Dudas en EE.UU. por la nueva oferta
Analistas criticaron la idea de evadir a la justicia de ese país con un cambio de jurisdicción
WASHINGTON.- Entre enormes dudas y
advertencias sobre "posibles daños" a la aspiración oficial de llegar a
la Corte Suprema de Justicia fue recibido ayer en medios locales el anuncio del gobierno argentino de abrir un tercer canje de deuda y
de cambiar a la Argentina la jurisdicción de los bonos reestructurados
que se pagan en Nueva York para evitar así el riesgo de posibles
embargos.
Pero apenas 24 horas después del anuncio oficial, uno de los datos que llamaron la atención fue la ausencia del proyecto de ley que la presidenta Cristina Kirchner prometió para la tarde de ayer.
"Empezamos mal, uno puede entenderlo, pero en una
cuestión así es ciertamente desprolijo", dijo Charles Traymon,
economista de la Universidad de Chicago, en diálogo con LA NACION.
Posiblemente consecuencia de lo anterior fue el
llamativo silencio entre los principales actores del caso judicial. No
hubo reacciones oficiales entre los fondos demandantes de la Argentina
-NML y Aurelius- ni tampoco entre las llamadas "terceras partes
afectadas", integradas por los distintos grupos de tenedores de bonos
reestructurados que podrían verse afectados por un desenlace adverso.
"Hay que esperar a ver qué es lo que realmente propone
la Argentina. Pero uno de los problemas que tendrá será convencer a
inversores que ya han dicho dos veces que no. Habrá algunos que acepten,
pero otros insistirán en la negativa", vaticinó Traymon.
"Yo no creo que esto prospere. Al contrario, creo que
activará un contraataque por parte de los demandantes para pedir ante la
justicia norteamericana una orden para impedir que la Argentina altere
las condiciones preestablecidas de pago", dijo Arturo Porzecanski, de la
American University, con sede en esta ciudad.
Si bien no se pronunciaron en forma oficial, tenedores
de bonos ya canjeados expresaron desconcierto ante la idea de modificar
la jurisdicción de sus acreencias de Nueva York a la Argentina.
"No es un país cuya posición ante la ley aliente mucha confianza", fue uno de los argumentos.
Apelación a Dios
Uno de los puntos que llamaron la atención fue la
apelación de la presidenta para que "Dios ilumine a la Corte Suprema de
los Estados Unidos", instancia ante la que el Gobierno confía en poder
llegar con el caso.
Desde el costado jurídico, Bruce Wolfson, de Bingham
McCutchen, deslizó, sin embargo, que una legislación para "evadir a los
tribunales norteamericanos difícilmente ayude a que el gobierno
norteamericano interceda en favor de la Argentina" ante ese máximo
tribunal.
Hubo, sin embargo, un rescate de la idea de "llegar al
mundo con el mensaje de que se quiere pagar la deuda", incluida en el
discurso presidencial. "Lo que falta es ver cómo se instrumenta eso",
algo que ayer, ante la ausencia de la prometida propuesta, no podía
evaluarse por completo. "Si es algo dentro de los términos ya conocidos,
difícilmente prospere", fue el mensaje.
La Presidenta había anticipado que la nueva oferta
destinada al 7% que no entró en los canjes anteriores tendrá iguales
condiciones que la operación de 2010.
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