Un mundo contra Monsanto
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Los días 23, 24 y 25 de mayo son los elegidos por colectivos y
organizaciones de todo el mundo para marchar contra Monsanto, y el
modelo de los agronegocios. Cuál es el panorama de lucha en Argentina.
Entre este jueves y sábado de fines de mayo, se va a desarrollar en
todo el mundo, una jornada de lucha contra Monsanto, los agronegocios,
los agrotóxicos y en defensa de la biodiversidad. Con una convocatoria
central para el día 25 de mayo, se espera que en todo el mundo, a lo
largo de 50 países, se realicen 400 marchas con una convocatoria
estimada en 200 mil personas.
Los convocantes, bajo el lema “March Against Monsanto”, señalan que
la empresa "Monsanto se ha beneficiado de los subsidios a las empresas y
del favoritismo político. Los agricultores orgánicos y pequeños sufren
pérdidas, mientras que Monsanto sigue con su monopolio sobre el
suministro mundial de alimentos, incluso con sus patentes exclusivas
sobre las semillas". Por otra parte señalan que investigaciones
científicas han demostrado, a lo largo de estos años, que los alimentos
genéticamente modificados por Monsanto pueden producir graves
enfermedades y trastornos de salud.
Como propuestas, los organizadores de la marcha mundial contra
Monsanto, proponen: el etiquetamiento de los productos para saber si
estos son o no transgénicos; informar al público sobre los secretos de
Monsanto, y resaltar los beneficios de los sistemas agrícolas dinámicos,
o la también llamada agricultura ecológica; y un llamado a grupos de
investigadores científicos para seguir develando los efectos que los
alimentos transgénicos tienen sobre la salud de la población.
En Argentina la convocatoria de lucha contra Monsanto tiene un
capitulo propio, fundamentalmente en la provincia de Córdoba, donde se
encuentra tanto una de las poblaciones más afectadas, la del barrio
Ituzaingó, como uno de los más fuertes movimientos de resistencia. El
jueves fue el día elegido para las concentraciones contra la instalación
de Monsanto en la localidad de Malvinas Argentinas ubicada en la
provincia mediterránea. Por otro lado también hubo una importante
movilización en Rio Cuarto, en donde la Asamblea por un Rio Cuarto sin
agrotóxicos, convocó a concentrarse frente al edificio de la
municipalidad de dicha localidad.
Hoy en día Monsanto adquirió una gran importancia en el desarrollo de
determinadas formas de agricultura, más precisamente del agronegocio y
el avance de la producción de commodities en diferentes lugares del
mundo. Esta importancia se debe al control que ejerce sobre el mercado
de las semillas, del cual tiene el 27% (entre convencionales y
transgénicas), y el 86% del mercado de transgénicos. Este control del
mercado, junto al patentamiento de cada vez mayores especies de semillas
(biopiratería de por medio muchas veces), y el desarrollo de nuevos
transgénicos gracias a la biotecnología, terminan por generar niveles
crecientes de dependencia sobre productores agrícolas. Así, estos
últimos muchas veces se ven obligados a comenzar a adquirir contra su
propio deseo el paquete de semillas, fertilizantes, y agrotóxicos que el
gigante norteamericano vende de manera conjunta, y debe ser renovado en
cada nuevo ciclo productivo.
Todo esto, sin mencionar aun los efectos en términos de degradación
de las propiedades del suelo, la pérdida de biodiversidad, de semillas
conservadas durante siglos por pueblos de todo el mundo, y los problemas
para la salud humana del consumo de productos creados bajo la matriz
transgénica.
“Niegan una gran realidad, que es este veneno”
Así se refirió Melina, del Colectivo Paren de Fumigar, en dialogo con el programa Con el Pie Izquierdo de Radio Sur FM 88.3,
al señalar los efectos que tienen los agronegocios y los agrotóxicos
para la vida en general, en términos de deterioro profundo de la
biodiversidad. Además agregó: “No nos podemos estar equivocando
nosotros, ni los científicos que estudian las enfermedades reales, que
ellos están negando”, haciendo referencia al hecho de que la compañía de
semillas siempre ha negado sistemáticamente las diversas denuncias
sobre enfermedades producidas por los agrotóxicos.
Por otro lado Melina señaló el rol insignia que tienen en Córdoba y
todo el país las madres del barrio Ituzaingó, como bandera en la
resistencia contra las fumigaciones y el agronegocio. “La conciencia
social se la tenemos que agradecer a las madres del barrio Ituzaingó a
todos los colectivos que nos han acompañado”, afirmó.
La militante del Colectivo Paren de Fumigar, sostuvo que la lucha
contra Monsanto no se libra solamente en las calles, sino también en los
ámbitos académicos e institucionales. En el ámbito de la Justicia,
según Melina, se estaría por “sufrir un duro revés, porque los jueces no
están a nuestro favor, a favor de los afectados, ya que está en peligro
el juicio de las fumigaciones, que lo tiren para atrás, que aparten a
los fiscales”.
En la lucha contra Monsanto también cumplen un rol fundamental el
movimiento campesino, y la Mesa de Derechos Humanos, junto al ya
mencionado Colectivo Paren de Fumigar y las madres del barrio
Ituzaingó, ya que no se trata solo de un problema del ámbito rural,
sino que también incluye al espacio urbano. “La problemática territorial
en Córdoba es muy grande, y aumenta, cuando mas aumenta las ganancias
empresariales y el negocio inmobiliario”, indicó Melina.
En Argentina la problemática no se cierne exclusivamente sobre la
provincia de Córdoba, y alcanza gran parte del territorio. La presencia
de una multinacional como Monsanto, con plantas en Pergamino, Zárate, y
próximamente en Córdoba y Tucumán, la autorización de nuevas semillas
transgénicas, y el cada vez mayor avance de la frontera sojera sobre
producciones locales y monte nativo, despojando a los pueblos que allí
habitan de los bienes comunes naturales necesarios para su propia
reproducción, pintan un panorama del real alcance de un modelo de
producción agropecuaria, que año a año se profundiza.
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