Con
el trascendente aval de buena parte del sistema financiero
norteamericano, que no quiere quedar atrapado en el medio de esta
disputa, la Argentina reiteró ayer ante la justicia de Nueva York que no está dispuesta a pagarle a los holdouts, aunque dejando en claro a la vez que no quiere entrar en desacato.
A última hora de ayer, los abogados de Cleary,
Gottlieb, Steen & Hamilton -en sintonía permanente con la Secretaría
de Finanzas que lidera Adrián Cosentino- enviaron el escrito por mail
en el que reiteraron que el Gobierno está en desacuerdo con la
interpretación "exagerada" de poner en la misma condición a los bonistas que siguen en default y
a quienes entraron a los canjes. También, que no se puede afectar a los
agentes de pago que "transportan" el dinero del país con embargos. La
postura oficial contó con dos apoyos clave: la Clearing House
Association, la más antigua entidad de pagos perteneciente a los bancos
de EE.UU. , y la Depositary Trust Company, el mayor custodio de bonos de
ese país. Ambas indicaron que, pese a que la justicia y los
demandantes pidieron considerarlos cómplices si hacen pagos en nombre de
la Argentina, tal decisión sería impracticable y perjudical para el
sistema financiero en Wall Street.
Si se aceptara el criterio, el fallo sería duro pero abstracto, ya que no habría a quién embargar.
El mensaje directo fue que ellos no pueden
individualizar los pagos que hace la Argentina desde Buenos Aires y que
si se embargaran esos recursos se afectaría a inversores privados y no
al país que pretenden castigar. A estos dos agentes, se suman las
presentaciones del Bank of New York -directamente perjudicado por las
amenazas de la justicia de embargar los pagos que transporta desde
Buenos Aires- y de una decena de fondos de inversión que ingresaron en
ambos canjes y que tratan de no quedar como "rehenes" de los holdouts.
El estudio O'Shea Partners y el abogado David Boies trabajaron en el
escrito de los bonistas que acompañan al Gobierno, no por amor, sino por
necesidad de cobrar sin tropiezos los próximos vencimientos que abonará
al país.
Mientras tanto, el Ministerio de Economía hizo eje en
mostrar respeto por la autoridad de la corte, pero reiterando que no hay
disposición a cumplir con el criterio del "pari passu" en los términos
de la sentencia de segunda instancia. Eso, indicaron, sería ir en
contra de la estrategia que ha seguido la Argentina desde el canje de
2005 de cumplir con los bonistas que aceptaron una quita en sus bonos.
Con elegancia, los abogados de Cleary eludieron
responder a los pedidos precisos de los litigantes, que el jueves pasado
pidieron que el país al menos deposite un bono por US$ 1450 millones en
una "cuenta testigo" hasta que la causa se resuelva en forma
definitiva. Tampoco dieron una respuesta específica sobre el pedido de
los fondos NML, Aurelius y los 13 minoristas argentinos de hacer un pago
"prorrateado".
Con estas indefiniciones, la pelota quedó del lado de
los demandantes, que pasado mañana deberán presentar su réplica a los
escritos de la Argentina y sus aliados circunstanciales. Luego llegará
el tiempo de la reflexión de Griesa, que no será extenso porque el
magistrado ya dejó en claro públicamente que pretende que los
demandantes cobren una parte de lo que la Argentina pagará en los
próximos vencimientos en Nueva York el 2 y el 15 de diciembre, por unos
US$ 35OO millones.
Animados porque el Gobierno abandonó su postura
solitaria, los bonos rebotaron ayer (ver aparte). En Economía no se
querían entusiasmar por este cambio, porque entendían que habían sido
excesivamente castigados y que el rebote puede mancarse si Griesa baja
el pulgar nuevamente.
Una contienda de creciente voltaje
- El planteo de los holdouts
El jueves, NML y los otros litigantes expresaron que pretenden cobrar el 100% de lo que decidió la Cámara de Apelaciones de Nueva York, por US$ 1450 millones. Pasado mañana podrán replicar ante Griesa la presentación que hizo ayer el Gobierno
- La defensa argentina
Sobre el filo de la medianoche en Nueva York, los abogados de la Argentina presentaron un escrito en el que reiteraban que no puede equipararse el derecho de los holdouts con el de los que entraron en los canjes
- El aval de terceros
Cuatro partes interesadas en que la Argentina gane se presentaron ayer ante el magistrado: el Bank of New York, los bonistas que entraron en el canje, la Asociación de Agentes de Pago y la Asociación de Custodios de Bonos de los Estados Unidos. Afirmaron que la justicia no debe ni puede embargar recursos girados a Nueva York
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