fondos buitre
La causa de Argentina contra los fondos buitre desata internas en Francia, Estados Unidos y el FMI
Télam
Francia, EEUU y el FMI sacaron a relucir internas en su posición política contra los fondos buitre, en una serie de movimientos que exaltaron el temor por que se desate un caos en las finanzas mundiales si se confirma un fallo contra la Argentina.
Francia, EEUU y el FMI sacaron a relucir internas en su posición política contra los fondos buitre, en una serie de movimientos que exaltaron el temor por que se desate un caos en las finanzas mundiales si se confirma un fallo contra la Argentina.
Culminó una semana muy caliente en la historia de las finanzas
mundiales, que agregó a Europa como protagonista clave en la saga del
"juicio del siglo": Francia intercedió ante la Corte Suprema de los EEUU
respaldando la posición argentina de que se revise el fallo que resultó
favorable de los fondos buitre.
Fue tan inédita la iniciativa de cruzar el charco de jurisdicción como lo serían las implicancias de dicho fallo, que harían tambalear el éxito de futuras reestructuraciones de deuda, y hasta el uso de Nueva York como mercado líder financiero internacional, según justificaron en el escrito de 26 páginas, enviado a la CS.
Por otro lado, se hizo pública la realización una reunión informal de los directores del FMI, tras la cual la titular del organismo, Christine Lagarde, decidió dar marcha atrás con su intención de enviar un apoyo al país ante la CS "siguiendo la decisión de las autoridades de Estados Unidos de no apoyar la presentación en esta etapa", según admitieron los voceros del FMI.
El sorpresivo cambio de timón de EEUU, miembro mayoritario del FMI, dejó en una posición incómoda a Lagarde, que había estado la semana pasada en el G20 en Moscú, con los ministros de Economía, entre ellos el del Tesoro de EEUU, Jack Lew, y de la Argentina, Hernán Lorenzino, y confirmó allí en una conferencia de prensa su intención de enviar el escrito que respaldaba la posición local por las "implicancias negativas" a nivel mundial.
El director brasileño y representante de 10 países ante el FMI, Paulo Nogueria Batista, reveló su "sorpresa" e inconformidad ante el "abrupto cambio de actitud de Estados Unidos", en una entrevista concedida a Télam.
Y pese a que primero aseguró que "el FMI daña su reputación si se deja influenciar por una sola posición, de EEUU, ya que se trata de un organismo multilateral", justificó en parte a Lagarde en una charla posterior: "¿podría Lagarde enviar un escrito ante la CS Suprema de un país miembro, cuando ese país indicó que no lo haría en esta etapa?", dijo.
Según reconstruyó Télam, esa reunión, realizada en el despacho de Lagarde, dejó con la boca abierta a los directores representantes de los BRIC y de la Unión Europea, que eran alentados por la silla de Estados Unidos a presentar el escrito.
"Estados Unidos no iba a presentar por iniciativa propia a la Corte Suprema un escrito -(según se conoció públicamente la semana pasada)-, pero alentaba aquí adentro una discusión", agregó Batista.
Pese a la nueva situación, no invalida la posición pública que ya hizo los EEUU en primera y segunda instancia judicial, ni tampoco la posición de Lagarde y su equipo en contra del accionar de los fondos buitre y de las implicancias negativas del fallo de Griesa a nivel sistémico, que fue pública, en abril último, tras una discusión del documento en el directorio.
El Gobierno de Obama fue claro que considera que el fallo dañará las relaciones económicas internacionales de EEUU, alterará la confianza en el mercado neoyorquino como plaza mundial y afectará futuras reestructuraciones de deuda.
También el departamento de Justicia indicó la semana pasada que no se descarta una intervención posterior; eso podría darse si la CS solicita la opinión de EEUU.
En los hechos, EEUU nunca se anticipó a los pasos judiciales: giró a la justicia neoyorquina y a la CS varios "amicus" con posición favorable a la Argentina cada vez que los solicitaron los tribunales, en las distintas batallas de los últimos 10 años tras el default, y no por iniciativa propia.
En el medio, hubo mucho ruido y un tremendo por lobby desde los fondos buitre al gobierno de Obama, legisladores y FMI, que alertaban sobre un "pérdida de neutralidad del FMI".
Sin embargo, Francois Hollande decidió marcar la cancha ante la CS de EEUU, por ser "participante activo" en la comunidad financiera, como "miembro del Club de París" y como "experto en reestructuraciones soberanas", según justificó, y reveló por primera vez su posición en contra del fallo de Griesa:
-Sostiene que la interpretación de que Argentina violó el pari passu (tratamiento igualitario a los acreedores) "se basa en una comprensión errónea del significado de las cláusulas pari passu y contradice la corriente principal bien establecida en la comprensión del mercado que las cláusulas pari passu que todos los pagos se realizarán por un prestatario en forma proporcional con otros no subordinadas del prestatario".
-Que el fallo es una "amenaza internacional a la estabilidad financiera" y que tendrá "un efecto perjudicial en el deudor entre prestamistas como Francia", y en "la viabilidad de una resolución negociada a una crisis de la deuda".
-Que el mismo "conducirá inevitablemente a un aumento en el número de holdouts y, específicamente, los "fondos buitre" que tratarán de aprovechar la decisión del Tribunal de Apelaciones en futuras reestructuraciones", alertó, entre otras afirmaciones.
Por último, se conoció el fin se semana que la CS de EEUU recibió más respaldos al pedido de apelación argentino, de los bonistas del canje, entre otros, del fondo Fintech y del Exchange Bondoholders Group liderado por Gramercy, terceros afectados en esta disputa, como lo hicieron en segunda instancia.
Fue tan inédita la iniciativa de cruzar el charco de jurisdicción como lo serían las implicancias de dicho fallo, que harían tambalear el éxito de futuras reestructuraciones de deuda, y hasta el uso de Nueva York como mercado líder financiero internacional, según justificaron en el escrito de 26 páginas, enviado a la CS.
Por otro lado, se hizo pública la realización una reunión informal de los directores del FMI, tras la cual la titular del organismo, Christine Lagarde, decidió dar marcha atrás con su intención de enviar un apoyo al país ante la CS "siguiendo la decisión de las autoridades de Estados Unidos de no apoyar la presentación en esta etapa", según admitieron los voceros del FMI.
El sorpresivo cambio de timón de EEUU, miembro mayoritario del FMI, dejó en una posición incómoda a Lagarde, que había estado la semana pasada en el G20 en Moscú, con los ministros de Economía, entre ellos el del Tesoro de EEUU, Jack Lew, y de la Argentina, Hernán Lorenzino, y confirmó allí en una conferencia de prensa su intención de enviar el escrito que respaldaba la posición local por las "implicancias negativas" a nivel mundial.
El director brasileño y representante de 10 países ante el FMI, Paulo Nogueria Batista, reveló su "sorpresa" e inconformidad ante el "abrupto cambio de actitud de Estados Unidos", en una entrevista concedida a Télam.
Y pese a que primero aseguró que "el FMI daña su reputación si se deja influenciar por una sola posición, de EEUU, ya que se trata de un organismo multilateral", justificó en parte a Lagarde en una charla posterior: "¿podría Lagarde enviar un escrito ante la CS Suprema de un país miembro, cuando ese país indicó que no lo haría en esta etapa?", dijo.
Según reconstruyó Télam, esa reunión, realizada en el despacho de Lagarde, dejó con la boca abierta a los directores representantes de los BRIC y de la Unión Europea, que eran alentados por la silla de Estados Unidos a presentar el escrito.
"Estados Unidos no iba a presentar por iniciativa propia a la Corte Suprema un escrito -(según se conoció públicamente la semana pasada)-, pero alentaba aquí adentro una discusión", agregó Batista.
Pese a la nueva situación, no invalida la posición pública que ya hizo los EEUU en primera y segunda instancia judicial, ni tampoco la posición de Lagarde y su equipo en contra del accionar de los fondos buitre y de las implicancias negativas del fallo de Griesa a nivel sistémico, que fue pública, en abril último, tras una discusión del documento en el directorio.
El Gobierno de Obama fue claro que considera que el fallo dañará las relaciones económicas internacionales de EEUU, alterará la confianza en el mercado neoyorquino como plaza mundial y afectará futuras reestructuraciones de deuda.
También el departamento de Justicia indicó la semana pasada que no se descarta una intervención posterior; eso podría darse si la CS solicita la opinión de EEUU.
En los hechos, EEUU nunca se anticipó a los pasos judiciales: giró a la justicia neoyorquina y a la CS varios "amicus" con posición favorable a la Argentina cada vez que los solicitaron los tribunales, en las distintas batallas de los últimos 10 años tras el default, y no por iniciativa propia.
En el medio, hubo mucho ruido y un tremendo por lobby desde los fondos buitre al gobierno de Obama, legisladores y FMI, que alertaban sobre un "pérdida de neutralidad del FMI".
Sin embargo, Francois Hollande decidió marcar la cancha ante la CS de EEUU, por ser "participante activo" en la comunidad financiera, como "miembro del Club de París" y como "experto en reestructuraciones soberanas", según justificó, y reveló por primera vez su posición en contra del fallo de Griesa:
-Sostiene que la interpretación de que Argentina violó el pari passu (tratamiento igualitario a los acreedores) "se basa en una comprensión errónea del significado de las cláusulas pari passu y contradice la corriente principal bien establecida en la comprensión del mercado que las cláusulas pari passu que todos los pagos se realizarán por un prestatario en forma proporcional con otros no subordinadas del prestatario".
-Que el fallo es una "amenaza internacional a la estabilidad financiera" y que tendrá "un efecto perjudicial en el deudor entre prestamistas como Francia", y en "la viabilidad de una resolución negociada a una crisis de la deuda".
-Que el mismo "conducirá inevitablemente a un aumento en el número de holdouts y, específicamente, los "fondos buitre" que tratarán de aprovechar la decisión del Tribunal de Apelaciones en futuras reestructuraciones", alertó, entre otras afirmaciones.
Por último, se conoció el fin se semana que la CS de EEUU recibió más respaldos al pedido de apelación argentino, de los bonistas del canje, entre otros, del fondo Fintech y del Exchange Bondoholders Group liderado por Gramercy, terceros afectados en esta disputa, como lo hicieron en segunda instancia.
Yo creo que la principal conclusión a sacar de este proceso es que un país no debe emitir deuda en moneda extranjera, y mucho menos subordinar la juridicción a un país extranjero. Es una doble pérdida de soberanía. Creo que es una discusión que no se está dando (más allá de que por ahí ahora argentina no conseguiría financiamiento en dólares). La gran diferencia entre Francia y EEUU es que Francia tiene deuda en moneda extranjera (en euros, probablemente con jurisdicción en bruselas) y estados unidos no, por lo que dificilmente se vea afectado por un caso como el nuestro. EEUU siempre puede "imprimir" los billetes para pagar su deuda (mas allá de algunos vericuetos burocráticos que le impiden hacerlo directamente, o de riesgos inflacionarios, la realidad es que PUEDE hacerlo) y por eso el riesgo de default es prácticamente nulo (o sería 100% voluntario.
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