Por Jaime Estay
América Latina en movimiento (ALAI)
En las décadas recientes, se ha acentuado la tendencia a negociar
acuerdos entre grupos de países y, de esas negociaciones, las más
significativas, por la magnitud económica y peso político de los
participantes, son las referidas al Acuerdo Transatlántico para el
Comercio y la Inversión (TTIP por sus siglas en inglés, negociado entre
EE.UU. y la Unión Europea) el Acuerdo Transpacífico de Cooperación
Económica (TPP, con participación de 12 países, tres de ellos de América
Latina1 ), y el Acuerdo sobre el comercio de servicios (TISA, con
participación de 50 países, siete de ellos de Amé- rica Latina2 ), que
se conocen como “mega acuerdos”, en todos los cuales la negociación ha
sido secreta.
Si
bien esos tres acuerdos están en distintas etapas de negociación o
puesta en marcha, involucran a diversos países y se refieren
principalmente, en dos casos, al comercio de bienes y, en el tercero, al
comercio de servicios, todos ellos tiene en común, por una parte, que
constituyen estrategias alternativas ante el deterioro de las
negociaciones en la Organización Mundial de Comercio y, por la otra, que
implican grados importantes de avance en los procesos de desregulación
de la economía internacional y en el despliegue global de los grandes
capitales, los cuales, a través de esos acuerdos y con el apoyo de sus
gobiernos, están buscando las mejores condiciones para penetrar sin
restricciones en las distintas economías. A ello se agrega, por parte de
Estados Unidos –eje de los tres acuerdos–, el intento de contrarrestar,
al menos parcialmente, el avance regional y global que la economía
china ha venido logrando desde hace ya algunas décadas.
- Leer completo ACÁ -
No hay comentarios:
Publicar un comentario