Revista Jacobin América Latina, 3 de noviembre de 2021
El legado de Trump en un mundo en crisis
En medio del escándalo tras la toma del Capitolio, en enero de 2021, terminó la convulsionada presidencia de Donald Trump. Sin embargo, no desapareció su influencia política e ideológica, ni en Estados Unidos ni en el resto del mundo. Es necesario analizar su legado.
En medio del escándalo tras la toma del Capitolio, en enero de 2021, terminó la convulsionada presidencia de Donald Trump. Sin embargo, no desapareció su influencia política e ideológica, ni en Estados Unidos ni en el resto del mundo. En momentos de crisis y de una transición hegemónica a nivel global, este libro presenta, desde América Latina y el Caribe, una mirada crítica. ¿Qué significaron sus cuatro años al frente de la Casa Blanca? ¿Cómo entender las contradicciones internas y externas que se manifestaron durante su presidencia? ¿Cuál será el futuro del trumpismo? ¿Se está gestando una nueva hegemonía que reemplace a la estadounidense o vamos hacia un “caos sistémico” o “desorden global”?
Esta obra colectiva del Grupo de Trabajo (GT): Estudios sobre Estados Unidos, del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), reúne estudios de diez investigadoras y dieciséis investigadores de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, México y España. Algunos de ellas y ellos han participado en el GT desde el inicio, mientras que otras/os forman parte de una nueva generación de investigadores que –en conjunto con los primeros− contribuyen a la construcción de una “red interdisciplinaria”, concebida para generar conocimientos actualizados, relevantes, comparados y rigurosos. Dicha red se desarrolla gracias al intercambio de ideas y de nuevas perspectivas de estudio, mediante la presentación de diversas publicaciones (como nuestro Boletín Estados Unidos: miradas críticas desde Nuestra América, que va ya por su número 5), discusiones en foros, seminarios, mesas redondas y redes sociales.
Desde su fundación en el año 2004, el GT (compuesto hoy por treinta y cinco académicos de doce países) concentró su análisis crítico en comprender –y a su vez explicar desde una perspectiva latinoamericana y caribeña crítica y descolonizada– el modus operandi de Estados Unidos a través de tres líneas o ejes de trabajo principales: i) la crisis de la hegemonía estadounidense y su impacto global; ii) las fracturas económicas, sociales, demográficas y culturales al interior de ese país; iii) los cambios y continuidades en la relación con los otros países y Gobiernos del continente americano.
Hasta ahora, el GT ha publicado cinco libros: Crisis de hegemonía de Estados Unidos (2007), Estados Unidos. La crisis sistémica y las nuevas formas de legitimación (2010), Estados Unidos más allá de la crisis (2012), Estados Unidos y la nueva correlación de fuerzas internacional (2016) y Estados Unidos contra el mundo. Trump y la nueva geopolítica (2018), coeditados por la editorial Siglo XXI de México y por CLACSO. Todos ellos están disponibles ‒en acceso abierto‒ en la página web de esta última institución.
Dando continuidad al trabajo del grupo, este sexto libro, El legado de Trump en un mundo en crisis, también se estructura a partir de las tres líneas ya mencionadas, analizando los cuatro años del presidente número 45 de Estados Unidos, desde que Trump asumió su cargo como Jefe del Ejecutivo, el 20 de enero de 2017, hasta su salida de la Casa Blanca, el 20 de enero de 2021.
El 24 de abril de 2020 falleció Marco A. Gandásegui (h.), fundador y coordinador del GT, a quien dedicamos esta obra colectiva como un gesto de amistad, compañerismo, lealtad y reconocimiento académico por su tenaz labor durante más de dieciséis años. En ese periodo este grupo se consolidó en torno a la hipótesis central de la crisis de hegemonía de Estados Unidos, cada vez más vigente en los debates académicos y políticos. Gandásegui (h.), con la sensibilidad, pericia, audacia y, sobre todo, el compromiso político que lo caracterizó a lo largo de su trayectoria académica, supo vislumbrar la importancia de crear este colectivo, en un contexto particularmente incierto, marcado, por un lado, por el inicio de la llamada “posguerra fría” y, por otro lado, por la “guerra contra el terrorismo” desatada por la administración de George W. Bush. Su liderazgo fue crucial para el GT en la definición de una agenda amplia de trabajo y de una estructura organizativa capaz de garantizar su desarrollo. Además, otorgó al grupo la conducción, dirección, disciplina y capacidad de trabajo necesarias para convertirlo en un espacio genuino de reflexión, investigación comprometida y análisis crítico sobre Estados Unidos, desde América Latina y el Caribe, con proyección, incidencia y reconocimiento académico en la región, en Estados Unidos y en otros países del mundo.
Por este motivo, y luego del “Prólogo” de Atilio Boron −quien durante su gestión como secretario ejecutivo de CLACSO promovió e incentivó la creación de este GT−, abre el libro un exhaustivo trabajo de Dídimo Castillo sobre la obra de Gandásegui (h.). Dicho estudio se detiene especialmente en el concepto de crisis de hegemonía, fundamental para comprender la complejidad del actual proceso de transición hegemónica a nivel global, con el declive de Estados Unidos y el ascenso de China como fenómenos destacados. Trump es una manifestación y a la vez acelerador del mismo, en tanto fue un representante de sectores de las clases dominantes (y dominadas) de Estados Unidos y de su maquinaria burocrático-militar y político-ideológica.
La contribución de Gandásegui (h.) al debate generado en torno del GT puede rastrearse en sus trabajos publicados en los cinco libros del grupo. El punto de partida de sus análisis fue la crisis del capitalismo global. No obstante, resulta notorio el hecho de privilegiar y enfatizar el examen de las condiciones internas del sistema estadounidense, colocando las contradicciones de clases, la estructura de poder y la singularidad del sistema político en el centro de sus preocupaciones. De ahí que, en particular, sus artículos “Sistema mundo, crisis económica y América Latina”, “Hegemonía, geopolítica y Estados Unidos”, “Los partidos políticos en Estados Unidos” y “La política de seguridad nacional de Trump” se destaquen como referentes fundamentales para el estudio y comprensión de la crisis de hegemonía de Estados Unidos planteada por el GT.
Desde su concepción, no obstante su carácter global, expresa el agotamiento de las estructuras creadas por la burguesía de aquel país durante el siglo XIX y principios del XX. Se trata de estructuras consolidadas durante la posguerra de la Segunda Guerra Mundial que hicieron posible la hegemonía internacional de Estados Unidos hasta mediados de la década de los setenta. De ahí que sus manifestaciones más nítidas tengan sus causas, consecuencias y efectos al interior de la formación social estadounidense.
Tal como enfatiza Dídimo Castillo en el trabajo inicial de este libro, la construcción y reconstrucción de los aportes de Marco Gandásegui (h.) al GT constituyen un insumo valioso y de primer orden para la reflexión crítica sobre el carácter de la crisis de hegemonía de Estados Unidos. En efecto, tales aportes permiten considerar esa crisis no solo desde la estructura de poder interna, sino también desde la disputa y la viabilidad de dos modelos económicos y de dos proyectos de nación como posibles salidas del entorno de incertidumbre y desconcierto global. Un entorno agravado por la crisis sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19, así como por sus consecuencias en la economía del país y del mundo y en la profundización de las desigualdades sociales.
El libro colectivo se compone de tres secciones. En la primera, los capítulos analizan la administración de Trump en el marco de la transición hegemónica global. Comienza con el trabajo de Gabriel E. Merino, titulado “La pandemia y la aceleración del declive de Estados Unidos. ¿Fracasó el intento de hacer a ‘Estados Unidos grande de nuevo’?”. El investigador argentino sugiere que la pandemia frustró las posibilidades de reelección del trumpismo (fenómeno propio de la crisis de hegemonía), al igual que fue catalizadora, en sus palabras, de “un conjunto de tendencias de la transición histórico-espacial contemporánea”. Merino propone cinco tendencias que, en su conjunto, modifican el mapa del poder mundial y producen un salto cualitativo en el proceso de ascenso de Asia Pacífico y de declive relativo de Occidente.
En el marco de este escenario, en las últimas décadas, sectores de la clase dominante de Estados Unidos han ensayado diversos cursos de acción que han resultado infructuosos para revertir su declive relativo y continúan tanteando esa resurrección. Este es el objeto de análisis de Claudio Katz en su trabajo “La recuperación imperial fallida de Estados Unidos”. El economista argentino desarrolla en su capítulo la idea de que el intento estadounidense de recuperar el dominio mundial puede considerarse como la característica principal del imperialismo del siglo XXI. La primera potencia ha perdido autoridad y capacidad de intervención, por lo cual busca contrarrestar la diseminación del poder mundial y la erosión de su liderazgo a nivel internacional.
En esta línea, Carlos Eduardo Martins desarrolla en su capítulo, titulado “Donald Trump e o projeto de um novo imperialismo estadunidense”, la noción de que, durante su administración, buscó reemplazar un imperialismo estadounidense neoliberal con pretensiones universalistas y hegemónicas por uno unilateral, basado en un capitalismo de estado de derecha, que pretendió colocar a Estados Unidos por encima del mercado mundial para imponer un nuevo orden y orientar las decisiones estadounidenses hacia los intereses de las corporaciones privadas. En este proceso, argumenta el analista brasileño, Trump impulsó conflictos internos y externos, y procuró movilizar una base neofascista nacional e internacional para apoyarlo.
Entre los diversos conflictos con el exterior, se destacan las disputas con el gigante asiático, objeto de análisis del capítulo de Gladys Cecilia Hernández Pedraza en su texto “Recrudecimiento de las tensiones entre China y Estados Unidos: actualidad y perspectivas”. La investigadora cubana argumenta que los desencuentros entre ambas potencias profundizaron la desconfianza y colocaron al mundo al borde de una nueva Guerra Fría. Las acciones y represalias de un lado y del otro produjeron tensiones que alcanzaron los niveles más elevados desde que ambos países normalizaran sus relaciones diplomáticas desde hace más de cuatro décadas.
En “Contradicciones socioeconómicas, desigualdades y declive hegemónico de Estados Unidos (2017-2021)”, Luis René Fernández Tabío sugiere que, al contrario del discurso conservador-populista de Trump que prometía hacer a Estados Unidos grande otra vez (Make America Great Again), su mandato incrementó las contradicciones económicas, sociales y políticas internas, y aceleró su declive hegemónico. Si bien las contradicciones sistémicas del capitalismo han empeorado en las últimas cuatro décadas, el autor cubano señala que es justo reconocer que ellas no son consecuencia solamente de las políticas del gobierno en los últimos cuatro años. Los viejos problemas sociales, económicos y políticos resurgen en la actualidad y alcanzan tal magnitud y complejidad que se manifiestan, incluso, en la falta de consenso al interior de la elite política respecto de las tendencias dominantes y el proyecto de país.
Finalmente, la primera sección se cierra con el trabajo de Adrián Sotelo Valencia, titulado “Imperialismo, neoproteccionismo y globalización en la era Trump”. El analista mexicano argumenta que, durante los cuatro años de su mandato, Estados Unidos no presentó un cambio en su esencia, sino la reafirmación del capitalismo global que surgió a mediados del siglo XIX. Desde su perspectiva, los problemas sociales, políticos, culturales, geoestratégicos y militares que rodean las prácticas del imperialismo a escala global no dependen de la persona que asume eventualmente el poder político de la mayor potencia occidental. Más bien, sugiere, son las condiciones histórico-estructurales, las relaciones y las determinaciones derivadas de las luchas de clases, de las crisis económicas y políticas, de las calamidades naturales, las que influyen en su acción y determinación. Fenómenos que entrelazan y sobredeterminan, a largo plazo, la acción de los gobernantes y la peculiar forma en que interfieren, o no, en el rumbo de su desarrollo.
La segunda sección del libro está dedicada al análisis de las fracturas internas en Estados Unidos durante la administración Trump. Comienza con el análisis de Alejandro I. Canales en su texto “Latinos y el nuevo dilema americano. Escenarios demográficos y políticos más allá de la era de Trump”, en el que muestra que Estados Unidos atraviesa una etapa inédita en sus casi 250 años de historia como nación independiente. Se trata de un proceso de reemplazo demográfico de la actual mayoría blanca por la población de origen latino y otras minorías étnicas, en donde ningún grupo étnico logra alcanzar los volúmenes necesarios para convertirse en una mayoría absoluta. En este marco de cambio demográfico, se presentan retos y desafíos, sobre todo, a partir del resurgimiento/recrudecimiento del racismo en dicho país.
Otra manifestación de las contradicciones internas se hace patente en las transformaciones ideológicas y dinámicas partidistas. En su capítulo, Jorge Hernández Martínez sugiere que Estados Unidos se encuentra en medio de una crisis, la cual es palpable en un grueso rango de contradicciones con las que relaciona la recesión económica, los daños provocados por la pandemia de COVID-19 (que la refuerza), la polarizada contienda electoral donde imperó la incertidumbre, la crisis de credibilidad y la legitimidad de los partidos y los candidatos a la presidencia. El texto aborda la secuela de esta situación y el desarrollo de ese proceso de transición, entre expresiones manifiestas y latentes.
Las relaciones entre el Gobierno Trump y los actores no estatales en temas de interés nacional fueron de gran relevancia durante su administración. Lil María Pichs Hernández, en su capítulo “Trump: un antes y un después para el gran lobby energético de Washington. Nuevas dimensiones de una alianza histórica”, aborda algunos elementos clave de su legado respecto a las relaciones del Gobierno con importantes empresas trasnacionales del sector energético. Se trata de relaciones que no solo poseen un gran peso económico y político en Estados Unidos, sino también en otros países, por lo cual condicionan parte de la política exterior del país.
Si bien los aspectos económicos son relevantes, el argumento de la promoción de la democracia en el exterior es parte de la instrumentación de la hegemonía estadounidense. Letícia Cristina Bizarro Barbosa, en su capítulo “As contradições na política de promoção da democracia e o papel da National Endowment for Democracy (NED) na administração Trump”, analiza esa dimensión de las estrategias estadounidenses y su papel en la defensa de la seguridad nacional de Estados Unidos. El texto busca comprender la posición de Trump hacia esta política a partir de sus declaraciones y relaciones diplomáticas y presentando los desafíos que enfrentó la NED para mantener su accionar frente al desdén de la presidencia.
Para cerrar la segunda sección del libro, el capítulo de Sonia Winer y Claudio Gallegos, “Estados Unidos y los Derechos Humanos durante el trumpismo (2017-2021)”, analiza las iniciativas estratégicas que, desde la perspectiva americanista-nacionalista republicana, buscan redefinir los derechos humanos y disputar sentidos e institucionalidades a aquellas culturas e instrumentos internacionales de protección edificados desde mediados del siglo XX. El texto identifica los cambios burocráticos impulsados al interior del Departamento de Estado y en el informe redactado por la Comisión de Derechos Inalienables, sobre todo en lo referido a diagnósticos asociados con una determinada resignificación de la libertad religiosa y a los intereses de la política exterior de Estados Unidos. Se da cuenta de tales cambios con algunos ejemplos discursivos y de iniciativas gubernamentales.
La tercera sección del libro está dedicada al análisis de la política de Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe, la cual forma parte de nuestra constante reflexión como GT. La sección abre con el trabajo de Luis Suárez Salazar, titulado “El ‘gobierno temporal’ de Donald Trump: ¿crisis o fortalecimiento del sistema de dominación de Estados Unidos sobre el sur del continente americano?”. El capítulo analiza si, durante el gobierno Trump, se cumplieron o no los designios de los sectores de las clases dominantes, de los poderes fácticos y del sistema político en cuanto a restablecer el sistema de dominación (hegemonía, acorazada con la fuerza) de Estados Unidos sobre la región.
En los instrumentos de política exterior de Estados Unidos se dinamizan estrategias de incentivos y castigos alrededor del mundo, y la región latinoamericana y caribeña no es la excepción. Sobre esta cuestión reflexionan sendos trabajos de Yasmín Bárbara Vázquez Ortíz y de Jaime Zuluaga Nieto: “Estados Unidos-América Latina y el Caribe: guerra no convencional, subversión y disputa geopolítica en la era Trump” y “El Gobierno de Trump frente a América Latina y el Caribe: la política del garrote”. En el primero, Vázquez Ortíz expone una visión sobre las posibilidades de despliegue de la guerra no convencional en el marco operativo del Comando Sur y la Guerra Irregular y, posteriormente, examina ejemplos de cómo esto ha sido aplicado en los países de la región. Por su parte, Zuluaga, en el segundo de los trabajos mencionados, analiza el escenario interno e internacional durante la administración Trump, cuando se proyectó particular incidencia en las relaciones con México y Centro América, con el triángulo caribeño conformado por Cuba, Venezuela y Nicaragua y, por último, con Colombia.
Las sanciones económicas han sido un instrumento ampliamente utilizado por Estados Unidos en la región. Por su permanencia en el tiempo, por ser parte de su maquinaria injerencista y de dominación, así como por su capacidad de provocar daños materiales y acentuar las carencias e incertidumbres en la población (especialmente en tiempos de pandemia) tienen un evidente objetivo desestabilizador, tal como se advierte con toda su severidad en Cuba y Venezuela. Suelen utilizarse como un mecanismo de coerción con un objetivo político. Para que sea efectivo, es importante que el país objetivo presente dependencia económica y/o comercial. Sin embargo, ¿qué tan efectivo puede ser dicho instrumento cuando la respuesta de terceros países contrarresta el efecto deseado? Este es el objeto central del capítulo de Gustavo Adolfo Islas Cadena, Mariana Aparicio Ramírez y Karla Villalobos Cruz, titulado “¿Aliados o intereses energéticos en la era de Maduro? La respuesta de India, la República Popular China y Rusia en Venezuela a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos”.
Otro mecanismo de coerción que puede identificarse en la acción política estadounidense en la región es el lawfare, entendido como una herramienta de desestabilización política de sectores que se oponen, o no se subordinan, a los intereses imperiales. El capítulo de Silvina M. Romano, “El lawfare en la era Trump: antecedentes y continuidades de Guerra Fría”, aborda, desde una perspectiva histórica, los posibles vínculos del lawfare con procesos de desestabilización y derrocamiento de Gobiernos latinoamericanos durante las últimas décadas, señalando las principales diferencias y algunos aspectos que podrían trazar una continuidad entre ese periodo histórico y el lawfare en la actualidad.
Para garantizar sus intereses en el exterior, el Gobierno y las corporaciones de Estados Unidos destinan fondos y realizan sus operaciones a través de diferentes canales oficiales y no oficiales, programas, acciones abiertas y encubiertas, en un amplio alcance que va del político, cultural e ideológico al militar. Ary César Minella, en su capítulo “Intervención en el exterior en la era Trump: acciones del Center for International Private Enterprise (CIPE) en América Latina”, focaliza su análisis en el CIPE, ubicando su formación, la composición de su comando, el origen y destino de los fondos que maneja, los programas, proyectos y socios, especialmente en América Latina, e indicando cómo se inscriben en la estrategia de seguridad nacional de los Estados Unidos durante la administración Trump.
En la última parte del libro se abordan estudios de caso de cuatro países clave para comprender la instrumentación de la política hemisférica de Estados Unidos: Argentina, Venezuela, Bolivia y Cuba. En lo referido al primero de esos países, el capítulo de Leandro Morgenfeld muestra que el devenir de ese vínculo bilateral ofrece un prisma de gran utilidad para entender cómo fueron las relaciones interamericanas entre 2017 y 2021. El autor señala que, desde que asumió la presidencia, el magnate procuró, con una estrategia en parte distinta a la de sus antecesores, restablecer el poder de Estados Unidos en su patio trasero. Apeló más al hard que al soft power, reivindicó nuevamente la doctrina Monroe y optó por privilegiar los vínculos bilaterales, en detrimento de las instancias multilaterales.
Para atacar a los países no alineados, Estados Unidos instrumentó diversos mecanismos. Estos casos son objeto de análisis en los últimos tres capítulos del libro colectivo. Arantxa Tirado Sánchez, en su trabajo titulado “Entre la continuidad y la novedad: la política exterior de Estados Unidos hacia Venezuela en la era Trump”, analiza las relaciones con el país caribeño, atendiendo a los factores de novedad, cambio o ruptura, pero también de continuidad, respecto a administraciones anteriores. Sin estos, sugiere la autora, no puede entenderse el carácter permanente de una política exterior hacia América Latina y el Caribe en su conjunto que, pese a haber experimentado diferencias tácticas a lo largo de las décadas, sigue manteniendo un mismo objetivo estratégico de dominio, necesario para la expansión de los intereses económicos de la clase dominante estadounidense.
Otra de las expresiones de esas tácticas han sido los golpes de Estado contra gobiernos de izquierda en la región, de la mano de estrategias que combinan intervención extranjera, subversión de las derechas partidarias, junto a complejas articulaciones de actores visibles y encubiertos, financiados local e internacionalmente y alineados a discursos que demandan una vuelta a la democracia meramente formal. Así lo demuestra el trabajo de Loreta Tellería Escobar y Juan Ramón Quintana Taborga, titulado “Golpes de Estado en América Latina en la era Trump: el caso de Bolivia (2019-2020)”. Este da cuenta del neogolpismo en la región en general, pero se focaliza en el dramático proceso que expulsó del gobierno a Evo Morales a fines del 2019.
Para cerrar la obra colectiva, el trabajo de Raúl Rodríguez da cuenta de una política de coerción económica de larga data en la región, repudiada cada año desde 1992 por casi todos los países en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas. En su capítulo titulado “Las sanciones económicas de Estados Unidos contra Cuba en la era Trump (2017-2021)”, propone un análisis del cuatrienio trumpista, que puede considerarse como uno de los períodos más severos de la aplicación de las agresiones económicas de Estados Unidos contra Cuba. En efecto, según señala el autor, en dicho periodo se aplicaron medidas y acciones sin precedentes, entre las cuales sobresalen aquellas que por su sistematicidad, su hostilidad y su extraterritorialidad provocaron diversas afectaciones en todas las esferas de la sociedad cubana y la vida cotidiana de sus ciudadanos.
En nombre de todos sus autores es necesario reconocer que El legado de Trump en un mundo en crisis no hubiera podido publicarse sin la red CLACSO. Agradecemos especialmente a Pablo Vommaro y, en nombre de él, a todo el equipo que desde hace años apoya las actividades de nuestro GT. También queremos expresar nuestra gratitud a Andrea Samantha Nuñez Salinas por su apoyo para la edición y revisión del libro y a todos/as los/as miembros del GT que colaboraron con la evaluación de los capítulos.
Por todo lo dicho, puede afirmarse que el 2020 será recordado como el año en que se resquebrajaron buena parte de los cimientos sobre los que se erigió el liderazgo internacional estadounidense. En lo que corresponde a América Latina y el Caribe, la derrota electoral de Trump pudiera significar una oportunidad. No porque su sucesor vaya a modificar los ejes que orientaron, desde el planteo de la doctrina Monroe (1823), su política hemisférica, sino por lo que representa su figura. Junto al fracaso de los objetivos máximos de sus acciones contra Cuba, Nicaragua y Venezuela, las resistencias del pueblo boliviano que condujeron a la derrota político-electoral del gobierno golpista y permitieron la vuelta al poder del MAS, las recientes luchas sociales y políticas en Chile, Colombia, Perú y Ecuador, así como las crecientes protestas contra Bolsonaro en Brasil, muestran un renovado protagonismo de los pueblos y las fuerzas progresistas y radicales en la región. Estos nuevos vientos requieren retomar los proyectos de coordinación y cooperación política, en función de avanzar hacia la concertación política, la cooperación y la integración de Nuestra América.
Buenos Aires y Ciudad de México, 10 de julio de 2021
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