La cita de Mauricio Macri con Donald Trump y el temor a que surjan los temas incómodos
El
argentino se puso como objetivo ir a Washington apenas lo invitara el
estadounidense. El próximo jueves 27 a las 11.30, será el encuentro en
la Casa Blanca que culminará con un almuerzo.
Mauricio
Macri se puso como objetivo desde el vamos que debía ir a Washington
apenas lo invitara el presidente Donald Trump, quien lo hizo por
teléfono en febrero pasado. Y llegó la hora: el próximo jueves 27 a las
11.30 Macri y Trump comenzarán su encuentro en la Casa Blanca con una
declaración conjunta, y diez minutos después mantendrán su primera
reunión de trabajo a solas y luego otra ampliada. Después, el almuerzo.
Según
supo Clarín hay temas que inquietan a los hombres del Presidente, de
ahí la extrema discreción y la política de no reclamar por parte de los
funcionarios ante los problemas comerciales que surgieron para la
Argentina al llegar la nueva administración al poder: entre ellos los
riesgos inminentes de que se cierre el mercado del biodiésel para los
productores argentinos, que los limones nacionales sigan sin poder
entrar, que no haya ni una señal para que se reinstaure el sistema de
preferencias comerciales para los argentinos en EE.UU.
Con todo,
más allá de ello, el principal temor aquí es que Trump lo involucre a
Macri, en público o en privado en alguna de sus conflictos y polémicas
internacionales.
Macri está haciendo este viaje a Washington en la
antesala de su visita de Estado a China de mediados de mayo, y aunque
existen algunas cuestiones en las que se desacuerda con Beijing, el
macrismo continuó con los chinos la alianza económica que selló el
kirchnerismo. Trump no cesa de lanzar frases en desafío comercial al
gigante asiático, con el que por debajo de la mesa ahora negocia para
que presione a Norcorea.
El último brindis de Martín Lousteau en la embajada en Washington
Otra
posibilidad que hace temblar a los argentinos es que el republicano
vocifere ante Macri contra los inmigrantes, e invoque el muro que desea
levantar en la frontera de su país con México, cuando la situación es
que Macri construye una fuerte cercanía política y económica al
presidente Enrique Peña Nieto. Trump hizo pasar un momento incómodo a la
jefa del Ejecutivo alemán Angela Merkel, cuando evitó darle la mano, y
ha hecho declaraciones que dejaron en situación complicada a los líderes
del Reino Unido, Australia o agresivas hacia el mexicano.
El
otro tema inquietante es que el estadounidense le pida al argentino
algún tipo de colaboración con su país en la lucha internacional contra
el terrorismo. Se sabe que el radicalismo le ha dejado saber a la
diplomacia argentina que no desea involucrarse ni en misiones de paz en
territorios en estado de guerra.
Con
todo, el ánimo en la Casa Rosada es exultante con esta visita -lo dijo
el propio Macri el fin de semana pasado- porque consideran que posiciona
a la Argentina en lugar de liderazgo. El mismo Trump le dijo a Macri
por teléfono que era su aliado, y hasta ahora, entre los
latinoamericanos, el magnate sólo recibió en la Casa Blanca al peruano
Pedro Pablo Kucsynski. Al momento lo único que se sabe es que Macri se
moverá más cómodo si se critica al régimen de Nicolás Maduro en
Venezuela y si se limitan a prometerse la expansión del comercio
bilateral pese a las trabas que Estados Unidos está poniendo a los
productos argentinos.
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