Cambio de rumbo / Tras seis meses de negociaciones
Anunciaron el acuerdo de YPF con Chevron, pero los detalles aún son secretos
Contempla
inversiones por US$ 1240 millones en Vaca Muerta y que Neuquén extienda
la concesión por 35 años; el contrato se regirá por la ley de EE.UU.
Con la crisis del sector energético argentino como telón de fondo, la presidenta Cristina Kirchner
tomó ayer una de sus decisiones más radicales en materia económica.
Bajo la bandera de la "soberanía energética", le dio el visto bueno a
una asociación entre la estatizada YPF y la norteamericana Chevron para
avanzar en inversiones millonarias para producir petróleo y gas en la formación Vaca Muerta , en Neuquén. El acuerdo entre las petroleras estará atado a la jurisdicción legal de Estados Unidos, según dijo una fuente con acceso a los detalles del documento.
Cristina Kirchner
recibió por la tarde en la Casa de Gobierno a John Watson, presidente y
CEO de Chevron, la cuarta petrolera privada a nivel mundial, cuando ya
se había firmado el convenio, que contempla un aporte inicial de la
norteamericana de US$ 1240 millones.
La foto es una síntesis del nuevo pragmatismo oficial
en materia petrolera: el Gobierno, que tuvo múltiples chispazos con
Estados Unidos, eligió a la segunda petrolera de ese país para relanzar
su política energética, afectada por la caída de la oferta local y el
incremento obligado de las importaciones para cubrir la demanda interna.
También fueron de la partida Ali Moshiri, jefe de los negocios de
Chevron en África y América latina, y Miguel Galuccio, presidente de YPF,
los dos principales promotores del acuerdo. Ambas compañías iniciaron
hace seis meses las negociaciones finales que concluyeron ayer.
Por la mañana, Galuccio reunió a los directores de YPF
en la torre de Puerto Madero. Llegaron poco antes de las nueve y se
fueron pasadas las 11. Todos le dieron el visto bueno a la propuesta de
asociación con la empresa norteamericana. Debieron conformarse con una
presentación en Power Point. Al menos hasta ayer a la noche, varios
funcionarios relacionados con la aprobación del acuerdo no lo habían
visto.
Después de la reunión de directorio, Galuccio almorzó
con sus invitados en el piso 34 de YPF. El argentino comió salmón,
mientras que los extranjeros prefirieron el bife. Coincidieron en la
entrada: ensalada con langostinos. Luego de las manzanas asadas con
helado, Galuccio, Watson y sus comitivas firmaron el primer acuerdo de
inversión con una petrolera foránea tras la estatización de YPF.
YPF y Chevron crearán una joint venture repartida en
partes iguales para encarar el desarrollo petrolero en una superficie de
20 kilómetros cuadrados en una nueva área denominada General Enrique
Mosconi, ubicada en Loma La Lata Norte y Loma Campana.
La inversión inicial correrá por cuenta de la
norteamericana. Según un comunicado de YPF, pondrá los primeros US$ 300
millones apenas el gobernador neuquino, Jorge Sapag, apruebe la
asociación. Será una prueba de fuego para él: deberá definir si aprueba,
como le pide YPF, una concesión petrolera por 35 años, por encima de
los plazos habituales para este negocio. Cuando se agoten esos fondos,
comenzarán las inversiones en partes iguales.
YPF ya había iniciado los trabajos en la zona. El
desarrollo total del área -que se realizará en una segunda etapa-
requerirá la perforación de más de 1500 pozos para alcanzar, en 2017,
una producción de 50.000 barriles de petróleo y 3 millones de metros
cúbicos de gas asociado por día. Si se cumplen los pronósticos de YPF,
esa locación petrolera le permitirá aumentar un 25% su producción de
crudo actual.
En el Gobierno consideraron infundadas las críticas por
una eventual pérdida de soberanía. Una fuente que participó en las
negociaciones destacó que la primera parte del acuerdo versa sobre una
superficie pequeña de la concesión total de YPF en Vaca Muerta, que
abarca 12.000 kilómetros. El área afectada por todo el proyecto, sin
embargo, es de 395 kilómetros cuadrados, poco más del 3% de la concesión
total de YPF.
Una fuente oficial sostuvo que el acuerdo contempla que
si Chevron quiere retirarse luego de la inversión inicial no se quedará
con la mitad de esa superficie, sino con el 50% del área Mosconi. En
cambio, si todo continúa de acuerdo con lo previsto, ambas empresas
encararán una inversión cercana a los US$ 16.000 millones.
"Vaca Muerta es un activo de clase mundial y se ajusta
perfectamente a nuestro sólido portfolio de recursos no convencionales",
sostuvo Watson en el comunicado. Galuccio explicó que el acuerdo
implica "una asociación estratégica para la compañía y para la
Argentina. Estamos poniendo en producción un recurso que puede cambiar
el futuro energético de nuestro país. Los recursos no convencionales
requieren una actividad intensiva, además de inversión, tecnología y
capital humano".
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