LA CUMBRE CELAC-UE RECHAZO LA ORDEN EJECUTIVA DE OBAMA QUE
CONSIDERA A CARACAS UNA AMENAZA
Página/12
Prevaleció la postura del bloque latinoamericano de criticar
las sanciones contra Venezuela. Y se trató el acercamiento a Cuba y el proceso
de paz colombiano.
La cumbre entre la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE) finalizó
ayer con un gesto a favor de Venezuela. De este modo, prevaleció la postura
sostenida por el bloque latinoamericano y caribeño, que exigió que el documento
final del encuentro no hiciera referencia a los políticos opositores
encarcelados en Venezuela. Además, la Celac logró la adhesión de la UE a las
críticas a las sanciones impuestas por los Estados Unidos contra funcionarios
del país sudamericano.
El Parlamento Europeo, con diputados de los 28 países de la
UE, en los últimos meses aprobó varias resoluciones manifestando su “profunda
preocupación” por la situación de Caracas, condenando la persecución de la
oposición y pidiendo la liberación de Leopoldo López y Antonio Ledezma. Sin
embargo, de esa preocupación y condenas no quedó ni rastro en el texto aprobado
por ambos bloques. El documento deja así fuera la postura de los países
europeos respecto a este tema, el más controvertido de la cumbre que ambos
bloques celebraron en Bruselas.
En tanto, la declaración sí toma nota del rechazo del grupo
latinoamericano y caribeño a la orden ejecutiva de Estados Unidos que considera
a Venezuela una amenaza para su seguridad nacional e impone sanciones a siete
funcionarios del país, presuntamente culpables de violaciones de derechos
humanos y de corrupción. De este modo, la Celac y la UE criticaron por escrito
su “rechazo a medidas coercitivas con carácter extraterritorial contrarias a la
ley internacional”. Además, “tomaron nota” de la declaración adoptada por el
bloque en su cumbre de Costa Rica, en enero, en la que el grupo manifestó su
“preocupación” por las sanciones estadounidenses.
El propio presidente venezolano Nicolás Maduro, que no
asistió a la cumbre debido a una otitis, agradeció a la UE y la Celac la
inclusión de “un gesto que muestra solidaridad” con su país. “El párrafo
aprobado en Europa es de una magnitud sorprendente porque hay quienes querían
llegar a esa cumbre haciendo lobby por aquí y por allá contra Venezuela, pero
nuestro país ha salido reforzado de esa cumbre”, afirmó el mandatario antes del
cierre de la cita en Bruselas.
El miércoles, en la inauguración de la cumbre, el presidente
ecuatoriano Rafael Correa ya pidió en nombre de la Celac la derogación del
decreto emitido por Washington. “La orden, además del ridículo argumento, viola
flagrantemente el derecho internacional”, afirmó Correa, presidente pro témpore
del bloque de países latinoamericanos y caribeños.
La situación en Venezuela fue desde el principio el asunto
que acaparó las conversaciones de esta cumbre. Un día antes del comienzo de la
cita, el viceministro de Exteriores de Cuba, Abelardo Moreno, reconoció que se
trataba de la “mayor diferencia a la que se enfrentan la UE y la Celac”. El
funcionario cubano reconoció entonces que el bloque latinoamericano tenía una
posición clara respecto a lo que está ocurriendo en Venezuela que no comparte
la UE, sobre todo respecto a la orden ejecutiva de Estados Unidos.
Desde la parte europea habló del asunto el presidente del
gobierno español, Mariano Rajoy, que desde hace meses mantiene una tensa
relación con Caracas por la posición de su país respecto a los políticos
venezolanos encarcelados. A su llegada a Bruselas, Rajoy aseguró que para Venezuela
quiere “lo mismo que para España y para todo el mundo: diálogo, democracia,
libertad, progreso y respeto por los derechos humanos”. Al contrario de
Venezuela, tanto el bloque europeo como el americano fueron mucho más
explícitos al saludar el proceso de paz en Colombia. También acordaron una
petición conjunta del fin del embargo norteamericano que pesa sobre La Habana.
“Esperamos que se tomen todos los pasos necesarios hacia un rápido final del
embargo estadounidense contra Cuba”, indica el texto, que felicita las
negociaciones iniciadas en diciembre entre la isla y el país norteamericano.
La Habana dejó de ser un problema para el bloque europeo.
Por el contrario, Bruselas se esfuerza ahora por avanzar en las negociaciones
para lograr un tratado de diálogo político con la isla y dejar atrás la
“posición común”, que desde 1996 condiciona las relaciones a avances en la
situación de derechos humanos en la isla socialista.
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