jueves, 28 de febrero de 2019

Trump y el “patio trasero”: Hegemonía mundial, intervencionismo y Venezuela




Grupo de Trabajo Estudios sobre Estados Unidos de CLACSO
Boletín N° 1


Introducción

Por Leandro Morgenfeld
(Coord. GT Estudios sobre Estados Unidos, UBA-CONICET, Argentina)

Desde hace 15 años, el Grupo de Trabajo Estudios sobre Estados Unidos del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (clacso), integrado actualmente por 22 investigadores de 9 países, viene analizando críticamente el modus operandi de Estados Unidos a través de tres principales líneas o ejes de trabajo: i) la crisis de la hegemonía estadounidense y su impacto global; ii) las clases gobernantes y dirigentes y las estructuras político-económicas y culturales al interior de dicho país; iii) los cambios y continuidades en la relación entre Estados Unidos y otros países y gobiernos de Nuestra América.
En 2018 publicamos el quinto libro del grupo, Estados Unidos contra el Mundo. Trump y la nueva geopolítica (Siglo XXI) –disponible en la biblioteca virtual de CLACSO-, analizando las rupturas y continuidades en el gigante del norte, a partir de la llegada a la Casa Blanca del magnate neoyorquino.
La agudización de los ataques de Washington contra lo que el Consejero de Seguridad Nacional John Bolton denominó el nuevo “eje del mal” en la región (Cuba, Venezuela y Nicaragua) y la actual ofensiva injerencista e imperialista contra Caracas nos impulsaron a lanzar este Boletín de Estudios sobre Estados Unidos, con el objetivo de poder abonar al debate de coyuntura, tan necesario en un momento donde el principio de autodeterminación de los pueblos está siendo avasallado brutalmente.
En esta primera entrega, el eje está en el análisis de los primeros dos años de Trump al frente de la Administración estadounidense, y en particular en su vínculo con los países no alineados de América Latina y el Caribe. 
El artículo de Gabriel Merino, “Trump y la reconfiguración imperial”, desentraña, en una etapa crítica de transición histórica del sistema mundial, la pugna entre dos grandes estrategias imperiales: la del unipolariamo multilateral (Obama), sostenido por las transnacionales, las redes financieras y el establishment liberal, y la del unipolarismo unilateral americano (Trump), que reúne tendencias más nacionalistas e industrialistas,  planteando matices frente al establishment neoconservador (Bush Jr). Permite comprender mejor cómo se expresan las distintas fracciones en disputa al interior de Estados Unidos, la vuelta a una suerte de keynesianismo militar y la guerra comercial en curso.
Los artículos de Carlos Eduardo Martins, “Trump y Venezuela”, y Marco A. Gandásegui, hijo, “La guerra declarada de Estados Unidos contra Venezuela”, se ocupan del conflicto en el país caribeño que tiene hoy en vilo a toda la región y al mundo. El primero explica adecuadamente lo que está en juego: “El desenlace de la situación venezolana tendrá un importante efecto para la disputa del poder mundial y para el balance de las fuerzas políticas en América Latina. El eventual derrocamiento del gobierno de Maduro significará el avance del imperialismo territorialista y sin hegemonía de Estados Unidos en la región. Será el primer paso para derribar lo que el gobierno Trump llama de ‘Troika de la Tiranía’, constituido por los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, pero también para contener y desestabilizar a los gobiernos nacionales populares, como los de Bolivia y México, y las democracias, criminalizando a los movimientos sociales y las izquierdas, y ampliando las bases militares estadounidenses en América del Sur, en particular en el espacio amazónico”.
El segundo ubica el conflicto en el marco geopolítico de la posguerra fría, para luego analizar en qué consiste la guerra que Estados Unidos declaró contra la revolución bolivariana, deteniéndose en la lucha de clases interna en Venezuela. Por último, se ocupa de cómo afecta el conflicto a Panamá, cuya soberanía también se vería vulnerada por la ofensiva imperialista estadounidense. La situación expone a ese país centroamericano a ser objetivo de ataques militares extranjeros, como ocurrió en 1989. 
El artículo de Roberto García, “’Jamás… una intervención armada’: Estados Unidos, Venezuela y la posición uruguaya”, analiza la posición de Montevideo frente a la ofensiva imperialista y el seguidismo del Grupo de Lima. Uruguay, junto a México, viene insistiendo en la necesidad imperiosa de una salida negociada y de evitar una deriva militar. Recoge el discurso de Elbio Roselli, representante uruguayo en el Consejo de Seguridad de la ONU y lo inscribe en tradiciones históricas de la política de ese país.
Por último, el aporte de Raúl Rodríguez Rodríguez, “El Bloqueo Económico de Estados Unidos a Cuba desde la ética en las relaciones Internacionales” historiza las más de cinco décadas de agresión económica contra la isla, incluyendo el breve período de distensión bilateral desde diciembre de 2014, y el giro y endurecimiento implementado a partir de la asunción de Trump: “Los actos más recientes,  caso de la amenaza de aplicación del capítulo III de la ley Helms Burton y la amenaza de la re-inclusión de Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo del Departamento de Estado, busca inicialmente, de acuerdo con el espíritu  de la ley de 1996, entorpecer los esfuerzos de Cuba para atraer y promover la inversión extranjera directa, re-crear la imagen de Cuba como un amenaza a Estados Unidos y sobre esa base reforzar el abarcador sistema de sanciones económicas como un instrumento lograr el cambio de régimen en Cuba, un objetivo largamente acariciado por la clase corporativa dominante de Estados Unidos”. Así, los ataques contra la isla se inscriben en la ofensiva imperial expresada en la última estrategia de seguridad nacional de Estados Unidos.
Los cinco artículos de este primer Boletín, de investigadores de Argentina, Brasil, Panamá, Uruguay y Cuba, permiten comprender distintas dimensiones de la actual ofensiva imperial estadounidense y de los enormes desafíos que suponen para Nuestra América, con el riesgo cierto de que deje de ser una zona de paz. Reivindicar los principios de “no intervención” y “autodeterminación de los pueblos”, ante la desembozada agresión contra los países bolivarianos, es una tarea urgente para todas las fuerzas democráticas, populares, antiimperialistas y de izquierda de todo el mundo y, en particular, de Nuestra América.


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