Trump siembra dudas sobre su plan para deportar a indocumentados
El republicano dice que no ha cambiado de posición pero ya no repite sus promesas más controvertidas
¿Ha cambiado Donald Trump su dura postura frente a la
inmigración ilegal? El candidato presidencial republicano asegura que
no. Sus máximos allegados también lo niegan. Pero a la par, plantean
algunas dudas sobre algunas de sus propuestas más polémicas. De cara a
su discurso sobre política migratoria que debe pronunciar este jueves en
Colorado, Trump vuelve a jugar una vez más al gato y al ratón, algo en
lo que ya tiene buena práctica.
Trump lanzó su candidatura a la presidencia clamando contra los “criminales” migrantes
que cruzaban la frontera de forma ilegal y llegó a prometer que
deportaría a los 11 millones de indocumentados que viven en el país,
creando incluso una “fuerza deportadora” para “devolver al país de donde
vinieron” a los que se encuentren sin papeles en Estados Unidos.
Además, ha puesto sobre escrito su intención de acabar con el derecho a
la ciudadanía por nacimiento —que considera “el mayor imán para la
inmigración ilegal”— y ha prometido construir un muro en la frontera con México, país al que dice que le enviará la factura.
Sin embargo, en los últimos meses solo este último
punto, la construcción del muro, ha sido reiterado sin ambages por el ya
candidato oficial del Partido Republicano a la Casa Blanca. En junio,
en una entrevista a la agencia Bloomberg
desde su campo de golf en Escocia, Trump dio ya un aparente paso atrás
en otra de sus propuestas clave, al decir que “no llamaría deportación
masiva” a sus planes migratorios y asegurar que sus políticas en esta
área tendrán “corazón”.
Las dudas resurgieron a raíz de una reunión este fin
de semana de Trump con su nuevo “consejo asesor hispano” en Nueva York.
Medios como Buzzfeed
y Univision dijeron, citando a participantes en la reunión, que Trump
se manifestó dispuesto a tratar la cuestión de la inmigración de manera
“humana y eficiente”, hasta el punto de dar a entender su disposición a
abrirle una puerta a alguna forma de legalización de los indocumentados
ya asentados en el país.
Sus principales portavoces y asesores negaron
rápidamente este extremo. “Trump no ha dicho nada que no haya dicho
muchas veces antes, incluso en su discurso durante la convención, acerca
de implementar las leyes, respetar la Constitución, comportarse de
manera justa y humana a la par que se prioriza sin embargo a los
trabajadores estadounidenses”, replicó el portavoz del republicano
Steven Cheung.
“No he cambiado”, aseguró el propio Trump este lunes
en la cadena Fox News. Sin embargo, añadió algo más: “Queremos crear un
proceso justo pero firme. Justo pero firme”, insistió. Aunque no dio más
detalles, ya esta formulación suena menos dura que sus declaraciones de
los últimos meses, sobre todo frente al durísimo tono utilizado durante
los primeros meses de campaña de primarias, en 2015.
Así lo destacó un reportero de Fox al adelantar la
noticia del discurso del jueves, al indicar que “hay señales de que
(Trump) está echándose un poquito para atrás”. Entre otros, citó a su
nueva gerente de campaña, Kellyanne Conway,
quien el domingo dijo en CNN que la postura de Trump sobre la creación
de una “fuerza deportadora” está “por determinar”. Y el senador
republicano por Alabama Jeff Sessions, uno de los más duros en materia
migratoria en el Congreso y asesor de Trump, reconoció en la emisora CBS
que el candidato está “debatiéndose” con la cuestión de qué hacer con
los 11 millones de indocumentados que ya viven en el país, aunque afirmó
que no ha cambiado por el momento su postura.
Tras este aparente cambio de tono podría encontrarse
un intento de Trump, que la semana pasada volvió a remodelar su equipo
de campaña, por atraer de nuevo para sí a algunos de los votantes
republicanos más moderados que se sienten alienados por su dura retórica
antiinmigratoria.
“Cualquier posible cambio de tono sobre migración o
latinos iría destinado no tanto a lograr avances entre los votantes
latinos como hacerse más atractivo ante los votantes blancos indecisos
que se sienten asqueados ante un candidato que basa su campaña en un
racismo e intolerancia explícito”, afirmó al respecto Frank Sharry,
director de la organización proinmigración America’s Voice.
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