Para apelar ante la Corte de los EEUU, Argentina debería pagar una millonaria fianza
El Gobierno debería realizar ese depósito para llegar hasta la última instancia. Es el monto que piden los "bonistas". El alto tribunal acepta solo el 2% de los casos que se le presentan, pero podría aceptar el litigio contra el país.
Las consecuencias de un fallo adverso en los tribunales de Nueva
York siguen dando tela para cortar. Según explicaron especialistas, si
la Argentina tiene un revés en esta instancia y decide apelar ante la
Corte Suprema de Justicia de EEUU, debería hacer un depósito en concepto de fianza por el monto total en litigio. O sea, los u$s1.400 millones que piden los holdouts. Esto no necesariamente debe ser el efectivo sino que puede ser en bonos por ese valor o activos.
Hay quienes creen que las chances de que este juicio llegue a la Corte Suprema son más altas debido a su relevancia. Pero, solo 2% de las solicitudes que le llegan a la Corte son aceptadas por el alto tribunal.
Así lo dijo el abogado Darren Traub, del estudio Akerman Senterfitt, desde Nueva York, en el marco de una videoconferencia organizada por el Estudio Garrido
donde hubo exposiciones en simultáneo tanto en esa ciudad, Miami,
Washington y Buenos Aires. La revelación del abogado despertó asombro en
la nutrida audiencia que estuvo presente en este evento realizado en un
hotel del barrio de Recoleta.
De esta manera, queda deslucido el argumento del Gobierno de no querer aceptar el fallo de Thomas Griesa
(el juez de la instancia anterior) donde pidió que el país realice un
pago “escrow” donde quede depositado ese dinero hasta que instancias superiores tengan una resolución de fondo. Eso es, además, lo que en escritos pasados habían pedido los fondos NML y Aurelius.
De hecho, afirman los abogados, si la Argentina llega a la Corte Suprema y decide igualmente no acatar el fallo, tendría multas millonarias por día con acumulación de intereses. “Si uno está en desacato, se cierra la justicia norteamericana”, dicen los abogados.
Por otra parte, Eugenio Bruno, socio of counsel de
Estudio Garrido, sostuvo que para que la Argentina pueda cambiar la
jurisdicción del pago de los bonos (desde Nueva York hacia otro destino,
quizás Buenos Aires) en caso de un fallo adverso, deberá tener la aprobación del 85% de los bonistas y el 66% en cada clase de los bonos.
No será fácil, entonces, que el país pueda hacer lo
que se denomina en la jerga como “reruteo” (pagar por otro canal para
esquivar embargos) ya que debe tener la adhesión voluntaria de parte
importante de los acreedores. Se descuenta que los fondos buitre comprarán bonos performing para abortar esa estrategia.
Si eso no fuera un impedimento, igualmente la Argentina no la tendría fácil. Por un lado, si cae en la sentencia el Bank of New York Mellon
(el agente de pago y quien estaría cerca de ser sentenciado junto al
país) Argentina debería buscar otra entidad dispuesta a ser el pagador
de los títulos. Hay otros dos bancos en el mercado para hacer ese juego.
“No sería fácil por el antecedente del BONY”, dice Bruno. Además, el Bank of New York debería renunciar oficialmente a ser el agente pago (mas allá de que tenga trabas de la Justicia de EEUU) para que la Argentina puede buscar otra alternativa.
Es más, se cree que el Gobierno ya está ideando un plan B para pagar los bonos vía Euroclear
(con sede en Bruselas) y así esquivar la plaza neoyorquina. De todas
formas, acota Bruno, “hacer un reruteo lleva tiempo, algo así como tres
meses, y si el Gobierno no paga vía BONY entra en default porque estaría incumpliendo una condición del contrato”.
En otro pasaje de la conferencia, hablaron economistas como Alberto Bernal de Bulltick Capital Markets (Miami), quien tuvo una visión más positiva con respecto al desenlace de este juicio, y Gabriel Rubinstein,
quien adelantó que el escenario del “desacato hard” (el peor de los
escenarios para el país donde se falla en contra y se sentencia al BONY)
empezó a ganar terreno.
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