Cri.es
(Entrevista de Xinhua News)
El próximo gobierno de Estados Unidos no mejorará la relación con América Latina, independientemente del resultado que arrojen las elecciones en el país norteamericano, advirtió este martes el analista argentino en temas internacionales Leandro Morgenfeld.
En una entrevista con Xinhua, el doctor en Historia y profesor de la Universidad de Buenos Aires se refirió a la elección del 8 de noviembre próximo, en la que los votantes estadounidenses acudirán a las urnas para elegir al sucesor del presidente Barack Obama. Los principales candidatos son la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump.
"Desde la posguerra, existe un cierto consenso bipartidista en materia de política exterior, más allá de las diferencias y matices entre cada presidente. Ni Trump ni Clinton van a modificar la estrategia de atacar a los países que no siguen los mandatos de Washington. Ambos van a intentar fomentar la fragmentación regional y evitar que un mundo más multipolar los desafíe en lo que consideran como su área de influencia exclusiva", enfatizó Morgenfeld al considerar el tipo de relación entre Estados Unidos y América Latina con quien suceda a Obama.
Para el coordinador del grupo de trabajo "Estudios sobre Estados Unidos" del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), "Trump provocaría un sentimiento mayor de rechazo, dada su retórica xenófoba y anti-latina. Clinton implicaría más continuidad con respecto a Obama, pero con mayor agresividad hacia los gobiernos que no se plieguen a la agenda de Washington (es más próxima al complejo militar-industrial). Si bien ahora en campaña dice oponerse al Acuerdo Transpacífico (TPP), fue ella quien impulsó las negociaciones del mismo cuando fue Secretaria de Estado. Creo que intentará que sea ratificado por el congreso de su país, si Obama no lo logra antes de irse, lo cual provocará resistencias en la región, como ocurrió con el ALCA en 2005".
Consultado sobre por qué Estados Unidos mantiene una relación distinta con América Latina respecto de la que tiene con otro país del continente, tal como es Canadá, que se percibe como más cercano y aliado, el experto explicó que "hay parte de la élite estadounidense que tiene una visión paternalista sobre la región. Eso esconde la idea de que son un 'pueblo elegido' y una arraigada xenofobia, que encuentra eco en las propuestas retrógradas de Trump. Canadá es visto como un país más 'europeo', con tradiciones anglosajonas compartidas. Las economías de Estados Unidos y Canadá están mucho más imbricadas, y no existe una asimetría estructural tan grande como la que hay con los demás países de América Latina y el Caribe".
Al considerar qué cabe esperar para países que recientemente han girado a la derecha, como Argentina o Brasil, de su relación próxima con Estados Unidos, el experto del país sudamericano sostuvo que "si gana Hillary, que hasta ahora es lo más probable, se van a reforzar los gestos amistosos hacia países alineados, que siguen la agenda de Washington. La llegada al poder del presidente argentino Mauricio Macri fue muy funcional a la recomposición del dominio estadounidense en América Latina, después de una década de muchos desafíos a su histórica hegemonía".
En igual sentido, dijo que "algo similar puede decirse de Michel Temer. Luego del golpe parlamentario contra Dilma Rousseff, se está operando un fuerte ajuste económico y social y Brasil está dando señales a los mercados y a Wasihngton. Se abandonó la política exterior que buscaba ampliar la autonomía a partir de profundizar la coordinación política y la integración latinoamericana".
El analista argentino también abordó la cuestión de qué pueden esperar países que han mantenido su distancia de Washington en la región, como Venezuela, Bolivia, Ecuador o Nicaragua.
"Tanto Trump como Clinton van a tener, hacia los países bolivarianos, una política más agresiva que la de Obama. Intentarán aprovechar la crisis económica que afecta a la región para voltear al gobierno de Nicolás Maduro (en Venezuela) y aislar a cualquiera que pretenda desplegar una relación no subordinada con Estados Unidos", planteó.
Así, remarcó, "intentarán que la UNASUR y la CELAC pierdan relevancia, para reposicionar a la OEA. Estados Unidos necesita volver a dominar a la región, si pretende seguir siendo la primera potencia mundial. El desafío, para los países de la región, es no aplicar recetas que ya fracasaron en el pasado".
En opinión de Morgenfeld, "la fragmentación regional debilita la posición de cada país y profundiza la dependencia. No tengo esperanzas en que un gobierno de Clinton o de Trump vayan a mejorar las relaciones con América Latina", afirmó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario