miércoles, 13 de diciembre de 2017

OMC: Anfitriones del fracaso global

 

Anfitriones del fracaso global

Fotos: Presidencia
Argentina pudo superar lo que no hizo la Organización Mundial del Comercio (OMC), la crisis del 2001. La cita multilateral nacida para ponerle reglas a la globalización transita aún la denominada Ronda de Doha. Esa conferencia, que comenzó mientras piqueteros y caceroleros bramaban en nuestro país “que se vayan todos”, debía establecer un piso de entendimiento común entre todos los países del planeta en un tema sensible: los aranceles comerciales. Desde entonces, Estados Unidos, los países miembros de la Unión Europea, China, las llamadas naciones emergentes, y las economías más chicas claro, no logran ponerse de acuerdo sobre la delimitación de los muros proteccionistas. Por lo tanto, el mitin que reúne por estas horas a los ministros de Economía de todo el mundo es una prolongación del fallido consenso iniciado hace 16 años.
Sin embargo, el gobierno nacional sobreactúa su condición de maestro de ceremonias de una mesa multilateral en declive. Para ello, incluso, lesiona la cotidianidad de la base social electoral más fiel al PRO. Desde hace unos días, los vecinos de Puerto Madero deben eludir checkpoints para llegar a sus casas y los runners de Palermo ven impedido su natural acceso a los circuitos deportivos. Es  más, el presidente Mauricio Macri y la ex canciller Susana Malcorra, presidenta de la XI conferencia bianual de la OMC, deportan a oenegistas europeos para, evidentemente, mostrar que los “gauchos” también pueden ser duros ante los activistas globalifóbicos.
La corresponsal mexicana Cecilia González hizo al respecto un oportuno mensaje en la red social Twitter: “Si en esta Cumbre de la OMC, que es ministerial, están haciendo estas barbaridades, no me quiero imaginar lo que va a pasar en la Cumbre del G20 que se va a realizar aquí dentro de un año y a la que vienen Trump, Merkel, Trudeau, Xi Jinping y demás. Van a blindar al país.”.
Mucho antes, en la red social del pajarito azul, un analista explicó la apuesta tardía del macrismo por un flujo comercial que se direcciona hacia un enfoque mas aislacionista que extramuros con un posteo punzante: “Macri propone libre comercio y Estados Unidos le clava el visto”. La profesora de FLACSO y experta en relaciones económicas internacionales Diana Tussie denomina como “periferización” a este paradojal momento de la economía mundial donde las potencias defienden en los foros globales los libretos proteccionistas que pertenecen solamente, según la prensa de élite, a los gobiernos periféricos y populistas.
El profesor de la UNAM (México) Oscar Ugarteche, y autor del interesante libro Historia Crítica del FMI, opinó en un reciente paper que la cumbre de Buenos Aires va a ser más abismo que otra cosa: “No considero que la reunión interministerial de la OMC arribe a algún tipo de consenso importante. Existen escollos muy difíciles de allanar. Por ejemplo, Europa aspira a continuar con una alta cuota de subsidios agrícolas que busca amurallar a la eurozona de la interdependencia en un capítulo económico, el de los bienes primarios, donde no son muy competentes por una cuestión de escala. Y lo paradójico es que Estados Unidos ha salido oficialmente a decir que no cree en el libre comercio. Entonces, no es solamente que vamos a asistir a una cumbre fallida, si no que Buenos Aires será el escenario donde se evidenciará de forma rotunda el liderazgo en ascenso de China en un tablero comercial donde Estados Unidos sigue retrocediendo en influencia”.
TLC y capitalismo por snapchat
Pese al previsible desencuentro global en la OMC, el macrismo buscará instalar que Buenos Aires será sede dos escenarios positivos para su hoja de ruta comercial: la inminente firma de un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, y la búsqueda de consensos en el e- commerce, la nueva niña bonita del libre mercado. Para ahondar en esos dos capítulos, Nuestas Voces habló con Verónica Grondona, economista heterodoxa y asesora en Bruselas del bloque europarlamentario que reúne a los partidos de izquierda y progresistas como el Podemos Español; y con Leadro Morgenfeld, historiador de la UBA, autor del interesante blog Vecinos en Conflicto –donde cubre las tensiones interamericanas entre Estados Unidos y Latinoamérica- y parte de la confluencia global que organizó en Buenos Aires la contracumbre denominada Fuera OMC.
“Una de las grandes noticias que se pretende dar esta semana en la cumbre de la OMC es el cierre de un tratado de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur. Ya se han filtrado varios documentos con los capítulos sobre medidas sanitarias y fitosanitarias, las barreras técnicas, de comercio y desarrollo sostenible, de derechos de propiedad intelectual, sobre la movilidad de capitales, y el comercio de servicios y establecimientos. En ese sentido, es necesario prestarle particular atención al capítulo de comercio electrónico y a los servicios financieros”, abre el juego Verónica Grondona desde la capital belga y, acto seguido, expone que: “en relación con los servicios financieros, el Parlamento Europeo concluyó en un estudio de 2016 que los amplios compromisos acordados en los tratados de libre comercio de la Unión Europea con países en desarrollo tienen por efecto inherente un aumento de los flujos financieros ilícitos; es decir, de los flujos provenientes de la evasión, la elusión tributaria, el lavado de dinero y la fuga de capitales. Dicho informe advierte que los amplios compromisos incluidos en los tratados de libre comercio entre la Unión Europea y los países en desarrollo (el estudio analizó los casos de los tratados con México, Sud África, Serbia, la República de Corea, y Colombia/Perú) habilitan el ingreso de volúmenes de lavado de dinero a las arcas de los países en desarrollo. Esto es así porque con el incremento del comercio, países emergentes como Argentina, experimentan en la práctica una significativa y creciente fuga de capitales, y los países de la Unión Europea se encuentran entre los destinos más atractivos para estos flujos financieros”.
Por su parte, Leandro Morgenfeld apunta que: “Desde la confluencia somos muy críticos con la agenda que plantea el e- commerce o comercio electrónico. Dentro de ese paquete de reformas la OMC suele introducir cuestiones que no atañen al comercio electrónico. Segundo, el e- commerce plantea una desregulación preventiva y amplia para adaptar las estructuras de los Estados hacia las necesidades de un oligopolio de la información y los datos que manejan cinco empresas a nivel mundial: Google, Amazon, Twitter, Apple, Ali Baba. Básicamente, dichas corporaciones y la OMC pretenden capturar la soberanía digital de los Estados. Los grandes actores de Internet quieren acceder a la gran plataforma de datos públicos que poseen los gobiernos para acceder a una mejor segmentación de las audiencias, porque básicamente ese es su negocio, y además su objetivo es no pagar impuestos a los fiscos nacionales mediante un mecanismo de elusión fiscal conocido que consiste es establecer su casa matriz en centros offshore. Por eso, la discusión que nos estamos dando en los foros de la contracumbre, en el sentido de ganar soberanía alimentaria, soberanía sanitaria, la prolongamos planteando la necesidad de construir soberanía digital”.
Enrique Daza, portavoz del colectivo colombiano Justicia Tributaria, participó días atrás en un Encuentro Regional Parlamentario por la Justicia Fiscal que se desarrolló también en Buenos Aires. Daza, expertos en temas de libre comercio, explicó a varios medios presentes que cubrieron ese conclave de legisladores, entre ellos Nuestras Voces, que el previsible “fracaso de la llamada Ronda de Doha perdurará en Buenos Aires porque estamos asistiendo a un proceso económico de cortocircuitos e intramuros que muchos especialistas tildan como la desglobalización. Varios factores geopolíticos acuden al unísono para este fenómeno: la existencia de los Brics, la elección de Trump, el triunfo del Brexit y el regionalismo predominante en muchas partes del planeta hacen prever que las fronteras de la apertura y desregulación comercial van a ir encogiéndose”.
Sin embargo, el gobierno argentino buscará darle un ropaje narrativo exitoso a una cumbre que está destinada a fracasar. En relación al evidente intento del macrismo de posicionar a la Argentina como una plataforma friendly para el libre mercado, Verónica Grondona opina que: “La vocación aperturista de Macri es aprovechada por las instituciones globales para mostrar su capacidad negociadora. Sin embargo, los mercados financieros utilizan otros parámetros. Para ellos, no dejamos de ser un mercado riesgoso, particularmente porque hemos entrado en una vorágine de endeudamiento bastante acelerada. Y por eso, aunque manifiesten ver de manera positiva que el gobierno actual haya resuelto el conflicto con los fondos buitres, el acercamiento al Fondo Monetario Internacional, la reforma en la medición estadística, y quizás hasta la reforma previsional y laboral, ello no quiere decir que la calificación otorgada a la deuda argentina haya mejorado. Entre otras cosas, porque los criterios que hacen a la sostenibilidad de la política económica parecen más bien haber empeorado, antes que mejorado”.

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