sábado, 31 de marzo de 2018

Reseña de "El desorden mundial. Estados Unidos y su proyección de dominio total", de Moniz Bandeira




Le Monde Diplomatique, Edición Cono Sur, abril 2018

RESEÑA BIBLIOGRÁFICA

Moniz Bandeira, Luiz Alberto: El desorden mundial. Estados Unidos y su proyección de dominio total, Buenos Aires, Capital Intelectual, 2017. 384 páginas

Por Leandro Morgenfeld


En noviembre de 2017, pocos días antes de la aparición de la edición en español de la que sería su última gran obra, fallecía el historiador brasilero y especialista en política internacional más reconocido y prestigioso en la actualidad. El desorden mundial corona la larga trayectoria del multi premiado académico, dedicada a entender, entre sus principales preocupaciones, los avatares del imperio estadounidense y la profunda inestabilidad que promueve a nivel global, en la actualidad, para intentar sostener ese dominio.
En este último libro, al igual que en La formación del imperio americano; Argentina, Brasil y Estados Unidos, de la Triple Alianza al Mercosur; De Marti a Final. La revolución cubana y América Latina, y tantos otros traducidos y editados en la Argentina, exhibe una  exquisita pluma, gracias a la cual su erudición es accesible a un público amplio. Moniz hace entendibles procesos bien complejos. El uso riguroso de documentos –abreva en un incansable trabajo en archivos-, su meticulosidad y su análisis crítico lo alejaban de la moda de la pretendida neutralidad y asepsia a la hora de analizar los procesos históricos.
A lo largo de 20 capítulos, desmenuza la dinámica de la confrontación entre Estados Unidos y la Rusia de Putin –y en particular se focaliza en la avanzada de la OTAN en Ucrania- y en el caos y desestabilización impulsado por Washington en Medio Oriente, fundamentalmente en Siria, en procura del conflicto perpetuo.
Con la perspectiva histórica de largo plazo que caracteriza sus anteriores investigaciones, Moniz actualiza la genealogía del intervencionismo estadounidense, que es también su denuncia, y muestra cómo Obama, que para algunos era esperanza y cambio, se transformó rápidamente en decepción y continuidad del gobierno permanente de Estados Unidos: “Desde la disolución de la Unión Soviética, todos los presidentes estadounidenses habían impulsado guerra convencionales y no convencionales en los Balcanes y en Medio Oriente, fomentando la subversión bajo el pretexto constante de hacer del mundo un lugar ‘seguro para la democracia’. ¿Para qué democracia? En cada lugar donde Estados Unidos había intervenido con su ‘propósito específico de proporcionar democracia’ hubo bombardeo, destrucción, terror, masacres, caos y catástrofe humanitaria. (…) Estos hechos demostraron que Estados Unidos y las grandes potencias capitalistas jamás ingresaron a una guerra en defensa de la democracia y la libertad ni para proteger civiles ni derechos humanos, sino tan sólo a fin de defender sus necesidades e intereses económicos y geopolíticos: sus intereses imperiales. Las palabras no pueden transformar la realidad de los hechos”. Nunca tan actuales estas reflexiones, sobre todo frente al injerencismo, unilateralismo y militarismo que esboza la Administración Trump.
Sin lugar a dudas, el gran valor de esta obra radica en su aporte a la comprensión histórica y geoestratégica de los conflictos (bélicos) actuales y al debate profundo sobre la declinación hegemónica de Estados Unidos y la transición hacia un mundo que todavía no conocemos. Justamente, en el capítulo final, da cuenta de las rivalidades con las potencias emergentes y se pregunta si estamos ante el principio del fin de la hegemonía estadounidense.

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