El 22 de junio arribará a la Argentina Jill Biden, la esposa del
vicepresidente de los Estados Unidos. Se sumará a la lista de diez
integrantes del Gabinete de Obama que pisaron suelo porteño y que
confirman la estrecha relación que construyó Macri con el país del Norte
en todas las áreas de gestión y negocios.
Tiempo Argentino
Cuando la médica norteamericana Jill Biden pise suelo
argentino, se transformará en la décima personalidad del gobierno de los
Estados Unidos que será recibida por el presidente Mauricio Macri desde
que su par nortamericano Barack Obama protagonizó una visita de Estado
al país, hace dos meses, entre el 23 y el 25 de marzo. Según informó la
Casa Blanca, la esposa del vicepresidente Joe Biden visitará la
Argentina luego del 22 de junio, dentro de una gira prevista que
comenzará el 19 por Nicaragua, seguirá por Perú, hará escala en Buenos
Aires y terminará en Panamá, para regresar a Washington el 27 de este
mes. La sanitarista, y consorte del vice de Obama, será parte una visita
que coronará, en escasos dos meses, una intensa agenda local encabezada
por diez funcionarios de bandera estrellada que llegaron al país en
apretadas y ejecutivas visitas oficiales: la confirmación material de la
estrecha relación que sostiene el nuevo Gobierno Nacional con los
Estados Unidos en sus primeros seis meses de gestión.
Junto a
Obama y su comitiva llegó Roberta Jacobson, secretaria adjunta para
Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado. El paso
porteño de la funcionaria más importante de la Cancillería
norteamericana para el continente fue el primer capítulo de una serie de
visitas que continuaron con la llegada de Penny Pritzker, secretaria de
Comercio, para participar de un "encuentro sobre competitividad y
negocios", además de firmar un acuerdo de "entendimiento" con el
ministro de Producción Francisco Cabrera, una de las más añejas y
estrechas relaciones del PRO con Washington.
La
devolución de gestos sucedió el viernes en Washington. Marcos Peña fue
recibido por la consejera para seguridad nacional Susan Rice.
En
la semana siguiente, del 1 al 4 de abril, la posta quedó en manos de
Deborah Lee James, "secretaria de la Fuerza Aérea". La funcionaria del
Pentágono mantuvo citas "con funcionarios argentinos para conversar
sobre cómo incrementar la cooperación bilateral" en materia militar.
Cuatro días después arribó a Ezeiza el diputado republicano por
Pennsylvani Michael Fitzpatrick al frente de una delegación del Congreso
que "mantuvo reuniones con individuos y organizaciones del gobierno y
el sector privado para profundizar el diálogo bilateral sobre el combate
contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo en la
región". Siete días después, la Casa Rosada recibió a Rose Gottemoeller,
otra funcionaria vinculada a temas de Defensa, pero con el cargo de
subsecretaria de Control de Armas y Seguridad Internacional del
Departamento de Estado. Estuvo entre el 14 y el 15 de abril y se reunió
con la canciller Susana Malcorra, el ministro de Defensa Julio Martínez y
con el premier Marcos Peña. Según explicaron en la embajada
norteamericana en Buenos Aires, vino para "conversar sobre oportunidades
de cooperación a nivel bilateral y global". Siguió viaje hacia
Colombia, Ecuador y Brasil, pero su visita fue la antesala de la llegada
de Maria Contreras-Sweet. La administradora de la Agencia Federal para
el Desarrollo de la Pequeña Empresa pasó por Buenos Aires entre el 26 y
28 de abril y, cuando no había terminado su visita, arribó William
Brownfield, secretario de Estado adjunto para Asuntos Internacionales de
Narcóticos y de Cumplimiento de la Ley, un cargo de estrecha
vinculación con la agencia antidrogas nortamericana DEA. En el raíd
porteño fue recibido por los titulares de la Cancillería, del Ministerio
de Defensa, de la SEDRONAR y también por Peña, con el fin de hablar
sobre "oportunidades de cooperación bilateral en materia de justicia y
seguridad”.
Dos semanas después, entre el 15 y el 18 de mayo,
la ministros de Seguridad, Patricia Bullrich; de Justicia Germán
Garavano, el jefe de la UIF Mariano Federici y el titular de la Corte
Suprema Ricardo Lorenzetti recibieron por separado a Leslie Caldwell,
procuradora General Adjunta de la División Penal del Departamento de
Justicia. Tuvo la misma agenda de temas que Brownfield, es decir, la
"cooperación bilateral en materia de justicia y seguridad".
En
la semana posterior, llegó el subsecretario de Comercio Internacional
Stefan Selig. Del 23 al 25 de mayo tuvo largas reuniones para "eliminar
impedimentos y promover el aumento del comercio bilateral y la inversión
entre ambos países". Diez días después, la Casa Rosada volvió a abrir
sus despachos para otro funcionario del State Dept. Esta vez fue para la
secretaria de Estado adjunta para Asuntos Consulares Michele Thoren
Bond. La mujer dejó Buenos Aires hace tres días, pero su misión fue
trabajar entre el 5 y el 8 de junio para la implementación del nuevo
sistema de visas para ciudadanos argentinos.
Antes del vuelo del
Air Force One con Obama a bordo, también pasaron otros adelantados de
la Casa Blanca, como Nathan Sheets, subsecretario para Asuntos
Internacionales del Departamento del Tesoro, que estuvo el 15 y 16 de
marzo. Entre el 10 y el 12 de febrero también estuvo Charles Rivkin,
secretario adjunto para Asuntos Económicos de la Cancillería
estadounidense. Diez días antes había venido Kristie Kenney, asesora
principal del secretario de Estado John Kerry. El pelotón de visitantes
puede superar los 40 si se tienen en cuenta las dos delegaciones de
diputados que llegaron entre el 6 y el 16 de marzo. Una nueva relación
carnal que, en promedio, implicó la visita de un funcionario
estadounidense cada seis días desde que Macri llegó al poder, sin contar
a la comitiva que acompañó a Obama. La devolución de gestos sucedió
este viernes en Washington, cuando el premier Marcos Peña, y su mano
derecha Fulvio Pompeo fueron recibidos por la consejera para seguridad
nacional Susan Rice y un largo elenco del State Dept. En los encuentros
Macri hizo llegar su deseo de recibir refugiados provenientes de Medio
Oriente en el país. No fue lo único: también hablaron de Venezuela,
Brasil y la flamante incorporación de Argentina a la Alianza para el
Pacífico.
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