La agenda internacional de Bolsonaro pondrá en jaque a la estrategia geopolítica de Macri
El presidente electo del Brasil ya no quiere implosionar al Mercosur, pero tampoco aceptará que su hoja de ruta se adecue al ritmo de la cancillería argentina
Mauricio Macri construyó prestigio político global y liderazgo regional por su discurso antagónico al populismo, su crítica diplomática al régimen de Nicolás Maduro, su proyecto económico de apertura al mundo, la profunda crisis de Brasil y su relación personal con Donald Trump.
Con estas herramientas de poderoso peso geopolítico, el presidente
argentino obtuvo dos créditos del Fondo Monetario Internacional (FMI),
una relación privilegiada con la Casa Blanca, la organización de la
Cumbre del G20 y de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y lideró
la ofensiva institucional contra Maduro y las negociaciones para lograr
un acuerdo bilateral entre el Mercosur y la Unión Europea (UE).
Pero esa agenda a la medida de Macri será puesta en jaque por Jair Bolsonaro, el presidente electo del Brasil que buscará recuperar la influencia regional del país más importante del Cono Sur. Bolsonaro apuesta a reconstruir la economía brasileña y compartir –en principio- el liderazgo de Macri en el Mercosur,
que estaba beneficiado por la debilidad política e institucional de
Michel Temer. El presidente electo del Brasil ya no quiere implosionar
al Mercosur, pero tampoco aceptará que su hoja de ruta se adecue al ritmo de la cancillería argentina.
Durante las negociaciones con la Unión Europea, que otra vez están en un complejo laberinto técnico, Macri diseñaba la estrategia política en Buenos Aires y Temer la convalidaba en Brasilia.
Había mucha presión de la línea técnica de Itamaraty para ajustar las
constantes ofertas que llegaban desde Bruselas, en defensa de su
producción local y de los intereses económicos que se concentran en San
Pablo. Sin embargo, al margen de esa puja por lo propio, Brasil siempre aceptó que Macri fijara la estrategia política de negociación.
Bolsonaro ganó las elecciones con un discurso cuasi imperial, que
planteó la necesidad de rescatar la influencia internacional de Brasil.
En este contexto, el sucesor de Temer recuperará los espacios perdidos y disputará con Macri cómo se debe negociar con la Unión Europea,
que prefiere la mirada ideológica del presidente argentino que la
perspectiva nacionalista de Bolsonaro. Macri y Temer desean cerrar un
acuerdo político con la UE antes que concluya la cumbre del G20 en
Buenos Aires, un objetivo diplomático de difícil factura ante la
reticencia de Bruselas y el temor de una reacción en contrario del
presidente electo brasileño.
El
liderazgo regional de Macri también se observa en la posición que
defiende el Grupo Lima sobre la crisis social y política de Venezuela.
Este importante bloque regional sostiene que la crisis de Venezuela
solo se debe resolver a través de elecciones libres y una corta
transición democrática sin impunidad para Maduro y su gobierno acusado
de narcotráfico, lavado de dinero y corrupción estatal. Trump acepta a
regañadientes esta posición diplomática y ya ha tanteado a ciertos
militares venezolanos para desplegar una eventual invasión que termine
por la fuerza con el régimen de Maduro.
Bolsonaro aún no fijó posición pública respecto al Grupo Lima y su hoja
de ruta frente al gobierno de Maduro, pero ha señalado que "los
venezolanos están muriendo de hambre debido a un gobierno tiránico
vinculado con la dictadura cubana". Esta línea argumental repite la de
Trump, que busca distintas alternativas –no solo la democrática—para
terminar con Maduro como presidente de Venezuela.
Brasil y Estados Unidos tienen históricos acuerdos regionales y fuertes diferencias geopolíticas.
China integra el BRICS junto a Brasil, y avanza en la región
traccionada por sus fondos frescos a tasas ultralivianas. Trump intenta
frenar la ofensiva china y siempre chocó con la resistencia de Brasil,
que buscaba un balance de poder en el Cono Sur y empujar –a través del
BRICS– una agenda multilateral con alcance global.
Bolsonaro coincide con Trump y pondrá en tensión a los BRICS, que perdió su influencia y su peso específico.
Macri fue a la última cumbre de los BRICS para buscar un punto de
coincidencias con el Mercosur, que sufrirá la tensión causada por un
presidente del Brasil que está buscando su lugar en el mundo. Hay en
ciernes un efecto dominó, con final abierto.
La
ambición de poder local, regional y global de Bolsonaro complicará la
agenda internacional de Macri, que se apalancaba sobre sus éxitos en la
arena mundial y la debilidad institucional de Brasil. El
presidente argentino ahora se encuentra ante un complejo desafío de
estado: preservar sus propios espacios de poder en el Mercosur, en el
mundo y con Trump, y a su vez coordinar acciones con el presidente
Bolsonaro, que sueña con un imperio apoyado por un ejército
nacionalista, un establishment económico liberal y la iglesia
evangélica.
No será una tarea fácil para Macri, que busca su reelección presidencial.
Una debilidad coyuntural del presidente argentino que Bolsonaro
aprovechará al máximo cuando empiece a frecuentar a los líderes
mundiales. El presidente brasileño es militar y paracaidista. Está acostumbrado a caer parado en todos lados.
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Elecciones en Brasil
Donald Trump quiere una estrecha cooperación con Jair Bolsonaro en comercio y defensa
Trump, con quien es comparado Bolsonaro por su discurso nacionalista y su populismo, aseguró en Twitter que ambos acordaron trabajar "estrechamente" en materia de comercio y defensa.
"¡Acordamos que Brasil y Estados Unidos trabajarán estrechamente en comercio, defensa y todo lo demás! Excelente conversación telefónica, ¡lo felicité!", añadió el mandatario.
Después, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, confirmó la conversación a través de un comunicado en Washington. "Ambos expresaron el fuerte compromiso de trabajar lado a lado para mejorar la vida de los pueblos de Estados Unidos y Brasil y como líderes regionales de las Américas", manifestó.
El ultraderechista Bolsonaro se impuso el domingo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales frente al izquierdista Fernando Haddad con más del 55 por ciento de los votos. Asumirá la presidencia el próximo 1° de enero, 19 días antes de que Trump cumpla dos años en la Casa Blanca.
EE.UU., un socio más cercano
Estados Unidos será "un socio más cercano a Brasil durante el gobierno" de Bolsonaro, aseguró Steve Bannon, ex asesor de Donald Trump, que dio la bienvenida al brasileño al club de dirigentes nacionalistas y conservadores llegados al poder en los últimos años.En una entrevista publicada este lunes por el diario Folha de Sao Paulo, Bannon aseguró que "Estados Unidos será un socio más cercano a Brasil durante el gobierno de Bolsonaro, porque en una parte del mundo donde hay socialismo radical y caos en Venezuela, y crisis económica, con el FMI mandando en Argentina, Bolsonaro representa el camino del capitalismo esclarecido y será un líder populista nacionalista".
El ex estratega de comunicación de Trump también resaltó los
parecidos entre el mandatario estadounidense y el recién electo líder
brasileño, tanto de fondo como de forma.
Según Bannon, hay "muchas semejanzas" entre Trump, Bolsonaro
y otros líderes "populistas y nacionalistas" de derecha, como Viktor
Orban, primer ministro húngaro; Matteo Salvini, ministro de Interior de
Italia; o Nigel Farage, líder pro Brexit en Reino Unido.En cuanto a Trump y Bolsonaro, destacó que ambos emplean la estrategia de hacer "declaraciones provocativas para llamar la atención" y "conseguir ser escuchados en medio del barullo". "Ambos son especialistas en conectarse con las masas", dijo.
Fuente: AFP y EFE
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