El mandatario estadounidense se opone rotundamente a que Estados Unidos permanezca en el Acuerdo.
Telesur
EE.UU.
es el segundo país más contaminante del mundo, por lo cual su salida
del Acuerdo de París implica mayores niveles de calentamiento de la
Tierra, se acelerará el deshielo en los polos e incrementará el nivel
del mar.
El presidente de
Estados Unidos, Donald Trump, anunció este jueves que su país se retira
del Acuerdo de París sobre el cambio climático, cuyo objetivo es
El Acuerdo de París
fue firmado en 2015 y fue suscrito por 147 Estados durante el mandato
del presidente estadounidense Barack Obama. El texto propuso como meta
que para 2025 Estados Unidos reduzca las emisiones de gases de efecto
invernadero entre un 26 y un 28 por ciento con respecto a los niveles de
2005. El acuerdo fue aceptado por todos los países del mundo, menos
Siria y Nicaragua.
La salida del país norteamericano del pacto global plantea un nuevo
panorama para el mundo en la lucha contra el cambio climático.
Posibles escenarios para Estados Unidos
Ante el anuncio del
retiro de EE.UU. del acuerdo, puede darse el caso de que alguna
organización, estado o ciudadano en Estados Unidos introdujera un
recurso en contra y los jueces podrían paralizar su orden ejecutiva.
Esta opción "es más
que probable en un país en el que el 70 por ciento de los ciudadanos
quiere que Estados Unidos permanezca en el Acuerdo, y en términos
judiciales ya tiene precedentes en sus órdenes en materia de
inmigración", afirmó Manuel Pulgar, portavoz de cambio climático de la
organización WWF Internacional.
Sin embargo, la
salida del pacto no sería inmediata, ya que el predecesor de Trump y uno
de los mayores artífices del Acuerdo de París, Barack Obama, se ocupó
de que fuera incluido un artículo en el Acuerdo, el cual indica que un
país solo podrá solicitar su salida del mismo tres años después de su
entrada en vigor.
Es decir, que la
petición sería aprobada el 4 de noviembre de 2019. Asimismo, deberá
esperar un año para que surta efecto, por lo que Estados Unidos no
tendrá más remedio que seguir perteneciendo al pacto global hasta el 4
de noviembre de 2020.
La opción más rápida para Trump, según advierten varios analistas, es
salirse de la Convención de Cambio Climático de las Naciones Unidas.
Dejar la convención significa perderse por un año de la toma de
decisiones tomadas en el foro y se perdería asuntos paralelos al tema
medioambiental.
Para la portavoz de
cambio climático del Instituto Elcano, Lara Lázaro, "esta medida
implica acabar con decenas de acuerdos bilaterales, relacionados con la
transición hacia un mundo bajo en carbono, y cedería influencia
estratégica a otras potencias que están esperando a asumir el liderazgo
en la materia, como es el caso de China, India y la Unión Europea (UE)".
En este sentido, un
conjunto de expertos consideran que Estados Unidos "no tiene
absolutamente nada que ganar y sí mucho que perder" si sale del Acuerdo
de París.
Así lo manifestó la
directora del Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones
Internacionales, Teresa Ribera, quien indicó que la nación
norteamericana "se estaría sumiendo en el aislacionismo, frente al
multilateralismo existente desde la segunda Guerra Mundial".
Impacto para el resto del mundo
En el panorama
internacional, son muchas las voces que se han sumado en contra de
la decisión tomada por Trump. Organizaciones, jefes de Estados y
múltiples personalidades valoran la decisión como errónea.
El hecho de que el
segundo país más contaminante del mundo salga del acuerdo, implica que
al no reducirse las emisiones tóxicas, la Tierra puede sufrir mayores
niveles de calentamiento y con el aumento de las temperaturas medias, se
acelerará el deshielo en los polos e incrementará el nivel del mar.
Igualmente, los economistas también advirtieron que el cambio
climático podría tener "graves consecuencias" en la economía global. Las
sequías y la escasez de agua podrían debilitar el crecimiento. El
aumento del nivel de los mares podría inundar ciudades y tierras
agrícolas ubicadas en tierras bajas.
Según un informe de
2015 de Marshall Burke, de la Universidad de Stanford, y Sol Hsiang y
Ted Miguel, de la Universidad de California en Berkeley, el cambio
climático podría reducir 20 por ciento la producción económica mundial
para 2100, cinco veces más que las proyecciones previas.
"El cambio climático global es una amenaza para la economía", aseguró
Mark Zandi, economista en jefe en Moody’s Analytics, al tiempo que
señaló que "todo lo que hagamos que funcione para reducir el
calentamiento global es positivo para la economía (...) todo lo que
retrase la lucha contra el cambio climático es negativo".
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