Mauricio Macri será el presidente de Argentina a partir del 10 de diciembre, y con ello, se abren una serie de interrogantes abiertos que el mismo Macri de a poco va cerrando en términos de las relaciones internacionales de su futuro gobierno. En ese sentido, Resumen del Sur dialogó con Leandro Morgenfeld, Investigador del CONICET, Doctor en Historia e integrante del IDEHESI, sobre lo que pueden ser las prioridades en la política exterior de Mauricio Macri.
¿Cuál es la sensación después de la conferencia de prensa de Macri?
Ratifica algunas líneas que ya habían anticipado sus asesores. Esta idea que Argentina tiene que recuperar las relaciones tradicionales y subordinadas, diría yo, con Estados Unidos y Europa y, al mismo tiempo, avanzar con acuerdos de libre comercio pendientes, como el de la Unión Europea y con los países del pacífico a través del Acuerdo Trans Pacífico.
También dijo que su primer viaje oficial como presidente será Brasil. ¿Cuál será la dinámica que adquirirá el Mercosur?
Mercosur nace con las negociaciones de los años 80´ entre Argentina y Brasil pero se concreta durante la década del 90´ bajo la lógica del regionalismo abierto, es decir, pensado como trampolín para potenciar las exportaciones. Esta es una lógica distinta a la de los últimos años. Lo que vienen diciendo que van a hacer es retomar las negociaciones para avanzar en acuerdos de libre comercio entre la Unión Europea y nuestro bloque regional. Este acuerdo lo vienen impulsando algunos países de la región y Argentina hasta el momento lo resistió.
¿Cómo ves las perspectivas de la relación con Estados Unidos y cuáles serían los riesgos y beneficios de esta futura relación?
Había mucha expectativa en Estados Unidos para que sea electo un gobierno lo menos kirchnerista posible. Con Macri electo se van a destrabar algunas controversias bilaterales como el tema de los Fondos Buitres. Cabe recordar que Macri dijo que había que pagar todo lo que pedía el Juez Thomas Griesa. Después se desdijo por la campaña electoral y por los riesgos que implicaría esta idea de igual trato que hubiese generado un endeudamiento sin precedentes., echando para atrás las quitas de 2005 y 2010. De todas formas, el presidente electo dijo que después de ir a Brasil, viajará a Nueva York para reunirse con los denominados “holdouts” para destrabar la posibilidad de tomar nueva deuda, es decir, un reendeudamiento externo, buena relación con los organismos financieros internacionales y apertura de las inversiones extranjeras. Eso va de la mano con la voluntad de aproximarse a la Alianza del Pacífico, mencionó a Chile como su modelo e incuso dio a entender que Argentina tiene que ser parte del Tratado TransPacífico (TTP). Entonces son dos acuerdos, el que negocia con la Unión Europea y el de Estados Unidos para el TTP son de libre comercio que le da más facilidades al capital trasnacional y que le permitiría explotar a la fuerza de trabajo local. Esto, para el campo popular más explotación, peores condiciones de vida, malas condiciones para las Pymes, aquellos capitales de menor escala que pueden operar en el mercado interno se verán perjudicados por este libre comercio que es funcional a los grandes capitales, especialmente de los países centrales. Se trata de una lógica de economías abiertas donde las inversiones y los bienes importados entren libremente y los capitales extranjeros tengan facilidades. Ya sabemos cuál es la historia de esta lógica, redundan beneficios para sectores concentrados y perjuicios para las grandes mayorías. Por eso hay que estar alerta si se avanza en esta dirección, hace diez años lográbamos rechazar al ALCA en Mar del Plata y ahora Macri propone las mismas recetas de inserción internacional que ya rechazamos.
En este contexto en el que los comodities bajan y la deuda es más cara, ¿Es posible que una economía abierta crezca en estas condiciones?
El contexto regional es adverso porque lo que fue el boom de los comodities de los últimos diez o quince años se empezó a desinflar y comenzó a impactar en Latinoamérica a partir que Estados Unidos traslada sus desequilibrios al resto del mundo, entonces China crece menos y Brasil entra en recesión. China y Brasil son los principales aliados comerciales de Argentina y con este panorama, la región decrece y nuestro país este año creció pero muy poco. El problema que va a tener Macri es que prometió un montón de cosas incompatibles, liberar el cepo y al mismo tiempo bajar las retenciones y el impuesto a las ganancias. Todo eso se puede dar si vienen una cantidad de capitales fenomenales al país, en un contexto donde el flujo de capitales se está yendo a los países centrales y es muy probable que en pocos días Estados Unidos suba las tasas de interés. El panorama es complejo y, si agregamos que Argentina tiene que resolver el conflicto con los buitres, ya que no puede tomar deuda si no se resuelve, el escenario es más complicado todavía.
La prioridad parece ser Brasil, Estados Unidos y la Unión Europea. ¿Cuál puede ser la relación con China?
Con Estados Unidos vamos a tener un giro importante. Uno de los dos asesores más importantes de Macri en política exterior es Diego Guelar, ex Embajador de Argentina en Estados Unidos durante las épocas del menemismo, en plena época de las relaciones carnales. Con los cables de WikiLeaks ya sabemos la impronta que pretende Macri de esa relación, incluso sobreactuándola al salir a decir que propondrá la suspensión de Venezuela del Mercosur aplicándole la cláusula democrática, con todo lo que ganó el Mercosur con el ingreso de Venezuela. De esta manera, Argentina funciona como ariete de Estados Unidos en contra de los procesos más contestatarios o antiestadounidense en la región. Desde el punto de vista geopolítico va a haber un alineamiento con Estados Unidos que vendrá de la mano con una apertura a la inversión norteamericana. En el caso de China, habrá un alejamiento en los lineamientos que propone reestructurar la gobernanza internacional, el armado de los Brics, de intentar disputarle la hegemonía a Estados Unidos. No creo que haya un giro importante en términos económicos dada la cantidad de dólares que pueden aportar, la dimensión del mercado y la importancia de China en el destino de nuestras exportaciones es algo que el macrismo no va a despreciar. Franco Macri ha cultivado una gran relación con China, es uno de sus principales lobistas y el propio Mauricio, incorporó al primer legislador chino en las filas del PRO. Con lo cual, no creo que se descuide la relación con la segunda economía del mundo.
Techint dijo que era un pacto con el diablo..
Si, y el propio Macri quiere revisar los acuerdos. Tal vez, el dilema es si cada país piensa la relación con China de manera aislada sin tener en cuenta los desequilibrios lógicos de las economías y se genera una dependencia de la exportación de bienes agro-minero, según cada país, en nuestro caso sería la soja y sus derivados e importación de bienes industriales o si a región piensa la relacion de forma conjunta sin recrear la lógica de países centrales y países subordinados como tuvimos con Gran Bretaña y Estados Unidos en diferentes momentos de la historia. En ese sentido, no creo que el próximo gobierno genere demasiadas novedades respecto de la relación con China.
Ves una continuidad entonces…
Veo una mayor continuidad que la que puede haber con Estados Unidos y Europa. Después están los alineamientos políticos. Mariano Rajoy felicitó a Macri, siempre fueron aliados, a pesar de ser uno de los gobiernos más cuestionados de Europa. Lo mismo con Angela Merkel y el gobierno inglés, había mucha expectativa en el gobierno de David Cameron debido a que Macri dijo que había que desmalvinizar la relación con Gran Bretaña. Cuando todo el mundo apoya el reclamo de Argentina para que Gran Bretaña discuta el tema Malvinas, Macri le va a bajar la intensidad. Hay que recordar que en algún momento dijo que las Islas generarían un déficit al país. Lo que está claro es que la prioridad va a estar puesta en retomar las relaciones subordinadas con Estados Unidos y Europa Occidental.
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