SAN PETERSBURGO.- No tuvo tiempo ni de mirar qué hora era en Rusia. Cristina Kirchner dio los buenos días a las 3 de la tarde y, allí, al pie del Tango 01, quiso anticipar cuál era el mensaje que traía a la cumbre del G-20, que empieza hoy en la mítica capital de los zares. "Vamos a plantear el tema de los «fondos buitre», porque no sólo nos afecta a nosotros, sino al resto del mundo", advirtió.
No sorprendió por esa declaración, previsible,
sino por lo que admitió después: "Lo vamos a plantear pese a que hubo
una negativa de Estados Unidos a que el tema se mencionara
específicamente en el documento final".
Sacó a la luz sin vueltas el malestar del Gobierno por
la falta de apoyo de la Casa Blanca en la pelea contra los bonistas que
no aceptan los canjes de deuda en default propuestos por la Argentina, y
que obtuvieron hace dos semanas un fallo favorable de la Cámara de
Apelaciones de Nueva York.
Aunque ayer la comitiva kirchnerista lo minimizaba,
desde la semana pasada hubo gestiones diplomáticas para conseguir un
gesto del presidente Barack Obama en esta cumbre a favor de la posición
argentina.
El Gobierno aspira a que el líder demócrata influya
sobre la restrictiva Corte Suprema estadounidense para que acepte tratar
la apelación argentina, lo que demoraría el cumplimiento de la
sentencia que exige al país pagar el total del valor de los bonos en
poder de los fondos especulativos. Ayer, antes de que Obama aterrizara
en San Petersburgo, las expectativas de obtener ese respaldo político se
desinflaban.
Las palabras de la Presidenta al llegar revelan que
tampoco prosperó el plan para que el anfitrión, Vladimir Putin,
impusiera la condena a la conducta de los "fondos buitre" en el
documento final que firmarán los jefes de gobierno.
Al menos, Cristina Kirchner tendrá libertad para
denunciarlos a gusto en su discurso ante los líderes de las principales
potencias. Insistirá en que si no se les pone freno, estarán en peligro
todas las reestructuraciones de deuda dispuestas en naciones en crisis.
"Los «fondos buitres» se aprovechan de los países
próximos a defaultear, nos pasó a nosotros, a los griegos y a los
españoles, de otro modo, y a Portugal -enfatizó ayer-. Nosotros hicimos
quita que comprende al 93% de los acreedores y venimos pagando desde el
año 2005. Pese a todo nos castigan."
Tras la derrota judicial en Estados Unidos, el Gobierno
anunció una nueva apertura del canje de deuda como señal de que tiene
voluntad de pago. Incluso retiró su pretensión inicial de cambiar de
Nueva York a Buenos Aires el lugar de pago de los títulos renegociados.
La apelación todavía no fue presentada. Fuentes de la
Casa Rosada indicaron que se había decidido esperar hasta esta cumbre
antes de dar el siguiente paso. Las próximas 48 horas terminarán de
perfilar la estrategia.
Dos caras
Anteojos negros, peinada para las fotos, tal vez
abrigada de más para el apacible fin de verano en el Báltico, Cristina
Kirchner fue una de las primeras invitadas en aterrizar en el aeropuerto
de San Petersburgo. Llevaba 18 horas de vuelo, con escalas en Brasil y
en Marruecos, dos países libres del peligro de un embargo de los "fondos
buitre".
"Estoy contenta de estar en esta ciudad histórica tan
tempranito por la mañana", dijo al acercarse a los micrófonos de los
medios oficiales que la esperaban en la terminal. Ahí le advirtieron que
era plena tarde en Rusia. "Nunca cambio la hora cuando salgo del país.
Mi cabeza está siempre en la Argentina", corrigió.
Se mostró predispuesta a hablar con tono amable antes
de subir al coche que la esperaba para trasladarla a la villa imperial, a
orillas del golfo de Finlandia, donde se celebrará la cumbre. Cara y
cruz: a los cinco minutos de partir en la burbuja de seguridad, la red
social Twitter estalló con 39 mensajes de la Presidenta, cargados de
ironías y denuncias de conspiración contra dirigentes opositores y
medios de comunicación (ver página 7).
Pasó buena parte del vuelo leyendo. Tenía una carpeta
con artículos sobre la crisis en Grecia y sobre la guerra en Siria.
También celebró una columna de opinión que escribió el premio Nobel de
Economía Joseph Stiglitz, en la que alerta sobre el peligro que implica
el fallo contra la Argentina en Nueva York (ver aparte).
En sus seis minutos de declaraciones al llegar condenó
también el plan de Obama para atacar a Siria en represalia por el
denunciado uso de armas químicas en la guerra civil que arrasa ese país.
"A la muerte no se la soluciona con más muerte", dijo.
Antes de que Putin le dé la bienvenida oficial esta
tarde, la Presidenta se reunirá en un hotel del centro de San
Petersburgo con el líder chino, Xi Jinping.
Será su única ocasión de salir de la fortaleza en la
que blindaron a la mayoría de los asistentes y ver la ciudad de los
zares, con sus canales venecianos, los palacios interminables y esas
cúpulas doradas que relucen entre grandes espacios desangelados, más
dignos del gris soviético que del desmesurado lujo zarista.
Cristina Kirchner confirmó que hablará con Xi de las
megarrepresas de Santa Cruz, cuya obra el Gobierno adjudicó a un
consorcio que integra la china Gezhouba, junto a Electroingeniería. Y
que espera anunciar más inversiones.
Lo mismo intentará arrancarle a Putin, a quien verá
mañana. Retomará el diálogo abierto hace un año sobre un posible acuerdo
entre el gigante ruso Gazprom e YPF. Y se ilusionó con que la cita que
le pidió el primer ministro japonés, Shinzo Abe, le permita anunciar
proyectos en la Argentina de empresas de ese país.
Tal vez esas "buenas noticias" le alcancen para balancear el desaire de Obama al que ayer parecía resignarse.
Lorenzino se quedó en Buenos Aires
Sorpresivamente, el ministro Hernán Lorenzino se quedó
en Buenos Aires y no formó parte de la delegación al G-20. En el
Ministerio de Economía confirmaron que el cambio fue "para seguir de
cerca la sesión en el Senado por el canje de deuda y estar atento al
proceso con los «fondos buitre»". De hecho, mañana el Gobierno debe
apelar el fallo adverso de la Cámara de Apelaciones ante ese mismo
tribunal de Nueva York. Además, destacaron que la idea de que no viaje
no se relaciona con ningún "castigo", como se especuló en el mercado,
respecto de las idas y venidas oficiales en relación a la nueva
propuesta para los acreedores privados.
Del editor: qué significa.
El Gobierno creyó que Obama saldría en su ayuda para no dar una mala señal al sistema financiero internacional. La evaluación oficial falló.
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LA PRESIDENTA CONFIRMO QUE EXPONDRA ANTE EL G-20 SU PREOCUPACION POR EL COMPORTAMIENTO NOCIVO DE LOS HOLDOUTS
“Los fondos buitre nos aquejan a todos”
Cristina Fernández reveló además que los
representantes argentinos se toparon con la resistencia de Estados
Unidos a incluir una declaración de condena a los buitres en el
documento final de la cumbre. “Pese a esa negativa vamos a plantear el
tema”, sostuvo.
David Cufré (Página/12)
Desde San Petersburgo
El gobierno argentino trasladó a esta ciudad su disputa con los
fondos buitre. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner confirmó
ayer que expondrá ante los líderes del G-20 su preocupación por el
comportamiento nocivo de esos fondos especulativos para la economía
internacional. Como anticipó Página/12, ése es uno de los temas
centrales de su agenda para la cumbre de mandatarios que empieza hoy y
termina mañana en la imponente ciudad rusa a orillas del mar Báltico.
Sin embargo, la Presidenta reveló que los representantes argentinos se
toparon con la resistencia de Estados Unidos a incluir una declaración
de condena a los buitres en el documento final de la cumbre. “Pese a esa
negativa vamos a plantear el tema, porque los fondos buitre nos aquejan
a todos, no solamente a nosotros”, remarcó CFK, quien hablará del
asunto en las sesiones plenarias y también en las reuniones cara a cara
con sus pares de Rusia, China, India, Japón, Sudáfrica y con el titular
de la Organización Mundial de Comercio (OMC). La segunda definición de
importancia que entregó la jefa de Estado al pie del Tango 01, tras su
arribo a San Petersburgo, fue su rechazo a una intervención militar
unilateral en Siria. “Nadie quiere la guerra, como lo dijo el Papa y
nosotros como miembros del Consejo de Seguridad de la ONU. No creemos
que las muertes se solucionen con más muertes. Es una incoherencia
total”, fustigó.Cristina Kirchner volvió a hablar con la prensa argentina en una cumbre del G-20 después de más de tres años. Estaba animada, de buen humor y dispuesta a conversar pese a que a su lado los severos agentes de seguridad rusa discutían con sus pares argentinos para que abandonaran rápido la pista, pues en ese momento estaba aterrizando el avión del presidente de la India. CFK siguió adelante, con sus anteojos negros y un colorido ramo de rosas en la mano que le había regalado minutos antes un funcionario del gobierno local en nombre de Putin. “Es un G-20 muy especial. Nos causa mucho agrado estar en una ciudad tan histórica como San Petersburgo. Pero estamos en una situación complicada, grave, por la crisis en Siria y la seguridad en Medio Oriente, y en realidad, en el mundo”, interpretó. “De estas cosas tenemos que hablar en términos civilizados, sin posiciones ideologizadas, porque la muerte no tiene ideología. Los seres humanos mueren cualquiera sea su pensamiento, su religión, su credo, producto de guerras injustas, guerras que tienen que ver con cuestiones de poder, y éstas son las cosas que también tenemos que plantear con los líderes del G-20”, completó la Presidenta.
Esa posición choca con el objetivo político número uno en este momento de Barack Obama. La Argentina, Brasil y la Unasur en conjunto manifestaron la semana pasada su oposición a un ataque a Siria, pero para el gobierno de CFK significa un segundo punto de diferenciación con Estados Unidos. El otro es el que refiere a la pelea con los fondos buitre. La Casa Rosada esperaba que la Casa Blanca realizara una presentación de apoyo a la Argentina ante la Justicia de su país, rechazando la pretensión de los buitres de cobrar el ciento por ciento de lo que reclaman. Sin embargo, hasta el momento no se produjo, y aunque la posibilidad sigue abierta ante la Corte Suprema, los gestos que está enviando Washington no dan para alentar esperanzas. Cristina Kirchner incluso reconoció ayer que Estados Unidos se niega a incluir una declaración de condena a los fondos especulativos en el documento final del G-20.
“Vamos a tratar el tema de los fondos buitre pese a que hubo una negativa de Estados Unidos a que se mencionara específicamente en el documento final. Pero lo vamos a plantear, porque no es un tema que nos aqueje solamente a nosotros. Recién venía leyendo en el avión un artículo en el diario sobre la situación en Grecia, donde el gobierno autorizó a vender alimentos vencidos para abaratar costos: queso, yogur, leche. E informaba que más de un millón de empleados públicos hace casi un año que no cobra el sueldo, pero igual va a trabajar por temor a perder el empleo. Estas cosas son las que tenemos que debatir, y también sobre los fondos buitre, que son los que se aprovechan de los países próximos a defoltear como nos pasó a nosotros”, se explayó. Ese será el argumento central que levantará la Presidenta ante sus pares del G-20: que la cuestión de los buitres excede a la Argentina y es un problema para la economía internacional. El precedente de que los fondos especulativos pueden eludir las reestructuraciones voluntarias de deuda y aspirar a cobrar todo lo que demandan por decisión judicial conspira contra futuras renegociaciones.
“A Grecia le pasó lo mismo, y de otro modo también a España y Portugal. En España, los fondos hicieron un trabajo muy similar al que hicieron con Argentina; viendo que el país no podía pagar una deuda, y que iba a defoltear, compraron bonos basura a precios basura y luego iban a pretender cobrar la totalidad”, describió. “Grecia va por su tercer pedido de reestructuración de deuda con importantes quitas y todavía no puede pagar, y a nosotros, que hicimos una reestructuracion con quita que comprende al 93 por ciento y que venimos pagando desde 2005, nos castigan. Estas cosas las vamos a plantear no solamente por nosotros, los argentinos, sino por el resto del mundo”, insistió la jefa de Estado.
Después de su arribo a esta ciudad, la Presidenta dedicó el día a preparar los temas que llevará mañana a las reuniones bilaterales y luego a las sesiones plenarias. Su primera actividad en el G-20 será a las cuatro de la tarde hora local –siete menos en la Argentina–, que consistirá en el saludo protocolar con el anfitrión, Vladimir Putin. Una hora más tarde tendrá lugar la primera audiencia de todos los mandatarios, mientras que a las ocho de la noche habrá una cena de trabajo también con todos los presidentes y a las diez un show musical y fuegos artificiales en el Peterhof Museum. Tal vez para esa hora la tensión internacional por Siria, y en el caso argentino por los fondos buitre, haya tomado más calor que los fuegos que se lanzarán al aire.
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