QUIEN ES FEIERSTEIN, EL CONSEJERO QUE PLANIFICO LA GIRA
El hombre detrás de Obama
El encargado de América latina en la Casa Blanca
desplegó misiones en Honduras y Paraguay, donde hubo golpes, y en
Bolivia, donde hubo intentos.
Por Martín Granovsky (Página/12)
Los dos
hechos ocurrieron al mismo tiempo: mientras aquí el embajador Noah Mamet
informaba que el presidente Barack Obama demostrará su “respeto” por la
conmemoración de los 40 años del golpe, en Washington el principal
asesor de la Casa Blanca para América Latina dijo que el de Obama “es un
viaje sobre el futuro, no un viaje sobre el pasado”.
La frase pertenece a Mark Feierstein, director del sector Hemisferio
Occidental del Consejo de Seguridad Nacional. “Hemisferio occidental”
debe traducirse como América latina. La denominación no es solo
geográfica: viene de la Guerra Fría y se mantiene en pie porque uno de
los objetivos geopolíticos de la Casa Blanca es frenar el avance chino
en la región. El Consejo de Seguridad Nacional es el órgano de
asesoramiento y coordinación que asiste directamente al presidente. A
menudo esa proximidad con el Salón Oval y la chance de coordinar
información y tareas con la Agencia Central de Inteligencia y el
Departamento de Defensa (el Pentágono) tornan al CSN más importante que
el Departamento de Estado.
Según consigna La Nación de ayer, el viernes Feierstein reunió a
periodistas argentinos en su oficina y dejó estas dos definiciones:
n “El presidente (Obama) ha dicho a menudo que no quiere ser cautivo
del pasado. No tiene miedo a confrontar el pasado y reconocer lo que
puede o no puede haber ocurrido. Pero, como señaló en otros contextos,
muchas de las cosas que la gente debate en este hemisferio o en otras
partes son en torno a eventos que ocurrieron antes de que él naciera. Y
lo importante para subrayar es que es una oportunidad para revivir la
relación, no solo entre los dos gobiernos sino entre los dos pueblos.”
n “Estamos muy entusiasmados. (la Argentina) es un país con el que
deberíamos ser capaces de trabajar juntos, y es francamente una pena que
por 12 años no hayamos tenido esa oportunidad. Deseamos revivir la
relación y salir de este viaje con toda una serie de áreas en las que
vamos a cooperar. Creo que verán que esta visita no es importante en sí
misma: lo que sigue es aún más importante.”
¿Quién es Feierstein, el funcionario que lleva menos de un año en el
cargo y reemplazó a Roberto Zuñiga, nada menos que el negociador de la
normalización entre los Estados Unidos y Cuba?
Según Mark Weisbrot, codirector del Centro para Investigación
Política y Económica de Washington, Feierstein participa en operaciones
contra gobiernos progresistas desde que los Estados Unidos apoyaron a
los contras, las fuerzas de combate contra los sandinistas con
financiamiento estadounidense.
En Bolivia Feierstein, entonces vicepresidente de la consultora
Greenberg Quinlan Rosner, fue director de campaña del presidente Gonzalo
Sánchez de Lozada, el ultraconservador que gobernó entre 1993 y 1997 y
entre 2002 y 2003, cuando renunció en medio de una crisis terminal y
antes provocó 64 muertos por la represión a protestas en reclamo de gas
para los habitantes de El Alto.
Funcionario de Bill Clinton en la OEA, con Obama ocupó la
subdirección de la sección latinoamericana en la Usaid, la poderosa
Agencia para el Desarrollo Internacional. El gobierno de Evo Morales
llegó a expulsar a la delegación de la Usaid en Bolivia por denuncias de
intromisión y operaciones encubiertas.
El semanario The Nation informó que la agencia amplió sus equipos en
Paraguay cuando triunfó el obispo izquierdista Fernando Lugo, que en
2012 fue derrocado por un golpe parlamentario express.
Antes Feierstein había sido director de proyecto para Nicaragua en el instituto National Endowment for Democracy.
Ya en su cargo de asesor de Obama para la región Feierstein demostró
ser un entusiasta de las perspectivas colombianas. Página/12 publicó
ayer que el viernes, en su rueda de prensa, el embajador Mamet puso a
Colombia como un ejemplo de éxito en la lucha antidrogas.
En una conversación mantenida en febrero último con el diario El
Tiempo y recogida por la agencia Nodal, el consejero de Obama dijo que
su país apoyaría al gobierno de Juan Manuel Santos para “enfrentar retos
como la desmovilización y reintegración de las FARC, expandir las
presencias del Estado a zonas donde no existe y proveer ayuda en salud,
educación, justicia a las víctimas del conflicto”, incluso mediante la
restitución de tierras a los desplazados. Para Feierstein, Colombia no
es “solo un socio bilateral sino un socio regional y mundial”. La misma
definición que Mamet transmitió sobre el futuro que Washington le ve a
la Argentina presidida por Mauricio Macri. Más sobre Colombia: “Es un
país modelo, y la sociedad con nosotros es económica, en seguridad, en
política, en foros multilaterales, y eso es algo reconocido en el
espectro político de los Estados Unidos”. Un dato curioso para los
últimos 30 años en los que la Casa Blanca solamente encaró la lucha
antidrogas como una guerra que se libra fuera de su territorio es que
Feierstein asumió que “somos corresponsables y hay que atacar la
demanda”. No lo dijo pero no hay mayor demanda de drogas duras que el
mercado norteamericano.
En la Usaid Feierstein condujo programas de suministro de alimentos
para Haití, una misión similar a la que cumplió en Africa la actual
canciller Susana Malcorra antes de ser jefa de Gabinete del secretario
general de la ONU. También trabajó en Honduras para consolidar el
gobierno de Porfirio Lobo luego del golpe contra Manuel Zelaya en 2009.
“Queremos entender un poco más Honduras para mejorar la seguridad”, dijo
en 2014 en visita a Tegucigalpa, capital de un Estado que actúa como
portaaviones estadounidense desde hace por lo menos 40 años.
Está claro que para Feierstein el futuro no son Ecuador, Nicaragua,
Venezuela y Bolivia. De intentar la humillación definitiva de Lula en
Brasil se están encargando O Globo, un grupo articulado de jueces y
fiscales, cientos de legisladores, los bancos y el empresariado
paulista. Macri ya gobierna en la Argentina. Es un proceso político
flamante que entusiasma a los Estados Unidos igual que Colombia.
Washington parece estar buscando unir las dos puntas de Sudamérica
mientras se decanta el futuro brasileño, la verdadera gran clave de la
economía y la política para la región en medio de un mundo carcomido por
la austeridad y de una América Latina estancada y sin miras de
reindustrialización.
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