Obama montado sobre su caballo rojo
Marco Gandásegui
El presidente de EEUU, Barack Obama, se reunirá el sábado con los
mandatarios de los 8 países miembros del Sistema de Integración
Económica Centroamericana (SIECA) en San José de Costa Rica para revisar
la política militar en la región. No hay una agenda clara por parte de
los países de la región. Sin embargo, Obama tiene muy claro sus
objetivos. En primer lugar, quiere asegurar que la región se mantenga
firmemente en el “patio trasero” de la política militar de EEUU. En
segundo lugar, quiere dejar su huella política en las iniciativas del
Pentágono. En tercer lugar, Obama pretende crear una gran alianza entre
países con políticas neoliberales contrarias a ALBA, MERCOSUR y otras
iniciativas en la región.
La reunión ofrecía la oportunidad para abordar los temas de “migración
ilegal, inseguridad, contención del crimen organizado y lucha contra el
narcotráfico”. Todos estos temas fueron vetados.
La única que habla sobre las drogas es Laura Chinchilla, presidente de
Costa Rica, quien insinuó que Centroamérica debería plantearle a EEUU
que la actual guerra contra las drogas ha fracasado y pone en peligro la
seguridad de toda la región. La única mujer presidente en la región
puntualizó que “si seguimos haciendo exactamente lo mismo nunca podremos
cantar victoria”.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, anunció a última hora que
viajaría. Su indecisión se debe a dos razones. Por un lado, Costa Rica
mantiene una disputa fronteriza con el país vecino y reclama su
soberanía sobre una isla en el rió San Juan. Por el otro, el encuentro
con Obama tampoco es de su agrado. EEUU le declaró la guerra a Nicaragua
en la década de 1980 y Obama no ha querido reconocer el enorme daño
material y moral que ese país le causó a la Patria de Sandino.
Obama viajará a Costa Rica con el fin de recordarle a los mandatarios
que desde 2007 el gobierno de EEUU invirtió, según su presupuesto, 500
millones de dólares para la llamada Iniciativa de Seguridad Regional.
Esta suma no incluye 160 millones de dólares que el Pentágono destina al
despliegue de sus fuerzas armadas en la zona. Tampoco se sabe qué
cantidad de dinero ha sido canalizada por otras vías desconocidas a
Honduras, Guatemala o Panamá.
Además, su viaje responde al hecho que EEUU aumentará su presupuesto
militar para Centro América. En el Senado de ese país el secretario de
Estado, John Kerry, anunció que el incremento será significativo. En esa
oportunidad le reiteró a los senadores que América latina sigue siendo
el “patio trasero” de EEUU. En cada uno de los países de la región EEUU
tiene una presencia militar significativa.
En el caso de Panamá, en estos momentos, el Comando Sur de EEUU
desarrolla operaciones en dos provincias en el marco de una operación
que llama “Horizontes Abiertos”. Según el Comando Sur estas operaciones
se inauguraron hace 30 años cuando el general Manuel A. Noriega era el
jefe de las Fuerzas de Defensa de Panamá (FDP). En 1989 EEUU invadió a
Panamá y secuestró a Noriega acusándolo de traficante de drogas
ilícitas. Fue condenado a 20 años de prisión en EEUU.
En la actualidad, la operación “Horizontes Abiertos” pretende realizar
ejercicios militares en diferentes puntos de Panamá. Tendrá su sede en
la antigua base ‘Sherman’ de los Infantes de Marina, en la salida
caribeña del Canal de Panamá. Según el Comando Sur, rebautizaron la base
militar con el nombre de ‘Cristóbal Colón’.
En una operación militar complementaria, el comando Red Horse
(‘Caballo Rojo’) - de la Fuerza Aérea de EEUU - está construyendo un
campamento para alojar a 500 efectivos militares en el área de Metetí,
en la provincia del Darién, vecina con Colombia. En este sector se
realizarán maniobras militares de EEUU a partir de junio de 2013. El
Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRONT), un aparato militar creado en
Panamá, mantiene un control ferreo sobre las comunidades rurales del
Darién bajo el pretexto que está vigilando los movimientos de las FARC.
Obama, en vez de visitar a Centro América para ver de cerca como avanzan
los operativos del Comando Sur en la región, debería prestarle atención
a los problemas de integración. Por lo menos, ponerse al tanto del
Tratado de Libre Comercio (TLC) que tiene EEUU con la región. En la
actualidad, el comercio con Centro América asciende a 40 mil millones de
dólares. En 2005 representaba 27 mil millones de dólares. Lo impactante
es que mientras que las exportaciones de Centro América a EEUU se
mantuvieron estables, las de EEUU hacia la región casi se duplicaron. En cinco años el saldo comercial negativo para Centroamérica casi se quintuplicó. El TLC ha sido un fracaso para la región. Para Obama un gran éxito.
Más aún, las inversiones directas de EEUU en la región tampoco han
crecido como creyeron los promotores del TLC, a pesar de los privilegios
y exenciones. En el último lustro pasaron de 3 mil millones de dólares a
4 mil millones. Es una lástima que Obama no incluya en la agenda de la
cumbre estos temas de vital importancia para la región. En cambio,
aparece como guerrero montado sobre su ‘caballo rojo’ en los bosques
húmedos del Darién.
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