La Alianza del Pacífico: otra vez la integración comercialista
La
renombrada Cumbre de la Alianza del Pacífico (AP) que tuvo lugar en
mayo pasado en la ciudad de Cali, Colombia, fue una nueva edición de un
cónclave de países que buscan relanzar una integración regional de tipo
comercialista como la que imperó en la región al amparo de las políticas
neoliberales durante la década del noventa.
México,
Colombia, Perú y Chile –países que cuentan con un Tratado de Libre
Comercio (TLC) con Estados Unidos– avanzaron en la construcción de un
espacio que recuerda al proyecto norteamericano del ALCA donde el
mercado y los capitales pretendían ser los sujetos de una ambiciosa área
de integración cuyo matriz era la apertura arancelaria y el crecimiento
de la interdependencia comercial desde Alaska a Tierra del Fuego.
Naufragada esta iniciativa en 2005, en la ciudad de Mar del Plata, por
el Mercosur y Venezuela -a tono con las luchas sociales
antineoliberales, los cambios de gobiernos y el reposicionamiento de
algunas fracciones de las burguesías locales-, los proyectos inspirados
en el libre comercio que buscaron revivirse encontraron cimientos en los
TLC que Estados Unidos pudo firmar en estos años, no por casualidad,
con los países que avanzan con esta nueva propuesta regional de la
Alianza del Pacífico.
La AP surgió en
2011, cuando los países más afines a la política regional y comercial
de Estados Unidos para América Latina, se reunieron por primera vez en
Lima y, en torno a los objetivos de la iniciativa, entre cosas
anunciaron lo siguiente:
“Constituir
la Alianza para el Pacífico para establecer la formación de un área de
integración profunda en el marco del Arco del Pacífico Latinoamericano,
que aliente la integración regional, así como un mayor crecimiento,
desarrollo y competitividad de nuestras economías. A tal efecto,
expresamos nuestro firme compromiso de avanzar progresivamente hacia el
objetivo alcanzar la libre circulación de bienes, servicios, capitales y
personas” (“Declaración de Lima”).
Ahora,
acompañados por representantes de Panamá y Guatemala, en carácter de
observadores, del primer ministro de Canadá, de un representante del
gobierno español y con Estados Unidos como garante, la Alianza del
Pacífico busca posicionarse en la región mediante el discurso
librecambista que perdiera lugar desde la mencionada Cumbre del ALCA en
Mar del Plata.
Ahora bien, una
cuestión a destacar de la reunión fue el posible avance en las
negociaciones por un área de libre comercio mayor, extrarregional, que
busca establecer Estados Unidos entre países del suelo americano y del
suelo asiático, con el objetivo de contrarrestar la expansión global de
China. Nos referimos al Trans-Pacific Partnership (TPP o Acuerdo de
Asociación Transpacífico, en castellano). Integrado actualmente por once
países: Australia, Brunei, Canadá, Chile, Estados Unidos, Malasia,
México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam, a ellos se sumará Japón
en los próximos meses. En el TPP participan directamente tres de los
cuatro países de la AP, mientras que Colombia manifestó claramente su
más firme voluntad de incorporarse al esquema a la mayor brevedad
posible.
Pero, además de ésta
ambicioso acuerdo, Estados Unidos también busca avanzar en un área
comercial mayor en acuerdo con la Unión Europea (UE) para seguir
contrarrestando el despliegue de Pekín y de los otros países que
integran el Grupo Brics (Brasil, Rusia China e India). En este caso nos
referimos al del Trans-Atlantic Free Trade Area (TAFTA). Bajo esta
sintonía, el presidente del Perú, Ollanta Humala, manifestó en la Cumbre
de Cali: “Somos uno de los bloques, si no el más importante, de la
región, que además tiene y busca sinergias en el comercio con el Asia.
Pero la Alianza no solo está diseñada para los países asiáticos, también
nos está permitiendo mejores condiciones comerciales con la Unión
Europea”.
Ligado a esto, llamó la
atención a la prensa asistente al cónclave de Calí, el encuentro, de
forma paralela a la cumbre gubernamental, de trescientos empresarios,
quienes intercambiaron experiencias y opiniones sobre la expansión del
comercio intrarregional y la demanda de infraestructuras de conexión e
inversiones cruzadas, todo lo cual trajo remembranzas de los foros
empresariales que tenían lugar en las negociaciones gubernamentales por
el ALCA.
La AP, junto a Estados
Unidos, sería la pata americana de estas iniciativas que, además de
disputarle a China su expansión global, buscan neutralizar en América
Latina el rol de Brasil, el lugar adquirido por Venezuela y las
iniciativas de integración interamericanas de carácter más políticas
como Unasur, Celac, Alba y el Mercosur ampliado a Venezuela, bajo la
alianza Buenos Aires, Caracas y Brasilia.
Sin
embargo, es importante destacar que esta nueva avanzada de una
integración comercialista, bajo la égida norteamericana, sucede en
momentos en que Chávez ya no está presente físicamente, en que el Alba
como integración alternativa ha perdido peso luego de sus momentos
iniciales, en que Paraguay ha retornado al Mercosur ya sin Lugo en el
poder y donde el Banco del Sur todavía no logra afianzarse.
me parecio muy interesante el articulo... tenes alguna bibliografia que puedas llegar a recomendar sobre la alianza del pacifico??
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