Las dificultades del Gobierno en la relación comercial con los Estados Unidos
Pese
a los gestos de acercamiento de Macri, Trump le cerró el mercado al
biodiésel nacional, boicoteó la cumbre de la OMC organizada en Buenos
Aires, amenaza con poner aranceles al acero y aluminio y todavía no dejó
ingresar limones ni carne bovina.
La
relación comercial con los Estados Unidos sumó escollos y algunos
avances durante los dos años de gestión de Cambiemos. El presidente
estadounidense Donald Trump cerró el mercado del biodiésel para la
Argentina, amenaza con subir aranceles al acero y aluminio y, pese a los
anuncios en contrario, todavía no permitió el ingreso de limones ni
carne bovina pese a que Argentina autorizó la entrada de carne de cerdo
del país del Norte. Además, Estados Unidos saboteó la cumbre de la
Organización Mundial del Comercio que Mauricio Macri organizó en Buenos
Aires, en donde no se avanzó en ninguno de los temas pendientes. En el
haber se contabilizó el reingreso del país al sistema de preferencias
arancelarias.
La temprana visita al país por parte del por entonces presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, en marzo de 2016, fue una oportunidad para que Macri pusiera sobre la mesa sus inquietudes comerciales, entre las cuales sobresalía el tema de los limones. Argentina es uno de los principales jugadores globales del mercado de limones, con un claro perfil exportador que apunta a la Unión Europea y a Rusia ya que desde 2001 los Estados Unidos frenaron sus compras de limones nacionales. Luego de la reunión Macri-Obama, el Gobierno argentino festejó que el Departamento de Agricultura de EE.UU se comprometió a publicar un nuevo protocolo como inicio del trámite para que los limones argentinos a los Estados Unidos.
“Confirmado: limones argentinos accederán al mercado de Estados Unidos desde 2017”, celebraba el secretario de Comercio, Miguel Braun, en diciembre de 2016, ya que apenas antes de su salida de la Casa Blanca, Obama había autorizado el restablecimiento del flujo comercial. Sin embargo, en enero de 2017 asumió Donald Trump y suspendió por 60 días la autorización firmada por su predecesor. “Una de las razones por las que él está acá es por los limones. El negocio del limón es grande. Yo voy a hablar de Corea del Norte, y él me va a hablar de los limones”, bromeó el platinado. En septiembre, la vicepresidenta, Gabriela Michetti, compartió un encuentro junto a Trump en Nueva York y luego ella relató que Trump le dijo “dígale al presidente Mauricio Macri que ya los limones argentinos están entrando”. La Argentina todavía no exportó ni un solo limón a los Estados Unidos, aunque se espera que en abril se pueda concretar el primer envío.
El principal golpe comercial que recibió la Argentina de parte de los Estados Unidos durante la presidencia de Macri es el cierre del mercado norteamericano del biodiésel, en marzo de 2017, con la imposición de aranceles del 72 por ciento. La reacción de Trump vino a frenar el reacomodamiento de las ventas argentinas de biodiésel luego del cierre del mercado europeo desde 2013. Encima, posterior al freno de los Estados Unidos, la Comisión Europea abrió una nueva investigación en contra del biodiésel argentino.
Si bien en junio de 2015 el Servicio de Inspección de Salud Animal y Plantas que depende del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) informó acerca de la reapertura del mercado norteamericano para la carne fresca bovina de la Argentina, ni la administración de Obama ni la de Trump terminaron de aprobar ese trámite. El gobierno argentino prometió que en 2017 se abriría el mercado pero, similar al limón, todavía no se registran envíos de carne a EE.UU. El mercado del Norte cerró el ingreso de carne argentina desde 2001 luego de un brote de fiebre aftosa.
Mientras Trump le hizo el “ole” a Macri con los limones y el biodiésel, el magnate anunció en agosto de 2017 que el mercado argentino volvería a abrirse al ingreso de carne de cerdo norteamericana. “El anuncio de hoy es una gran victoria para los productores estadounidenses de carne de cerdo y demuestra que el Presidente Trump está obteniendo resultados reales para los agricultores y rancheros de Estados Unidos”, dijo en esa oportunidad el vicepresidente, Mike Pence. “Es parte de la negociación. La decisión de incorporar carne de cerdo para el mercado está tomada”, señaló el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, aunque no existió hasta ahora reciprocidad. En octubre, luego de una conversación telefónica entre Macri y Trump, la Casa Blanca repitió que “pronto la carne porcina de los Estados Unidos se venderá en la Argentina”. Sin embargo, hasta ahora no se registraron importaciones de carne de cerdo.
Entre los guiños al gobierno de Macri está la reincorporación de la Argentina al sistema de preferencias arancelario norteamericano. Desde el comienzo de su gestión, el gobierno de Macri reclamó a Obama que la Argentina sea reincorporada al Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) a través del cual Estados Unidos rebajaba hasta 2012 aranceles a productos como vinos, conservas de carne bovina, grasas y aceites vegetales, glicerol, oro, cloruro y manufacturas de aluminio. En diciembre de 2017, bajo la presidencia de Trump, se anunció la reincorporación de la Argentina al sistema de preferencias, lo cual implica el ingreso sin aranceles de una porción cercana al 10 por ciento de las ventas a los EE.UU.
El último episodio bilateral en materia comercial es la suba de aranceles al 25 y 10 por ciento, respectivamente, a la importación de acero y aluminio que firmó Trump en contra de sus principales competidores globales, lista que encabeza China. Ante las gestiones de Macri a través del secretario de Comercio, Miguel Braun, el gobierno de Donald Trump suspendió de manera provisoria la aplicación de los aranceles para la Argentina y otro conjunto de países “amigos” que no tienen peso global en el sector. De todas maneras, la excepción a la suba arancelaria no es todavía definitiva. Según la Cámara Argentina del Acero, en 2017 Tenaris, de Techint, vendió 220 mil toneladas de tubos de acero a los Estados Unidos, que quedan impactados por la medida de Trump. En tanto, Aluar detalló que envió 240 mil toneladas de aluminio a ese país en 2017.
La temprana visita al país por parte del por entonces presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, en marzo de 2016, fue una oportunidad para que Macri pusiera sobre la mesa sus inquietudes comerciales, entre las cuales sobresalía el tema de los limones. Argentina es uno de los principales jugadores globales del mercado de limones, con un claro perfil exportador que apunta a la Unión Europea y a Rusia ya que desde 2001 los Estados Unidos frenaron sus compras de limones nacionales. Luego de la reunión Macri-Obama, el Gobierno argentino festejó que el Departamento de Agricultura de EE.UU se comprometió a publicar un nuevo protocolo como inicio del trámite para que los limones argentinos a los Estados Unidos.
“Confirmado: limones argentinos accederán al mercado de Estados Unidos desde 2017”, celebraba el secretario de Comercio, Miguel Braun, en diciembre de 2016, ya que apenas antes de su salida de la Casa Blanca, Obama había autorizado el restablecimiento del flujo comercial. Sin embargo, en enero de 2017 asumió Donald Trump y suspendió por 60 días la autorización firmada por su predecesor. “Una de las razones por las que él está acá es por los limones. El negocio del limón es grande. Yo voy a hablar de Corea del Norte, y él me va a hablar de los limones”, bromeó el platinado. En septiembre, la vicepresidenta, Gabriela Michetti, compartió un encuentro junto a Trump en Nueva York y luego ella relató que Trump le dijo “dígale al presidente Mauricio Macri que ya los limones argentinos están entrando”. La Argentina todavía no exportó ni un solo limón a los Estados Unidos, aunque se espera que en abril se pueda concretar el primer envío.
El principal golpe comercial que recibió la Argentina de parte de los Estados Unidos durante la presidencia de Macri es el cierre del mercado norteamericano del biodiésel, en marzo de 2017, con la imposición de aranceles del 72 por ciento. La reacción de Trump vino a frenar el reacomodamiento de las ventas argentinas de biodiésel luego del cierre del mercado europeo desde 2013. Encima, posterior al freno de los Estados Unidos, la Comisión Europea abrió una nueva investigación en contra del biodiésel argentino.
Si bien en junio de 2015 el Servicio de Inspección de Salud Animal y Plantas que depende del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) informó acerca de la reapertura del mercado norteamericano para la carne fresca bovina de la Argentina, ni la administración de Obama ni la de Trump terminaron de aprobar ese trámite. El gobierno argentino prometió que en 2017 se abriría el mercado pero, similar al limón, todavía no se registran envíos de carne a EE.UU. El mercado del Norte cerró el ingreso de carne argentina desde 2001 luego de un brote de fiebre aftosa.
Mientras Trump le hizo el “ole” a Macri con los limones y el biodiésel, el magnate anunció en agosto de 2017 que el mercado argentino volvería a abrirse al ingreso de carne de cerdo norteamericana. “El anuncio de hoy es una gran victoria para los productores estadounidenses de carne de cerdo y demuestra que el Presidente Trump está obteniendo resultados reales para los agricultores y rancheros de Estados Unidos”, dijo en esa oportunidad el vicepresidente, Mike Pence. “Es parte de la negociación. La decisión de incorporar carne de cerdo para el mercado está tomada”, señaló el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, aunque no existió hasta ahora reciprocidad. En octubre, luego de una conversación telefónica entre Macri y Trump, la Casa Blanca repitió que “pronto la carne porcina de los Estados Unidos se venderá en la Argentina”. Sin embargo, hasta ahora no se registraron importaciones de carne de cerdo.
Entre los guiños al gobierno de Macri está la reincorporación de la Argentina al sistema de preferencias arancelario norteamericano. Desde el comienzo de su gestión, el gobierno de Macri reclamó a Obama que la Argentina sea reincorporada al Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) a través del cual Estados Unidos rebajaba hasta 2012 aranceles a productos como vinos, conservas de carne bovina, grasas y aceites vegetales, glicerol, oro, cloruro y manufacturas de aluminio. En diciembre de 2017, bajo la presidencia de Trump, se anunció la reincorporación de la Argentina al sistema de preferencias, lo cual implica el ingreso sin aranceles de una porción cercana al 10 por ciento de las ventas a los EE.UU.
El último episodio bilateral en materia comercial es la suba de aranceles al 25 y 10 por ciento, respectivamente, a la importación de acero y aluminio que firmó Trump en contra de sus principales competidores globales, lista que encabeza China. Ante las gestiones de Macri a través del secretario de Comercio, Miguel Braun, el gobierno de Donald Trump suspendió de manera provisoria la aplicación de los aranceles para la Argentina y otro conjunto de países “amigos” que no tienen peso global en el sector. De todas maneras, la excepción a la suba arancelaria no es todavía definitiva. Según la Cámara Argentina del Acero, en 2017 Tenaris, de Techint, vendió 220 mil toneladas de tubos de acero a los Estados Unidos, que quedan impactados por la medida de Trump. En tanto, Aluar detalló que envió 240 mil toneladas de aluminio a ese país en 2017.
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