(Segunda Época), Año 1, N° 1, Córdoba, Junio de 2014.
ISSN 2250.7264
RESEÑA BIBLIOGRÁFICA
Castillo Fernández, Dídimo y Gandásegui (Hijo), Marco A. (coordinadores):
Estados Unidos más allá de la crisis,
México, Siglo XXI y CLACSO, 2012. 537 páginas.
Por Leandro Morgenfeld
Para comprender
América Latina hay que estudiar a Estados Unidos. Acostumbrados a interpretar
nuestro pasado y presente a través del prisma de la academia anglosajona, a primera
vista puede parecer extraño o antojadizo que se analice el devenir de la crisis
estadounidense desde el punto de vista latinoamericano. Y eso es justamente lo
que se propone este libro: desentrañar diversas aristas vinculadas con la
actual crisis de la potencia hegemónica mundial, desde el punto de vista
latinoamericano. Luego de seis años de labor colectiva, un conjunto de
intelectuales de la región, en el marco de un Grupo de Trabajo del Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), presenta este libro, el tercero
luego de Crisis de hegemonía de Estados
Unidos y Estados Unidos: la crisis
sistémica y las nuevas condiciones de legitimación. Coordinado por los
sociólogos Dídimo Castillo Fernández y Marco A. Gandásegui, hijo, esta obra de
nutre de 20 capítulos -sus autores son reconocidos investigadores de Argentina,
Brasil, Colombia, Chile, Cuba, México, Panamá, Puerto Rico y Estados Unidos-,
divididos en los tres grandes ejes que la articulan: Crisis mundial o crisis
del capitalismo; Crisis de hegemonía y decadencia interna en Estados Unidos;
Nueva geopolítica de Estados Unidos, escenarios para América Latina.
La primera parte trata sobre la
crisis desatada en 2008 y las consecuencias para Estados Unidos y el resto del
mundo a mediano y largo plazo. Theotonio Dos Santos analiza el carácter
estructural de la misma; Carlos Eduardo Martins la compara con la de 1929 y
avanza en planteos teóricos, abrevando en Marx, Braudel, Dos Santos y Marini;
Orlando Caputo Leiva rebate los argumentos de quienes sostienen que es una
crisis financiera; Jaime Ornelas Delgado se centra en el agotamiento del modelo
económico neoliberal; y Gandásegui se ocupa de la crisis de hegemonía del
sistema mundo, vinculándola con el cambio de época en el desarrollo
capitalista.
La segunda parte plantea el debate sobre
la declinación de Estados Unidos a nivel mundial. Adrián Sotelo Valencia sostiene
el carácter estructural y global de la crisis, y discute con la idea de su
posible encapsulamiento a partir de medidas correctivas; Katia Cobarrubias
Hernández explica cómo la hegemonía financiera y monetaria de Estados Unidos,
desde 1971, fue una de las causas de los desequilibrios actuales y terminó
debilitando el propio dominio económico estadounidense; Daniel Munevar se
centra en el déficit fiscal de Estados Unidos, su vínculo con la deuda pública
y las opciones para evitar la depresión económica; Fabio Grobart Sunshine
analiza el agotamiento relativo y la pérdida de liderazgo de Estados Unidos en
materia de ciencia y tecnología, y las promesas incumplidas de Obama en
relación a ese sector de punta; Castillo Fernández analiza los cambios en el
proceso de producción y trabajo que acompañaron el neoliberalismo y el
crecimiento de la informalidad, el desempleo y la precarización laboral,
vinculados al aumento de la explotación; Alejandro I. Canales estudia la inmigración
latinoamericana y la relaciona con el proceso de creciente precarización del
trabajo; James Martín Cypher analiza las consecuencias regresivas de la crisis
actual para los trabajadores y la clase media; y Jorge Hernández Martínez
examina las redefiniciones ideológicas y los cambios en la geopolítica mundial
a partir de la asunción de Obama, esencialmente continuador de la política
exterior de Bush.
La tercera parte se centra en la
nueva geopolítica de Estados Unidos, la política exterior de Obama hacia
América Latina -en su primer año y medio como presidente- y también en los
potenciales escenarios para la región. Darío Salinas Firgueredo analiza las
supuestas amenazas actuales a la seguridad estadounidense, la ubicación de la
región en la agenda de ese país y las respuestas latinoamericanas; Luis Suárez
Salazar critica las estrategias del "gobierno permanente" de Estados
Unidos hacia el resto del continente americano, enfatizando las continuidades
Bush-Clinton-Bush(h)-Obama, por sobre las rupturas; Silvina M. Romano
desarrolla una perspectiva crítica del vínculo entre democracia y desarrollo, y
su relación con la seguridad, desde los años sesenta hasta la actualidad; Jaime
Zuluaga Nieto se centra en los cambios en las políticas de seguridad y en su incidencia
en América Latina, desde los atentados de septiembre de 2001; María José
Rodríguez Rejas explica cómo las transformaciones en la política de seguridad
hemisférica inciden en el proceso de militarización de América Latina, enfocándose
en los proyectos del Plan México y el Plan Colombia; Catalina Toro Pérez indaga
en las continuidades en la política de Washington hacia la región y se pregunta
si hay posibilidad de alternativas; y Gian Carlo Delgado Ramos estudia el papel
de los recursos naturales -en particular los minerales estratégicos- en las
relaciones interamericanas, contraponiendo las nociones de seguridad que
plantea el gobierno estadounidense con el concepto de "seguridad
ecológica".
Además, completan el libro una Presentación,
escrita por Theotonio dos Santos, un Prólogo, de John Saxe-Fernández, y una Introducción,
a cargo de los dos coordinadores de la obra. El reconocido teórico brasilero de
la teoría de la dependencia reafirma justamente la necesidad imperiosa de
estudiar a Estados Unidos y el sistema imperial desde el punto de vista de
América Latina y recuerda los obstáculos enfrentados desde los años setenta:
"Fue difícil establecer una tradición de investigación sobre Estados
Unidos en la región. La idea es de que bastaban los estudios hechos en Estados
Unidos para informarnos sobre lo que era y lo que pasaba en ese país" (p.
7). Reivindica este libro, entonces, como parte de la lucha contra los retrasos
de la academia latinoamericana en institucionalizar el estudio sistemático de los
intereses y estrategias de los poderes del centro del sistema imperialista,
producto de la mentalidad subordinada y dependiente que promueven las
oligarquías locales y sus aliados externos.
Este análisis del centro imperial,
desde una de las regiones históricamente más subordinadas al poder de
Washington, se inscribe en la creciente preocupación por la reversión de esa
dependencia. En palabras de Saxe-Fernández, "Los lazos
oligárquico-imperiales de sujeción económica, empresarial y policial militar, se
basan en la propensión histórica de las oligarquías criollas a estar
satisfechas y hasta propiciar arreglos de coparticipación en la apropiación del
excedente y en el manejo fiscal, presupuestal y de seguridad de las naciones
que depredan: ya hay condiciones y contradicciones para superar esa trabazón de
intereses" (p. 21). El desafío de este colectivo de investigación, que se
proyecta a futuro en el marco de un nuevo Grupo de Trabajo CLACSO para el
período 2013-2016, es entender el carácter de la crisis estadounidense, el
devenir de la declinación imperial y las alternativas que este proceso presenta
para Nuestra América en el siglo XXI, en la marco de su histórica lucha
emancipadora.