Encuesta anual del GDA / Entrevista con el presidente de EE.UU., el personaje del año
Barack Obama: "Los países que defienden las libertades son más exitosos y prósperos"
A punto de iniciar su segundo mandato,
elogió el "progreso" de las relaciones entre su nación y América latina
en los últimos cuatro años
No ha sido un año fácil para Barack Obama. Tuvo que desdoblarse entre su rol de mandatario y su papel de
candidato. Y aunque su triunfo sobre el republicano Mitt Romney le
garantizó un nuevo período de cuatro años, eso no resuelve en forma
automática temas pendientes como el alto desempleo y la esperada
reactivación económica de su país.
En medio de
una apretada agenda, Obama aceptó responder un cuestionario del Grupo
de Diarios América (GDA), que lo eligió como personaje del año en una
encuesta entre los 11 periódicos miembros. Allí abordó las prioridades
de su segundo mandato con América latina y la importancia de reforzar
el intercambio económico y el combate del narcotráfico, entre otros
temas.
-¿Cómo definiría la actual relación entre Estados Unidos y América latina?
-Creo que nuestras relaciones con nuestros socios de
América latina son más fuertes de lo que han sido en muchos años. Lo he
visto durante nuestras cumbres en Trinidad y Tobago y en Cartagena, y
lo he visto en mis viajes a México, Brasil, Chile y El Salvador. A
través de las Américas, la gente reconoce que hemos dejado atrás las
disputas obsoletas que impedían el progreso en el pasado. Hoy, existe
una nueva apreciación de que tenemos que acoger un sentido compartido de
responsabilidad, en el que las naciones, incluyendo a los Estados
Unidos, cumplimos nuestras obligaciones unas con otras.
Por lo tanto, hemos logrado un progreso significativo
durante los últimos cuatro años. Hemos expandido el comercio y las
inversiones, lo que crea empleos desde el Norte hasta el Sur. Nos hemos
mantenido firmes contra los carteles de las drogas y las bandas
criminales que amenazan a nuestros ciudadanos. Hemos forjado nuevas
alianzas para hacerles frente a los retos compartidos, desde el
desarrollo económico hasta la energía limpia. Aquí, en los Estados
Unidos, hemos incorporado una mayor transparencia y confiabilidad en las
remesas que los trabajadores envían a sus países de origen para sus
familias. Hemos continuado defendiendo la gobernabilidad democrática y
los derechos humanos universales, en nuestro propio hemisferio y
alrededor del mundo.
-¿Y qué temas con América latina serán los más importantes durante su segundo gobierno?
-Tenemos que continuar reduciendo los obstáculos al
comercio y las inversiones, y hacer que nuestras economías sean más
competitivas en la economía global, que es el motivo de que estemos
yendo adelante con la Alianza Transpacífica y aumentando la cooperación
en la energía. Tenemos que continuar aumentando las conexiones entre
nuestra gente con más turismo e intercambios de estudiantes. Para
combatir la pobreza y la desigualdad, tenemos que cerciorarnos de que el
crecimiento económico sea general e incluyente, especialmente para
nuestras pequeñas empresas y las mujeres empresarias, que desempeñan una
función tan importante en elevar a la gente y a las comunidades a la
clase media.
Sobre la seguridad, hay más que podemos hacer para
trabajar juntos para compartir las experiencias de los países como
Colombia y México para ayudar a otros países en la región a proveerles
seguridad a sus ciudadanos. Sobre el desarrollo, podemos lograr grandes
adelantos hacia nuestra meta del acceso universal a la electricidad en
una década, para 2022, y llevar Internet a más comunidades, incluyendo
las áreas rurales. Y, desde luego, continuaremos apoyando a la gente de
toda la región que intenta conseguir sus derechos democráticos y
humanos.
Aquí, en los Estados Unidos, tengo la intención de
colaborar con los demócratas y los republicanos en el Congreso para ir
adelante con una reforma migratoria integral. Ya he tomado medidas para
despejarles la nube de la deportación a los dreamers, que son
los jóvenes que fueron traídos a los Estados Unidos cuando eran niños.
Pero ésa es solo una solución temporal. Lo que hace falta es que el
Congreso apruebe un proyecto de ley que garantice que nuestro sistema de
inmigración refleje nuestra herencia como nación tanto de inmigrantes
como de leyes. Espero que este debate comience poco después de mi toma
de posesión, y estoy seguro de que podemos lograrlo.
-En su opinión, ¿de qué manera América latina puede ayudar a promover la democracia y la seguridad en el hemisferio?
-Siempre que me encuentro en América latina, yo señalo
que prácticamente todos los pueblos de las Américas actualmente viven en
democracias. Esto es un logro histórico que no sucedió por sí solo ni
por casualidad. Es un tributo a las generaciones de ciudadanos que se
esforzaron y se sacrificaron de manera que pudieran tener más control
sobre sus propias vidas y determinar su propio destino. Y existe una
conexión directa entre este progreso democrático y el progreso económico
de la región. La historia demuestra que las naciones que defienden los
derechos y las libertades fundamentales finalmente son más prósperas y
más exitosas.
Aquí en las Américas tenemos un compromiso compartido
con la Carta Democrática Interamericana, que sostiene que nuestros
ciudadanos tienen el derecho a la democracia y que nuestros gobiernos
tienen la obligación de promover y defender la democracia. Tal como les
he dicho a otros públicos en los Estados Unidos, el trabajo de
perfeccionar nuestra propia unión no acaba nunca. Lo mismo es cierto en
toda la región. Tenemos que continuar defendiendo el derecho de los
ciudadanos de expresarse libremente, de vivir en sociedades que tengan
una prensa libre y legislaturas y sistemas judiciales sólidos e
independientes, y de escoger a sus propios líderes mediante elecciones
libres y justas. Dadas sus exitosas transiciones a la democracia, los
países de América latina también pueden establecer un ejemplo positivo
para el mundo sobre el éxito del desarrollo democrático.
En cuanto a la seguridad, estamos comprometidos a
fortalecer nuestra cooperación contra los carteles de drogas y las
bandas criminales que nos amenazan a todos. Por eso estamos
estableciendo una alianza con México para la Iniciativa de Mérida, así
como con los países de América Central y el Caribe para colaborar entre
todos para hacerle frente al tráfico de drogas y fortalecer el Estado de
Derecho. También estamos colaborando con Colombia según ésta comparte
su experiencia en combatir las amenazas a la seguridad con otros países
en las Américas. Por nuestra parte, como lo he dicho anteriormente, los
Estados Unidos reconocen que la demanda de drogas ilegales en nuestro
país contribuye a alimentar la crisis. Así es que continuaremos
cumpliendo nuestras responsabilidades esforzándonos por reducir la
demanda de drogas ilegales y combatiendo el flujo de dinero y armas
hacia el Sur, que contribuye a fomentar la violencia. No podemos bajar
la guardia.
Desde luego, también reconocemos que debemos continuar
abordando las fuerzas sociales y económicas que empujan a tantos jóvenes
a llevar vidas de drogas y delincuencia en primer lugar. Por eso es que
nos estamos uniendo con aliados en todas las Américas para expandir la
vigilancia basada en las comunidades, fortalecer los sistemas de
justicia de menores e invertir en programas de prevención de
delincuencia y drogas. Y estamos ayudando a los países a fortalecer los
tribunales y las instituciones necesarias para defender el Estado de
Derecho y los derechos humanos. Toda persona en las Américas,
independientemente de donde viva, merece vivir en paz, con seguridad y
con dignidad. Ése es el futuro para el que continuaremos esforzándonos,
en una alianza con nuestros amigos en todas las Américas.
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