Una polémica detención en Londres reaviva el escándalo por espionaje
La Nación
El
novio brasileño del periodista que reveló los documentos secretos
filtrados por el topo Snowden fue retenido en Heathrow durante nueve
horas; duras críticas del gobierno de Rousseff
LONDRES.- Las
autoridades británicas reavivaron ayer el escándalo por espionaje con la
detención durante nueve horas del novio brasileño del periodista que
reveló los documentos secretos obtenidos por el ex agente de la CIA Edward Snowden, asilado en Moscú.
La controvertida detención de David Miranda provocó,
además, una dura reacción por parte del gobierno de Dilma Rousseff, que
calificó el arresto de "injustificable" y convocó al embajador británico
en el país.
Miranda, compañero de Glenn Greenwald, periodista del
diario británico The Guardian que publicó varios artículos sobre masivos
programas de vigilancia electrónica de Estados Unidos, filtrados por
Snowden, fue detenido anteayer durante nueve horas en el aeropuerto de
Heathrow, en Londres, cuando estaba en tránsito de Berlín a Río de
Janeiro.
"Había seis agentes que iban y venían. Me hicieron
preguntas sobre toda mi vida, sobre todo. Tomaron mi computadora, mis
videojuegos, mis tarjetas USB. Todo", contó Miranda a su llegada al
aeropuerto de Río, donde vive junto con Greenwald desde hace años.
"Me detuvieron, me interrogaron, me atacaban
psicológicamente, querían saber si yo tenía acceso a los datos enviados
por Snowden, pero les dije que no", agregó.
Por su parte, Greenwald precisó que Miranda fue
interrogado únicamente sobre las actividades de la Agencia de Seguridad
Nacional (NSA) norteamericana, para la que trabajaba Snowden. La
detención, dijo, "estaba destinada, evidentemente, a intimidar a
aquellos que trabajan sobre la NSA y su equivalente británico, el GCHQ,
desde un punto de vista periodístico".
"Si los gobiernos estadounidense y británico piensan
que esta estrategia nos disuadirá de continuar cubriendo de manera
agresiva lo que los documentos revelan, se equivocan. Esto tendrá el
efecto contrario: nos anima a ir más lejos", advirtió el periodista. Y,
desafiante, agregó: "Voy a publicar muchas cosas de Inglaterra también.
Tengo muchos documentos sobre su sistema de espionaje. Ahora mi foco va a
estar allí también. Creo que se van a arrepentir de lo que hicieron".
En declaraciones al programa Fantástico , de
TV Globo, Greenwald explicó que Miranda había viajado a Berlín para
llevarle documentos a Laura Poitras, la documentalista que recibió en
primera instancia, junto con Greenwald, los informes secretos filtrados
por Snowden. Miranda llevaba, además, otros documentos secretos
filtrados por el topo estadounidense, los cuales estaban guardados en un
archivo electrónico.
Miranda, de 28 años, fue retenido por las fuerzas de
seguridad británicas en virtud del artículo 7 de la ley antiterrorista
de 2000, que permite detener e interrogar a individuos en aeropuertos y
zonas fronterizas para determinar si están involucrados en la
planificación de atentados terroristas.
La medida irritó a Brasil, que calificó el tratamiento a
Miranda de "injustificable" y manifestó su "grave preocupación" por el
caso.
Con el fin de expresar ese malestar, el canciller
brasileño, Antonio Patriota, convocó al embajador británico en Brasilia,
Alex Ellis, para que dé explicaciones, y mantuvo una conversación
telefónica con su par británico, William Hague,
"Espero que [una detención así] no vuelva a suceder",
expresó Patriota, para quien el hecho supuso uno de los tantos "desmanes
y desvíos" que existen en "el combate al terrorismo".
El arresto también despertó fuertes críticas en Gran
Bretaña, en donde el opositor Partido Laborista instó a las autoridades a
explicar cómo es posible justificar la aplicación del artículo 7 para
detener a Miranda, argumentando que el empleo inadecuado de los poderes
antiterroristas podría socavar el apoyo público a ese tipo de medidas.
"Si vamos a usar la ley de esta forma (...) entonces al
menos necesitamos saberlo para que todo el mundo esté preparado", dijo
Keith Vaz, presidente del Comité parlamentario de Asuntos del Interior,
que confirmó que pedirá explicaciones a Scotland Yard por la detención
de Miranda.
"Esto causó considerable consternación y son necesarias
respuestas rápidas", dijo, por su parte, la legisladora laborista
Yvette Cooper, vocera del partido para asuntos de seguridad interna.
También el observador independiente de las leyes de
terrorismo designado por el Parlamento británico, David Anderson, pidió
explicaciones por escrito tanto al Ministerio del Interior como a
Scotland Yard, tras calificar la detención de "extremadamente inusual",
dado que Miranda fue retenido por el máximo de nueve horas permitido por
la legislación, lo cual es muy inusual.
Según precisó Anderson, menos de tres de cada 10.000
personas que entran o salen de Gran Bretaña son detenidas en el marco
del artículo 7. Y de ellas, más de un 97% son entrevistadas por menos de
una hora .
El Ministerio del Interior, en tanto, se limitó a
informar que la detención fue un asunto operacional de la policía. "El
artículo 7 forma parte esencial de las disposiciones de seguridad
británicas. Depende de la policía decidir cuándo es necesario y
proporcionado usar esos poderes", señaló un vocero de Downing Street.
La Casa Blanca negó estar implicado en la decisión de
retener a Miranda en el aeropuerto. "El gobierno británico [nos] alertó,
así que sabíamos que era algo que podía ocurrir", explicó el vocero
adjunto de la Casa Blanca, Josh Earnest. "Pero no es algo que nosotros
hayamos solicitado, y fue llevado a cabo específicamente por las
autoridades en cumplimiento de la ley británica", añadió.
Agencias AFP, Reuters, DPA y EFE
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