La sección abre con el trabajo de Luis Suárez Salazar, titulado “El ‘gobierno temporal’ de Donald Trump: ¿crisis o fortalecimiento del sistema de dominación de Estados Unidos sobre el sur del continente americano?”. El capítulo analiza si, durante el gobierno Trump, se cumplieron o no los designios de los sectores de las clases dominantes, de los poderes fácticos y del sistema político en cuanto a restablecer el sistema de dominación (hegemonía, acorazada con la fuerza) de Estados Unidos sobre la región.
En los instrumentos de política exterior de Estados Unidos se dinamizan estrategias de incentivos y castigos alrededor del mundo, y la región latinoamericana y caribeña no es la excepción. Sobre esta cuestión reflexionan sendos trabajos de Yasmín Bárbara Vázquez Ortíz y de Jaime Zuluaga Nieto: “Estados Unidos-América Latina y el Caribe: guerra no convencional, subversión y disputa geopolítica en la era Trump” y “El Gobierno de Trump frente a América Latina y el Caribe: la política del garrote”. En el primero, Vázquez Ortíz expone una visión sobre las posibilidades de despliegue de la guerra no convencional en el marco operativo del Comando Sur y la Guerra Irregular y, posteriormente, examina ejemplos de cómo esto ha sido aplicado en los países de la región. Por su parte, Zuluaga, en el segundo de los trabajos mencionados, analiza el escenario interno e internacional durante la administración Trump, cuando se proyectó particular incidencia en las relaciones con México y Centro América, con el triángulo caribeño conformado por Cuba, Venezuela y Nicaragua y, por último, con Colombia.
Las sanciones económicas han sido un instrumento ampliamente utilizado por Estados Unidos en la región. Por su permanencia en el tiempo, por ser parte de su maquinaria injerencista y de dominación, así como por su capacidad de provocar daños materiales y acentuar las carencias e incertidumbres en la población (especialmente en tiempos de pandemia) tienen un evidente objetivo desestabilizador, tal como se advierte con toda su severidad en Cuba y Venezuela. Suelen utilizarse como un mecanismo de coerción con un objetivo político. Para que sea efectivo, es importante que el país objetivo presente dependencia económica y/o comercial. Sin embargo, ¿qué tan efectivo puede ser dicho instrumento cuando la respuesta de terceros países contrarresta el efecto deseado? Este es el objeto central del capítulo de Gustavo Adolfo Islas Cadena, Mariana Aparicio Ramírez y Karla Villalobos Cruz, titulado “¿Aliados o intereses energéticos en la era de Maduro? La respuesta de India, la República Popular China y Rusia en Venezuela a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos”.
Otro mecanismo de coerción que puede identificarse en la acción política estadounidense en la región es el lawfare, entendido como una herramienta de desestabilización política de sectores que se oponen, o no se subordinan, a los intereses imperiales. El capítulo de Silvina M. Romano, “El lawfare en la era Trump: antecedentes y continuidades de Guerra Fría”, aborda, desde una perspectiva histórica, los posibles vínculos del lawfare con procesos de desestabilización y derrocamiento de Gobiernos latinoamericanos durante las últimas décadas, señalando las principales diferencias y algunos aspectos que podrían trazar una continuidad entre ese periodo histórico y el lawfare en la actualidad.
Para garantizar sus intereses en el exterior, el Gobierno y las corporaciones de Estados Unidos destinan fondos y realizan sus operaciones a través de diferentes canales oficiales y no oficiales, programas, acciones abiertas y encubiertas, en un amplio alcance que va del político, cultural e ideológico al militar. Ary César Minella, en su capítulo “Intervención en el exterior en la era Trump: acciones del Center for International Private Enterprise (CIPE) en América Latina”, focaliza su análisis en el CIPE, ubicando su formación, la composición de su comando, el origen y destino de los fondos que maneja, los programas, proyectos y socios, especialmente en América Latina, e indicando cómo se inscriben en la estrategia de seguridad nacional de los Estados Unidos durante la administración Trump.
En la última parte del libro se abordan estudios de caso de cuatro países clave para comprender la instrumentación de la política hemisférica de Estados Unidos: Argentina, Venezuela, Bolivia y Cuba. En lo referido al primero de esos países, el capítulo de Leandro Morgenfeld muestra que el devenir de ese vínculo bilateral ofrece un prisma de gran utilidad para entender cómo fueron las relaciones interamericanas entre 2017 y 2021. El autor señala que, desde que asumió la presidencia, el magnate procuró, con una estrategia en parte distinta a la de sus antecesores, restablecer el poder de Estados Unidos en su patio trasero. Apeló más al hard que al soft power, reivindicó nuevamente la doctrina Monroe y optó por privilegiar los vínculos bilaterales, en detrimento de las instancias multilaterales.
Para atacar a los países no alineados, Estados Unidos instrumentó diversos mecanismos. Estos casos son objeto de análisis en los últimos tres capítulos del libro colectivo. Arantxa Tirado Sánchez, en su trabajo titulado “Entre la continuidad y la novedad: la política exterior de Estados Unidos hacia Venezuela en la era Trump”, analiza las relaciones con el país caribeño, atendiendo a los factores de novedad, cambio o ruptura, pero también de continuidad, respecto a administraciones anteriores. Sin estos, sugiere la autora, no puede entenderse el carácter permanente de una política exterior hacia América Latina y el Caribe en su conjunto que, pese a haber experimentado diferencias tácticas a lo largo de las décadas, sigue manteniendo un mismo objetivo estratégico de dominio, necesario para la expansión de los intereses económicos de la clase dominante estadounidense.
Otra de las expresiones de esas tácticas han sido los golpes de Estado contra gobiernos de izquierda en la región, de la mano de estrategias que combinan intervención extranjera, subversión de las derechas partidarias, junto a complejas articulaciones de actores visibles y encubiertos, financiados local e internacionalmente y alineados a discursos que demandan una vuelta a la democracia meramente formal. Así lo demuestra el trabajo de Loreta Tellería Escobar y Juan Ramón Quintana Taborga, titulado “Golpes de Estado en América Latina en la era Trump: el caso de Bolivia (2019-2020)”. Este da cuenta del neogolpismo en la región en general, pero se focaliza en el dramático proceso que expulsó del gobierno a Evo Morales a fines del 2019.
Para cerrar la obra colectiva, el trabajo de Raúl Rodríguez da cuenta de una política de coerción económica de larga data en la región, repudiada cada año desde 1992 por casi todos los países en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas. En su capítulo titulado “Las sanciones económicas de Estados Unidos contra Cuba en la era Trump (2017-2021)”, propone un análisis del cuatrienio trumpista, que puede considerarse como uno de los períodos más severos de la aplicación de las agresiones económicas de Estados Unidos contra Cuba. En efecto, según señala el autor, en dicho periodo se aplicaron medidas y acciones sin precedentes, entre las cuales sobresalen aquellas que por su sistematicidad, su hostilidad y su extraterritorialidad provocaron diversas afectaciones en todas las esferas de la sociedad cubana y la vida cotidiana de sus ciudadanos.
En nombre de todos sus autores es necesario reconocer que El legado de Trump en un mundo en crisis no hubiera podido publicarse sin la red CLACSO. Agradecemos especialmente a Pablo Vommaro y, en nombre de él, a todo el equipo que desde hace años apoya las actividades de nuestro GT. También queremos expresar nuestra gratitud a Andrea Samantha Nuñez Salinas por su apoyo para la edición y revisión del libro y a todos/as los/as miembros del GT que colaboraron con la evaluación de los capítulos.
Por todo lo dicho, puede afirmarse que el 2020 será recordado como el año en que se resquebrajaron buena parte de los cimientos sobre los que se erigió el liderazgo internacional estadounidense. En lo que corresponde a América Latina y el Caribe, la derrota electoral de Trump pudiera significar una oportunidad. No porque su sucesor vaya a modificar los ejes que orientaron, desde el planteo de la doctrina Monroe (1823), su política hemisférica, sino por lo que representa su figura. Junto al fracaso de los objetivos máximos de sus acciones contra Cuba, Nicaragua y Venezuela, las resistencias del pueblo boliviano que condujeron a la derrota político-electoral del gobierno golpista y permitieron la vuelta al poder del MAS, las recientes luchas sociales y políticas en Chile, Colombia, Perú y Ecuador, así como las crecientes protestas contra Bolsonaro en Brasil, muestran un renovado protagonismo de los pueblos y las fuerzas progresistas y radicales en la región. Estos nuevos vientos requieren retomar los proyectos de coordinación y cooperación política, en función de avanzar hacia la concertación política, la cooperación y la integración de Nuestra América.
Buenos Aires y Ciudad de México, 10 de julio de 2021
lunes, 1 de noviembre de 2021
V SEMINARIO IDEHESI: "EL ESTADO Y SUS GESTORES EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES ARGENTINAS" (3 y 4 de noviembre de 2021)
viernes, 29 de octubre de 2021
Presentación "El legado de Trump en un mundo en crisis"
jueves, 28 de octubre de 2021
La puja geopolítica de Estados Unidos por la región
La puja geopolítica de Estados Unidos por la región
27/10/2021
El historiador e investigador del Conicet se refirió a los dichos del futuro embajador de los Estados Unidos en el país, Mark Stanley, y aseguró que “es muy preocupante”.
“Estás expresiones muestran que, con Biden, hay mucha más continuidad, en cuanto a la política de Estados Unidos hacia la región, de lo que la prensa liberal imagina”, aseguró.
Asimismo, habló de la disputa geopolítica entre el país del norte y China, vista esta última como una amenaza geopolítica en crecimiento.
Adamás, dio detalles del nuevo libro que está presentando “El legado de Trump en un mundo en crisis”, con 22 capítulos de colegas de América Latina, para entender la era Trump y lo que dejó.
Escuchar la entrevista acá