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Por Juan Manuel Nievas
BUENOS AIRES, 18 abr (Xinhua) -- La situación política en Brasil representa un paso más en la restauración conservadora en la región, advirtió hoy en entrevista con Xinhua, Leandro Morgenfeld, doctor en Historia y profesor de la Universidad de Buenos Aires.
La víspera por la noche, la Cámara de Diputados de Brasil aprobó por 367 votos a favor y 137 en contra, la admisibilidad de un juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, por irregularidades fiscales en las cuentas públicas.
El caso pasó a manos del Senado, el cual determinará si acepta o no la moción.
Morgenfeld, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), afirmó que "lo ocurrido en Brasil es un golpe, institucional o legislativo, pero golpe al fin, como fue el golpe contra (Fernando) Lugo en 2012 en Paraguay".
El autor de obras que abordan el vínculo entre Estados Unidos y la región, aseguró que el "impeachment" (juicio político) sin crimen de responsabilidad, es un golpe.
"Rousseff no estaba acusada por corrupción, sino por reasignar partidas del presupuesto orientadas al gasto social sin autorización del Congreso, algo que por ejemplo en Argentina es práctica habitual por casi todos los gobiernos, y de 'maquillaje' fiscal", explicó.
El catedrático añadió que "ninguna de esas supuestas faltas implica crimen. Por lo tanto, es un golpe, violando la Constitución y el mandato de los 54 millones que votaron por Rousseff en octubre de 2014".
"En cambio, la mayoría de los diputados que la juzgan, empezando por el presidente de la Cámara, (Eduardo) Cunha, están acusados o procesados por actos de corrupción", expresó.
Morgenfeld dijo que "es una gran hipocresía. En nombre del republicanismo y la democracia, se avanza con golpes de nuevo tipo en América Latina".
Consultado sobre si la situación se puede enmarcar en un intento del neo-conservadurismo de imponer una agenda alineada con Estados Unidos, el entrevistado respondió que sí.
"Es un paso más en la restauración conservadora y en la ofensiva de Estados Unidos por reforzar su hegemonía regional, luego de la derrota del proyecto del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas)", dijo.
"Así como del avance de procesos de coordinación e integración política alternativa, como la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y Alba (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América)", agregó.
Morgenfeld aseguró que el triunfo del presidente Mauricio Macri en Argentina, en noviembre pasado, alentó el avance de la oposición en las elecciones legislativas en Venezuela, impulsó la derrota de Evo Morales en febrero y ahora genera un clima destituyente en Brasil.
"Hecho que se consumó ayer (domingo) con el voto del desprestigiado Congreso (brasileño) contra una presidenta que, nos guste o no, fue electa por la mayoría del pueblo recientemente", observó.
El catedrático afirmó que "la derecha brasileña está envalentonada, como en toda la región, y quieren destrozar cualquier proyecto popular, por más limitado que sea".
"Dependerá ahora del pueblo brasileño retomar la iniciativa en las calles y contrarrestar esta ofensiva conservadora", expresó.
El experto también se refirió a cómo puede impactar la situación política brasileña en Argentina.
"La situación brasileña impacta negativamente en Argentina porque es nuestro principal socio comercial. Luego de ganar el ballottage (segunda vuelta electoral), Dilma pactó con la derecha, le entregó el Ministerio de Hacienda y viene aplicando un fuerte ajuste, que no hizo sino agravar la recesión", dijo.
"La profunda crisis económica en Brasil impacta muy negativamente en la alicaída economía argentina", advirtió el catedrático.
Morgenfeld consideró que "la actual crisis política, además, debilita al Mercosur (Mercado Común del Sur. Macri pretende aprovechar esta situación para avanzar en los tratados de libre comercio y para acercarse a la Alianza del Pacífico".
"Imagina, con torpeza, que con la suspensión de Dilma, él (Macri) puede erigirse en el nuevo líder regional, con una relación subordinada con Estados Unidos. A eso apuesta (el presidente Barack) Obama, y por eso visitó a Macri en marzo".
"Quieren escarmentar a los países bolivarianos y derrotar a lo que llaman los 'populismos'", agregó.
"Los pueblos de América deben unirse para luchar contra esta ofensiva y avanzar con la integración por abajo, único camino para evitar que se reimponga con fuerza la agenda neoliberal de la década de 1990", instó Morgenfeld.
A Rousseff se le acusa de haber firmado decretos presupuestarios sin previsión de recursos en caja y de atrasos en los pagos a los bancos públicos, el llamado "pedaleo fiscal".
La mandataria continuará en el cargo hasta que el Senado determine por mayoría simple si acepta o no la moción en una fecha que todavía debe ser fijada.
En caso de que el Senado acepte el proceso, Rousseff será apartada del cargo 180 días, durante los que el vicepresidente Michel Temer asumirá de manera interina la Presidencia.
Si en esos 180 días el Senado no aprueba, por dos tercios, la destitución, Rousseff volverá a ser presidenta. Fin
BUENOS AIRES, 18 abr (Xinhua) -- La situación política en Brasil representa un paso más en la restauración conservadora en la región, advirtió hoy en entrevista con Xinhua, Leandro Morgenfeld, doctor en Historia y profesor de la Universidad de Buenos Aires.
La víspera por la noche, la Cámara de Diputados de Brasil aprobó por 367 votos a favor y 137 en contra, la admisibilidad de un juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, por irregularidades fiscales en las cuentas públicas.
El caso pasó a manos del Senado, el cual determinará si acepta o no la moción.
Morgenfeld, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), afirmó que "lo ocurrido en Brasil es un golpe, institucional o legislativo, pero golpe al fin, como fue el golpe contra (Fernando) Lugo en 2012 en Paraguay".
El autor de obras que abordan el vínculo entre Estados Unidos y la región, aseguró que el "impeachment" (juicio político) sin crimen de responsabilidad, es un golpe.
"Rousseff no estaba acusada por corrupción, sino por reasignar partidas del presupuesto orientadas al gasto social sin autorización del Congreso, algo que por ejemplo en Argentina es práctica habitual por casi todos los gobiernos, y de 'maquillaje' fiscal", explicó.
El catedrático añadió que "ninguna de esas supuestas faltas implica crimen. Por lo tanto, es un golpe, violando la Constitución y el mandato de los 54 millones que votaron por Rousseff en octubre de 2014".
"En cambio, la mayoría de los diputados que la juzgan, empezando por el presidente de la Cámara, (Eduardo) Cunha, están acusados o procesados por actos de corrupción", expresó.
Morgenfeld dijo que "es una gran hipocresía. En nombre del republicanismo y la democracia, se avanza con golpes de nuevo tipo en América Latina".
Consultado sobre si la situación se puede enmarcar en un intento del neo-conservadurismo de imponer una agenda alineada con Estados Unidos, el entrevistado respondió que sí.
"Es un paso más en la restauración conservadora y en la ofensiva de Estados Unidos por reforzar su hegemonía regional, luego de la derrota del proyecto del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas)", dijo.
"Así como del avance de procesos de coordinación e integración política alternativa, como la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y Alba (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América)", agregó.
Morgenfeld aseguró que el triunfo del presidente Mauricio Macri en Argentina, en noviembre pasado, alentó el avance de la oposición en las elecciones legislativas en Venezuela, impulsó la derrota de Evo Morales en febrero y ahora genera un clima destituyente en Brasil.
"Hecho que se consumó ayer (domingo) con el voto del desprestigiado Congreso (brasileño) contra una presidenta que, nos guste o no, fue electa por la mayoría del pueblo recientemente", observó.
El catedrático afirmó que "la derecha brasileña está envalentonada, como en toda la región, y quieren destrozar cualquier proyecto popular, por más limitado que sea".
"Dependerá ahora del pueblo brasileño retomar la iniciativa en las calles y contrarrestar esta ofensiva conservadora", expresó.
El experto también se refirió a cómo puede impactar la situación política brasileña en Argentina.
"La situación brasileña impacta negativamente en Argentina porque es nuestro principal socio comercial. Luego de ganar el ballottage (segunda vuelta electoral), Dilma pactó con la derecha, le entregó el Ministerio de Hacienda y viene aplicando un fuerte ajuste, que no hizo sino agravar la recesión", dijo.
"La profunda crisis económica en Brasil impacta muy negativamente en la alicaída economía argentina", advirtió el catedrático.
Morgenfeld consideró que "la actual crisis política, además, debilita al Mercosur (Mercado Común del Sur. Macri pretende aprovechar esta situación para avanzar en los tratados de libre comercio y para acercarse a la Alianza del Pacífico".
"Imagina, con torpeza, que con la suspensión de Dilma, él (Macri) puede erigirse en el nuevo líder regional, con una relación subordinada con Estados Unidos. A eso apuesta (el presidente Barack) Obama, y por eso visitó a Macri en marzo".
"Quieren escarmentar a los países bolivarianos y derrotar a lo que llaman los 'populismos'", agregó.
"Los pueblos de América deben unirse para luchar contra esta ofensiva y avanzar con la integración por abajo, único camino para evitar que se reimponga con fuerza la agenda neoliberal de la década de 1990", instó Morgenfeld.
A Rousseff se le acusa de haber firmado decretos presupuestarios sin previsión de recursos en caja y de atrasos en los pagos a los bancos públicos, el llamado "pedaleo fiscal".
La mandataria continuará en el cargo hasta que el Senado determine por mayoría simple si acepta o no la moción en una fecha que todavía debe ser fijada.
En caso de que el Senado acepte el proceso, Rousseff será apartada del cargo 180 días, durante los que el vicepresidente Michel Temer asumirá de manera interina la Presidencia.
Si en esos 180 días el Senado no aprueba, por dos tercios, la destitución, Rousseff volverá a ser presidenta. Fin
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