martes, 24 de enero de 2017

EEUU-Argentina: la relación bilateral se está volviendo ácida. Sin limones, y con riesgos para otras exportaciones




LIMO NADA
 
Quedó descolocada la política aperturista de Macri: en su primer día de gobierno, Trump volteó la autorización a la entrada de limones argentinos a EE.UU., festejada hace menos de un mes como un gran éxito por el Presidente

Estados Unidos suspendió la medida que permitía el ingreso de limones argentinos a su mercado
 
Trump salió a cantarle “me matan limón” a Macri
 
El Gobierno había festejado que la administración de Barack Obama había autorizado la compra de limones argentinos. Una de las primeras medidas proteccionistas de Trump fue dar marcha atrás descolocando la política aperturista de Macri.
 
Dentro de un amplio paquete de medidas proteccionistas que firmó el presidente Donald Trump se encuentra la suspensión de la importación de  limones desde la Argentina por sesenta días. Esa medida proteccionista fue informada por el Departamento de Agricultura. Las autoridades sanitarias estadounidense habían autorizado el mes pasado la compra de limones argentinos, tras más de quince años de negociaciones. “El proteccionismo exagerado no es bueno para el crecimiento global. Si Estados Unidos aplica un proteccionismo más marcado que al actual, no será bueno no sólo para la Argentina sino también para el mundo”, reaccionó, como novia despechada, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Su par de Agricultura, Ricardo Buryaile, quien había anticipado el fin de semana que nada cambiaría respecto del acuerdo limonero con la llegada de Trump, buscó minimizar el efecto y sostuvo que “se va a trabajar desde Cancillería, el Servicio Sanitario y el embajador en Washington”. “Vamos a seguir los canales diplomáticos normales y tenemos la confianza de que vamos a llegar a buen puerto”, agregó. El gobierno nacional había celebrado que las autoridades sanitarias estadounidenses en las últimas semanas del gobierno de Barack Obama habían autorizado la entrada de limones. La Argentina es uno de los principales productores y exportadores mundiales de ese cítrico, pero Estados Unidos aducía cuestiones sanitarias para frenar su entrada. Desde 2008, el país busca abrir ese mercado. El lobby de los productores del Estado de California había logrado bloquear el ingreso.
Como se mencionó al comienzo, Macri había destacado la reapertura de esa plaza en un acto en Tucumán, principal provincia productora de limones de la Argentina, en diciembre pasado. Este fin de semana, el ministro de Agricultura había descartado problemas por la asunción de Trump. “Nada de eso va a suceder porque se han cumplido los pasos sanitarios y políticos”, anticipó Buryaile.
El primer embarque hacia Estados Unidos estaba previsto para mañana. Los productores citrícolas de Tucumán tenían preparadas unas 10.000 hectáreas para iniciar las exportaciones con un programa de unos tres años, con un progresivo aumento de las ventas hacia la costa este, a través de los puertos de Baltimore y Nueva York. El objetivo era lograr el envío de 20.000 toneladas en el transcurso de este año, una cantidad que no afectara a otros proveedores y previniendo de ese modo nuevas trabas. La decisión generó incertidumbre entre productores tucumanos. El presidente de la Asociación del Citrus de esa provincia, Roberto Sánchez Loria, consideró que la medida “es bastante sorpresiva e insólita”. “Supongo que un país como Estados Unidos tiene que cumplir los acuerdos, y si no deberá dar la razón por la cual no cumple”, agregó. Jorge Neme, secretario de Relaciones Internacionales de Tucumán, consideró que se trata de una medida transitoria de “uso y costumbre” de todas las administraciones, que revisan siempre lo que dejaron sus antecesores.
El presidente de la Federación Argentina de Citrus, José Carbonell, afirmó que si el gobierno estadounidense no vuelve a autorizar el ingreso de limones tucumanos sería un golpe para el sector que invirtió mucho tiempo, esfuerzo y dinero para reactivar esas ventas. El país exportó jugo de limón a Estados Unidos por 57 millones de dólares, un 12,6 por ciento del total de 455 millones que vendió al exterior (por jugo y limones) en los primeros once meses del año pasado. El ingreso del jugo procesado no estaba prohibido. La expectativa era sumarle 20 millones adicionales por la fruta. “La noticia nos cayó mal. No tenemos otra manera de recibirla porque teníamos una fuerte expectativa de poder retomar las exportaciones de frutas frescas a ese mercado”, se quejó Carbonell.
 
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Opinión
Chau TPP, ¿hola Mercosur?
 
El momento llegó: Donald Trump le puso fin a la participación de EEUU en el Acuerdo Transpacífico TPP, que su propio país capitaneaba. Fue a través de un decreto ejecutivo que empalma con su discurso proteccionista durante su asunción, días atrás. Cumple así una de sus principales promesas de campaña en el plano de la política exterior.
La noticia tiene varias implicancias en concreto. En primer lugar, muestra que la estrategia anti China desplegada por la anterior administración norteamericana no ha dado sus frutos. El TPP, acuerdo cuyo objetivo principal que Beijing no dictamine las normas del comercio internacional, tal como el propio Obama había afirmado, no existe más. China y los emergentes, aún creciendo por debajo de lo que lo hacían años atrás, siguen moviendo la economía internacional –que no logra aún remontar la crisis iniciada en 2008 en los países desarrollados–.
Es probable que Xi Jinping esté notoriamente satisfecho con la noticia, que se da en la semana posterior a su participación en el Foro Económico de Davos, donde el dirigente del Partido Comunista Chino acaparó todas las miradas, por ser su primera vez allí. ¿Estamos asistiendo a un cambio del “hegemón” ante nuestros propios ojos, visto y considerando el nuevo escenario global que aquí describimos? Todo parece indicar que sí, aunque esto implicará resistencias parciales de EE.UU., que buscará una nueva estrategia de inserción internacional.
Por otro lado, para América latina abre un marco de incertidumbre creciente sobre la posible sobrevida de instancias como la Alianza del Pacífico (AP), que dependían del contexto librecambista impulsado por EE.UU. El amesetamiento de instancias como Unasur y Mercosur deberá ser revisado a la luz del nuevo contexto, que debería fortalecer a estas herramientas integracionistas en un mundo que necesariamente deberá pensarse en torno a bloques en el corto y mediano plazo.
Asimismo, la noticia muestra los límites del giro hacia la AP que encararon países como Argentina y Brasil durante 2016. Para Macri, quien durante todo el año pasado insistió en los beneficios de sumarse al bloque de países compuesto por México, Colombia, Perú y Chile, la noticia es un sinsabor de dimensiones, que habla de la poca pericia de las RRII del gobierno en curso: se preparó para un mundo que no es tal, movido por la ideología antes que por la cabal comprensión de los procesos en curso.
Los errores en política exterior, a veces menos visibles en términos de la opinión pública de cada país, pueden ser tan costosos como los equívocos en la política doméstica. Todo parece indicar que el giro hacia la AP que encaró la Argentina durante 2016 fue un garrafal error de comprensión del momento histórico. ¿Se animará el gobierno de Macri a intentar fortalecer el Mercosur y la Unasur ante el derrotero del TPP y la AP? ¿Podrá rectificar a tiempo la errática política exterior que ha venido desplegando?

* Politólogo UBA. Investigador CCC.

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Otros negocios, por US$ 400 millones, pendientes de una firma

El país se juega en estos días el ingreso en EE.UU. de productos sin arancel
 
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump , no sólo tiene a los limoneros en un puño. También hay varios productos de la agroindustria que están a la espera del visto bueno del nuevo presidente para poder volver a entrar en los Estados Unidos sin pagar aranceles de importación. Son unos US$ 400 millones, al menos, según estimaciones que manejan en el Ministerio de Producción.
Antes de partir, el gobierno de Barack Obama había abierto las puertas para que la Argentina recuperase un lugar en el sistema general de preferencias (SGP), el régimen que permite a países en vías de desarrollo ingresar en el mercado norteamericano algunos productos sin pagar aranceles de importación.
Hay varios productos de la agroindustria que están a la espera del visto bueno de Trump para poder volver a entrar en los Estados Unidos sin pagar aranceles de importación
Hay varios productos de la agroindustria que están a la espera del visto bueno de Trump para poder volver a entrar en los Estados Unidos sin pagar aranceles de importación.
La Argentina había ya iniciado todo el proceso formal e incluso el 10 de este mes había participado de una audiencia pública convocada por la Oficina de Comercio de los Estados Unidos para respaldar el caso.
Según el cronograma establecido entonces, todas las partes involucradas -y no sólo el gobierno argentino- tienen hasta hoy para presentar los comentarios referidos a la audiencia.
Pero será finalmente la nueva administración de Trump la que le ponga el sello al acuerdo.
En el Gobierno estiman que, hasta que la Argentina fue excluida del SGP, se exportaban a través de este régimen aproximadamente unos US$ 400 millones. La mayoría, explican, eran productos de la agroindustria. "De todas formas, una vez reincorporado el régimen se definen nuevamente los productos", aclaran.
A diferencia de la exportación de limones, cuyo marco legal ya estaba firmado cuando el gobierno de Trump decidió suspenderlo por 60 días, en el caso del SGP el trámite está en curso.
El gobierno norteamericano había suspendido el derecho de la Argentina a los beneficios del SGP en mayo de 2012, en un momento de gran deterioro de las relaciones comerciales y financieras entre ambos países. La administración Obama había citado en ese momento como argumento que el gobierno de Cristina Kirchner no estaba respetando los fallos del tribunal arbitral del Banco Mundial, el Ciadi. La Argentina llegó a tener varias decenas de demandas en el tribunal.

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