viernes, 31 de agosto de 2018

La Casa Blanca confirmó hoy el viaje deTrump a Buenos Aires. Viene el 30 de noviembre y 1 de diciembre a la Cumbre del G20

Junto al presidente argentino, Mauricio Macri, al que se refirió como un “gran amigo”, ya que es el único mandatario con el que tenía una relación previa a la política (27 de abril)

La Casa Blanca confirmó que Donald Trump visitará Argentina para la Cumbre del G20 y luego irá a Colombia


Infobae

En un comunicado, EEUU afirma que el mandatario destacará ante el foro "sus políticas económicas a favor del crecimiento y se reúna bilateralmente con otros líderes mundiales clave". El evento se desarrollará el 30 de noviembre y el 1 de diciembre en Buenos Aires
"En noviembre, el presidente Trump participará de la Cumbre del G20 en Buenos Aires. La Cumbre del G20 será una oportunidad para que el presidente destaque sus políticas económicas a favor del crecimiento en un escenario internacional y se reúna bilateralmente con otros líderes mundiales clave", afirmó en un comunicado la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
El texto, además, explica que el mandatario luego viajará a Colombia , donde discutirá con el presidente Iván Duque más cooperación en temas de "seguridad control del narcotráfico, y asuntos regionales".
La confirmación de la Casa Nlanca llega semanas después de que le secretario del Tesoro norteamericano anunciara la intenciones del republicano de asistir a la cumbre"Sí, viene y yo estaré encantado de acompañarlo, será mi tercera vez en la Argentina este año", aseguraba entonces el secretario del Tesoro de los EEUU, Steven Mnuchin en conferencia de prensa al cierre de la Tercera Cumbre de Finanzas del G20.
En el comunicado, el gobierno de los EEUU también informa que Trump no asistirá, como sí lo hizo el año pasado, a las cumbres regionales con los países de Asia previstas para el mes de noviembre, y en su lugar irá el vicepresidente. Pence asistirá a las cumbres anuales del foro del Asia-Pacífico (APEC) y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en Singapur y Papúa Nueva Guinea, respectivamente.

La Cumbre en Buenos Aires

Además de Trump, 18 jefes de estado del Grupo, más la Unión Europea y los países invitados llegarán a Buenos Aires. En total, se esperan 7.000 personas, entre ellas presidentes, ministros, funcionarios políticos y cerca de 2.500 periodistas.
La cumbre se realizará en el predio de Costa Salguero, que contará con 30.000 metros cuadrados cubiertos, divididos en tres aéreas: una de líderes, con espacios para reuniones plenarias, salas para encuentros bilaterales y área de descanso. Una segunda, con una zona de sherpas-que son los máximos representantes de los jefes de estado-, que también contará con salas reuniones, auditorios y otro espacio común de descanso. En tanto, la tercera zona será el espacio destinado a la organización, donde trabajarán 1.000 personas, con oficinas para la logística.
La decisión de que sea el Centro Costa Salguero llevó meses de estudio. Desde la Unidad G20 explicaron a Infobae que desde el minuto uno siempre se pensó en la Ciudad de Buenos Aires y no en ninguna otra zona del país por dos razones: seguridad y logística.

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jueves, 30 de agosto de 2018

Novedad editorial: "Estados Unidos contra el mundo: Trump y la nueva geopolítica". Leelo y descargalo gratis acá



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Estados Unidos contra el mundo

Trump y la nueva geopolítica

Casandra Castorena Sánchez. Marco A. Gandásegui, hijo. Leandro Morgenfeld. [Editores]

Gabriel Esteban Merino. Dídimo Castillo Fernández. Gladys Cecilia Hernández Pedraza. Jorge Hernández Martínez. Marco A. Gandásegui, hijo. Luis René Fernández Tabío. Claudio Katz. Luis Suárez Salazar. Darío Salinas Figueredo. Leandro Morgenfeld. Jaime Zuluaga Nieto. Mariana Aparicio Ramírez. Josefina Morales. César Isai Manzano Pech. [Autores de Capítulo]
....................................................................................
Colección Grupos de Trabajo.
ISBN 978-987-722-353-8
CLACSO.
Buenos Aires.
Agosto de 2018


Desde hace más de una década, el Grupo de Trabajo "Estudios sobre Estados Unidos" se ha caracterizado por concentrar su análisis crítico en el devenir de las transformaciones de la sociedad estadounidense, tanto en su dinámica interna como en su interacción con otros actores de la comunidad internacional, y especialmente de América Latina y el Caribe. Debido a la volatilidad e imprevisibilidad de las decisiones y acciones llevadas a cabo por Donald Trump desde que llegó al poder en Washington, consideramos urgente y necesario presentar esta nueva publicación, que se concentra en su primer año y medio en la Casa Blanca.


miércoles, 29 de agosto de 2018

Qué hizo Trump frente al pedido de auxilio de Macri?


La burocracia del Fondo Monetario Internacional no quería modificar ciertas condiciones básicas del Memorando de Entendimiento acordado con la administración de Mauricio Macri. El ministro de Hacienda y Finanzas, Nicolás Dujovne, se había comprometido a "recomprar gradualmente una porción significativa de letras intransferibles" que tiene el Banco Central y a reducir "nuestras necesidades de financiamiento externo", dos promesas que por ahora aparecen de cumplimiento imposible.
Entonces, para saltar las objeciones presentadas por el staff del FMI, Dujovne llamó al Departamento del Tesoro, que dirige Steven Mnuchin. Este experto en finanzas e inversor millonario de Hollywood escuchó las argumentaciones de Dujovne y se encontró con Trump en la Casa Blanca. Mnuchin le explicó al presidente de los Estados Unidos que el programa económico argentino sufría una crisis de confianza y que se podía usar al Fondo para proteger su viabilidad ante los constantes embates del mercado nacional e internacional. Trump estuvo de acuerdo y usó la influencia americana para lograr que el FMI aceptara adelantar los millones de dólares necesarios para evitar un eventual default de la Argentina en 2019.
La negociación se extendió durante dos semanas. Dujovne y el presidente del Banco Central, Luis Caputo, abrieron líneas de negociación con el staff del Fondo, la Reserva Federal de los Estados Unidos y el Departamento del Tesoro, mientras que Macri hablaba informalmente con determinados jefes de Estado. Fue difícil encontrar a Christine Lagarde, directora gerente del FMI, ya que estaba de vacaciones en Córcega. Pero su opinión –junto a la posición de Trump—fue clave para reescribir el Memo de Entendimiento que se redactó el 12 de junio. Hace apenas 68 días.
Macri y Lagarde (Presidencia)
Macri y Lagarde
Ahora, se inició otra carrera contra reloj. En la Casa Rosada calculan que el nuevo Memo de Entendimiento será negociado durante diez días. Y la intención de Macri es explicar este nuevo Memo durante su viaje a New York, adonde concurrirá para participar de la Asamblea General de Naciones Unidas. En las 48 horas que estará en Manhattan, el Presidente mantendrá contactos con banqueros y financistas de Wall Street, y necesita el nuevo memo del FMI para ratificar que honrará la deuda con vencimiento en 2019.
En Washington, sede del Fondo Monetario Internacional, entienden la premura de Macri, pero se moverán a su ritmo. Aunque Macri ya anunció que el FMI adelantará los millones de dólares que hagan falta para pagar en 2019 a los bonistas, el staff del Fondo no salió a continuación con un comunicado formal avalando el anuncio presidencial. Se trata de una formalidad, porque Macri no anunciaría un bluff multilateral financiero. Sin embargo, a pesar del aval de Lagarde, Estados Unidos, Alemania, Japón, España, Italia, China, Canadá y México, el FMI no informó oficialmente lo que Macri adelantó en su escueto mensaje grabado en Olivos.
Macri junto a Angela Merkel
Macri junto a Angela Merkel
Al margen de la sintaxis burocrática, la modificación al programa original establecerá que si la Argentina no puede enfrentar los vencimientos de sus bonos en 2019, el Fondo Monetario Internacional pondrá a disposición los millones de dólares necesarios para bloquear un eventual default. En Gobierno aseguran que se necesitan USD 8.700 millones para cumplir con los vencimientos de 2019, y que esas partidas aparecerán sin muchos inconvenientes.
Pero si el financiamiento se hace difícil de obtener, y Macri, Dujovne y Caputo asumen que Argentina se encamina al default, el nuevo acuerdo con el FMI permite acceder a los millones de dólares necesarios que no superen la suma oficial de USD 50.000 millones. Ese es el techo del préstamo ofrecido para pagar la deuda en 2019. Ni un peso más. Es decir, de libre disponibilidad quedarían cerca de USD 35.000 millones, si se consideran los USD 15.000 millones que ya se giraron –en partes iguales- al BCRA y a Hacienda.
El Presidente descartó una ayuda directa del Tesoro americano o un préstamo de un club de bancos nacionales e internacionales. Prefirió apostar de nuevo al FMI. Y a su relación personal y privilegiada con los principales líderes mundiales. Macri reconoce que le quedan pocas alternativas, si este blindaje fracasa. Final abierto.

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martes, 28 de agosto de 2018

Macri habló con Trump y anunciaría un rescate por más de 15.000 millones de dólares?

Macri habría hablado con Trump y anunciarían otro paquete de más de USD 15 mil millones


Fue un anticipo de LaPolíticaOnline. 

Caputo busca asegurarse los fondos para cubrir las deudas hasta fin del 2019 aún sin renovar Letes. 

Mauricio Macri habría hablado con su par norteamericano Donald Trump para asegurarse otro salvataje que podría superar largamente los 15 mil millones de dólares que trascendieron inicialmente, como anticipó este lunes en exclusiva LPO.

En el Gobierno se habla de un paquete que incluso podría escalar desde los 20 a 27 mil millones de dólares, y vuelven las versiones cruzadas sobre si el paquete tendrá un componente de fondos directos del Tesoro de Estados Unidos o se integrará únicamente con anticipos de desembolsos del FMI.

Con esto el Gobierno se aseguraría la cobertura de los vencimientos de Letes y los vencimientos de deuda hasta el fin del mandato de Macri. "Esto baja el riesgo país a cero", exageró eufórico el presidente del Banco Central, Luis Caputo, según afirmaron a LPO fuentes al tanto de las negociaciones.
La gran incógnita que permeaba en la noche de este martes en el marcado, por lo mal que viene manejando el gobierno la comunicación en medio de la crisis económica, es si este anuncio que ya lleva más de 48 horas sin concretarse, no sería en rigor una intento de generar expectativas positivas en el mercado sin tener del todo cerrado el entendimiento. En ese sentido, que volvieran las versiones de un apoyo directo del Tesoro alimentó las suspicacias.
Fallas de comunicación agravan la crisis de credibilidad de Macri en los mercados

Como sea, Caputo cree que si el Gobierno le muestra al mercado que tiene los fondos para no verse obligado a salir al mercado hasta diciembre de 2019, el riesgo país bajaría drásticamente, porque se disiparían las dudas sobre algún incumplimiento en el corto o mediano plazo.
La posibilidad de un préstamo directo del Tesoro llama la atención por la línea discursiva de Trump que sostiene que en tas décadas el mundo se "aprovechó" de Estados Unidos y le sacó demasiado dinero, al punto que hasta puso en crisis nada menos que la financiación de la OTAN, piedra angular del sistema de seguridad occidental y de la histórica alianza de su país con Europa. Por eso sería un hecho único que destine miles de millones de dólares del Tesoro a la Argentina.
Con un agravante: En tres meses Trump enfrentará su primer elección legislativa de medio término y los sondeos hoy le otorgan al Partido Demócrata una buena chance de recuperar la Cámara de Diputados, cuesta imaginar que lance un paquete de asistencia directa de la magnitud que se menciona cuando sabe que en muy poco tiempo deberá ser sometido a revisión del Congreso de su país. 
Pero lo que es ciertos es que las conversaciones existen y se activaron en el encuentro que Caputo mantuvo con su par de la Reserva Federal, Jerome Powell, en Jackson Hole, días atrás, en una cumbre de banqueros centrales.

Entre la fiebre de versiones que corren por estas horas también se habla de una reformulación del acuerdo con el FMI, apenas a tres meses de su firma. Esto debería implicar algún tipo de autocrítica entre los funcionarios y los técnicos del organismo que lo elaboraron, pero difícil que suceda.
Donald Trump y Jerome Powell.

Este mismo martes también corrieron fuertes versiones de cambios de gabinete, pero una persona que habló con Macri en las últimas horas, afirmó a LPO que el presidente mantiene su negativa a introducir cambios en su equipo. Pero sin duda el tema se habla y mucho en los niveles más altos de Cambiemos y es una conversación en curso, como reveló este medio.
 Además en el gobierno también hablan de un inminente acuerdo con los gobernadores para avanzar con el Presupuesto 2019. "El clima hoy era de excitación en la Rosada", agregó otras de las fuentes consultadas.
No es un secreto que la conducción económica está en un estado cercano a la desesperación porque saben que el actual programa no cubre las necesidades financieras de acá al final del mandato y con estos niveles de riego país es imposible volver a los mercados voluntarios de deuda.

"Capitalismo y desarrollo desigual, ¿una desmentida al imperialismo?"





Por Esteban Mercatante
(Ideas de Izquierda, 5 agosto 2018)

debates

Retomamos aquí la discusión sobre la vigencia de la teoría del imperialismo que venimos desarrollando en diversos artículos de Ideas de Izquierda, en este caso a partir de una acalorada polémica protagonizada en los últimos meses por David Harvey, uno de los académicos marxistas contemporáneos más prominentes.

El debate sobre las relaciones imperantes en la economía mundial actual tiene numerosas aristas, algunas de las cuales hemos plasmado en notas y entrevistas previas. En qué medida está en crisis del poderío indiscutido norteamericano y cuáles son sus implicancias, qué efectos producirá la creciente polarización política que mina el consenso neoliberal en las principales potencias, empezando por los EE. UU. gobernados por Donald Trump, son algunos de los elementos que lo atraviesan. Otro de ellos es en qué grado los cambios que produjo la internacionalización productiva de las últimas décadas, que convirtió a algunas economías que hace décadas eran eminentemente agrarias y atrasadas en polos de acumulación capitalista con considerables grados de desarrollo, se puede explicar a partir de la categoría de imperialismo.

Sobre esta última cuestión se viene desarrollando un contrapunto entre David Harvey, uno de los autores marxistas contemporáneos más conocidos, autor de numerosos volúmenes sobre El capital de Karl Marx y animador de la geografía crítica, y John Smith, autor de El imperialismo en el siglo XXI: globalización, superexplotación y crisis final del capitalismo (que hemos reseñado en otra oportunidad) y colaborador regular de Monthly Review [1].

El disparador fue una afirmación realizada por Harvey en su comentario al libro de Prabhat Patnaik y Utsa Patnaik, A Theory of Imperialism. Allí afirma que:

    Aquellos de nosotros que pensamos que las viejas categorías del imperialismo no funcionan demasiado bien en estos tiempos, no negamos para nada todos los complejos flujos de valor que expanden la acumulación de riqueza y poder en una parte del mundo a expensas de otra. Simplemente pensamos que los flujos son más complicados y están siempre cambiando de dirección. El histórico drenaje de riqueza de Oriente hacia Occidente durante más de dos siglos, por ejemplo, se revirtió en gran medida durante los últimos treinta años.

Smith ya había criticado a Harvey en su libro por no otorgar la relevancia que se merece a la explotación de la fuerza de trabajo del llamado “Sur Global” que vienen realizando las multinacionales de los países imperialistas en las últimas décadas a partir de las llamadas Cadenas Globales de Valor. En su opinión, este es el fenómeno determinante del imperialismo moderno, que explica la forma en que se desarrolló la internacionalización productiva desde los años ‘70.

La crítica que ahora le realiza a Harvey es doble. Por un lado, la inversión de los puntos cardinales. Donde Harvey dice “Oriente”, afirma Smith, debe leerse Sur, ya que toda la historia del colonialismo y del imperialismo es la de la explotación de lo que Smith llama, siguiendo a numerosas teorías de centro-periferia, el “Sur global”. Luego de señalar esta inversión, que es parte en su opinión de la operación que Harvey realiza –desdibujar las relaciones que estructuran al capitalismo global–, va a la cuestión nodal: la idea de que Occidente, según Harvey, y el Norte, en términos de Smith, ha dejado de extraerle riqueza al “Este”/”Sur global” es

    … refutada por una mirada superficial a la más importante transformación individual de la era neoliberal –el cambio de los procesos de producción a los países de bajos salarios. Las corporaciones trasnacionales con base en Europa, Norte América y Japón lideraron este proceso, reduciendo los costos de producción y elevando los márgenes mediante la sustitución del relativamente bien pago trabajo doméstico por trabajo extranjero mucho más barato.

Esta es la base central de su noción de “superexplotación”. Con este concepto Smith se propone, siguiendo la elaboración de Andy Higginbottom [2], definir la existencia de una tercera forma de incremento de la plusvalía, a la par de la plusvalía absoluta y relativa definidas por Marx en El capital. Esta tercera forma consistiría en reducir los salarios por debajo del valor de la fuerza de trabajo, que es lo que el capital trasnacional logra según Smith en los países oprimidos, transformándose en una fuente de ganancias extraordinarias que obtienen gracias a la relocalización de actividades productivas en estos países en los que pueden pagar la fuerza de trabajo más barata. La idea de superexplotación tal como la plantea Smith suscita algunos problemas, que lo pueden llevar a magnificar la magnitud del valor total de las cadenas globales generado en los países del “Sur global”, aspecto que ya discutimos en otro artículo. No obstante, su trabajo pionero en indagar cómo articular desde la teoría marxista los estudios sobre el arbitraje global de la fuerza de trabajo desarrollados por Stephen Roach y otros autores, aborda un aspecto central para entender la internacionalización productiva de las últimas décadas.

Harvey aclara en su respuesta a Smith, que él se refiere no al “Sur global” sino a China, junto a otras economías asiáticas. “Agreguemos a Corea del Sur, Taiwán y (con un poco de licencia geográfica) a Singapur, y tenemos un verdadero bloque de poder en la economía global”. Concluye que “si miramos al mundo como se ordenaba en, digamos, 1960, entonces el impresionante ascenso de Asia del Este como un centro de poder de la acumulación global resulta evidente”.

Para Harvey, una “teoría rígida del imperialismo”, no puede dar cuenta de estos fenómenos.
Ilustración: Romina Echevarría
Una reversión que no se verifica

Pero no basta la constatación de estos nuevos polos de acumulación para afirmar que se han revertido los flujos globales de apropiación de riqueza, como asume Harvey. Las fuentes disponibles muestran por el contrario que la expoliación continúa, y los flujos de apropiación de riqueza mantienen la misma dirección hacia las economías imperialistas más ricas.

El estudio Flujos financieros y paraísos fiscales: combinándose para limitar la vida de miles de millones de personas [3], que cita John Smith, realiza un análisis de los flujos financieros globales. Su estimación es que las “transferencias financieras netas” entre los países desarrollados y los países en desarrollo, combinando flujos entrantes y salientes lícitos e ilícitos –“ayudas al desarrollo”, remesas de salarios, saldos comerciales netos, servicios de deuda, nuevos préstamos, inversión extranjera directa (IED), inversiones de cartera y otros flujos–. El estudio calcula que entre 1980 y 2012, los “países emergentes y en desarrollo” perdieron 3 billones de dólares en trasferencias netas hacia los países ricos. En promedio, desde los años 2000, las transferencias representaron al año más de 8 % del PBI de los países afectados. China representa nada menos de 1,9 billones de dólares del total transferido durante esos años. En lo que hace a salida de capitales, el conjunto de los países emergentes registraron durante este período una salida de 13,4 billones de dólares, que se reducen a 10,6 billones excluyendo a China. Para que nos demos una idea, la economía de China alcanza hoy los 12,5 billones de dólares.

No es sorprendente que el flujo mantenga la misma dirección que caracteriza toda la historia del imperialismo. Los países imperialistas son la base de la mayor parte de las firmas trasnacionales (un sistema de alrededor de 90 mil firmas con 600 mil subsidiarias); en 2017, el 70 % de los flujos de IED se originó en estas economías desarrolladas (que a la vez fueron receptoras del 50 % de los desembolsos). Como vemos, las economías más ricas tienen de conjunto una posición neta inversora sobre el resto del mundo. No sorprende entonces que los frutos de dichas inversiones fluyan como giros de utilidades netos positivos nuevamente hacia los países más ricos. Al mismo tiempo, estas inversiones tienen un fuerte impacto moldeando las economías de los países dependientes en función de los beneficios del capital imperialista, lo cual confiere las “dualidades estructurales” que suelen caracterizar a estas economías atrasadas y oprimidas. Además, EE. UU., la UE y Japón son la base de operaciones también de los grandes bancos e instituciones financieras, que entre otras funciones no menores drenan riqueza del resto del mundo.

Harvey afirma que su preferencia por un esquema de “desarrollo geográfico desigual” no significa “negar que el valor producido en un lugar termina siendo apropiado en otro, y que hay un grado de crueldad en todo esto que es asombroso”. Pero el rechazo a la teoría del imperialismo desdibuja lo que son mecanismos de una apropiación sistémica, que constituyen una relación de opresión.
Lo que la internacionalización productiva nos dejó: desarrollo desigual y nuevos centros de gravedad en el capitalismo global

Aunque Smith refuta que las grandes potencias hayan retrocedido en su apropiación privilegiada del excedente producido globalmente, y demuestra la centralidad de las cadenas globales de valor para entender la dinámica de las últimas décadas, Harvey acierta al señalar un punto ciego de su esquema teórico, que es el lugar jugado por los nuevos polos de acumulación, y sobre todo China [4].

Por su parte, si Harvey plantea un elemento relevante al señalar que el desarrollo geográfico desigual es clave a la hora de analizar los cambios que puedan producirse en las relaciones imperantes en la economía mundial, falla en dar por concluida la expoliación realizada por las economías más ricas. Como afirma más matizadamente Alex Callinicos, la “jerarquía global de poder económico y militar que es una consecuencia fundamental del desarrollo desigual y combinado inherente al capitalismo imperialista no fue disuelta, sino más bien complicada por la emergencia de nuevos centros de acumulación” [5].

Algunos indicadores de esta jerarquía más “complicada” los tenemos en los cambios en la IED: si los países desarrollados concentraban el 90 % de su stock en el año 2000, hoy vieron caer ligeramente su presencia hasta 75 %. Esta es una de las dimensiones que muestra que algunos países dependientes ven crecer su participación subordinada en la expoliación del resto del planeta. A esto apunta Harvey cuando señala que:

    Cuando leemos reportes sobre terribles condiciones de superexplotación en manufacturas en el Sur global, usualmente se revela que son firmas de Taiwán o Corea del Sur las que están involucradas, aun cuando el producto final termina en Europa o EE. UU. La sed china por commodities mineros y agrarios (granos de soja en particular) significa que las firmas de China están también en el centro de un extractivismo que está arruinando el paisaje en todo el mundo (miremos a América Latina). Una mirada superficial a las apropiaciones de tierra en África muestra que las compañías y fondos de inversión de China están por delante de todos los demás en sus adquisiciones.

China, por el tamaño de adquirió su economía como resultado de la atracción que realizó de IED dirigida a desarrollar la exportación aprovechando el reservorio de mano de obra barata, así como por la manera administrada en que la burocracia del PCCh orientó la restauración capitalista, es un producto singular de este desarrollo desigual y combinado que produjo la internacionalización productiva. Al mismo tiempo que la radicación de empresas imperialistas en ese país redundó en una formidable transferencia de la plusvalía generada por la explotación de la fuerza de trabajo de China hacia las economías ricas durante las últimas décadas, esta fue la base para una transferencia de tecnologías, desarrollo productivo y la apropiación de recursos que el Estado volcó en un proceso de fuerte acumulación de capital y, cada vez más aceleradamente, competencia en la arena global por los espacios de acumulación.

Esto se expresa en el peso adquirido por este país en la IED. Harvey nos recuerda que

    … el mapa de la IED de China estaba en 2000 casi completamente vacío. Ahora un torrente de la misma atraviesa no solo el “Un cinturón, una ruta” [como se conoce la “nueva ruta de la seda”, NdT] a través de Asia en dirección a Europa, sino también el Este de África en particular y América Latina.

Efectivamente, desde el comienzo del milenio hasta 2017, la IED de China en el resto del mundo se multiplicó por 54 [6]. Hoy las empresas chinas tienen un valor inversión en emprendimientos productivos en el extranjero que es casi igual al que el capital extranjero tiene en China. La relación está cambiando de manera acelerada: en 2010 la IED extranjera en China era casi el doble que la de China en el exterior, y en 2000 la primera era 7 veces la segunda. De esta forma, si bien el gigante asiático sigue siendo una fuente de redituables inversiones para las firmas trasnacionales imperialistas, participa a la vez de manera cada vez más agresiva en ese reparto. China es hoy el segundo inversor global, después de EE. UU., y sus desembolsos representaron en 2017, a pesar de haber caído drásticamente en relación a los del año anterior, el 9 % de la IED total (la IED originada en EE. UU. representó ese año el 25 %).

La capacidad de China de competir en el desarrollo tecnológico en los sectores de punta es lo más preocupa hoy al imperialismo norteamericano. La escalada de Trump en materia comercial, que tiene el trasfondo la competencia por la primacía en estos terrenos, es un recordatorio de que el ascenso de China no podrá concretarse como un tránsito pacífico. David Harvey, por el contrario, parece opinar que el pasaje de China a convertirse en una potencia “hegemónica” (que no califica de imperialista) ya se estaría consumando, sin mayores trastornos.
¿Desafío o refuerzo del entramado imperialista?

Los aspectos de cambio en el balance entre las economías desarrolladas y algunos países emergentes producido por el desarrollo desigual y combinado, es mejor comprendido en el marco de una teoría del imperialismo, y no descartándola como propone Harvey. Este desarrollo desigual complejizó las condiciones de la dependencia, ampliando sus gradaciones, y permitió el surgimiento de fenómenos en transición como China, cuyo destino estará ligado al desarrollo de las tensiones que caracterizan la convulsionada situación mundial.

Que estos fenómenos, lejos de cuestionar el entramado que asegura los beneficios del capital trasnacional imperialista, lo refuerzan, lo pone en evidencia la manera en la que se integran en las instituciones como el FMI. China buscó, y logró, tener más peso en las decisiones de este organismo multilateral, que es sostén del orden monetario internacional basado en el dólar [7]. Esta es apenas una muestra de cómo los centros de acumulación emergentes resultan un “amplificador del imperialismo” [8].

El análisis de los fenómenos contemporáneos confirma la vigencia de la categoría de imperialismo; no como un fenómeno rígido o estático, sino como uno dinámico que es reconfigurado, pero no revertido, por el desarrollo desigual que caracteriza la acumulación capitalista global.



NOTAS AL PIE

[1] Los artículos que componen la polémica son John Smith, “David Harvey Denies Imperialism” (“David Harvey niega el imperialismo”), Roape, enero 2018; David Harvey, “Realities on the Ground” (“Realidades en el terreno”), Roape, febrero 2018, y John Smith, “Imperialist Realities vs. the Myths of David Harvey” (“Realidades imperialistas vs. Los mitos de David Harvey”), Roape, marzo 2018.

[2] Autor del libro La tercera forma de incremento de la plusvalía

[3] “Financial flows and tax havens: combining to limit the lives of billions of people”, Global Financial Integrity, diciembre 2015

[4] Claudio Katz observa este mismo problema en “Semejanzas y diferencias con la época de Marini”, Lahaine.org, marzo 2018.

[5] Callinicos, Imperialism and Global Political Economy, Londres, Polity, 2009, p. 186.

[6] World Investment Report (Reporte mundial de inversiones), Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo, junio 2018

[7] Vijay Prashad, “In the ruins of the present” (En las ruinas del presente), Monthly Review, marzo 2018.

[8] Patrick Bond, “Towards a Broader Theory of Imperialism” (“Hacia una teoría más abarcativa del imperialismo”), Roape, Abril 2018

lunes, 27 de agosto de 2018

“Es improbable que EEUU rescate a la Argentina”





alrevés.net.ar

Macri viajará a Norteamérica para reunirse con los popes de Wall Street y con el jefe del Tesoro de EE.UU, a quien le pedirá ayuda para evitar el default. "Eligió un camino que ya nos llevó varias veces al desastre, que es alinearse con EE.UU. no sólo desde el punto de vista económico, sino también desde el punto de vista geopolitico y militar", remarco el especialista Leandro Morgenfeld.
  
Macri necesita un difícil financiamiento de EE.UU, pero Trump está inmerso en su propia situación interna.


Mauricio Macri viajará en septiembre a EE.UU. con la urgencia y la ilusión de obtener una ayuda financiera del gobierno norteamericano para evitar un posible nuevo default o cesación de pagos y llegar con aire a 2019. El historiador e investigador Leandro Morgenfeld, especialista en las relaciones entre Washington y la Argentina, afirmó que el hecho de que el Presidente haya decidido ir él a la Asamblea anual de la ONU, y no la vice Gabriela Micheti como era el plan original, es “una clara muestra de la zozobra de la economía argentina y de la poca confianza que hay incluso en Wall Street” sobre el futuro del país.
“¿Por qué viaja Macri, más allá de la razón oficial, que es asistir a las Asamblea de Naciones Unidas, algo que en general no le interesa mucho? La acción relevante es reunirse con los jefes de Wall Street y tratar de abrirle la mano al Secreterio del Tesoro norteamericano para que salve a la Argentina”, señaló el también docente de la UBA.
Para Morgenfeld, la posibilidad de que Donald Trump asista financieramente al gobierno de Cambiemos es remota y sólo podría vincularse a razones de geopolíticas o estratégicas para los intereses de EE.UU. “Es muy complejo, muy difícil. Que el Congreso norteamericano decida salir al rescate de un país como Argentina, sólo podría explicarse por razones geopolíticas. Es decir, Macri pretende mostrarse como el líder que puede evitar que la región vuelva a caer en lo que en los EE.UU llaman ‘gobiernos populistas’ o ‘posneoliberales’. Ellos (por Cambiemos) confían que EE.UU va a sostener económicamente a Argentina porque si Argentina termina cayendo en un nuevo default, esto terminaría generando un efecto dominó en la región”, explicó. Pero, continuó Morgenfeld, “es bastante improbable por la situación política interna, más que en EE.UU. de acá a noviembre hay un proceso eleccionario en curso, que el Tesoro norteamericano desembolse los 10 o 15 mil millones de dólares que ilusionan al Gobierno argentino y que le permitirían llegar con algo de oxígeno al 2019”, sobre todo porque todos los indicadores de la economía nacional lanzan destellos en rojo.
“Todo esto muestra el fracaso de la política exterior y de la inserción internacional de Macri. Esta necesidad que tiene de viajar casi de urgencia a los EE.UU. tiene que ver con intentar destrabar un financiameinto externo para la Argentina, ante el fantasma más temido que es caer en la cesacion de pagos”, subrayó el entrevistado por el portal Al Revés.

Ningún número tranquiliza

“Los números oficiales que exhibe la economía son muy, muy preocupantes”, recalcó el historiador. “En el Presupuesto 2018 se había proyectado una inflación de entre el 8 y 12% y todos los analistas dicen que vamos a cerrar el año con más del 35%. Se preveía un dolar a $19,30 a fin de año y ya lo tenemos acercandose a los 32. Se había proyectado un crecimiento del 3,5% del PBI y hoy ya el ministro Dujovne reconoció que la Argentina va a retroceder la actividad economica por lo menos en un 1%, y sabemos que esas proyecciones optimistas suelen dar peores, tenemos un desbalance comercial récord: el año pasado fue el mayor de la historia, 8.471 millones de dólares, y en los primeros siete meses del año ya tenemos un 75% más, por lo tanto vamos a terminar arriba de los 10 mil milones de dólares de desbalance comercial”, se explayó.
“Caída de la actividad, caída de los indicadores sociales, una disparada de la inflación, fuga de capitales: ningún número que pueda exhibir la economía argentina permite llevar tranquilidad a los inversores externos y esto hace que haya un horizonte cercano bastante probable, o bien un default, cesación de pagos, o bien la necesidad de volver a discutir un acuerdo con el FMI que se selló en junio, hace apenas dos meses. Hoy ya reconoció Dujovne que tiene que pedir un adelanto de desembolso del fondo de 3.000 milllones, y esto es apenas para tapar agujeros de acá a fin de año”, alertó Morgenfeld.

Relaciones carnales

El especialista se lamentó que de que Gobierno argentino, en lugar de lugar aunar posiciones con el resto de los países de America Latina, para desde allí negociar con mayor fuerza ante las potencias extrahemisféricas, “eligió un camino que ya nos llevó varias veces al desastre, que es alinearse con EE.UU. no sólo desde el punto de vista economico, sino también desde el punto de vista geopolitico y militar”.
Hace doce días, resaltó, llegó a Buenos Aires “nada menos que el secretario de Defensa de Trump, el jefe del Pentágono. Y hoy, en una visita menos publicitada, llegó la visita del jefe del Comando Sur, con el que entre otras cosas están organizando el operativo militar que van a hacer el 30 de noviembre y el 1 de diciembre en la Cumbre presidencial del G20”. “Todo esto habla del alineamiento del gobierno de Macri con EE.UU. con la ilusión de que eso va a destrabar la llegada de inversiones y de préstamos al país, la famosa lluvia de inversiones que no llegó en los 31 o 32 primeros meses del gobierno”. “Lo único que hizo en la Argentina después de 14 años es volver a subordinarse a las directivas del FMI a cambio de un préstamo que en los hechos financió la fuga de capitales en las ultimas semana y no pudo revertir la situación de violenta devaluación de la moneda”, finalizó.

Llegó el jefe del Comando Sur de EEUU a la Argentina, preparando el viaje de Trump. El plan para traer un portaaviones estadounidense para la Cumbre del G20


A tres meses de la visita de Trump

El jefe del Comando Sur llegó y se reunirá con el ministro Oscar Aguad

Kurt Tidd está a cargo del emblemático cuerpo de Estados Unidos con injerencia en esta parte del continente.

El jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, almirante Kurt Tidd, llegó a Buenos Aires y por ahora sólo trascendió que este lunes será recibido por el ministro de Defensa Oscar Aguad. Viene con un equipo del Departamento de Defensa, pero hasta el momento no se ha informado con quién más se verá en la Argentina. El presidente Mauricio Macri no estaría por ahora en esa agenda. Igual quedó reflejado en un tuit del comando, Tidd vino a participar de la Octava Conferencia Defensa Sudamericana (Southdec) desde este lunes al jueves 30.
La llegada de Tidd se produce 12 días después de la histórica visita al país del secretario de Defensa, James Mattis. Este viaje puso de relieve la alianza militar con Estados Unidos reactivada por el macrismo, y los recelos planteados por Washington por los vínculos latinoamericanos con China y Rusia. Pero, además, se planteó la cooperación estadounidense en materia de seguridad y en los asuntos vinculados a la cumbre del G20 que se hará en Buenos Aires, para el que están prestando colaboración directa.
James Mattis, secretario de Defensa y su par argentino Oscar Aguad
James Mattis, secretario de Defensa y su par argentino Oscar Aguad


Ocurre a tres meses de la llegada de Donald Trump para la cumbre de presidentes y jefes de Estado del G20, el 30 de noviembre y 1 de diciembre de este año. Ello representará, de mínima, el desembarco de un portaaviones frente a las costas porteñas.
De todos modos, no es la primera vez que Tidd viene la Argentina. Hace dos años estuvo en Buenos Aires con el ex ministro de Defensa Julio Martínez. Fue la primera visita tras años de tensiones que imperaron entre Estados Unidos y el kirchnerismo, sobre todo en materia de cooperación militar. Además, la tendencia en esos años fue la de rechazar junto al Brasil de Lula, y la Venezuela de Hugo Chávez -Nicolás Maduro cualquier contacto con uno de los nueve comandos que pertenecen a los Estados Unidos y que tiene injerencia en todo el planeta. El Comando Sur, en particular, tiene base en Miami y abarca precisamente el sur del continente, con América Central y el Caribe. La izquierda latinoamericana siempre lo vio con recelo y críticas por su actuación de presencia vigilante durante la Guerra Fría.
Además, en febrero pasado, Aguad y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, tuvieron en la Florida en encuentro con Tidd, del que ni siquiera se difundieron imágenes. Estuvieron el vicecanciller Daniel Raimondi y el secretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo. En ese viaje se sumaron por Seguridad Gerardo Milman y Gastón Schulmeister, que siguieron a Bullrich a los cuarteles del FBI.

Freno al FMI. Programa contra el ajuste. Propuesta de Economistas de Izquierda

El presidente Mauricio Macri junto a la directora gerente del FMI, Christine Lagarde.
Programa contra el ajuste
Freno al FMI
Un documento de Economistas de Izquierda propone desarrollar una campaña conjunta de actividades por la ruptura del acuerdo con el FMI e instalar un programa de emergencia que abra el camino a transformaciones profundas. Señala que el FMI no ha cambiado y que las fantasías sobre su nueva sensibilidad social han sido refutadas por sus políticas de ajuste en todos los países. Plantea que buscan superar los argumentos desmoralizadores del Gobierno y los grandes medios de comunicación de que “no hay alternativa”.

La crisis cambiaria--financiera que se desarrolla desde fines de abril pasado corrió el velo sobre las tensiones que se acumulaban en la economía desde hace más de dos años, dejó expuesta la fragilidad estructural del capitalismo local y cambió radicalmente la situación política y económica del país. Pensamos que es posible y necesario desarrollar una campaña conjunta de actividades por la ruptura del acuerdo con el FMI e instalar un programa de emergencia que abra el camino a transformaciones más profundas. Buscamos superar los argumentos desmoralizadores del gobierno y los grandes medios de comunicación de que "No hay alternativa", postulando un conjunto de medidas indispensables para enfrentar la grave situación económica y evitar la degradación social a que llevaría el acuerdo con el FMI, siguiendo el principio que las consecuencias de la crisis deben recaer sobre sus causantes y no sobre el pueblo.
Entendemos que no existe ninguna posibilidad de afrontar el dramático horizonte que afronta el país sin rechazar en forma categórica el acuerdo con FMI. El sometimiento a ese convenio debe ser impedido antes de su afianzamiento como regla de futuros gobiernos. El FMI no ha cambiado y las fantasías sobre su nueva sensibilidad social han sido refutadas por sus políticas de ajuste en todos los países.

Dólares

Para evitar los despidos masivos, la pulverización del salario y la contracción del nivel de actividad, la enajenación de nuestra soberanía y la sumisión al sistema financiero internacional consideramos necesario suspender el pago de la deuda. Esa decisión es imprescindible para cortar el festival especulativo con títulos públicos y para reducir las altísimas tasas de interés que sofocan la actividad productiva. Permitiría utilizar en forma racional los escasos dólares que ingresan al país. También serviría para revisar el estado real del endeudamiento. Urge una auditoria integral de la deuda comenzando por las operaciones concertadas por el gobierno Macri.
En los últimos meses se consumó una monumental salida de dólares. El dinero que falta en las escuelas y hospitales se esfumó del país por la ausencia de controles al movimiento de capitales. Para contener ese drenaje proponemos instaurar el control de cambios, junto a rigurosas disposiciones de supervisión estatal del ingreso y la salida de fondos. Sin ese manejo no hay forma de contener realmente las corridas cambiarias y la economía nacional continuará navegando a la deriva.
Nos parece decisivo retomar el principio de soberanía en el uso de las reservas, que el gobierno ha delegado a los funcionarios del FMI. Ellos garantizan la libre flotación del dólar provocando interminables temblores de la economía. Junto a la introducción del control de cambios es necesario regular todo el movimiento de divisas. La obligatoriedad de liquidar en el país las divisas de exportación, en un plazo máximo de 30-90 días debe ser restaurada de inmediato.

Control

La experiencia también indica que junto a la protección de los recursos financieros hay que establecer un riguroso control estatal de los préstamos y depósitos de los bancos. Esta decisión es urgente, puesto que el gobierno ha comenzado a traspasar la insolvencia fiscal a las entidades, mediante la mayor colocación de bonos de dudosa cobrabilidad.    El control estatal de los bancos es la única forma de contrarrestar esas aventuras protegiendo al pequeño ahorrista.
La misma urgencia presenta la protección del Fondo de Garantía de la Anses, que es el principal botín que quiere incautar el FMI. El gobierno le colocó bonos depreciados mientras utilizaba los dólares de las reservas para financiar las fugas de capital. El Fondo de Garantía es la joya de la abuela que se intenta rematar con los mismos procedimientos utilizados por Menem. Es la gran presa apetecida por los acreedores y por los grandes grupos nacionales que quieren recuperar las acciones que tienen en la Anses. De esa forma esperan enterrar cualquier resabio de participación estatal en sus compañías. El FMI exige que se afronte el gasto corriente de las jubilaciones con los recursos del Fondo de Garantía. Con esa decisión la reserva se extinguiría en poco tiempo y quedaría abierto el camino para reintroducir los fondos privados de pensión.

Cuentas públicas

Se pretende circunscribir la crisis actual a un problema fiscal, resolverlo desde el gasto y no de los ingresos, acusando a la población de ese desequilibrio y ocultando que el bache de las cuentas públicas fue potenciado en el último bienio, hasta transformar los problemas precedentes en una crisis fiscal. Para favorecer a los grandes grupos se eliminaron las retenciones al agro y la minería. Es impostergable la reimplantación de esas cargas. Junto a esa reintroducción correspondería restaurar los gravámenes a los bienes suntuarios, ampliando las escalas de Bienes Personales y Ganancias. El mismo principio debería regir el reordenamiento del Monotributo junto con revisar todas las exenciones impositivas y la reimplantación de los aportes patronales eliminados.
Para afrontar la durísima situación actual se impone, además, la adopción de un impuesto extraordinario a los ganadores del modelo y a las grandes fortunas. También a los depósitos offshore. Esas tenencias deberían ser una de  las principales fuentes de recaudación adicional. Contienen dinero generado en el país transformado en activos radicados fuera de nuestras fronteras. Luego del último blanqueo resulta posible utilizar los archivos de la AFIP para instrumentar esta medida.
El oficialismo focaliza la crisis en el desbalance fiscal para ocultar la gravedad del desequilibrio externo. Con desgastados pretextos de eficiencia facilitó el indiscriminado ingreso de importaciones, generando el mayor déficit comercial de la historia. El fomento de la especulación financiera condujo, además, a una apreciación cambiaria que deterioró las exportaciones. También desguarneció a la economía frente a las adversidades externas. Sin administración del comercio es imposible revertir esos problemas. Medidas más drásticas de control estatal de las importaciones y exportaciones son también necesarias para rehabilitar la economía.

Inflación

Esas iniciativas deberían facilitar la recomposición del tejido social, comenzando por quitar el IVA a los artículos de primera necesidad y la distribución gratuita de alimentos entre los sectores empobrecidos. Frente a la pesadilla inflacionaria que se agravará en los próximos meses, proponemos el control estatal de los precios. La efectividad de esa regulación depende de la firmeza en su aplicación, recurriendo especialmente a las normas vigentes que permiten penalizar las remarcaciones y el desabastecimiento. El éxito de esa acción depende de la participación de los consumidores, especialmente de las organizaciones sociales.
La destrucción del salario y los ingresos populares es el corazón del acuerdo con el FMI y esta agresión debe ser revertida con aumentos de emergencia y reapertura de paritarias libres. También programan el despido masivo de empleados públicos para generalizar el desempleo y debilitar la resistencia social. Una ley prohibiendo los despidos y suspensiones durante dos años es la única forma de cortar la perspectiva del paro masivo, que asumirá mayores proporciones con el inicio de la recesión en el sector privado. Que debe complementarse con el control del cumplimiento efectivo de la jornada legal de 8 horas, en camino a la reducción de las horas de trabajo, la igualdad de género en relación al salario y las condiciones de trabajo y el cupo laboral para trabajadores/as trans.

Tarifas

Los atropellos en curso incluyen la continuidad de los tarifazos que asfixian a las familias y quebrantan a las pequeñas empresas. Su justificación en futuras inversiones queda refutada por enormes ganancias de los concesionarios, que no se traducen en mejoras del servicio. Para encubrir ese desfalco los costos de las empresas se mantienen en un invariable secreto.
Los tarifazos son tan inadmisibles como la denigración de los subsidios. Se oculta que estas subvenciones existen en todos los países y cumplen una estratégica función de apuntalar el consumo y la producción. Proponemos retrotraer las tarifas a noviembre pasado y suspender los aumentos mientras dure la crisis. Posteriormente deberá discutirse una evolución acorde al incremento del salario. Esa decisión también implica revisar los contratos y eliminar la garantía en divisas. La dolarización de las tarifas conduce al colapso de la economía.
Después de dos años de anémico vaivén del PIB se perfila una recesión de grandes proporciones, que se agravará con los recortes que impone el acuerdo con el FMI a la obra pública. El drástico freno ya comenzó con la subejecución del presupuesto. Este dramático resultado no es inexorable si se implementa un plan de recuperación de la economía, basado en obras públicas y créditos a las PYMES.

Modelo

Aunque el gobierno se empeñe en demostrar que la crisis es un azaroso efecto de tormentas externas, herencias de la gestión anterior o conductas de la sociedad, salta a la vista la responsabilidad de su modelo neoliberal centrado en la libertad de mercado. Ese esquema ha recreado los típicos desequilibrios de la apertura comercial, la desregulación financiera, la precariedad laboral y el desbocado endeudamiento.
Partiendo de esta caracterización es que proponemos desarrollar un programa de actividades en común, con el fin de acompañar la resistencia social y política al pacto con el FMI, que ya se expresa en múltiples documentos, pronunciamientos y actos de protesta. Esperamos aportar con nuestro conocimiento a la batalla cultural en curso para demostrar que el ajuste no es inevitable y que existen otras alternativas para superar la crisis actual y preservar un futuro esperanzado.
* Integrantes de Economistas de Izquierda (EDI).