BUENOS
AIRES (Sputnik) — El presidente estadounidense, Donald Trump, intenta
contrarrestar el acercamiento que se produjo entre Barack Obama y el
Gobierno cubano con medidas hostiles como la de retirar su personal
diplomático de La Habana y la de no otorgar más visados desde la isla,
indicó a Sputnik el doctor en Historia Leandro Morgenfeld.
Estos
hechos, utilizados "con la excusa de un supuesto ataque sónico contra
su embajada, son un ataque más de la Casa Blanca contra el proceso de
distensión iniciado por Raúl Castro y Barack Obama hace tres años",
consideró Morgenfeld.
La
administración de Trump ordenó que regrese al país el 60% de los
empleados que trabajan en la embajada estadounidense de La Habana.
Trump también ha cancelado la emisión de visados en su embajada por
tiempo indeterminado, y ha emitido una alerta para que los ciudadanos
estadounidenses no viajen a la isla caribeña.
Para justificar estas decisiones, Estados Unidos alegó un supuesto "ataque sónico" que sufrieron 21 miembros del cuerpo diplomático estadounidense desde finales de 2016.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba ha rechazado cualquier responsabilidad del Ejecutivo en las acusaciones de EEUU.
"Rodeado de lo más rancio del anticastrismo, desplegó un agresivo discurso paternalista e injerencista", recordó Morgenfeld, autor de 'Vecinos en Conflicto y Relaciones Peligrosas: Argentina y Estados Unidos'. En aquel evento de Miami, el Gobierno tuvo el propósito de "alejar la atención mediática del asunto sobre Rusia, que había alcanzado su clímax por esos días, consolidar la base de apoyo republicana y devolver el favor electoral de los cubanoamericanos de Florida".
"Hoy dio un paso más en esa agresiva política exterior, que en la región sufren también especialmente México y Venezuela", sostuvo el investigador.
Lea más: Cuba reafirma en EEUU cumplimiento de protección de diplomáticos
Al reflexionar sobre lo sucedido, Morgenfeld reinvidicó la necesidad de que "nuestra América reaccione ante el militarismo, unilaterialismo y xenofobia que caracterizan la forma en la cual Trump se vincula con el resto de los países".
Para justificar estas decisiones, Estados Unidos alegó un supuesto "ataque sónico" que sufrieron 21 miembros del cuerpo diplomático estadounidense desde finales de 2016.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba ha rechazado cualquier responsabilidad del Ejecutivo en las acusaciones de EEUU.
"Recordemos que Trump, para lograr el voto
anti-castrista de Florida al final de la campaña electoral de 2016,
criticó fuertemente la política de normalización de las relaciones
diplomáticas con Cuba, tan elogiadas en el mundo entero y reclamadas por
toda América Latina y el Caribe", recordó Morgenfeld, investigador del
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
En un acto que se celebró en Miami el pasado 16 de junio "y que
pareció más propio de la época de la guerra fría, el presidente
estadounidense puso un freno en el proceso de deshielo con Cuba iniciado
en 2014 por Obama" describió el argentino, profesor de la Universidad
de Buenos Aires (UBA)."Rodeado de lo más rancio del anticastrismo, desplegó un agresivo discurso paternalista e injerencista", recordó Morgenfeld, autor de 'Vecinos en Conflicto y Relaciones Peligrosas: Argentina y Estados Unidos'. En aquel evento de Miami, el Gobierno tuvo el propósito de "alejar la atención mediática del asunto sobre Rusia, que había alcanzado su clímax por esos días, consolidar la base de apoyo republicana y devolver el favor electoral de los cubanoamericanos de Florida".
"Hoy dio un paso más en esa agresiva política exterior, que en la región sufren también especialmente México y Venezuela", sostuvo el investigador.
Lea más: Cuba reafirma en EEUU cumplimiento de protección de diplomáticos
Al reflexionar sobre lo sucedido, Morgenfeld reinvidicó la necesidad de que "nuestra América reaccione ante el militarismo, unilaterialismo y xenofobia que caracterizan la forma en la cual Trump se vincula con el resto de los países".
"Retroceder en la política de distensión con
Cuba es anacrónico y va a profundizar el enorme rechazo que genera el
magnate neoyorquino en toda la región", concluyó.
Tras casi 56 años de hostilidades y retórica belicista por parte de
Estados Unidos, la normalización de la relaciones entre Cuba y ese país
comenzó a asentar sus bases en diciembre de 2014, con la decisión de
reabrir sus respectivas embajadas en Washington y La Habana.
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