Como la devaluación pero en política exterior
El presidente electo se volcó de lleno a
diferenciarse de Brasil y los otros socios del Mercosur. El ritmo es de
vértigo: elecciones en Venezuela el 6, cambio de gobierno argentino el
10 y cumbre del Mercosur el 21.
Por
Martín Granovsky (Página/12)
Mauricio Macri hizo con la política exterior lo mismo que con el
dólar: adelantó el momento y el escenario del conflicto. El solo anuncio
de un dólar único produjo una suba de precios. Y podría haber otra suba
más cuando la megadevaluación sea un hecho. El solo anuncio de un
pedido de sanciones al gobierno de Venezuela produjo una cadena de
reacciones a nivel regional. Y a partir del 10 de diciembre podría
cambiar aún más el tablero. Cuánto cambiará es algo imposible de
predecir. Pero ya hay una fecha en juego: el 21 de diciembre Macri y su
canciller Susana Malcorra afrontarán la Cumbre del Mercosur en Asunción.
Incluso en la campaña electoral Macri avanzó en su pedido de
sanciones a Venezuela con la meta de quitarle la condición de miembro
pleno de Mercosur. Para que eso ocurra deberían decidirlo por consenso
la Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay. Los cuatro deberían
interpretar de común acuerdo que en Venezuela hay una “ruptura del orden
institucional”, como reza el Protocolo de Ushuaia sobre el Compromiso
Democrático en el Mercosur, la República de Bolivia y la República de
Chile firmado en 1998. También tendrían que ser parte del consenso los
otros dos firmantes que no son miembros plenos del Mercosur pero sí del
Protocolo. Uno es justamente Chile. El otro, Bolivia, donde Evo Morales
no formula cuestionamientos al régimen venezolano.
Como sucedía antes con Cuba, proponer una posición públicamente
diferenciada o divergente sobre Venezuela no dice tanto sobre la opinión
de fondo acerca de Nicolás Maduro como revela la intención de ganar el
favor de Washington.
Los vecinos
En el oficialismo chileno las posiciones están o divididas o
repartidas según la función que cumple cada dirigente. El ex presidente
Ricardo Lagos tiene una postura pública crítica sobre Maduro. En abril
último pidió que la Cruz Roja fuera autorizada a “visitar las cárceles
para evaluar la situación de los presos políticos en Venezuela”. Lo hizo
en presencia de la esposa de Leopoldo López, el dirigente opositor
condenado por la Justicia venezolana por instigación a hechos de
violencia extrema que terminaron en asesinatos, cosa que según él y sus
defensores no sucedió. Lilian Tintori, la mujer de López, es la misma
persona que festejó el triunfo de Macri el domingo pasado en el bunker
de Cambiemos. Cuando en abril Lagos desplegó esa movida pública y fue
consultado por la posición de la presidenta Michelle Bachelet declinó
contestar. Hasta ahora el gobierno no se salió del consenso mayoritario
en Sudamérica, que se resume en un punto: esperar sin interferencias la
realización de las elecciones parlamentarias venezolanas del 6 de
diciembre. Es decir, a esta altura, esperar solo una semana más. Hasta
el domingo que viene.
La clave de lo que sucederá es el tipo de relación que el futuro
gobierno establezca con el brasileño, el grado de acuerdo y desacuerdo
entre Macri y Dilma Rousseff, a quien aconseja su asesor internacional
Marco Aurélio García, y el nivel de vinculación entre Malcorra y el
canciller Mauro Vieira. Malcorra tiene una gran experiencia en las
industrias norteamericanas de servicios como IBM y en la secretaría
general de la ONU, un sitio donde el staff de Ban Ki-moon tiene relación
próxima con los distintos departamentos (ministerios) de los Estados
Unidos. La relación argentina con Brasil será su primer desafío en un
terreno nuevo para ella.
El gobierno brasileño y el Partido de los Trabajadores apostaron por
Daniel Scioli y no por Mauricio Macri. Pero como entre las personas,
entre los Estados la vida continúa.
El columnista de Folha de Sao Paulo Clovis Rossi, un periodista
informado e influyente, escribió esta semana que Marco Aurélio García
admitió que la simple presentación de una propuesta de castigo por parte
de Macri creará un litigio dentro del bloque. Pero, pragmático, dijo:
“No será el primer problema con el que lidie el Mercosur”.
García aceptó que fue portador de una carta de Rousseff a Maduro con
“opiniones y percepciones sobre el proceso electoral, con total respeto
de la soberanía venezolana”. Dijo que Maduro se mostró “sensible” a las
observaciones pero no dio más detalles.
Vieira, un prestigioso diplomático de carrera que antes de ser
canciller fue embajador en la Argentina y en Washington, se empeñó
personalmente en facilitar el diálogo dentro de Venezuela. El Congreso
brasileño también envió una misión a Caracas. Como era de esperar en un
clima tremendamente enrarecido como el de los vecinos, la comitiva
parlamentaria no solo no ayudó a descomprimir la crisis venezolana sino
que acentuó la crisis en Brasil, donde “chavista” se convirtió en un
insulto dentro del Operativo Demolición que tiene por blanco a Dilma y
Lula.
Unasur mandará una misión de observadores a las elecciones. Incluirá dos diplomáticos brasileños.
Uruguay espera el resultado de las elecciones. El canciller Rodolfo
Nin Novoa hizo declaraciones de no interferencia en un sentido contrario
al de su antecesor Luis Almagro, actual secretario general de la
Organización de los Estados Americanos.
El nuevo temario
De acuerdo a lo que detalla Rossi sobre lo que piensa el asesor de
Dilma, si se pone a un lado la cuestión venezolana en el primer
encuentro con Macri no debería haber sorpresas desagradables. Traducido
del lenguaje brasileño al argentino, eso significa que como para el
Planalto y para Itamaraty la relación con la Argentina sigue siendo
prioritaria, Brasilia buscará desdramatizar los puntos de fricción y
tratará de hallar los elementos comunes.
Hasta ahora Macri y sus voceros económicos plantearon un
acercamiento a la Alianza del Pacífico, formada por países que ya tienen
firmados acuerdos bilaterales de libre comercio con los Estados Unidos:
Chile, Colombia, México, Perú y Costa Rica.
Darle un alto perfil al tema tiene su costado ideológico,
naturalmente. Analistas liberales como Andrés Oppenheimer suelen
insistir en que la Alianza del Pacífico sería el factor nuevo y moderno
contra el supuesto anacronismo representado por el Mercosur.
Pero lo cierto es que, por un lado, son realidades históricas
distintas y, por otro lado, en 2014 ya hubo aproximaciones encabezadas
justamente por los cancilleres de ambos bloques.
La Comisión Económica para América Latina señaló que la convergencia
entre los dos bloques sería un modo útil de avanzar hacia la
integración. “Un proceso de integración de características regionales
parece, pues, más adecuado a los signos de los tiempos y a las
exigencias del cambio estructural en pro de la igualdad en América
Latina”, indicó un informe firmado por la secretaria ejecutiva Alicia
Bárcena. “La gradual convergencia entre la Alianza del Pacífico y el
Mercosur podría constituir un catalizador decisivo de ese proceso.”
En 2013, el comercio total entre ambos grupos de países alcanzó los
47.400 millones de dólares, con exportaciones de la Alianza del Pacífico
al Mercosur de 23.700 millones de dólares, monto muy similar al de las
exportaciones del Mercosur a la Alianza del Pacífico.
Otro punto de la agenda posible entre Macri y Rousseff es un acuerdo
comercial entre el Mercosur y la Unión Europea. Según dice Rossi que
dice Marco Aurélio, los dos gobiernos ya están de acuerdo en iniciar
tratativas con la UE. Escribe el columnista citando sin textualidad la
opinión de García: “Como máximo, Macri tendrá mayor inclinación a
concesiones aperturistas pero de todos modos actualmente el problema de
la negociación está más del lado europeo que del sudamericano”.
La relación entre los dos países abandonó definitivamente el recelo
de tiempos dictatoriales, un giro que tuvo su punto alto el 30 de
noviembre de 1985 en Foz de Iguazú. Mañana se cumplirán 30 años exactos
del momento en que los presidentes Raúl Alfonsín y José Sarney
inauguraron el Puente Tancredo Neves, asombrosamente solo el segundo en
casi 40 años, después del de Uruguayana-Paso de los Libres, y firmaron
una declaración de 32 puntos detallando los objetivos de integración. La
última frase decía que las relaciones bilaterales argentino-brasileñas
serán el ejemplo de un ideario según el que, para los latinoamericanos,
“la democracia debe necesariamente significar paz, libertad y justicia
social” para que “convivan en este continente sociedades que privilegien
los principios de dignidad humana, cooperación, solidaridad, paz y
bienestar”.
Los problemas políticos internos de Brasil y las elecciones
argentinas deslucieron el aniversario de mañana, que por lo que pudo
saber este diario formaba parte de la agenda de Itamaraty.
El vértigo es implacable. Elecciones en Venezuela el 6, asunción de
Macri el 10 y cumbre del Mercosur el 21: de aquí a menos de un mes las
cartas del nuevo escenario estarán en pleno juego.
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La Nación
Los
máximos representantes del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara
de Representantes felicitaron al presidente electo y propusieron
"revitalizar" la relación bilateral.
El Congreso de Estados Unidos recibió con entusiasmo
el triunfo de
Mauricio Macri en las elecciones presidenciales argentinas. Poco después de que el secretario de Estado, John Kerry,
felicitara al líder de Cambiemos,
dos altos representantes del Comité de Relaciones Exteriores de la
Cámara de Representantes le enviaron una carta al mandatario
estadounidense,
Barack Obama, para pedirle que priorice las relaciones con la Argentina.
El
presidente del Comité, el republicano Ed Royce, y el demócrata Eliot
Engel le enviaron una carta a Obama el pasado lunes, que fue difundida
por el organismo ayer por Twitter, donde además felicitaron a Macri por
su elección.
"Le
escribimos para priorizar las relaciones de Estados Unidos y Argentina
en el próximo año", comienza la carta dirigida al mandatario demócrata.
"Los Estados Unidos y la Argentina deberían ser socios naturales. Ambos
tenemos poblaciones muy educadas, economías diversificadas y vastos
recursos naturales", continúa.
"Como una renovada alianza sería un
win-win
[un triunfo para ambos] para los dos países, respetuosamente lo urgimos
a considerar las siguientes acciones con el objetivo de revitalizar la
relación bilateral en los próximos meses", dicen los representantes
antes de ofrecer seis recomendaciones al respecto.
La primera de ellas es
"incrementar la diplomacia pública" ya que "las encuestas de opinión pública en la Argentina han arrojado consistentemente altos niveles de
anti Estados Unidos y
una oposición a las políticas de Estados Unidos en el mundo". En ese
sentido, "urgen" al desarrollo de "una nueva estrategia de diplomacia
pública para la Argentina y coordinar una serie de visitas de
delegaciones de alto nivel del poder ejecutivo y legislativo junto a
intercambios culturales diplomáticos".
La segunda sugerencia es
"iniciar un diálogo económico de alto nivel"
similar al que mantienen con México. "Una misión comercial patrocinada
por el gobierno también sería útil. Estas actividades reposicionarían un
compromiso económico en el centro de la relación bilateral", sostienen.
Para argumentar este consejo, mencionan que "la Argentina tiene la
tercera economía más grande de América latina con un PBI de 540 miles de
millones de dólares" y que "en 2012, el comercio bilateral fue de 23
miles de millones". "Hay un potencial para que este comercio crezca
significativamente en los próximos años, especialmente en el área de
energía", agregan.
Luego recomiendan
"proveer asistencia técnica en cuestiones de economía y comercio",
en un apartado en el que mencionan las dudas sobre la credibilidad de
los datos del Indec y la preocupación por la falta de aplicación de los
derechos de propiedad intelectual y los altos niveles de piratería y
falsificación". Entre las sugerencias, figuran "que los Estados Unidos
ofrezcan asistencia técnica al nuevo gobierno argentino para reformar
las instituciones de estadísticas" y ayudar a "hacer que las
regulaciones para importaciones cumpla con los estándares de la
Organización Mundial del Comercio", con la colaboración del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID).
La cuarta sugerencia es
"apoyar la resolución de reclamos de arbitraje y el conflicto con los holdouts". "Alcanzar un acuerdo con los tenedores de bono privados
«holdouts»
podrían ayudar a a la Argentina a ganar acceso a los mercados de
capitales internacionales, ayudando a la economía argentina", mencionan.
El siguiente punto es
"promover el liderazgo regional",
considerando los recursos naturales, su economía y la "población
altamente educada" de la Argenitna. También menciona el atentado contra
la AMIA de 1994 y remarca que por ese "doloroso recuerdo" el país tiene
"una poderosa razón para jugar un rol de liderazgo en el combate contra
el terrorismo". En este sentido, recomienda promover un rol más activo
de la Argentina en la Organización de los Estados Americanos (OEA) y
restablecer un acercamiento entre ambos países para "confrontar el
terrorismo y las organizaciones criminales trasnacionales en América".
Finalmente, y en ese sentido, Royce y Engel recomiendan
"mejorar la cooperación contra el narcotráfico".
El
lunes también, Kerry, en representación del gobierno de Obama, felicitó
"al pueblo de la Argentina" y a Macri por las elecciones
presidenciales, que reflejaron los "fuertes valores democráticos" del
país. El secretario de Estado explicitó además el interés por "trabajar
estrechamente" con el nuevo gobierno.