La patria ya es de todos
Por Alberto Romo y Natalia Natanson (www.marcha.org.ar)
La llamada “Revolución Ciudadana”, comienza a hacerse realidad en el Ecuador el 6 de noviembre del 2006, cuando asume la presidencia el economista Rafael Correa. Pero ¿qué implicó este proyecto, que el domingo 17, seis años después, fue avalado nuevamente en las urnas con un 57.38%?
Durante los años de Revolución Ciudadana, el pueblo ecuatoriano fue
tomando el protagonismo central no solo de las políticas públicas del
país sino también que fue “revalorado” logrando reconstruir la
esperanza, recuperando la autoestima y la confianza en sí mismos.
Este cambio no es menor, ya que logró implicar a los sectores
populares en la escena política, de la que antes fueron siempre
relegados. Por eso el lema “La Patria ya es de todos”, porque hasta ese
momento los que gobernaron el país pertenecían a sectores empresariales,
elitistas que respondían a intereses externos y nunca a las grandes
mayorías.
Cabe recordar que en Ecuador, así como en varios de los países de
Sudamérica, se venía desarrollando un proceso político y económico
neoliberal. Este era llevado a cabo por “la partidocracia”, como llaman
los correistas a los partidos políticos históricos que gobernaron desde
siempre como el Partido Social Cristiano (PSC) quienes en este último
proceso electoral participaron tan solo presentando candidatos a la
Asamblea Nacional, esto demuestra la falta de líderes en dicha
organización y decaimiento a nivel político. La Izquierda Democrática
(ID), quienes ni siquiera participaron en estas elecciones; El Partido
Renovador Institucional de Acción Nacional (PRIAN) liderado por el
hombre más rico del Ecuador y candidato a la presidencia por quinta vez,
Álvaro Noboa que tan solo alcanzó un 3.45% de los votos. El Partido
Sociedad Patriótica (PSP), cuyo candidato presidencial era el
expresidente destituido por el pueblo, Coronel Lucio Gutierrez que en
estos comicios obtuvo un insipiente 6.38%.
Es importante este lema, ya que interpela a la mayoría y la incluye a
un proyecto colectivo, que representa los intereses de la gran mayoría
de los ciudadanos. En este sentido, es llamativo como en los espacios
públicos como plazas y mercados, en pueblos y ciudades, se habla y se
discute de política.
Es evidente que hay un antes y un después de la Revolución Ciudadana,
los sujetos protagonistas son otros, aquellos que fueron marginados no
solo a lo largo de la historia del país sino también desde la conquista.
Ecuador, un país pluricultural en el que indios, mestizos, negros y
blancos conviven en el pequeño espacio que encierran sus fronteras
mantiene desde los tiempos coloniales, diferencias, muchas veces,
irreconciliables entre los diferentes estratos de la población que
responden no solo a su posición social si no también étnica. Más de
quinientos años de diferencias y abusos encuentran al fin un equilibrio y
abren un espacio para el dialogo, en el que todos pueden encontrarse y
confrontar sus necesidades de igual a igual. Esto es profundamente
rechazado por las clases más acomodadas, quienes se creían los dueños de
la patria generando abusos institucionales desde los puestos del
Estado.
Este gobierno vino a cuestionar esa estructura, pero aún quedan
cambios por hacer. No es menor que el líder de la Revolución Ciudadana,
el “Mashi” Rafael Correa, en sus actos públicos hable en quichua y se
dirija de manera directa a la población indígena; o que en sus spots
publicitarios aparezcan niños, mujeres y hombres indígenas sentados
compartiendo la mesa con él. A pesar de que siempre fueron un sector
importante, nunca tuvieron el protagonismo que tienen ahora. Este
segundo mandato que inicia, tiene la responsabilidad y obligación por el
aval contundente que dieron los ciudadanos para seguir profundizando
estos cambios, porque “La Patria ya es de todos”.
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