“Hay que avanzar en construir formas de financiamiento regional”
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En L’Ombelico del Mondo, programa internacional de
Radionauta FM 106.3, entrevistaron a Leandro Morgenfeld -docente
universitario e investigador del CONICET especializado en relaciones
internacionales- respecto a la situación del fallo contra la Argentina
sobre los fondos buitre, la deuda externa y el funcionamiento del
sistema financiero internacional.
- ¿Cómo queda Argentina a nivel internacional en relación al fallo reciente sobre los fondos buitre?
- Argentina viene con este tema judicial hace bastante tiempo. Por lo
menos dos años tratando de dilatar la resolución de la cuestión del
juicio que se lleva adelante en el juzgado de Griesa para llegar al 31
de diciembre donde vence la clausula de pari passu. Es decir de igual
trato para todos los bonistas que ya aceptaron el canje.
Esa estrategia de dilatar la cuestión hasta diciembre (que explotó
con la resolución de la Corte Suprema) hizo que el gobierno argentino
llevara adelante una serie de medidas para, de algún modo, congraciarse
con los organismos internacionales que mostró ser una estrategia
fallida.
Esta estrategia tiene que ver con haber cerrado la controversia con
el Club de París que incluía no solo a Estados Unidos como acreedor sino
a muchos países europeos y asiáticos; que tiene que ver con cerrar el
pleito con Repsol a partir de la estatización de parte de YPF, donde se
acordó una altísima indemnización; tiene que ver con cerrar parte de los
pleitos que empresas europeas y norteamericanas tenían con nuestro país
en el CIADI, organismo dependiente del Banco Mundial.
Argentina hizo todo eso en función de mostrarse como un país
responsable y serio, entre comillas. Y además tratar de patear este
conflicto para después del 31 de diciembre de este año. En ese sentido
la resolución de la Corte muestra el error de esa estrategia que implicó
otorgar muchos de los dólares que hoy escasean en la Argentina para
tratar de conseguir un fallo favorable.
Me parece que lo más importante de la discusión, más allá de los
argumentos jurídicos (estas semanas en Argentina todos somos expertos en
fútbol y en la Justicia de Estados Unidos) es que puede implicar la
cuestión de fondo. No solamente para nuestro país sino para otros
grandes procesos de reestructuración de deuda.
- ¿Por qué la estructura a nivel internacional está dada para
que tengamos que terminar en la Corte Suprema de Estados Unidos? ¿No
hay otra forma de resolver esto?
- Si, por supuesto. Una de las cosas que hizo la Argentina fue
resignar soberanía jurídica. Planteó, en la emisión de los bonos, que
los diferendos en torno a esos bonos se iban a resolver en la Justicia
de Nueva York. Esto se hizo para bajar las tasas que se pagaban porque
para los acreedores era más confiable Estados Unidos que Argentina.
Esto llevó a que en los últimos años, y particularmente en los
últimos meses, el país esté sometido a un juez de otro país. Lo
interesante es que todos los sectores, tanto del oficialismo como de la
oposición, tenían expectativas en un fallo, no sé si favorable, pero sí
que permitiera dilatar la cuestión. Toda esta especulación finalmente no
fue así.
El Departamento de Estado de Estados Unidos dio a entender que una
resolución de este estilo de la Corte iba a poner en riesgo otros
procesos de reestructuración de la deuda. ¿Qué quiere decir esto?
Países como Grecia que defaultearon (sic) también su deuda o que la
renegociaron, pueden estar en problemas porque los acreedores externos
que no hayan aceptado las condiciones de la renegociación ahora pueden
litigar en la Justicia con la expectativa de conseguir el 100% del valor
nominal de los bonos.
Por lo tanto esta resolución pone, no solo a la Argentina al borde
del default, sino que también pone en peligro otros procesos de
reestructuración de deuda.
Me parece que la cuestión de fondo es ponerse a discutir en su
totalidad el sistema financiero internacional. Y en lo que nos atañe en
América Latina, avanzar sobre lo que no se hizo mucho en el último
tiempo como construir un banco regional, formas de financiamiento
regional, que no pasen por organismos financieros internacionales
comandados por Estados Unidos y por Europa.
- Hace unos meses hemos escuchado a Rafael Correa insistir
muchísimo en tener una arquitectura financiera latinoamericana para
poder obviar este tipo de problemas. ¿Estamos cerca o lejos de todo eso?
- Creo que estamos lejos porque los últimos años, que se creó el
Banco del Sur y estaban dadas las condiciones para aportar a ese banco
porque América Latina estaba en una coyuntura de altos precios de las
materias primas y varios años de crecimiento económico, sobre todo
Brasil fue bastante renuente en que se avanzara.
Y hay otra cuestión ahí que tiene que ver con tomar decisiones de
peso con otros países de la región. Cuando Argentina decidió pagarle
toda la deuda al Fondo Monetario Internacional (FMI) lo hizo en soledad.
No se hizo una negociación conjunta con todos los países de la región.
Por ejemplo el CIADI que mencionábamos antes, que es este organismo
que depende del Banco Mundial y al cual las empresas transnacionales
acuden cuando quieren reclamar contra los Estados, hay algunos países
que se retiraron pero lo hicieron individualmente: Venezuela, Bolivia,
Ecuador. O casos como el de Brasil que nunca participaron en este
organismo.
Creo que la Argentina debería plantear, junto a los demás países de
la región, retirarse del CIADI. Porque esto le da un peso a las empresas
transnacionales para demandar a nuestro país aunque se hayan incumplido
los contratos.
Argentina optó por el camino inverso. En los últimos meses acordó con
empresas norteamericanas que litigaron contra el país para pagarles, no
todo lo que reclamaban, pero si un porcentaje importante. Con la misma
estrategia de seducción del capital transnacional para volver a tomar
deuda.
Toda esta estrategia hoy está demostrando su fracaso. En vez de
revisar eso y pensar otras salidas de conjunto con países de la región,
los discursos de la oposición y del oficialismo lo único que hacen es
reforzar que Argentina debe someterse a los fallos judiciales en países
extranjeros y arreglar algún tipo de negociación.
Por lo tanto se están comprometiendo las relativamente escasas
reservas que tiene la Argentina para pagarles a los fondos buitres. Con
la complicación de que se si se paga ahora vienen todos los otros fondos
que no entraron a los canjes y luego todos los que si entraron al
canje, a reclamarle a la Argentina millones de dólares que nos harían
entrar en default. Se pague o no se pague, estamos ante un inminente
default. Los márgenes de negociación son muy estrechos.
Todo este panorama muestra que el tema del endeudamiento externo
sigue siendo central en la Argentina y que no los vamos a solucionar si
seguimos optando por aplicar, con matices, estrategias que son
favorables al capital transnacional y no al desarrollo de los países de
América Latina.
Hoy la deuda argentina es gigantesca y cada año tenemos que pagar
más. Y por más que sigamos pagando vamos a seguir debiendo cada vez
más.Entonces me parece que en vez de indagar en los vericuetos de la
Justicia norteamericana, lo que tenemos que hacer de una vez por todas
es mecanismos de discusión de moratorias a nivel continental.
Al mismo tiempo pensar como creamos mecanismos de financiamiento
conjunto en la región. Eso sería enfrentar la lógica de los organismos
financieros internacionales donde los países del G7, los países
centrales, tienen prácticamente poder de veto.
- En la práctica podemos decir que no tenemos bases militares
estadounidenses en nuestro territorio, como Colombia por ejemplo, pero
esta es la manera de mantener el dominio sobre nuestro país.
- Por supuesto. Esto tiene un montón de condicionamientos sobre la
política económica. Lo vivimos nosotros desde 1956 cuando Argentina
ingresa al FMI como sistemáticamente la forma de ejercer presión y
condicionar la política económica tenía que ver con exigir que a cambio
de préstamos se aplicaran determinadas medidas.
Esto lo tuvimos a lo largo de toda la historia y supuestamente lo
rompimos en 2006 cuando liquidamos la deuda con el Fondo. Pero hoy vemos
que, más allá de los discursos y lo que se pueda haber avanzado en
algunos aspectos, el tema de la deuda sigue estando en primer lugar
dentro de las problemáticas de la Argentina.
Nunca se planteó, por ejemplo, una auditoria de la deuda externa que
es algo que muchos venimos reclamando. En algunos países, como Ecuador,
si se hizo una auditoria de la deuda y se declaró ilegitima una parte de
esa deuda.
En Argentina a pesar del fallo del juez Ballesteros en el año 2000
por la causa Olmos, nunca el Congreso Nacional se decidió a discutir
esta problemática, establecer que parte de la deuda es legítima y que
parte no.
Sobre todo, cómo se llega a una solución para no caer de nuevo en
este problema el año que viene o el otro o el otro. Ya los compromisos
de pago para los próximos dos años son inmensos. Argentina va a tener
que hacer un ajuste feroz para asumir esos compromisos.
Me parece que es un buen momento para sentar a todos los países de la
región y sentarnos a discutir que caminos alternativos hay respecto a
los que hemos ensayado en las últimas décadas que han demostrado su
fracaso.
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