Le advirtió a Griesa que su fallo podría impedir la “normal” operatoria de los sistemas de pago.
La Fed defendió a los acreedores que aceptaron el canje de deuda
Alejandro Bercovich (BAE)
Tras recibir el apoyo clave de los bancos y fondos institucionales de
Wall Street en la pulseada con los fondos buitres por los pagos de
deuda de diciembre que pretenden embargar parcialmente, el Gobierno sumó
un inesperado espaldarazo de la Reserva Federal de Nueva York, que le
envió una carta al juez Thomas Griesa. La novedad fue difundida anoche
por fuentes oficciales y preanuncia para hoy un rebote alcista de los
títulos públicos, severamente castigados por el mercado desde que la
Corte de Apelaciones avaló el fallo judicial que ordenó confiscar una
parte del dinero que se gire a los bonistas el mes próximo, con el fin
de satisfacer la demanda de quienes no aceptaron ninguno de los dos
canjes de deuda.
“La presentación nos sorprendió de manera muy grata. Creo que el juez
va a incorporar estos argumentos y que lo pueden llevar a cambiar su
decisión”, dijo anoche a BAE el secretario de Finanzas, Adrián
Cosentino. El texto al que aludía, de siete carillas, fue girado el
viernes al juzgado de Griesa por la sede neoyorquina de la Reserva
Federal, que manifestó su temor a que su decisión siente un precedente
“que impida la normal y eficiente operatoria de los sistemas de pago”.
Lejos de tratarse de un apoyo político, como sí había promocionado el
Gobierno a la presentación amicus curiae del Tesoro estadounidense, la
de la Fed fue una reacción en defensa de su plaza financiera. El
escrito, firmado por el apoderado Thomas Baxter Jr., destaca que una
orden judicial como la de Griesa “puede tener ramificaciones
operacionales” que afecten la imagen de seguridad por la cual los
emisores de deuda de todo el mundo eligen a Wall Street.
“Para evitar ese tipo de perjuicios, la Reserva Federal insta
respetuosamente a la Corte de Apelaciones a que restrinja las decisiones
(los pedidos de embargo) en línea con el artículo 4 del Código
Comercial Uniforme”, concluye el texto divulgado ayer por fuentes
oficiales. Ese artículo, básicamente, establece que los acreedores de
los originadores de pagos no pueden trabar embargos sobre las cuentas de
los beneficiarios de esos pagos. En buen romance, que no se puede
sancionar a un país perjudicando a sus acreedores con embargos.
El embargo es precisamente lo que reclaman al juez Griesa los
“holdouts” encabezados por NML y Elliot. Como el Gobierno planea girar
u$s3.500 millones entre el 2 y el 15 de diciembre para cubrir pagos a
los acreedores que sí aceptaron el canje, los abogados de los buitres le
pidieron que aplique la cláusula pari passu y obligue a la Argentina a
que les abone una parte proporcional a ellos también.
Cosentino insistió en que “los pagos de diciembre no van a estar
afectados”. Sobre Griesa, agregó: “Había dicho que se quería sacar esto
de encima cuanto antes, pero va a tener que tomarse un tiempo para
entenderlo mejor”.
Las razones dela Fed son las mismas que llevaron a los principales
bancos y casas de inversión de Wall Street a alinearse con el Gobierno,
del mismo modo que el viernes lo hicieron el Bank of New York Mellon (el
fiduciario que recibe los dólares de Argentina para pagar a los
acreedores) y la Depositary Trust Company, que agrupa a los custodios de
bonos. De hecho, la Fed insistió en su escrito con que los embargos “no
pueden ser tan abarcativos como piden los demandantes” y deben
circunscribirse lo más posible.
Luego de las presentaciones del viernes, hoy los demandantes
presentarán sus argumentos ante Griesa y el juez podrá rever su decisión
original o no. La embajada argentina en Washinton aprovechará para
reforzar su lobby con una carta que distribuirá por todos los estados
asegurando que la Casa Blanca rechaza las decisiones de Griesa “porque
perturban los mercados financieros”.
El principal temor que sobrevoló la City en los últimos días es por la posibilidad de que alguna calificadora considere un “default técnico” a cualquier eventual impago parcial que surja de los embargos que logren los buitres. El ministro de Economía, Hernán Lorenzino, sugirió que los buitres no sólo especulan con cobrar los u$s1.450 millones que reclaman, sino que también apostaron a ese default con “inside information” del juicio, comprando seguros (CDS) que ejecutarían en caso de que se declare el default técnico. Para Wall Street, ése sería un delito grave.
El principal temor que sobrevoló la City en los últimos días es por la posibilidad de que alguna calificadora considere un “default técnico” a cualquier eventual impago parcial que surja de los embargos que logren los buitres. El ministro de Economía, Hernán Lorenzino, sugirió que los buitres no sólo especulan con cobrar los u$s1.450 millones que reclaman, sino que también apostaron a ese default con “inside information” del juicio, comprando seguros (CDS) que ejecutarían en caso de que se declare el default técnico. Para Wall Street, ése sería un delito grave.
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