Trump y el nuevo tablero mundial
Por Leandro Morgenfeld
Notas.org.ar
Los primeros veinte
días de Trump en la Casa Blanca confirman que no va a “amoldarse” a los
parámetros tradicionales de Washington. En su discurso de asunción
ratificó que pretende construir un movimiento -¿nace el trumpismo?- y
que mantendrá su estilo iconoclasta, que si bien le permitió ganar las
elecciones, tensa a límites inéditos el clima político interno.
En sus primeras tres semanas no sólo agudizó las contradicciones en
la sociedad estadounidense -si bien por ahora parece haber disciplinado
al Partido Republicano, se enfrenta con masivas movilizaciones
callejeras, con amplio protagonismo de mujeres y estudiantes, y con la
prensa, la justicia, los demócratas, ambientalistas y organizaciones de
derechos humanos-, sino que también descolocó al mundo entero,
provocando un sinnúmero de roces diplomáticos. ¿Qué vínculo propone
Trump con Rusia, China, Europa, Medio Oriente y América Latina?
Rusia y China
El primer gran cambio es la distensión con Rusia. Mientras durante la
Administración Obama se demonizó a Putin, se movilizó a la OTAN para
cercarlo militarmente, se promovió un golpe en Ucrania en 2014 contra un
mandatario cercano a Moscú y se impulsó la caída del presidente sirio,
Trump propone una relación menos hostil, para combatir juntos al Estado
Islámico. El magnate habló con Putin el sábado 28 de enero e iniciaron
un camino que podría llevar un acuerdo en Siria y a levantar las
sanciones económicas, impuestas en 2014 junto a la Unión Europea. A
pesar de la fuerte resistencia interna -los servicios de inteligencia
acusan a Rusia de haber intervenido en las elecciones estadounidenses-,
es previsible que Trump avance en esa línea. Nombró como secretario de
Estado a Rex Tillerson, ex Exxon Mobil con fluidos vínculos con
Moscú. La duda es cuál es el grado de fragilidad económica rusa
-¿necesita imperiosamente que la Casa Blanca levante las sanciones?- y
si está dispuesta a separarse de Pekín y Teherán.
La aproximación con Moscú es la contracara de la escalada con China.
Trump despotricó durante toda la campaña contra la potencia asiática,
acusándola de manipular su divisa y violar las reglas comerciales.
Prometió aplicar un arancel del 45% a los bienes provenientes de ese
país. Ya como presidente electo, se comunicó por primera vez en casi 40
años con la máxima autoridad de Taiwán y cuestionó la política de “una
sola china” y sus movimientos en islas del Mar de la China Meridional
-lo cual originó una dura respuesta y movimientos militares-.
Trump eleva el tono de la disputa, pero lo que pretende en realidad
es disminuir el creciente déficit comercial con el gigante asiático. Lo
hace con una estrategia distinta a la de Obama, que impulsó el Acuerdo Transpacífico (TPP)
para cercar a China y escribir las nuevas reglas del comercio global.
El límite que enfrenta esta nueva orientación es la enorme imbricación
de ambas economías, las multinacionales que dependen del inmenso mercado
chino y las que aprovechan la baratura de su mano de obra para exportar
desde allí hacia Estados Unidos. Una guerra comercial y monetaria
podría provocar la crisis económica sistémica que muchos temen.
Está claro que China es el único aspirante serio a reemplazar a
Estados Unidos como potencia dominante. Sin embargo, para muchos
analistas, es muy difícil imaginar un enfrentamiento como los que
llevaron a las dos guerras mundiales. Immanuel Wallerstein sostiene que ambos están destinados a ser socios,
a establecer algún tipo de acuerdo como el de Yalta en 1945, pero deben
dirimir quién será el principal y quién el subordinado.
Europa
Trump arremetió contra la Unión Europea (UE), alentó el Brexit,
señaló que la OTAN era obsoleta e instó a sus socios militares a asumir
los costos de ese instrumento militar. El Viejo Continente fue un actor
central, pero subordinado, durante la posguerra fría. El
magnate prefiere la negociación bilateral con cada país, y no con
bloques. No es casual que la mandataria británica, Theresa May, haya
sido la primera que visitó la Casa Blanca en enero pasado.
La UE atraviesa un estancamiento económico y una crisis política que
genera dudas sobre su futuro (las próximas elecciones en Holanda,
Francia y Alemania son cruciales en ese sentido). Las expresiones de
desprecio de Trump, y sus iniciativas xenófobas, despertaron una inusual
animadversión hacia el mandatario (crecen las protestas contra su
visita al Reino Unido, y varios jefes de estado lo criticaron
públicamente). ¿Será ésta la oportunidad para que Europa retome una
senda menos subordinada a Estados Unidos, como supo insinuar en los años
sesenta?
Medio Oriente
Medio Oriente es el escenario en el que más rápida y dramáticamente
veremos cómo se posiciona Trump. El domingo 29 de enero ordenó su primer
bombardeo, en Yemen, donde además de milicianos de Al Qaeda, murieron
civiles, incluidos varios niños. Habrá que ver cómo se resuelve la
tragedia Siria, si hay algún tipo de entendimiento con Rusia, y cómo se
reorganiza el complejo mapa con las potencias regionales: Turquía, Irán,
Israel y Arabia Saudita.
Trump profundizó el vínculo con el ultraconservador Benjamín
Netanyahu, que se sintió respaldado para ampliar las colonias ilegales
en territorio palestino. Además, lanzó una propuesta temeraria:
trasladar la embajada estadounidense desde Tel Aviv a Jerusalén, lo cual
es una peligrosa provocación. Además, Trump fustigó contra el acuerdo
con Irán y en sus primeros días como presidente tanto él como su
Secretario de Defensa multiplicaron las amenazas. Si el magnate cede a
las presiones del gobierno de Israel para confrontar con Teherán, esto
provocaría un reacomodamiento de toda esa estratégica región, de
consecuencias impredecibles.
América Latina
En los discursos de Trump, América Latina es la pura negatividad.
Su hispanofobia se centra en los mexicanos, pero a través de ellos
alude a todos los que viven al sur del Río Bravo. Son los que mandan lo
peor a Estados Unidos, los indocumentados que van a robar el trabajo de
los estadounidenses, los que provocan la inseguridad, los que
supuestamente se benefician de acuerdos de libre comercio como el NAFTA.
Con la amenaza de deportar millones de latinos, ampliar el muro en la
frontera con México, cobrar impuestos a las remesas y renegociar para
equilibrar el comercio con su vecino del sur, Trump provocó una crisis
económica y política que hace tambalear al neoliberal Peña Nieto. Pero
también amenaza con revertir la distensión con Cuba y con una política
aún más agresiva contra Venezuela.
Los gobiernos derechistas están desorientados ya que apostaban, si
ganaba Hillary Clinton, a profundizar el neoliberalismo a partir de
nuevos Tratados de Libre Comercio. Ahora no saben cómo redireccionar su política exterior
ya que se sienten humillados por el actual ocupante del gobierno
imperial al que históricamente se alinearon, buscaron seducir y tomaron
como faro. Más allá de la declaración de la última cumbre de la CELAC,
por ahora no hay una respuesta regional contundente frente a las
agresiones. Los gobiernos de Macri y Temer, en cambio, insisten en la
vía de los TLC, que están siendo rechazados en los países centrales, y
en enviar señales amistosas hacia Washington.
Con Trump no habrá, como algunos especularon, un repliegue
geopolítico ni militar. Coqueteó en la campaña con postulados
“aislacionistas”, pero está claro que su política se orienta a sostener la hegemonía estadounidense,
intentando quebrar el eje Pekín-Moscú. Así como Kissinger impulsó en
los setenta un acercamiento a China para debilitar a la Unión Soviética,
ahora se haría una jugada similar, pero en sentido inverso. Quiere
evitar, o retardar, el ascenso irrefrenable del gigante asiático. La
llegada de Trump a la Casa Blanca agudiza una serie de contradicciones
que ya existían y augura una aceleración en los procesos de cambio del
tablero geopolítico mundial.
@leandromorgen
* Profesor UBA. Investigador Adjunto del CONICET. Co-Coordinador
del Grupo CLACSO “Estudios sobre EEUU”. Autor de Vecinos en conflicto.
Argentina y Estados Unidos en las conferencias panamericanas; de
Relaciones peligrosas. Argentina y Estados Unidos y del blog www.vecinosenconflicto.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario