Venezuela y la doble moral del imperio
Por Fernando Vicente Prieto, desde Caracas
www.marcha.org.ar
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En el marco de su gira por México y Costa Rica, el presidente de EE.UU. realizó fuertes declaraciones sobre la política interna de Venezuela, lo que fue rechazado con contundencia por los cinco poderes constitucionales del país caribeño. Barack Obama y su preocupación selectiva por los derechos humanos.
En entrevista con la cadena privada Univisión, el presidente
norteamericano eludió responder directamente si reconocía la victoria
del presidente Nicolás Maduro. Esta elusión, sin embargo, fue la
antesala para la declaración más amenazante dirigida por Obama a un país
de América Latina desde el comienzo de su mandato: "El hemisferio
entero ha estado observando la violencia, las protestas, la situación
con la oposición", expresó, a pesar de que la totalidad de los
presidentes de América Latina y el Caribe han respaldado oficialmente la
actuación del Poder Electoral, que el 14 de abril proclamó el triunfo
de Nicolás Maduro sobre Henrique Capriles por una diferencia de 265 mil
votos.
Fiel a su historia de hostilidad a la soberanía de los demás países,
la nación del norte es una de las pocas a nivel mundial que insiste en
no reconocer los resultados, respaldando al candidato derrotado.
Poco antes de la partida, Ricardo Zúñiga, asesor de la Casa Blanca
para el Hemisferio Occidental, había reconocido que durante la gira
conversaría con líderes latinoamericanos sobre la situación en
Venezuela. "Estoy seguro que será un tema de discusión porque es un
evento importante que está ocurriendo en las Américas", indicó.
Sin reparar en el prestigio del sistema electoral del país caribeño
-elogiado por todas las misiones internacionales y calificado por el
Centro Carter, entre otros, como "el mejor del mundo"-, Barack Obama
sugirió apenas veladamente la existencia de un fraude electoral.
"Nuestra percepción general es que depende del pueblo de Venezuela
elegir a sus líderes en elecciones legítimas", expresó. "Nuestro enfoque
se basa en la noción de principios fundamentales de derechos humanos,
democracia, libertad de prensa, libertad de reunión. ¿Esto se está
cumpliendo, se está respetando? Ha habido informes de que no", agregó.
Flojitos de argumentos
Al igual que sus funcionarios, el mandatario estadounidense no dijo
una sola palabra sobre las agresiones de bandas derechistas a
instituciones estatales y comunitarias identificadas con la revolución
bolivariana. Es el caso de los ataques a centros de salud, medios
comunitarios, locales del Partido Socialista y misiones de Alimentación y
Vivienda, que dejaron un saldo de al menos nueve personas asesinadas y
otras 78 heridas, según datos oficiales, todas ellas adherentes al
chavismo. La violencia fue desatada luego de que Capriles desconociera
la proclamación realizada por el Poder Electoral y llamara a
manifestarse en las calles.
En el momento de denunciar fraude y realizar la convocatoria a sus
votantes a expresar la "arrechera" (furia), el candidato perdedor no
había realizado ninguna presentación formal señalando irregularidades en
las elecciones. Por el contrario, la totalidad de sus 39 mil testigos,
al igual que los técnicos que participaron en las 18 auditorías del
proceso electoral, prestaron conformidad, sin realizar denuncia alguna
durante la votación.
La denuncia formal de Capriles se concretó recién días después, con
una presentación que luego el Consejo Nacional Electoral (CNE) calificó
como repleta de imprecisiones e inconsistencias, al punto de no
respaldarse en datos concretos o referir a procedimientos menores que ya
no se encuentran vigentes.
La presidenta del Poder electoral, Tibisay Lucena, una figura de
reconocimiento internacional en la materia, se vio obligada entonces a
realizar una cadena nacional de radio y televisión, donde se refirió en
detalle a los argumentos de Capriles a través de varios ejemplos,
concluyendo en que “no señalan de forma clara y precisa cuáles son los
hechos que supuestamente vulneraron las normas, cuáles son las mesas
electorales, cuáles son las actas, cuáles son las personas involucradas,
cuál es el posible daño producido a las electoras y a los electores".
"Les asiste el derecho de impugnar la elección, pero también es su deber
presentar las pruebas de ello" expresó Lucena.
Pero ninguno de estos hechos fue referido por el presidente Barack
Obama al momento de expresar su "preocupación" por la democracia y los
derechos humanos en Venezuela, contradiciendo toda evidencia y sin
añadir alguna fundamentación a sus opiniones. De igual forma, estas
circunstancias han sido silenciadas por los principales medios privados,
de alcance mayoritario en la sociedad venezolana, en una conducta
imitada por otras empresas de información de EE.UU., Europa y otros
países de América Latina.
Respuesta de las instituciones venezolanas
Apenas difundidas las declaraciones de Obama, los poderes de Estado
de la República Bolivariana de Venezuela reaccionaron defendiendo la
soberanía del país y recordando además que la injerencia imperial ha
sido la cobertura típica a los golpes a la democracia en el continente, a
lo largo de toda la historia.
El Poder Ejecutivo fue el primero en expresar su rechazo, condenando
la moral "de doble rasero" de los EE.UU. "Presidente Obama, el pueblo de
Venezuela ejerce ampliamente libertades y derechos que la sociedad
estadounidense está aún muy lejos de alcanzar", expresa el texto
elaborado por la Cancillería. También señala la indignación que causa en
el pueblo venezolano "y especialmente en los familiares de las víctimas
fatales del 15 de abril de 2013, que usted afirme de manera falaz que
el hemisferio completo está viendo los ataques a la oposición", mientras
obvia "el asesinato político de nueve compatriotas, líderes
bolivarianos, chavistas, comprometidos con la Revolución que hoy lidera
el presidente Nicolás Maduro".
La declaración también condenó las torturas en la prisión ilegal de
Guantánamo. "Estupor causa en la gente noble del mundo la manera como
Ud. ha faltado a su palabra de clausurar esa vergüenza para el pueblo
norteamericano, que es un gran pueblo".
El gobierno bolivariano expresó que las declaraciones de Obama
"alientan el surgimiento de un Pinochet en Venezuela", alertando sobre
un plan del gobierno norteamericano para provocar una guerra civil y
justificar la intervención. "Ud. deberá asumir su responsabilidad ante
la historia, nosotros sabremos asumir la nuestra de defender la paz y la
independencia en la Patria de Bolívar". A los conceptos de la
declaración oficial se sumaron luego el Poder Legislativo, el Judicial,
el Electoral y el Ciudadano, quienes rechazaron "en forma categórica las
declaraciones de Barack Obama, que revelan una profundo desconocimiento
de la realidad de nuestra Nación, y una actitud injerencista, (...),
pretendiendo una vez mas el gobierno de los Estados Unidos, adoptar
prácticas colonialistas que han mancillado las naciones latinoamericanas
y del mundo".
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