"Veremos si Donald Trump le factura a Mauricio Macri el explícito apoyo a Hillary"
Buenos Aires, 19 noviembre (Especial para NA, por Darío Brenman)
Al
presidente Mauricio Macri "no le será tan simple", en materia de "costos
políticos internos", impulsar una nueva relación bilateral con los
Estados Unidos y "alinearse" con el presidente electo Donald Trump,
advirtió un especialista en relaciones internacionales.
Leandro Morgenfeld remarcó, en este sentido, que aún está por verse si
Trump "le factura" a Macri el "explícito apoyo" del gobierno argentino a
la candidatura presidencial de la demócrata Hillary Clinton, que
finalmente perdió frente al postulante republicano el 8 de noviembre
pasado.
"Trump genera rechazo en América Latina, por su discurso y propuestas
xenófobas, así que a Macri no le será tan simple, en palabras de costos
políticos internos, alinearse con el empresario neoyorquino", sostuvo el
especialista en una entrevista con NA, y agregó: "Veremos luego si
Donald le factura a Mauricio el explícito apoyo a Hillary".
Morgenfeld es profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA),
investigador adjunto del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas
y Técnicas (Conicet), co-coordinador del Grupo CLACSO (*) "Estudios
sobre Estados Unidos" y autor de varios libros sobre relaciones
bilaterales con el país norteamericano.
A continuación, un resumen de la charla con la agencia Noticias
Argentinas, en la que también habló de la canciller Susana Malcorra, de
Venezuela, Cuba y México:
DB - ¿En qué medida el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos afecta las relaciones con Argentina?
LM - La victoria del magnate complica los planes de Macri, que apostó
públicamente por la candidata demócrata. No solo porque ya venía
cultivando relaciones de alineamiento con (Barack) Obama, sino porque la
posición pro-acuerdos de libre comercio de (Hillary) Clinton era
convergente con la política exterior que impulsa el actual gobierno
argentino.
Además, Trump genera rechazo en América Latina, por su discurso y
propuestas xenófobas, así que a Macri no le será tan simple, en palabras
de costos políticos internos, alinearse con el empresario neoyorquino.
Veremos luego si Donald le factura a Mauricio el explícito apoyo a
Hillary.
- ¿A su criterio la canciller Malcorra debería o podría renunciar por su diagnóstico electoral desacertado?
- Malcorra acumula críticas de diversos sectores. A su fallida carrera
por la Secretaría General de la ONU, se le suma el bochornoso Acuerdo
con Gran Bretaña y ahora el varias veces explícito apoyo a Clinton. Pero
lo más grave es que el cambio de contexto internacional a partir del
triunfo de Trump echa por la borda con el núcleo de la política exterior
de Cambiemos.
Abren la economía e impulsan tratados de libre comercio cuando hay un
repliegue proteccionista en las potencias. Apuestan al crédito externo
cuando va a tender a encarecerse el acceso al dinero y dan concesiones
para atraer inversiones, cuando los capitales se van a refugiar en los
países centrales ante tanta incertidumbre global.
Es factible que Malcorra deje su cargo si hay renovación de gabinete en diciembre.
- En su segundo mandato, Obama avanzó en sus relaciones diplomáticas
con Cuba, ¿qué puede suceder con esos acuerdos ahora tras el cambio de
gobierno en Estados Unidos?
- Para captar el voto anticastrista de Florida (estado clave para ganar
las elecciones), Trump modificó su posición y criticó duramente la
política de distensión con Cuba, prometiendo que daría marcha atrás. No
creo que haya condiciones para romper las relaciones diplomáticas que
fueron restablecidas el año pasado, pero sí va a hacerse más lento el
levantamiento del bloque económico, financiero y comercial que aplasta a
la isla hace décadas y que repudia el mundo entero.
Lo mismo con la Cárcel de Guantánamo. Obama prometió cerrarla en 2009 y
no lo hizo, aunque disminuyó el número de presos. Trump avala la
tortura, así que no lo veo preocupado por las críticas internacionales a
la violación de los derechos humanos en esa y otras cárceles que tiene
Estados Unidos fuera de su territorio.
- En Colombia existe un proceso de paz con las FARC que tuvo el apoyo
de toda la comunidad internacional. A su criterio, ¿el nuevo gobierno de
Estados Unidos va seguir apoyando esa iniciativa que debe ser
refrendada en diciembre?
- El 12 de noviembre se anunció un nuevo acuerdo. Veremos si Trump
mantiene la línea de Obama, que finalmente aceptó la negociación con las
FARC, o promueve a los halcones del Pentágono y la CIA, cercanos a (el
expresidente colombiano Álvaro) Uribe, que boicoteó el anterior acuerdo.
Es una incógnita qué posición tendrá Trump.
- Venezuela transita un momento crítico, ¿es posible que la nueva
administración norteamericana intervenga militarmente ese país como lo
hizo con Manuel Noriega en Panamá?
- Una intervención abierta en Venezuela generaría una guerra civil de
consecuencias impredecibles. Venezuela no es Panamá. Hay una alta
organización popular que sigue respaldando al presidente chavista
(Nicolás Maduro), más allá de la crisis económica. La mala experiencia
tras la intervención en Libia, Irak y Siria, tan criticadas por Trump,
creo que le harían consideran otras opciones. Además, su política de
distensión con Rusia puede implicar algún tipo de acuerdo con Venezuela,
cuyo gobierno tiene buenas relaciones con (el presidente ruso,
Vladimir) Putin.
- Bolivia y Ecuador son los únicos países de la región que tienen una
postura más independiente, se podría ser. ¿Es posible que se generen
procesos desestabilizadores tanto interno como externo en esos países?
- Estados Unidos nunca deja de operar para debilitar o voltear a los
gobiernos no alienados, ya sean los bolivarianos o también los de Brasil
o Argentina. En cada momento lo hace con distintas tácticas. Van a
seguir promoviendo gobiernos neoliberales y alineados con la agenda de
Washington y tratando de debilitar organismos como la UNASUR y la CELAC,
y a los países del ALBA. Pero Estados Unidos sabe que su injerencia, si
es abierta, genera rechazo y puede ser contraproducente con sus
intereses, como cuando (George W.) Bush apoyó el golpe contra (Hugo)
Chávez en abril de 2002. Por eso las formas de desestabilización son más
complejas y sutiles que las de las décadas de 1960 y 1970.
- La relación entre Estados Unidos y México pasa por un momento
delicado, ¿qué percibe que puede suceder ahora que los republicanos
están en el Poder de la mano de Trump?
- Hay mucha bronca e incertidumbre en México. Si cumple con lo que
prometió en campaña, no solo habrá problemas con los mexicanos, sino con
todos los latinoamericanos. Y los hispanos son 55 millones en Estados
Unidos, con lo cual habrá tensiones sociales crecientes. Con ese tema
están jugando con fuego. En México está resurgiendo un sentimiento anti
imperialista, de rechazo a la xenofobia y a la actitud patoteril de
Trump.
(*) - CLACSO es el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.
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