Jaua-Kerry: diálogos de alto nivel entre Venezuela y EE.UU
Por Fernando Vicente Prieto, desde Caracas (www.marcha.org.ar)
En un giro inesperado, Estados Unidos reconoció al gobierno encabezado por Nicolás Maduro. John Kerry, secretario de Estado de EE.UU. y Elías Jaua, canciller de Venezuela, mantuvieron un encuentro en la ciudad de Guatemala. A su término, ambos anunciaron la posibilidad de restablecer relaciones de alto nivel.
En un giro inesperado, Estados Unidos reconoció al gobierno encabezado por Nicolás Maduro. John Kerry, secretario de Estado de EE.UU. y Elías Jaua, canciller de Venezuela, mantuvieron un encuentro en la ciudad de Guatemala. A su término, ambos anunciaron la posibilidad de restablecer relaciones de alto nivel.
El Departamento de Estado había quedado prácticamente solo en su
estrategia de no reconocimiento del gobierno de Nicolás Maduro. Los
organismos de integración, los órganos electorales y las cancillerías y
presidencias de América Latina y el Caribe, respaldaron con decisión al
sistema democrático venezolano antes y después del 14 de abril. Sin
embargo, EE.UU. mantuvo hasta ahora una política activa de injerencia y
hostilidad diplomática. La situación pareció distenderse en la 43
asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA) realizada entre
el 4 y el 6 de junio en la capital de Guatemala.
En este marco, Elías Jaua y John Kerry se reunieron el miércoles
durante 40 minutos, tras lo cual, cada uno por su lado, caracterizaron
el encuentro como "muy positivo". El canciller venezolano sostuvo que
los dos países quieren tener buenas relaciones. "Sobre la herencia de
Simón Bolívar, que nos ha inculcado el presidente Hugo Chávez, sobre la
base de la premisa de que Venezuela es un país libre e independiente
heredero de los libertadores de todo el continente americano; podemos
establecer relaciones de respeto mutuo con el gobierno de los Estados
Unidos”, expresó Jaua.
También dijo que el gobierno de los EE.UU. quiere avanzar en la
normalización de las relaciones diplomáticas. "El secretario Kerry ha
expresado que quiere tener buenas relaciones con el Gobierno Bolivariano
del presidente Nicolás Maduro”. Esto implica un aval hasta ahora negado
por la diplomacia norteamericana, que cuestionó la elección de Maduro
y, en los hechos, negó toda relevancia a los ataques realizados contra
chavistas ocurridos tras las elecciones.
Jaua le entregó a Kerry un libro realizado por la Cancillería, con un
extracto del informe elaborado por la Defensoría del Pueblo sobre los
hechos del 15 y 16 de abril, en los que fueron asesinadas 11 personas,
entre ellas un niño y una niña, tras la convocatoria de la derecha a
desconocer las instituciones democráticas.
"Creo que en el secretario Kerry hay toda la buena voluntad, pero
mucho más allá de la buena voluntad a veces de un servidor público por
alto que sea el cargo que desempeñe depende de muchos otros factores",
afirmó Jaua y agregó que la reunión fue "cordial, franca".
El martes, el ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz,
Miguel Rodríguez Torres, había anunciado la liberación -y la expulsión
del país- de Timothy Hallet Tracy, ciudadano estadounidense que había
sido detenido el 24 de abril, acusado por sus vínculos con grupos de
extrema derecha venezolanos.
Por su parte, John Kerry agradeció al Presidente Maduro por propiciar
el acercamiento, con la idea de "iniciar una nueva etapa" en las
relaciones de Venezuela con Estados Unidos. “Hemos acordado que
continuará el diálogo a Alto Nivel entre el Departamento de Estado y el
Ministerio de Relaciones Exteriores” de Venezuela, confirmó.
Más allá de estas afirmaciones, no hubo ninguna precisión en relación
con el contenido de los diálogos. Nadie olvida que, como reza esa
máxima de la diplomacia norteamericana y mundial, “EE.UU. no tiene
amigos, sino intereses”, por lo cual este siempre es el tema más
importante. Habrá que esperar al establecimiento de las conversaciones
efectivas entre las partes para evaluar las estrategias en juego y sus
alcances.
Según informó la cancillería bolivariana, para trabajar en esa agenda
binacional fueron comisionados la vocera del Departamento de Estado
para América Latina, Roberta Jacobson, y el encargado de negocios por
Venezuela en Washington, Calixto Ortega.
Primeras repercusiones en Venezuela
EE.UU y Venezuela no tienen embajadores desde 2010. Por primera vez
en mucho tiempo, existen gestos de distensión que habilitan a hablar de
la posibilidad de una relación diplomáticamente “encarrilada”. Es
difícil pensar que la potencia del norte limite su política exterior a
la legalidad del derecho internacional. El gobierno bolivariano lo sabe,
pero evalúa que esta foto también puede traerle beneficios.
Desde el 14 de abril, la coalición de derecha encaró una serie de
giras por varios países de América Latina, Norteamérica y Europa. Si
bien Capriles cosechó un escaso nivel de reconocimiento diplomático,
pudo anotarse dos puntos simbólicamente importantes: por un lado, las
palabras de Obama durante su gira en Centroamérica, que sugerían la
existencia de un fraude electoral en Venezuela. Y más recientemente, la
reunión entre el derrotado candidato y Juan Manuel Santos, de la que
luego el presidente colombiano intentó despegarse sin mucha convicción.
El reconocimiento de los EE.UU al gobierno de Nicolás Maduro es un
golpe a la pretensión de ilegitimar el sistema electoral venezolano.
Intento que, por lo demás, se viene desdibujando desde hace semanas, con
el retiro de Henrique Capriles de la auditoría que él mismo había
pedido y con el propio avance del proceso de verificación. Actualmente,
con el 95% de la auditoría completada, el porcentaje de efectividad del
sistema es del 99,98%.
Aliados a los EE.UU hasta el final, los partidos de derecha elogiaron
igualmente el acercamiento entre los Estados. Ramón Aveledo, vocero de
la opositora Mesa de Unidad Democrática pidió “que ese avance se
traduzca en beneficios reales para los venezolanos”. Entre estos
“avances reales, tangibles” que reclamó, se destacaron “la reapertura
del Consulado en Miami, una necesidad de la comunidad más grande de
venezolanos en el extranjero y la regularización en la repatriación de
dividendos de las empresas que aquí prestan servicios y generan puestos
de trabajo”.
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