La OEA condenó los incidentes con el avión de Evo y reclama "disculpas" de Europa
Télam
La
Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó hoy por consenso una
resolución que condenó los hechos que afectaron la semana pasada al
avión presidencial de Bolivia en Europa y llamó a que las naciones
involucradas brinden "las explicaciones necesarias" y pidan "las
disculpas correspondientes".
El Consejo Permanente de la OEA aprobó, tras más de nueve horas de
debate en sesión extraordinaria, una resolución que expresa la
solidaridad de los países de la región para con Morales y "condena las
actuaciones que violan las normas y principios básicos del derecho
internacional, como la inviolabilidad de los Jefes de Estado".
El acuerdo fue logrado tras una trabajosa discusión en torno a algunos de los términos del documento y no salió por unanimidad porque Canadá y Estados Unidos pidieron agregar "al pie de página" que no se unían a la resolución porque "los hechos sobre este incidente no quedan claros", porque se trataba de una cuestión "bilateral" y que, por lo tanto, resultaba "inapropiado" que el organismo interamericano tratara el asunto.
Argentina pidió la palabra, a través de su representante, Martín Gómez Bustillo, para aseverar que "lo sucedido ha sido un hecho inamistoso, hostil e inaceptable, una flagrante violación al derecho internacional y a la convivencia pacífica de los Estados", y enfatizó que el episodio fue "un atropello, una práctica neocolonial, unafalta de respeto a la soberanía de un Estado y a la inviolabilidad de un Jefe de Estado".
Gómez Bustillo juzgó que España, Francia, Portugal e Italia "deben pedir disculpas a Bolivia, a su pueblo y a su presidente. Deben pedir disculpas a todos nosotros porque hoy todos somos Bolivia", remarcó.
La versión final de la resolución resolvió hacer "un firme llamado a los gobiernos" de esos 4 países de Europa para que "brinden las explicaciones necesarias" sobre lo acontecido, "así como las disculpas correspondientes".
A último momento, se agregó, a pedido de El Salvador, una propuesta de realizar "un llamado al diálogo respetuoso y constructivo entre las partes".
En el primer bloque de la reunión, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, vocero de la administración boliviana en el encuentro, consideró como "un grave atentado" lo ocurrido la última semana con la aeronave que transportaba a Morales de Moscú a La Paz y lamentó la "agresión moral" que significó tratar al jefe de Estado "como un criminal, de forma desconsiderada".
El hecho "se trata de una acción intercontinental dado que compromete a gobiernos de países de Europa" siendo que por ciertas acciones sucedidas "deducimos (fueron) por instrucciones o por gestiones de Estados Unidos", afirmó Romero.
El ministro reseñó que "cuatro horas después de haberse materializado las acciones de impedimento del desplazamiento aéreo" de Morales llegó a la Cancillería boliviana "la solicitud de extradición del ciudadano (ex agente de inteligencia estadounidense Edward) Snowden", pedido que fue devuelto dado que "el ciudadano Snowden no estaba en Bolivia".
"Nos estaban solicitando la extradición de un fantasma", ironizó Romero, para quien esa acción "es una confesión de parte de la intervención de otro gobierno, que nos ha permitido calificar este hecho como un hecho de implicancia intercontinental".
Evaluó luego que "llama la atención que Portugal haya revocado la autorización" de vuelo, pero "es aún más grave" que Francia rechazara el permiso alegando "explicaciones contradictorias" respecto a una confusión de aeronaves y dijera luego que retomaba la autorización "luego de saber que el presidente Morales estaba en el avión".
El funcionario siguió el relato con lo sucedido en el aeropuerto de Viena donde Morales estuvo varado por más de 13 horas, y mencionó que el embajador español en Austria pidió una "inspección en el avión porque había sospecha de que el ciudadano norteamericano (buscado por Estados Unidos), Edward Snowden, podía encontrarse" allí y después, en un segundo contacto, "solicitó tomar un cafecito en el avión del presidente".
Al tomar la palabra en su condición de miembro observador de la OEA, el representante español Jorge Hevia reiteró hoy que su gobierno "lamenta que la actuación de nuestra representación en Viena, aunque llevada a cabo siempre de buena fe, haya podido ser mal interpretada y haya podido incomodar u ofender" a Morales "y si así fuere, ofrecemos nuestras disculpas al respecto".
Su par italiano, Sebastiano Fulci, en cambio, negó las acusaciones del ministro boliviano, pidió que su país "no sea mencionado" en la declaración final y hasta advirtió que "no es Italia la que debe pedir disculpas a Bolivia, sino exactamente lo contrario" por las "acusaciones" recibidas.
"Italia no tuvo absolutamente nada que ver con los obstáculos al vuelo del presidente Evo Morales porque nunca retiró la autorización al sobrevuelo de su territorio", sino que lo sucedido responde a que "puesto que el avión había aterrizado en otro aeropuerto, Viena, la autorización caducó" y debía ser pedida una nueva, explicó Fulci.
Por su parte, el encargado de negocios francés, Lorenzo Schiavi, atribuyó lo sucedido a "un error técnico", que provocó una "confusión" de aeronaves, lo que generó la respuesta rotunda de Romero que pidió "no mirar" en Bolivia "una suerte de déficit mental como para pensar que una confusión visual haya explicado esas marchas y contramarchas".
Tras estas declaraciones, la mayoría de los países miembros -entre ellos la Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, México, Uruguay y Venezuela- expresaron su apoyo al borrador del proyecto de resolución, que por entonces no lograba el visto bueno de Estados Unidos, Canadá y Panamá.
Se decidió entonces un cuarto intermedio, en el que la discusión, según fuentes diplomáticas, pasó en parte por el debate sobre el uso del término "rechazo" o "condena", hasta que finalmente se consensuó por mayoría un texto de 4 puntos.
Ya antes, la representante estadounidense Carmen Lamellin, había explicado que "los hechos siguen siendo no claros" y que bajo ese escenario "no es útil ni apropiado que la OEA trate de intervenir en asuntos bilaterales".
Antes del receso, el secretario general del organismo hemisférico, José Miguel Insulza, cerró la primera etapa del encuentro con una mención a que el hecho "provocó una gran indignación y solidaridad inmensa de saber que un gobernante de América latina y el Caribe estaba siendo víctima de semejante agresión".
Para Insulza, lo sucedido al avión de Morales "no puede ser una casualidad" en cuanto a que "cuatro países de Europa coincidieron en este mismo asunto y además se dice que lo habría promovido otro país".
El acuerdo fue logrado tras una trabajosa discusión en torno a algunos de los términos del documento y no salió por unanimidad porque Canadá y Estados Unidos pidieron agregar "al pie de página" que no se unían a la resolución porque "los hechos sobre este incidente no quedan claros", porque se trataba de una cuestión "bilateral" y que, por lo tanto, resultaba "inapropiado" que el organismo interamericano tratara el asunto.
Argentina pidió la palabra, a través de su representante, Martín Gómez Bustillo, para aseverar que "lo sucedido ha sido un hecho inamistoso, hostil e inaceptable, una flagrante violación al derecho internacional y a la convivencia pacífica de los Estados", y enfatizó que el episodio fue "un atropello, una práctica neocolonial, unafalta de respeto a la soberanía de un Estado y a la inviolabilidad de un Jefe de Estado".
Gómez Bustillo juzgó que España, Francia, Portugal e Italia "deben pedir disculpas a Bolivia, a su pueblo y a su presidente. Deben pedir disculpas a todos nosotros porque hoy todos somos Bolivia", remarcó.
La versión final de la resolución resolvió hacer "un firme llamado a los gobiernos" de esos 4 países de Europa para que "brinden las explicaciones necesarias" sobre lo acontecido, "así como las disculpas correspondientes".
A último momento, se agregó, a pedido de El Salvador, una propuesta de realizar "un llamado al diálogo respetuoso y constructivo entre las partes".
En el primer bloque de la reunión, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, vocero de la administración boliviana en el encuentro, consideró como "un grave atentado" lo ocurrido la última semana con la aeronave que transportaba a Morales de Moscú a La Paz y lamentó la "agresión moral" que significó tratar al jefe de Estado "como un criminal, de forma desconsiderada".
El hecho "se trata de una acción intercontinental dado que compromete a gobiernos de países de Europa" siendo que por ciertas acciones sucedidas "deducimos (fueron) por instrucciones o por gestiones de Estados Unidos", afirmó Romero.
El ministro reseñó que "cuatro horas después de haberse materializado las acciones de impedimento del desplazamiento aéreo" de Morales llegó a la Cancillería boliviana "la solicitud de extradición del ciudadano (ex agente de inteligencia estadounidense Edward) Snowden", pedido que fue devuelto dado que "el ciudadano Snowden no estaba en Bolivia".
"Nos estaban solicitando la extradición de un fantasma", ironizó Romero, para quien esa acción "es una confesión de parte de la intervención de otro gobierno, que nos ha permitido calificar este hecho como un hecho de implicancia intercontinental".
Evaluó luego que "llama la atención que Portugal haya revocado la autorización" de vuelo, pero "es aún más grave" que Francia rechazara el permiso alegando "explicaciones contradictorias" respecto a una confusión de aeronaves y dijera luego que retomaba la autorización "luego de saber que el presidente Morales estaba en el avión".
El funcionario siguió el relato con lo sucedido en el aeropuerto de Viena donde Morales estuvo varado por más de 13 horas, y mencionó que el embajador español en Austria pidió una "inspección en el avión porque había sospecha de que el ciudadano norteamericano (buscado por Estados Unidos), Edward Snowden, podía encontrarse" allí y después, en un segundo contacto, "solicitó tomar un cafecito en el avión del presidente".
Al tomar la palabra en su condición de miembro observador de la OEA, el representante español Jorge Hevia reiteró hoy que su gobierno "lamenta que la actuación de nuestra representación en Viena, aunque llevada a cabo siempre de buena fe, haya podido ser mal interpretada y haya podido incomodar u ofender" a Morales "y si así fuere, ofrecemos nuestras disculpas al respecto".
Su par italiano, Sebastiano Fulci, en cambio, negó las acusaciones del ministro boliviano, pidió que su país "no sea mencionado" en la declaración final y hasta advirtió que "no es Italia la que debe pedir disculpas a Bolivia, sino exactamente lo contrario" por las "acusaciones" recibidas.
"Italia no tuvo absolutamente nada que ver con los obstáculos al vuelo del presidente Evo Morales porque nunca retiró la autorización al sobrevuelo de su territorio", sino que lo sucedido responde a que "puesto que el avión había aterrizado en otro aeropuerto, Viena, la autorización caducó" y debía ser pedida una nueva, explicó Fulci.
Por su parte, el encargado de negocios francés, Lorenzo Schiavi, atribuyó lo sucedido a "un error técnico", que provocó una "confusión" de aeronaves, lo que generó la respuesta rotunda de Romero que pidió "no mirar" en Bolivia "una suerte de déficit mental como para pensar que una confusión visual haya explicado esas marchas y contramarchas".
Tras estas declaraciones, la mayoría de los países miembros -entre ellos la Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, México, Uruguay y Venezuela- expresaron su apoyo al borrador del proyecto de resolución, que por entonces no lograba el visto bueno de Estados Unidos, Canadá y Panamá.
Se decidió entonces un cuarto intermedio, en el que la discusión, según fuentes diplomáticas, pasó en parte por el debate sobre el uso del término "rechazo" o "condena", hasta que finalmente se consensuó por mayoría un texto de 4 puntos.
Ya antes, la representante estadounidense Carmen Lamellin, había explicado que "los hechos siguen siendo no claros" y que bajo ese escenario "no es útil ni apropiado que la OEA trate de intervenir en asuntos bilaterales".
Antes del receso, el secretario general del organismo hemisférico, José Miguel Insulza, cerró la primera etapa del encuentro con una mención a que el hecho "provocó una gran indignación y solidaridad inmensa de saber que un gobernante de América latina y el Caribe estaba siendo víctima de semejante agresión".
Para Insulza, lo sucedido al avión de Morales "no puede ser una casualidad" en cuanto a que "cuatro países de Europa coincidieron en este mismo asunto y además se dice que lo habría promovido otro país".
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