Washington descarta que vaya a mejorar la relación con Caracas
Por Ana Baron (Clarín)
EE.UU. envió ayer una mínima misión, tras la acusación de que le inoculó cáncer a Chávez.
Washington. Corresponsal -
09/03/13
La delegación de muy bajo perfil que el gobierno del presidente
norteamericano Barack Obama envió al funeral de Hugo Chávez es un buen
indicador. En el Departamento de Estado no hay ninguna esperanza de que
la relación bilateral entre Estados Unidos y Venezuela pueda mejorar en
el corto plazo.
Encabezada por el encargado de negocios en
Caracas, John Durham, la delegación estuvo integrada por un ex diputado
demócrata por Massachusetts, William Delahunt, y el diputado demócrata
por Nueva York, Gregory Meeks.
Frente a preguntas sobre por qué no
incluyeron en la delegación a alguien de la Casa Blanca, la vocera de
la diplomacia estadounidense, Victoria Nuland, se limitó a decir ayer
que Durham es un funcionario del Departamento de Estado.
Pero ¿por
qué no enviaron a la subsecretaria de Estado para Asuntos Hemisféricos,
Roberta Jacobson? ¿Acaso no es ella quien llamó por teléfono a Nicolas
Maduro en noviembre pasado para proponerle un proceso mediante el cual
los dos países podrían normalizar sus relaciones?
En aquel momento
el diálogo no prosperó, y cualquier intento por reiniciarlo quedo, sin
duda, en suspenso cuando horas antes de la muerte de Chavez, Maduro -hoy
presidente encargado de Venezuela- expulsó a dos funcionarios estadounidenses de Caracas y sugirió que EE.UU. había inoculado a Chávez con el cáncer que terminó su vida.
“Obviamente
estamos decepcionados por estas falsas acusaciones contra los
funcionarios de nuestra embajada”, manifestó Nuland ayer.
“Esto es parte de un guión que ya cansa,
en la que alegan interferencia extranjera como herramienta política
para la política interna de Venezuela. Si vamos a llegar a un lugar en
el que podamos trabajar juntos, este tipo de cosas tienen que parar”,
enfatizó la funcionaria.
Un especialista en la región, Mark Jones de la Universidad Rice de Texas, dijo a Clarín sin embargo que al principio la relación bilateral va a empeorar aún más.
“Durante la campaña electoral, Maduro exagerará las posiciones
antiimperialistas de Chávez y presentará a su rival Capriles como el
candidato de Washington. La pelea no será Maduro vs. Capriles. Será el
chavismo contra EE.UU. Algo parecido a lo que sucedió en Argentina
durante Braden o Perón.” Todo indica, sin embargo, que la estrategia de
no responder a los ataques venezolanos que ha venido instrumentado
EE.UU. desde que Tom Shannon reemplazo a Roger Noriega en la
Subsecretaría para asuntos hemisféricos se mantendrá. De hecho, en los
últimos años, el Departamento de Estado optó por ignorar a Chávez.
Con la delegación que envió a su funeral minimizó el impacto que puede tener su muerte.
La
inclusión de William Delahunt y de Gregory Meek no debería sorprender.
Ambos son conocidos amigos de Chávez. En el 2002 Delahunt creó el Boston
Group y luego viajó varias veces a Caracas a fin de acercar a los dos
países. A Meek lo han acusado de haber tenido con Chávez negocios no muy
santos.
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