La anfitriona fue
Laura Chinchilla, una gobernante tan entreguista y sumisa al poder
imperialista como fueron sus antecesores Oscar Arias, Abel Pacheco y
Rafael Calderón, para solo citar tres. Acudieron a la cita dos
presidentes de izquierda moderada (Mauricio Funes y Daniel Ortega) y de
países muy pobres; un primer ministro de derecha (el de Belice); Danilo
Medina, Ricardo Martinelli y Porfirio Lobo, derechistas comprometidos
con sectores muy oscuros en República Dominicana, Panamá y Honduras. Del
otro concurrente, Otto Perez Molina, hay que decir que ascendió en el
Ejército de Guatemala apoyando al sanguinario Efraín Ríos Montt. Con
esos presidentes se reunió Barack Obama en Costa Rica el pasado viernes.
Fueron a escuchar promesas vacuas y a recibir instrucciones. Nada más…
El
poder estadounidense privilegia las relaciones bilaterales, y trata de
evitar que se convierta en realidad el proyecto de Patria Grande. No
hubo declaración conjunta, solo conversaciones. Fue una cita para trazar
líneas. El Sistema de Integración Latinoamericano, SICA, es un
organismo centroamericano y caribeño, y reúne a países pobres. Obama
asistió a la reunión del SICA para conversar con los gobernantes uno a
uno. Cumple la misión que le encargó el poder estadounidense.
México
fue el primer punto en la gira. A mediado del mes pasado, el secretario
de Estado, John Kerry, anunció que el presidente visitaría algunos
lugares de esta región, a la cual se refirió con el manoseado
calificativo de traspatio. Con Enrique Peña Nieto, Obama habló de la
participación de México en los mecanismos integracionistas de América
del Norte y en la aplicación de la política imperialista hacia el resto
de América Latina.
Peña Nieto es considerado el aliado idóneo en
el propósito de debilitar los emergentes espacios de integración, en
particular la Comunidad de Estados de Latinoamericanos y Caribeños y
Caribeños, CELAC, y la Unión de Naciones de América del Sur, UNASUR.
Hay
que recordar que en los años 2006 y 2012, Estados Unidos puso empeño en
manipular los procesos electorales en ese país en los años 2006 y 2012,
obstaculizando el triunfo de una izquierda moderada, pero en descuerdo
con las políticas entreguistas de los gobernantes del Partido Acción
Nacional (PAN) y del Partido Revolucionario Institucional, PRI, al que
pertenece Peña Nieto. Para impedir la victoria de Andrés Manuel López
Obrador en dos cuestionados procesos electorales, las maquinarias de
fraude del PRI y del PAN han tenido como aliado al poder estadounidense.
Obama recurre, pues, a un aliado que él ayudó a fabricar.
En el SICA
La
presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, declaró que en el combate
al narcotráfico, no puede privilegiarse el uso de las armas, sino el
aumento de las oportunidades de empleo y de educación para las personas
jóvenes. ¡A pesar de que en Costa Rica, entre los días 11 y 14 de marzo
tres drones realizaron 10 incursiones en el interior de una cumbre, y
las autoridades trataron de no informarlo a la población. Cuando se hizo
inevitable dar información, el gobierno de Costa Rica dijo que se
trataba de probar mejores mecanismos de predicción climática y de
mitigar los riesgos ambientales del dióxido de azufre volcánico en caso
de una posible erupción. Es un pretexto simpático para explicar la
introducción de armas que han servido para realizar actividades de
espionaje ilegales, y hasta para asesinatos selectivos.
El
propio Obama declaró no tener interés en militarizar la lucha contra el
narcotráfico, a pesar de que los aviones no tripulados están en todos
nuestros países (hay 10 actualmente en la zona) y el Comando Sur sigue
dirigiendo jornadas de ejercicios militares.
Fue una gira de
gestiones y amarres. Las declaraciones de los gobernantes que acudieron a
Costa Rica y las del propio Obama, nada tienen de elocuentes.
En
el caso del presidente dominicano, Danilo Medina, hay que destacar que,
al llegar al país, dijo que habló con el presidente de Estados Unidos
sobre migración y sobre posibles acuerdos para importación de gas.
¿Acaso no trató sobre el contrato con la Barrick Gold, a pesar de que el
embajador yanqui, Raúl Yzaguirre, se pronunció el mismo 27 de febrero
manifestando su oposición al proyecto de revisar el contrato? Y, más
importante aún, ¿acaso responde a esas orientaciones al dejar pasar
plazos y desoír la demanda de nacionalizar esa multinacional
contaminante, expoliadora y descaradamente saqueadora? Todo indica que
ablandará todavía más su posición a partir de esta reunión.
La negación del respeto
Todos
los que acudieron a la cita, han declarado en sus países que hablaron
con Obama sobre la situación de los nacionales que residen en Estados
Unidos. Los motiva a dar esa explicación el interés que concita el tema
en la población.
En México y en Costa Rica, la demanda de que
sean reconocidos los derechos de los latinoamericanos residentes en
Estados Unidos, estuvo en el centro de todas las movilizaciones. Los
manifestantes destacaron el aumento de las deportaciones durante el
gobierno de Obama.
En México, López Obrador hizo varios
pronunciamientos destacando la necesidad de que las discusiones se
desarrollaran en un marco de respeto y de mutua colaboración.
Pero
sucede que el respeto y la mutua colaboración son incompatibles con la
injerencia y la imposición. Poco después de salir del escenario de la
reunión, Obama emitió una irrespetuosa declaración sobre el Gobierno de
Venezuela. ¿Acaso no es evidente la aspiración de revertir el avance
político en América Latina? Es evidente que Obama busca convertirse en
verdugo de los mecanismos de integración en proceso de desarrollo… Sería
su gran aporte al poder estadounidense…
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