La demora del acuerdo Transpacífico pone a prueba la influencia de EE.UU. en Asia
El gobierno de Obama ha presentado el pacto como un contrapeso al ascenso de China.
Durante años, los funcionarios estadounidenses han presentado el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) entre 12 países como una pieza central del reacomodamiento de recursos militares y de otro tipo de EE.UU. en Asia. Pero con la creciente oposición, tanto de derecha como de izquierda, las probabilidades de que este tratado sea ratificado por el Congreso parecen sombrías.
El fracaso en este punto, según los expertos, podría mellar la credibilidad del país en todos los frentes, desde el comercio a su compromiso con una región cuya seguridad ha sido apuntalada por Washington desde la Segunda Guerra Mundial.
“Por la sencilla razón de que EE.UU. invertido tanto en él, el acuerdo ha adquirido una especie de valor totalizador que va mucho más allá de sus méritos económicos”, dijo Euan Graham, ex funcionario de cancillería del Reino Unido que estudia la seguridad regional en el Instituto Lowy de Política Internacional, en Sídney. “Dejar a los socios asiáticos en el aire sería desastroso para el liderazgo EE.UU. en la región”.
La administración aún tiene esperanzas en la aprobación del TPP. “Estamos a un voto de cimentar nuestro liderazgo en la región o de entregar las llaves del castillo a China”, dijo Mike Froman, el representante comercial de EE.UU.
Pero ese argumento no ha ayudado a solidificar el respaldo en el Congreso, donde la mayoría de los demócratas se opone al acuerdo y los legisladores republicanos que por años han defendido el TPP y otros acuerdos comerciales han dejado de apoyarlo. Los dos principales candidatos presidenciales también han atacado el acuerdo.
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