Entrevista a Guillermo Almeyra, editorialista internacional
de La Jornada (México)
Mario Hernandez
Rebelión
M.H.: Guillermo tenemos varios temas para desarrollar. Un
hecho importante sucedido durante estos días fue sin dudas La Cumbre de las
Américas, usted ha hecho una importante reflexión al respecto en un artículo
llamado “La hegemonía estadounidense en crisis”, me gustaría que compartiera
esos conceptos con nuestros oyentes.
G.A.: La hegemonía de Estados Unidos está en declinación, no
significa que no siga siendo la primera potencia, ni que inmediatamente la
puedan sustituir. El hecho es que ya no es el patrón ni de América Latina ni
del mundo. Las causas de esa declinación son en primer lugar en América Latina,
en cuanto a Cuba y Venezuela, la movilización de los pueblos, los movimientos
sociales le han impedido que haga lo que quiera y que hayan sostenido a los
gobiernos que se le oponen.
Si no hubiera sido por esas movilizaciones y ese repudio,
Obama no hubiera llegado medio derrotado a La Cumbre, obligado a disculparse, a
decir que no hablaba de amenaza, a hacer algunas promesas. En primer lugar está
esta resistencia de los pueblos, también la resistencia de gobiernos que se
niegan a ser degollados o dejados de lado, incluso los gobiernos más tibios,
menos antiimperialistas como el de Brasil o Argentina, protestaron contra la
política de Estados Unidos.
Por otro lado, está el problema concreto de la crisis
política interna de ese país, el Partido Republicano contra Obama en plena
campaña electoral y una crisis económica no superada. Está decayendo la
producción de petróleo y no hay una gran recuperación de la economía doméstica.
También está el problema político-social-étnico que se expresa en el conflicto
brutal contra los negros, en el asesinato constante y las protestas generales
de inmigrantes y negros.
Además, en escala internacional se encuentra en crisis.
Intentó impedir por todos los medios que China organizase el Banco Asiático de
Inversión en Infraestructura y no solamente no pudo hacerlo, sino que además
Inglaterra, Francia, hasta Corea del Sur y Taiwán, sus aliados en la región,
adhirieron de entrada. Está perdiendo posiciones en varios lugares, los
capitales chinos y en parte rusos, en mucho menor medida, están entrando en
América Latina, están haciendo acuerdos de infraestructura estratégicos, el más
importante es el nuevo canal interoceánico por Nicaragua que le daría a Cuba un
intenso tráfico marítimo.
Hay un cambio importante en la economía y además está el
problema del dólar que se fortalece frente al euro y las monedas locales de
América Latina, pero eso significa que las mercancías europeas llegan más
económicas, un 10% más baratas y en el plano internacional buena parte del
comercio se hace en monedas locales, sobre todo el comercio asiático, donde
China lo hace en yuanes y Rusia en rublos.
Está perdiendo mucha hegemonía, le queda la militar, pero ha
sido derrotado en Irak, en Siria, en Libia, en Afganistán, no ha conseguido
resultados en ningún lado. El precio del petróleo va a subir un poco, con eso
van a reanimarse Rusia y Venezuela sobre todo, por lo tanto, Venezuela va a
poder sostener a Cuba y a los países del Caribe. Hay un cambio importante, ya
que ni el gobierno de México, que es un agente servil de Estados Unidos, pudo
alinearse por completo con ellos ante el repudio unánime de todos los gobiernos
de América Latina, y hablo de los gobiernos que son una expresión sumamente
deformada de la oposición de los pueblos.
M.H.: Paralelamente a la Cumbre de las Américas, se
desarrolló la Cumbre de los Pueblos, tuve la oportunidad de entrevistar a uno
de sus organizadores, Olmedo Beluche, y llamábamos la atención sobre la gran
participación que desbordó las expectativas, con más de 1.600 personalidades y
organizaciones internacionales y otras tantas nacionales.
G.A.: Y que fue mucho más radical. Hay una nueva situación,
no cualitativa todavía, pero que sí traba mucho las manos del imperialismo de
Estados Unidos, incluso en la campaña electoral se están desgarrando con el
Partido Republicano y eso también les quita tiempo para otras cosas.
M.H.: Cumbre de los Pueblos que en alguna medida, más allá
que la Cumbre de Mar del Plata significó el entierro del ALCA, tuvo algunas
características a mi entender que la superaron, por ejemplo, en haber contado
con la presencia de tres presidentes. Recordemos que en Mar del Plata el único
que participó de la Cumbre de los Pueblos fue Chávez, y que no tuvo la
participación de dirigentes y movimientos sociales de América Latina y el
Caribe como sí tuvo Panamá.
G.A.: Así es, realmente fue mejor desde ese punto de vista.
Emiliano Zapata fue el punto más alto de la Revolución
Mexicana
M.H.: Menciono México, que es una de sus preocupaciones
centrales, cada tanto escribe, sobre todo ahora en el marco del proceso
electoral legislativo que se llevará a cabo en el próximo mes de junio. Le pido
alguna reflexión sobre la actualidad del zapatismo, pero en relación al de
comienzos de siglo pasado, porque el 10 de abril de 1919 producto de una
emboscada fue asesinado el líder revolucionario y reformador agrarista mexicano
Emiliano Zapata, que luchó por la igualdad y derechos de los campesinos. ¿Qué
queda de la herencia de Emiliano Zapata en el México de la actualidad?
G.A.: Emiliano Zapata fue el punto más alto de la Revolución
Mexicana, hubo en Morelos, su estado, una verdadera comuna. Él se apoyaba en
los pueblos, en la reconquista del agua y de la tierra frente a los ingenios.
Al final de su vida estaba prácticamente acorralado, por eso cayó en la
emboscada, le hicieron creer que un regimiento se iba a pasar al zapatismo con
armas y bagajes y se tragó la píldora sin pensar que el regalo era demasiado
lindo, porque no tenía ya hombres para pelear, Morelos se había desangrado.
Lo que queda es la tradición de Zapata que hizo autónomos a
los municipios con una ley, les dio poder a los vecinos, organizó a los pueblos
sobre una base autónoma, fue el ejemplo más grande de democracia. Precisamente
es lo que están haciendo en Guerrero las policías comunitarias, las
autodefensas, los maestros, se están organizando elementos de poder del pueblo,
a veces con armas como la policía comunitaria desconociendo al Estado central,
eso viene directamente de Zapata y es más avanzado incluso que el caso del
neozapatismo chiapaneco, porque ahí solo se encerraron en la parte del estado
de Chiapas que controlan y ejercen una autonomía sobre la base de las viejas
comunidades manteniendo el pequeño ejército zapatista pero, aunque desconocen
al Estado Central, no se oponen activamente a él. En cambio en Guerrero y en
parte en Michoacán, y en menor medida en Puebla y Morelos, la cosa está más
avanzada. El problema es que dentro de esta situación el gobierno no solamente
ejerce una terrible represión, en particular contra los dirigentes de los
movimientos sociales matándolos o encarcelándolos, sino que también existe una
falta de coordinación entre los movimientos y las protestas y se produce la
confusión en este período electoral donde no hay una posición común.
Es común el rechazo al gobierno, al PRI y a los partidos que
lo apoyan, pero no lo es la idea de qué hacer inmediatamente. En Guerrero, por
ejemplo, los campesinos, maestros y padres de los asesinados en Ayotzinapa
están por el boicot activo a las elecciones porque son absolutamente
fraudulentas por el simple hecho de hacerse bajo el terror y la ocupación
militar y el asesinato de los opositores. En otros estados, donde la relación
de fuerzas es más débil desde el punto de vista de los movimientos sociales,
hay diversas posiciones, abstenerse, anular con un voto que diga “43” por los
desaparecidos de Ayotzinapa, pero esos votos no los cuenta nadie o incluso
votar críticamente por Morena, el partido de López Obrador que aparece como una
especie de sustitución del PRD, el partido que en la supuesta legalidad
encabeza la oposición, pero no participa en las movilizaciones sociales ni pone
su eje en la organización social, es simplemente un partido que espera a las
elecciones del 18 si por un milagro divino son limpias y logran ganar, lo cual
es absolutamente absurdo.
M.H.: Ayer nos visitaron dos invitados de las fuerzas de
izquierda que van a participar de las PASO el próximo 26 de abril aquí en la
Ciudad de Buenos Aires. Hacia el final de la charla surgió un tema que hemos
abordado en algún momento y que tiene que ver con el resultado electoral de
Salta. Quiero hacer referencia a dos opiniones, una es la suya cuando hace poco
me dijo “hay un análisis un poco exagerado sobre las posibilidades electorales
del FIT porque ésta es una elección que tiende a la polarización” y también
escuché una reflexión parecida en boca de Eduardo Lucita, en oportunidad del
plenario que llevamos adelante en la Facultad de Ciencias Sociales a comienzos
de marzo, donde señaló que en la Ciudad de Buenos Aires era muy importante la
unidad de la izquierda porque la oferta era muy dispersa, muchas fuerzas se
manifestaban desde ese espacio político y eso iba a afectar de alguna manera al
FIT. ¿Cuál es su reflexión sobre la elección que se dio el pasado domingo en
Salta?
G.A.: Creo que la elección en Salta y lo mismo se va a
repetir en Mendoza, reflejó que el FIT mantiene un importante caudal electoral,
ha sacado menos que en las elecciones municipales, precisamente por la polarización
y porque es otro tipo de elecciones. Había que elegir entre los candidatos del
gobierno o los de la oposición y la gente eligió al antiabortista Urtubey para
no tener que aguantarse a ese señor de corte feudal, Romero, y a todo lo que
venía detrás. Pero a nivel de la provincia un 7% es muy bueno y en la capital
más de 12%, pero no hay que hacerse enormes esperanzas porque está en juego
quién va a gobernar el país y la gente desde los sectores populares prefiere
apoyar a lo que hay con tal de que no haya un cambio peor.
En la Ciudad de Buenos Aires creo que no van a superar las
PASO más que el FIT y a lo mejor Autonomía y Libertad de Luis Zamora. Lo que va
a significar que mucha gente se va a quedar sin candidato y a lo mejor el FIT
haga después una elección mejor que en las PASO. Pero el efecto de polarización
es notable, ya que en la capital de ningún modo puede ganar ninguna fuerza de
la izquierda, ya que representa un 10%. Hay que tener en cuenta que el PBI por
habitante de la Ciudad de Buenos Aires es de U$S 35.000 por habitante, es más
alto que el de Portugal y Bélgica, entonces se hace difícil que la izquierda
tenga mucha base. El efecto que va a causar la polarización es redimensionar
las esperanzas de los más electoralistas dentro del FIT.
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