Las 5 razones por las que Michael Moore cree que va a ganar Trump
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[leer acá el ensayo original de Michael Moore]
“Lamento ser el portador de malas noticias, pero ya se los anticipé cuando dije que Donald Trump sería el candidato republicano a la presidencia”, comienza Moore y afirma que el multimillonario “va a ganar en noviembre”. “Este desgraciado, ignorante y peligroso payaso a tiempo parcial y sociópata tiempo completo va a ser nuestro próximo presidente”, asegura.
“Nunca en mi vida he querido tanto estar equivocado como ahora”, dice el realizador de Bowling for Columbine y Fahrenheit 9/11 y suma que “si creen que Hillary Clinton va a vencer a Trump con hechos, inteligencia y lógica, entonces, obviamente, no estuvieron prestando atención a las 56 primarias y asambleas del año pasado donde 16 candidatos republicanos lo estuvieron intentando hasta constatar que nada podía detener este juggernaut“. La expresión hace referencia al dios Krisna, de la religión hinduista, de fuerza irrefrenable y despiadada que en su avance aplasta o destruye todo lo que se interponga en su camino.
“No me malinterpreten”, pide Moore, “tengo una gran esperanza en el país en que vivo. Las cosas están mejor”. “La izquierda ha ganado batallas culturales. Los homosexuales pueden casarse. La mayoría de los estadounidenses asumen una posición liberal en casi todos los temas: Igualdad de retribución para las mujeres, aborto legal, leyes ambientales más fuertes, más control de armas, legalización de la marihuana”, enumera. “Un gran cambio ha tenido lugar (un socialista que ganó en 22 estados este año). Y no tengo dudas de que si la gente pudiera votar desde su sofá en casa a través de su X-Box o PlayStation, Hillary ganaría tranquila”, ironiza.
“Pero no es así como funciona la cosa en Estados Unidos”, aclara el cineasta, conocido por su posición crítica respecto del establishment en su país: “La gente tiene que salir de la casa y ponerse en fila para votar. Y si vives en un barrio pobre, de negros o hispanos, no sólo habrá una cola de votación más larga sino que se está haciendo de todo para evitar que votes. Por eso en la mayoría de las elecciones es difícil llegar al 50% de asistencia”. “Ahí radica el problema para noviembre”, afirma y se pregunta “¿quién va a tener a los electores más motivados para votar? ¿Quién es el candidato con los partidarios más rabiosos?”
De acuerdo a Moore, las razones por las que Trump se impondrá electoralmente se pueden resumir en estos cinco puntos, que reproducimos resumidos:
1- Matemáticas del Medio Oeste, o bienvenidos a nuestro Brexit
Creo que Trump va a centrar gran parte de su atención en los cuatro estados azules (demócratas) del cinturón sobre los Grandes Lagos: Michigan, Ohio, Pennsylvania y Wisconsin. Cuatro estados tradicionalmente demócratas que desde 2010 han elegido gobernadores republicanos. Trump aventaja a Hillary en las últimas encuestas en Pennsylvania y está empatado en Ohio. ¿Cómo puede estar tan cerca después de todo lo Trump ha dicho y hecho? Bueno, tal vez porque ha dicho (correctamente) que el apoyo de los Clinton a los Tratados de Libre Comercio (TLC) ayudó a destruir a los estados industriales del alto Medio Oeste.
De Green Bay a Pittsburgh podemos ver las chimeneas derruidas junto al cadáver de lo solíamos llamar clase media. Millones enojados, mal empleados o desocupados, para quienes ha naufragado el sueño americano, van a creer que esta es su oportunidad. ¡El Forastero, Donald Trump, ha llegado para limpiar la casa! ¡Usted no tiene que estar de acuerdo con él! ¡Ni siquiera tiene que gustarle! Él es su bomba Molotov personal para tirársela a los hijos de puta que le hicieron esto!
Y aquí es donde las matemáticas entran en acción. En 2012, Mitt Romney perdió por 64 votos electorales. Sumen los votos electorales emitidos por Michigan, Ohio, Pennsylvania y Wisconsin. Da 64. Todo lo que Trump tiene que hacer es ganar la franja de estados tradicionalmente rojos (republicanos) y luego sólo necesita de estos cuatro estados. No necesita de Florida, Colorado o Virginia. Sólo Michigan, Ohio, Pennsylvania y Wisconsin.
2- El momento crucial para el hombre blanco enojado
Nuestra historia presidencial masculina de 240 años está por llegar a su fin. ¡Una mujer está a punto de tomar el poder! ¡¿Cómo pudo pasar esto?! Hubo señales, pero las ignoramos. Nixon, un traidor de género, imponiendo la regla de que las niñas en la escuela deben tener la misma oportunidad de practicar deportes. Luego se las deja volar aviones comerciales y antes de que nos demos cuenta está Beyoncé en el Super Bowl (¡nuestro juego!) con un ejército de negras con el puño en alto declarando que nuestra dominación se ha terminado.
Esa es una pequeña ojeada en la mente del Hombre blanco amenazado. Ese monstruo, la “Feminazi” que, como dice Trump, “sangra a través de los ojos o por donde sea”, nos ha conquistado. Y ahora, después de soportar ocho años que un negro nos diga qué hacer, ¿vamos a tener que soportar que una mujer nos mande durante otros ocho años? ¿Qué vendrá luego? ¿Ocho años de homosexuales en la Casa Blanca? ¿Y luego las personas trans? Se avizora dónde terminará esto. Para entonces se habrán concedido derechos humanos a los animales y un puto hámster va a dirigir el país. ¡Esto tiene que parar!
3- El problema de Hillary
Primero debo decir que en realidad me gusta mucho Hillary y creo que se le ha dado una mala reputación que no merece. Pero su voto a favor de la guerra de Irak me hizo prometer que nunca la votaría de nuevo. Si bien hasta la fecha no he roto esa promesa, lo haré para impedir que un proto-fascista se convierta en nuestro Comandante en Jefe. Aunque creo que Clinton encontrará la manera de meternos en algún tipo de acción militar. Ella es un halcón, a la derecha de Obama. Pero peor es imaginar el dedo psicópata de Trump en el botón.
Seamos realistas: nuestro mayor problema aquí no es Trump, sino Hillary. Ella es enormemente impopular (casi el 70% de todos los votantes cree que es poco fiable y deshonesta) y representa a la vieja manera de hacer política. Por eso primero se opone a que los homosexuales se casen y luego oficia un matrimonio gay. Las mujeres jóvenes se encuentran entre sus mayores detractoras, no le gusta a los niños y los millennial no la votan. Ningún demócrata, y menos un independiente, se despertará excitado el 8 de noviembre para ir a votarla, como sucedió con Obama o con la votación primaria a Bernie Sanders.
4- El votante deprimido de Sanders
Basta de preocuparse porque los seguidores de Bernie no voten por Clinton: todos vamos a hacerlo. La alarma debería sonar porque ese voto a regañadientes por Hillary es un “voto deprimido”, lo que implica que no arrastra a otras cinco personas a votar ni va a ofrecerse para hacer trabajo voluntario. Es que cuando uno es joven tiene tolerancia cero para los farsantes. Hillary Clinton tendría que haber hecho algo para convencerlos y la elección de un moderado hombre blanco de centro como compañero de fórmula no ha sido precisamente una jugada vanguardista. Tener dos mujeres en la boleta hubiera sido interesante, pero Hillary se asustó.
5- El efecto Jesse Ventura
Por último, no hay que descartar la capacidad maliciosa del estar a solas en la cabina de votación. Es uno de los pocos lugares que quedan sin cámaras, micrófonos, cónyuges, hijos, jefes o policías. Nadie puede obligarte a hacer nada. Y debido a eso y a la ira que muchos tienen hacia un sistema político quebrado, millones van a votar a favor de Trump. No porque estén de acuerdo con él, con su intolerancia o su ego, sino sólo porque pueden hacerlo.
¿Recuerdan que en los ’90 el pueblo de Minnesota eligió a un luchador profesional como gobernador? No lo hicieron por estúpidos o porque pensaban que Jesse Ventura era un estadista. Lo hicieron simplemente porque podían hacerlo. Votar por Ventura era su versión de una buena broma para un sistema político enfermo. Eso va a suceder de nuevo con Trump.
Esta semana un hombre me detuvo y me dijo: “Mike, hay que votar a favor de Trump. Las cosas tienen que cambiar”. Eso fue todo. Eso era suficiente para él. “Cambiar las cosas”. Elegir como presidente a Trump sería una forma de hacerlo. Y a una buena parte del electorado le gustaría sentarse en las gradas y ver en directo ese reality show.
Me parece un analisis claro y realista y premonitorio
ResponderEliminarTambién lo creo, imagino que es lo que la gente desea, un cambio drástico sin importar más.
ResponderEliminarLe faltó decir que los gringos son efectivamente racistas y el discurso de Trump va en la línea de lo que muchos gringos piensan en verdad.
ResponderEliminarNo entiendo por que tan discriminador hacia la raza blanca? Que tiene de malo que Hillary tenga un compañero blanco? El hombre blanco enojado? Las mujeres blancas no votaban? Muchos negros votaron a Trump porque ven a los latinos como una amenaza. Michael Moore es un racista endofobo
ResponderEliminarun análisis interesante...
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