Dilma suspende la visita de Estado a Washington por el espionaje
Por Eleonora Gosman (Clarín)
El viaje debía realizarse en octubre. Brasil protestó al comprobar que se habían espiado los mails de la presidenta.
La presidenta Dilma Rousseff ya está decidida a suspender su
visita a Washington, programada para el 23 de octubre y donde sería
recibida con los honores de jefa de Estado. La causa de una medida tan
drástica que congelaría la relación con la Casa Blanca, ya bastante
conturbada, es la ausencia de una explicación amplia y creíble a los
casos de espionaje practicado por la norteamericana Agencia Nacional de
Seguridad, conocida por su sigla NSA, que la involucró directamente. El
propio gobierno norteamericano llegó a reconocer la semana, aunque en
forma indirecta, la veracidad de las denuncias sobre las
interceptaciones regulares de mails y llamados presidenciales brasileños
a través de teléfonos celulares.
Tanto el diario Folha de São Paulo como el carioca O Globo publicaron ayer que la decisión de suspender el viaje de Dilma se tomó en una reunión cumbre realizada en Brasilia en la Granja do Torto, la residencia oficial de descanso. Allí, se realizó un encuentro donde participaron los dirigentes más próximos a la presidenta. Entre ellos, el ex presidente Lula da Silva, el ministro de Educación Aloizio Mercadante y el titular del Partido de los Trabajadores Rui Falcao. De acuerdo con la prensa brasileña, fueron más de 6 horas de reunión y allí habrían aconsejado a Rousseff a dejar en suspenso esa visita. “Ella ya quería cancelarla. Y ahora está prácticamente decidida” relató uno de los participantes de esa cita a los periodistas de Folha y de Globo. La única manera de revertir la “postergación” de la gira “es que Estados Unidos presente una justificación clara, lo que hasta ahora no sucedió”, reveló la fuente.
El miércoles último, el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil Luiz Alberto Figueiredo pasó por Washington para reunirse con Susan Rice, la principal asesora de Barack Obama en asuntos de seguridad. Todo indica que los resultados fueron magros. Un comunicado emitido por la funcionaria estadounidense admitió la “legitimidad” de las preocupaciones de Rousseff, aunque luego cargó contra la prensa por “distorsionar” el alcance de las actividades de espionaje de la NSA.
Dos denuncias vehiculizadas por la TV Globo, una el domingo 1º de septiembre y otra el domingo 8 de este mes, revelaron las periódicas “invasiones” a mails de la presidenta, a sus comunicaciones por celular y las de sus ministros, como también mostraron el interés de la agencia estadounidense por “radiografiar” ilegalmente a la petrolera brasileña Petrobras, a través de periódicas interferencias en la red privada de esta empresa. De este último caso se supo justo después que Dilma se encontrara en San Petersburgo con su colega Obama, a propósito de la cumbre del G-20 en esa ciudad. Durante la cita, Rousseff le había señalado que su gobierno, y ella misma, quieren saber exactamente cómo fue el proceso de espionaje y cuánto afectó al Estado brasileño. Obama se comprometió personalmente con el esclarecimiento demandado por Brasil y le dijo: “Créame, yo no sabía del alcance de esta actividad”.
La trama de estos episodios, que tomaron estado público recientemente, fue develada por los documentos que el ex técnico de la NSA, Edward Snowden, transfirió para su análisis al periodista del diario británico The Guardian, Glenn Greenwald. Precisamente, el Congreso de Brasil enviará en breve una misión de la Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados para reunirse en Moscú con el ex espía norteamericano, hoy asilado en esa capital para obtener mayor información.
De acuerdo con el funcionario citado por O Globo, que estuvo el viernes en la reunión del “comité de crisis” ad-hoc en Brasilia, es “muy remota” la posibilidad de revertir la cancelación de la visita: “El gobierno norteamericano ya trabaja con la hipótesis de postergar el encuentro entre Dilma y Obama”. Hay un temor adicional en el Palacio del Planalto. ¿Qué ocurriría si en vísperas de la visita oficial de Dilma hubiera más denuncias del estilo de las que ya fueron filtradas? De acuerdo con las fuentes brasileñas eso traería más “incomodidad” a la presidenta.
Tanto el diario Folha de São Paulo como el carioca O Globo publicaron ayer que la decisión de suspender el viaje de Dilma se tomó en una reunión cumbre realizada en Brasilia en la Granja do Torto, la residencia oficial de descanso. Allí, se realizó un encuentro donde participaron los dirigentes más próximos a la presidenta. Entre ellos, el ex presidente Lula da Silva, el ministro de Educación Aloizio Mercadante y el titular del Partido de los Trabajadores Rui Falcao. De acuerdo con la prensa brasileña, fueron más de 6 horas de reunión y allí habrían aconsejado a Rousseff a dejar en suspenso esa visita. “Ella ya quería cancelarla. Y ahora está prácticamente decidida” relató uno de los participantes de esa cita a los periodistas de Folha y de Globo. La única manera de revertir la “postergación” de la gira “es que Estados Unidos presente una justificación clara, lo que hasta ahora no sucedió”, reveló la fuente.
El miércoles último, el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil Luiz Alberto Figueiredo pasó por Washington para reunirse con Susan Rice, la principal asesora de Barack Obama en asuntos de seguridad. Todo indica que los resultados fueron magros. Un comunicado emitido por la funcionaria estadounidense admitió la “legitimidad” de las preocupaciones de Rousseff, aunque luego cargó contra la prensa por “distorsionar” el alcance de las actividades de espionaje de la NSA.
Dos denuncias vehiculizadas por la TV Globo, una el domingo 1º de septiembre y otra el domingo 8 de este mes, revelaron las periódicas “invasiones” a mails de la presidenta, a sus comunicaciones por celular y las de sus ministros, como también mostraron el interés de la agencia estadounidense por “radiografiar” ilegalmente a la petrolera brasileña Petrobras, a través de periódicas interferencias en la red privada de esta empresa. De este último caso se supo justo después que Dilma se encontrara en San Petersburgo con su colega Obama, a propósito de la cumbre del G-20 en esa ciudad. Durante la cita, Rousseff le había señalado que su gobierno, y ella misma, quieren saber exactamente cómo fue el proceso de espionaje y cuánto afectó al Estado brasileño. Obama se comprometió personalmente con el esclarecimiento demandado por Brasil y le dijo: “Créame, yo no sabía del alcance de esta actividad”.
La trama de estos episodios, que tomaron estado público recientemente, fue develada por los documentos que el ex técnico de la NSA, Edward Snowden, transfirió para su análisis al periodista del diario británico The Guardian, Glenn Greenwald. Precisamente, el Congreso de Brasil enviará en breve una misión de la Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados para reunirse en Moscú con el ex espía norteamericano, hoy asilado en esa capital para obtener mayor información.
De acuerdo con el funcionario citado por O Globo, que estuvo el viernes en la reunión del “comité de crisis” ad-hoc en Brasilia, es “muy remota” la posibilidad de revertir la cancelación de la visita: “El gobierno norteamericano ya trabaja con la hipótesis de postergar el encuentro entre Dilma y Obama”. Hay un temor adicional en el Palacio del Planalto. ¿Qué ocurriría si en vísperas de la visita oficial de Dilma hubiera más denuncias del estilo de las que ya fueron filtradas? De acuerdo con las fuentes brasileñas eso traería más “incomodidad” a la presidenta.
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