Obama y América Latina
Por Leandro Morgenfeld (www.marcha.org.ar).
A días de asumir su segundo mandato, Obama se refirió a los desafíos en la relación de Estados Unidos con la región. Balance decepcionante de sus primeros cuatro años y qué se avizora en el futuro. Alianza Transpacífico, Cuba, narcotráfico, libre comercio, inversiones, China y militarización.
A días de asumir su segundo mandato, Obama se refirió a los desafíos en la relación de Estados Unidos con la región. Balance decepcionante de sus primeros cuatro años y qué se avizora en el futuro. Alianza Transpacífico, Cuba, narcotráfico, libre comercio, inversiones, China y militarización.
El fin de semana pasado Obama se refirió a la relación entre Estados
Unidos y América Latina. Lo hizo en el marco de un cuestionario
planteado por grandes multimedios de la región (Grupo de Diarios
América). Balanceando su primer mandato, señaló que el vínculo con el
resto del continente es más sólido que nunca y destacó lo que consideró
sus progresos: más comercio e inversiones, firmeza en la lucha contra
los carteles del narcotráfico y las bandas criminales, promoción de la
energía limpia, mayor transparencia en el envío de remesas desde Estados
Unidos por parte de los trabajadores latinos, nuevas alianzas
continentales, impulso a la gobernabilidad democrática y promoción de
los derechos humanos universales.
En cuanto a las proyecciones para su segundo mandato, indicó que
había que seguir profundizando el libre comercio y la radicación de
inversiones, promover la competitividad en la economía global (a través
de la Alianza Transpacífica) y el uso de energía limpia. Además, señaló
que es necesario promover el turismo, incrementar los intercambios
estudiantiles e intensificar el combate a la pobreza y la desigualdad.
Sobre el tema seguridad, señaló que había que seguir trabajando en
conjunto, tomando como ejemplos México y Colombia, para brindar mayor
seguridad a los ciudadanos. Asimismo, prometió que impulsaría un acuerdo
entre demócratas y republicanos para reformar el sistema de
inmigración, dando mayor cobertura a los millones de "ilegales". E
insistió con erigirse en defensor de la libertad y el respeto a los
derechos humanos en la región: "Tenemos que continuar defendiendo el
derecho de los ciudadanos de expresarse libremente, de vivir en
sociedades que tengan una prensa libre y legislaturas y sistemas
judiciales sólidos e independientes, y de escoger a sus propios líderes
mediante elecciones libres y justas".
Más allá de las expresiones de Obama, el balance de sus cuatro
primeros años de gestión en relación con América Latina no puede ser más
decepcionante para quienes esperaban un giro radical respecto a su
antecesor, el guerrerista Bush. Durante los primeros cuatro años del
primer presidente afroamericano, se produjo el golpe de Estado en
Honduras (contra un presidente que integraba el ALBA),
desestabilizaciones en Venezuela, que no lograron derrotar
electoralmente a Chávez, creciente militarización en la región, con
nuevas bases, profundización de la fracasada lucha contra el
narcotráfico, persistencia del embargo contra Cuba y de la cárcel ilegal
en la Base de Guantánamo, continuidad de los mecanismos proteccionistas
no arancelarios que afectan las exportaciones de bienes agropecuarios
latinoamericanos, e intervención en los asuntos internos de los países
de la región que plantean políticas distintas a las neoliberales
impulsadas por los organismos financieros internacionales. La decepción
de la mayor parte de los gobiernos de la región se expresó en Cartagena.
En la última Cumbre de las Américas, en los temas principales,
Washington quedó en soledad, secundado apenas por Canadá.
La estrategia de Obama será afianzar la Alianza Transpacífico, un
resabio del ALCA en el que se impulsan políticas neoliberales, junto a
los gobiernos de México, Colombia y Chile. El objetivo será intentar
debilitar el eje bolivariano (frente al delicado estado de salud de
Chávez, se prepara una nueva ofensiva en Venezuela). En ese mismo
sentido, no habrá que esperar demasiados cambios en relación a la
política hacia Cuba. La estrategia será intentar debilitar los proyectos
de integración latinoamericanos (en torno al ALBA, la UNASUR y la
CELAC) y morigerar el avance económico chino, a través de la promoción
del libre comercio de bienes y servicios (no así de productos
agropecuarios) y el impulso a la radicación de capitales estadounidenses
en la región, con mayores facilidades y menos regulación de los
Estados.
Tampoco hay voluntad de reconocer el fracaso en la lucha contra el
narcotráfico impulsada por Washington desde los años '70 (el caso más
drámatico es el de México, con 70.000 muertes violentas en los últimos
seis años). Más aún, Obama puso como ejemplo al país azteca: "En cuanto a
la seguridad, estamos comprometidos a fortalecer nuestra cooperación
contra los carteles de drogas y las bandas criminales que nos amenazan a
todos. Por eso estamos estableciendo una alianza con México para la
Iniciativa de Mérida, así como con los países de América Central y el
Caribe para colaborar entre todos para hacerle frente al tráfico de
drogas y fortalecer el Estado de Derecho. También estamos colaborando
con Colombia según ésta comparte su experiencia en combatir las amenazas
a la seguridad con otros países en las Américas." ¿Por qué esta
"ceguera" frente a datos contundentes? Porque la lucha contra el
narcotráfico es la principal excusa para ampliar la intervención militar
en los países de la región.
Así, incluso con una retórica a favor del diálogo y la diplomacia, en
los últimos cuatro años las bases militares de Estados Unidos en
América Latina no hicieron sino incrementarse. Como señala Telma Luzzani
en Territorios vigilados, "La nueva estrategia para el siglo
XXI -conocida ya como la "doctrina Obama"-, cuya síntesis se dio a
conocer el 3 de enero de 2012, advierte que para América latina se
buscará 'mantener la presencia con formas innovadoras' a través de
relaciones clave entre las FF.AA., 'ejercicios militares conjuntos,
presencia de un número reducido de tropas en forma rotativa y
asesoramiento en capacitación'". Las siete bases militares en Colombia,
el Centro de Operaciones y Almacenamiento en el Chaco y la base del
Comando Sur en Concón, Chile, son parte de este entramado del
intervencionismo del siglo XXI.
Pese a las ilusiones de algunos, Obama no trajo cambios en la
relación con América Latina. El consenso bipartidista en la política
hacia el "patio trasero" se mantuvo intacto. Y todo indica que el
segundo mandato será más de lo mismo.
es el candidato de las corporaciones...mas de lo mismo...La nueva estrategia es tan simple, porque ven esta clase politica corrupta, desde un extremo al otro- salvo rarisimas excepciones- asi que en vez de tanta inteligencia estrategica, es solo sber cuanto hay que darles...y siga la joda..sino como se explica la Carlotti, la vileza de la Bonafini y el silencio de tantas más..desde la insepulta tumba ..resuenan nuestra lealtad al revolucionario SANTUCHO.. VIVA EL E.R.P
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