El canciller brasileño, José Serra, en Montevideo.
La presidencia de turno de Venezuela provoca una profunda crisis en Mercosur
Macri negocia para que Maduro no lidere el bloque mientras Brasil propone posponer decisión
Buenos Aires
/
Montevideo
Mercosur ha entrado en una profunda crisis. Esta vez el motivo no es el habitual, el estancamiento de más negociaciones con la Unión Europea y otros.
Ahora se trata de algo más de fondo que puede romper el grupo. Varios
países han entrado en disputa por la inminente presidencia de Venezuela,
a la que por turno le tocaría asumir ahora ese papel destacado en medio de una profunda crisis interna
y con denuncias internacionales por la persecución de la oposición. No
hay acuerdo entre los socios y las posiciones se alejan. Argentina y Uruguay parecían en principio dispuestas
a que el régimen de Nicolás Maduro presidiera el grupo siempre que
dejara las negociaciones con la UE en manos de Montevideo, actual
presidente. Venezuela está fuera de esas negociaciones por decisión
propia. Pero Mauricio Macri ha dado un giro sobre la posición de su
canciller, Susana Malcorra, y ahora apuesta abiertamente por impedir que
Venezuela presida Mercosur. Lo dejó claro en su viaje estos días por
Europa. Incluso planteó que sería Argentina la que lo presida, lo que
implicaría una crisis grave con Venezuela. Fuentes cercanas a Macri
señalan que se está negociando con varios países para impedir la
presidencia de Caracas, pero aún no hay nada cerrado. Malcorra estaba en
una posición más suave, que algunos en Argentina atribuyen a su campaña
para ser secretaria general de la ONU, un puesto para el que necesita
los votos de Venezuela y sus satélites. Paraguay tiene la posición más
dura de rechazo frontal a la presidencia de Venezuela que ya solo apoya
abiertamente Uruguay. Brasil y Argentina se han colocado claramente más
cerca de Paraguay aunque el Gobierno interino de Michel Temer busca una
vía intermedia, que consiste en ganar tiempo y posponer la decisión a
agosto. Debía tomarse en julio, en la próxima cumbre del día 12 en
Montevideo, pero la tensión es tan alta que parece difícil.
El ministro interino de Exteriores de Brasil, José Serra,
ha viajado de forma sorpresiva a Montevideo este martes y ha lanzado
esa propuesta intermedia: ha pedido la postergación del traspaso de la
presidencia rotatoria de Mercosur a Venezuela argumentando que al país
caribeño le faltan ciertos requisitos en “materia de normas y temas
cambiarios”. El retraso sería hasta el mes de agosto y previamente se
celebraría una reunión de Mercosur centrada en Venezuela, dijo el
ministro interino.
La petición de Brasil y la posición de Argentina pone en aprietos al Gobierno uruguayo, que había anunciado el traspaso de la presidencia al país de Nicolas Maduro dentro de una semana, el 12 de julio. Por su parte, Paraguay había pedido una reunión para examinar la situación de Venezuela que fue agendada un día antes, el lunes 11 de julio, también en Montevideo y a nivel de ministros de Exteriores.
“Nadie quiere salir el la foto al lado de Maduro”, dice el analista Oliver Stuenkel, professor de relaciones internacionales de la Fundación Getulio Vargas, en Sao Paulo. Aunque la presidencia del Mercosur sea meramente simbólica, el país de Maduro podría convocar una cumbre para mostrar al mundo que Venezuela no está aislada políticamente. “Y esa es una victoria diplomática que nadie en el bloque esta dispuesto a concederle".
“Pedimos a Uruguay más tiempo”, dijo el canciller brasileño después de reunirse en Montevideo por la mañana con el presidente uruguayo Tabaré Vázquez y el ministro de Exteriores Rodolfo Nin Novoa. El ministro de Exteriores de Uruguay había rechazado cualquier medida contraria a Venezuela y este mismo lunes, ante medios locales, había asegurado que en Venezuela no se ha producido “interrupción del orden democrático” y que por ello no existen razones jurídicas para frenar el traspaso de poderes.
El canciller brasileño siempre criticó la participación de Venezuela en el bloque. El país de Caribe es miembro de Mercosur desde junio del 2012 y ya ejerció una presidencia de turno del organismo de julio del 2013 a julio del 2014. Serra también ha defendido que se realice el referendo revocatório de Maduro lo antes posible.
La propuesta de Brasil tensó aun más las relaciones entre Brasilia y Caracas. Mientras Serra estaba en Montevideo, la canciller venezolana Delcy Rodríguez contestó a través de Twitter a su homólogo: "La República Bolivariana de Venezuela rechaza las insolentes y amorales declaraciones del Canciller de facto de Brasil”. La tensión no para de crecer y la cumbre del día 12, que precisamente no se hizo de presidentes para calmar los ánimos, se prevé muy complicada.
La petición de Brasil y la posición de Argentina pone en aprietos al Gobierno uruguayo, que había anunciado el traspaso de la presidencia al país de Nicolas Maduro dentro de una semana, el 12 de julio. Por su parte, Paraguay había pedido una reunión para examinar la situación de Venezuela que fue agendada un día antes, el lunes 11 de julio, también en Montevideo y a nivel de ministros de Exteriores.
“Nadie quiere salir el la foto al lado de Maduro”, dice el analista Oliver Stuenkel, professor de relaciones internacionales de la Fundación Getulio Vargas, en Sao Paulo. Aunque la presidencia del Mercosur sea meramente simbólica, el país de Maduro podría convocar una cumbre para mostrar al mundo que Venezuela no está aislada políticamente. “Y esa es una victoria diplomática que nadie en el bloque esta dispuesto a concederle".
“Pedimos a Uruguay más tiempo”, dijo el canciller brasileño después de reunirse en Montevideo por la mañana con el presidente uruguayo Tabaré Vázquez y el ministro de Exteriores Rodolfo Nin Novoa. El ministro de Exteriores de Uruguay había rechazado cualquier medida contraria a Venezuela y este mismo lunes, ante medios locales, había asegurado que en Venezuela no se ha producido “interrupción del orden democrático” y que por ello no existen razones jurídicas para frenar el traspaso de poderes.
Declaraciones "amorales" de Brasil
Interrogado por los periodistas, Serra evitó pronunciarse sobre la situación política interna de Venezuela y atribuyó su petición exclusivamente a cuestiones burocráticas ligadas a la adhesión del país al conjunto regional. Es improbable que los temas legales y de normas de Venezuela se resuelvan hasta agosto, pero en ese mes Serra espera ser confirmado canciller y tener una posición más fuerte de negociación. "Estoy convencido, no solo yo, toda la clase política en Brasil, que el Senado va aprobar por dos tercios el impeachment definitivo”, dijo Serra, añadiendo que tanto los partidarios del PT como la suspendida presidenta piensan lo mismo. La votación clave esta prevista para después de los Juegos Olímpicos.El canciller brasileño siempre criticó la participación de Venezuela en el bloque. El país de Caribe es miembro de Mercosur desde junio del 2012 y ya ejerció una presidencia de turno del organismo de julio del 2013 a julio del 2014. Serra también ha defendido que se realice el referendo revocatório de Maduro lo antes posible.
La propuesta de Brasil tensó aun más las relaciones entre Brasilia y Caracas. Mientras Serra estaba en Montevideo, la canciller venezolana Delcy Rodríguez contestó a través de Twitter a su homólogo: "La República Bolivariana de Venezuela rechaza las insolentes y amorales declaraciones del Canciller de facto de Brasil”. La tensión no para de crecer y la cumbre del día 12, que precisamente no se hizo de presidentes para calmar los ánimos, se prevé muy complicada.
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Macri promueve un Mercosur en crisis
LA NACION
Mauricio Macri salió a vender por el mundo la integración del Mercosur
con otros bloques regionales. Prometió futuros acuerdos de libre
comercio con la Alianza del Pacífico y con la Unión Europea. Pero la
realidad es más dura de lo que aparentan los deseos y el Mercosur que
pregona el Presidente hoy se encuentra en terapia intensiva y con
pronóstico reservado.
Ayer quedó en suspenso la posibilidad de que Venezuela asuma la presidencia pro témpore del Mercosur
que hoy tiene Uruguay. Las cancillerías de Paraguay, la Argentina y
Brasil pusieron serios reparos en la idea de que el gobierno de Maduro
asuma la presidencia del Mercosur. Sobran fundamentos en estos países
para objetar a Caracas y frenar su representación rotativa en el bloque:
las cancillerías de esos países coinciden en que el gobierno chavista
no sólo no cumplió con las metas comerciales que exige ser parte del
Mercosur sino que también carece de una democracia plena en cuanto a la
defensa de los derechos humanos.Venezuela rechaza estas críticas e insiste. "Tenemos derecho por mandato para tener la presidencia pro témpore del Mercosur. Y todas las críticas que hacen a Venezuela por la supuesta violación de los derechos humanos están muy por afuera de la realidad", dijo a LA NACION el embajador de Maduro en la Argentina, Carlos Martínez.
El canciller de Brasil, José Serra, ayer viajó de urgencia a Montevideo y se reunió con el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, para pedir que se postergue hasta agosto la decisión de darle a Venezuela la presidencia del Mercosur.
Macri dijo desde Alemania que no veía factible que Maduro se haga cargo del bloque y se mostró más proclive a una continuidad de Uruguay en la presidencia pro témpore del Mercosur. Al igual que Paraguay, Macri cree que las negociaciones por un acuerdo de libre comercio del Mercosur con la Unión Europea podrían fracasar con Maduro al frente del bloque.
El debate por la presidencia pro témpore del Mercosur se definirá el lunes próximo en una cumbre de cancilleres en Montevideo que fue convocada por Uruguay ante la imposibilidad de armar una cumbre de presidentes. ¿Acaso alguien se puede imaginar hoy el desastre político que acontecería si Maduro se enfrenta con Macri o con Cartes en una reunión de jefes de Estado del Mercosur?
La situación de crisis que vive Brasil impide que un gobierno interino como el de Michel Temer pueda tomar resoluciones de corto plazo. "Estamos ante una encerrona. Lamentablemente no podemos avanzar en muchos acuerdos hasta que en Brasil se defina la continuidad o no de Dilma Rousseff", se sinceró con malestar ante LA NACION un destacado funcionario de Macri.
Hay más signos de incertidumbre. La eventual negociación por un acuerdo de libre comercio del Mercosur con la Alianza del Pacífico estará trabada hasta tanto no haya una resolución de la crisis de Brasil y Venezuela deje de objetar por su perfil ideológico a ese bloque que integran Chile, Perú, Colombia y México. Se buscan alternativas para salir del paso. Por ejemplo, el canciller de Uruguay Nin Novoa dijo que se podría reformar el reglamento del Mercosur para que haya una mayor flexibilidad de los socios y así negociar unilateralmente acuerdos comerciales con otros bloques.sin necesidad de contar con la aprobación del resto del grupo de forma unánime. "Hay que hacerlo con muchísima cautela porque estamos en una negociación muy importante con la UE y no podemos dar la impresión de que nosotros estamos 'desbandando' el Mercosur", dijo la canciller Susana Malcorra sobre la idea uruguaya.
No opina lo mismo el ex canciller de Lula Da Silva, Celso Amorim quien ayer expresó a Pagina 12 que "flexibilizar el Mercosur significaría terminar con el Mercosur". Y añadió: "el Mercosur no puede ser sólo un área de libre comercio sin significado político".
Precisamente, la crisis de Brasil dejó al desnudo que persisten los problemas de comercio con sus socios del bloque y que la política no logró sortear esos escollos. Por ejemplo, la queja de las autormotrices argentinas por las trabas que imponen los industriales paulistas.
El sueño de un mercado común con peso político y fuerza económica como el que se gestó en 1991 hoy aparece no sólo lejano sino difuso o quebrado. Peor aun: el Mercosur representa más una pesadilla y un obstáculo que frena el desarrollo de otros sueños de integración mayores.
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