La integración desde abajo
El sueño de unificar a los pueblos de Nuestra América recorre el continente desde los primeros días de nuestra independencia. La integración de todo un continente pone en movimiento a miles de ciudadanos y ciudadanas que diariamente luchan en sus territorios por sus derechos. Se trata de construir un espacio orgánico de los sectores populares, que incluya a campesinos, estudiantes, sindicatos, organizaciones feministas, y logre fortalecer su articulación política en cada país y en el plano regional.
En el 2007, durante la V Cumbre del ALBA, en Tintorero, Venezuela, se consolida la construcción del ALBA desde la institucionalidad de los gobiernos, así como desde un Consejo de Movimientos Sociales (CMS) de los países signatarios de este organismo. Pero en ese contexto los movimientos y organizaciones sociales decidieron levantar un espacio más amplio de integración, desde principios anti-neoliberales y anti-imperialistas, para coordinarlo de forma autónoma e incluir a aquellos países que sus gobiernos no son parte del ALBA.
Manuel Bertoldi, miembro de la Secretaria Operativa de la Articulación, detalla el fortalecimiento de este espacio durante los últimos cinco años:"el proceso de la articulación de movimientos sociales hacia el ALBA, tiene que ver con un proceso de acumulación que se dio a partir de una convocatoria que hace el Movimiento Sin Tierra de Brasil, pos lucha continental contra el ALCA. A partir del 2008 y 2009 una serie de movimientos sociales se plantearon la necesidad de articularse en función de una plataforma que ponga el eje fundamental en la integración popular y los desafíos de los pueblos, frente al nuevo contexto que se vivía en Nuestra América, donde empezaron a aparecer procesos de cambio en diferentes países, fruto de esas resistencias.
Por su parte Joel Suárez, coordinador del Centro Memorial Martin Luther King en La Habana, comentó sobre lo estratégico de las luchas sociales en el actual contexto de la región y analizó que a pesar de ser considerada como una asamblea fundacional, la articulación viene organizándose desde el 2006 y luego tuvo su anuncio en el Foro de Belem do Pará con la Carta de las Américas. Desde ese momento el ALBA de los Movimientos "ha estado marcada por varias realidades del campo político del movimiento social en cada país, y no pretende ser una plataforma de redes y organizaciones, sino que se propone aunar a distintos movimientos con amplias bases sociales y capacidad de movilización. Y ahí es donde radica su complejidad. Nuestras iniciativas muchas veces han partido de la autogestión, de contribuciones solidarias, en lo que ha sido fundamental el MST de Brasil, entre otras organizaciones que han apoyado.”
Según Bertoldi en el último año la secretaría operativa se abocó a tener un mayor diálogo y acercamiento con las realidades de los diferentes países del continente: "es así que hemos viajado prácticamente por toda América, tratando de estimular la conformación de plataformas nacionales, procesos nacionales de unidad que nos puedan hacer llegar a esta primera asamblea continental de movimientos sociales hacia el alba con una representatividad y diversidad de movimientos sociales que hoy están construyendo, resistiendo y también creando alternativas en todo el continente".
La I Asamblea tendrá un carácter orgánico y representativo y no va a ser un gran acto político con la asistencia de miles de delegados. Bertoldi aclara que "va a ser una asamblea de representantes que podamos profundizar algunos debates sobre, por ejemplo, los desafíos que tienen los movimientos sociales en esta nueva etapa, sobre nuestro funcionamiento orgánico y qué características va a ir asumiendo de manera más cotidiana este espacio".
Durante cinco días se debatirá en torno a los desafíos de la clase trabajadora y los movimientos sociales frente a la crisis mundial del capitalismo, las estrategias del capital y del imperio en el continente. Ante estos, se analizará qué integración será necesaria.
Habrá paneles con la participación de destacados intelectuales del campo popular, como Francois Houtart y Claudio Katz, que expondrán sobre los tópicos mencionados y pondrán la mirada en los alcances y límites de los procesos de integración llevados desde los gobiernos progresistas y la perspectiva del ALBA en este contexto.
Entre las propuestas a debatir se encuentra la de las luchas contra la militarización, las bases militares, la criminalización de la protesta social y las agresiones del imperio. También las batallas contra las transnacionales, las privatizaciones y la desnacionalización, así como la crisis climática y los derechos de la Madre Tierra, sobre los derechos de los pueblos originarios de Nuestra América y la lucha por el bien vivir.
Para Manuel Bertoldi "la única forma que podamos elevar el nivel de movilización de nuestros pueblos es que trabajemos y hagamos los mayores esfuerzos en términos de unidad de las diferentes organizaciones del campo popular".
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